jueves, 9 de enero de 2020

A Miguel de Unamuno

Este soneto está dedicado a Miguel de Unamuno, poeta, novelista, ensayista, catedrático, político y, por encima de todas sus contradicciones, hombre de bien. No es la poesía lo que más me gusta de su producción literaria. Quizá sea porque, en su afán de usarla como herramienta de indagación interior, prima demasiado la ética y descuida algo la estética, en ese necesario equilibrio que precisa un poema; pero de cualquier forma es uno de nuestros grandes poetas del siglo pasado. Yo, si he de escoger, me quedo con sus novelas, de las que destaco especialmente San Manuel Bueno Mártir y Niebla.


Sea este soneto, mi pequeño homenaje a este gran hombre, que por encima de sus contradicciones y dudas nos dejó una importante obra y el recuerdo de una persona ética.


A MIGUEL DE UNAMUNO

Miguel atormentado, cuántas veces
cuestionas a tu Dios en tus poemas,
no sé si en busca de ángeles o jueces,
encuentras soluciones o problemas.

Razón te doy, la poesía es ética
indagación, tormento y reflexión,
pero no debe descuidar la estética,
lo que parece el quid de tu cuestión.

En cambio, en tus novelas, allí sí
has roto moldes viejos, con escritos
de contenido nunca baladí,
en los que firme marcas nuevos hitos.

Miguel, de ti venero integridad,
porque hasta en tus errores hay verdad.

Ricardo Fernández Esteban ©



Yendo a lo importante, aquí tenéis la entrada del blog que dedique a Unamuno y sus sonetos, en la que podréis encontrar, además, una antología de sus poemas. También os recomiendo la reciente película de Amenábar, "Mientras dure la guerra" que, aunque pueda tener alguna imprecisión histórica, muestra los últimos meses de la vida de Unamuno, dentro del contexto del inicio de la guerra cicil española en 1936.

Esta entrada, dedicada a un poeta, quiero que sea el inicio de un conjunto de poemas dedicados a escritores que me han interesado especialmente. Veremos si el tiempo disponible y la ayuda de las musas lo permite.

1 comentario:

Fernando Rodríguez Badimón dijo...

UNAMUNO, Miguel de. «Diario íntimo». Madrid: Alianza, 1986.

«Así como puso Dios deleite en la procreación y la nutrición para que hagamos de grado lo que por deber no haríamos, puso deleite de vanagloria en los trabajos de arte y ciencia para que los llevemos a cabo.» [017]

«Tristeza al despertar de noche y encontrarme con una mano dormida. Me apresuro a moverla y tocarla, preocupado de si la tengo muerta y seca y es la muerte que por ella viene.» [068]