(Actualizado en V-25) Un poema sobre la conveniencia de dar prioridad a vivir sobre escribir, y a transitar más por los mundos reales que por los virtuales. Este tema lo he tratado y reescrito varias veces; habrá que dejar la teoría por la práctica, no sea que cuando queramos practicar las fuerzas nos flaqueen.
EL POETA SE TOMA VACACIONES
Tras disfrutar del día de Sant Jordi
—patrón de
los que escriben y muestran más valor que quien mata a un dragón—,
el poeta se toma vacaciones.
¿Se lo merece o no, que crees? Si me contestas
sabré que me has leído, cosa rara
porque poco se vende cuando consigues publicar,
pero leerte: algún amigo y la familia,
y eso si tienes suerte y son letrados.
Pues como te decía, después de mucho tiempo
currando como un negro
—y lo digo sin ánimo racista,
las palabras no tienen culpa de su origen—,
ya me toca un descanso y me lo tomo.
El blog se
queda al pairo y el poeta
se va a
vivir la inspiración. No surge el verso del oficio,
el Parnaso y sus musas han sido desahuciados,
con la piratería sus ingresos
no daban para cuotas de hipotecas.
Pero ahora, nuevamente, soy feliz,
porque cuando me pidas un poema
lo volveré a escribir sobre tu piel;
y si se trata de volver, vuelvo a la vida,
y observo el mar si pinto sus azules
o al cielo si le cuento las estrellas.
No sé cuán largo es el camino,
y si la Ítaca no espera, hay otras islas
donde escribir cuando flaqueen las piernas
y los recuerdos les hagan de muletas.
Disfrútalo conmigo, carga pilas,
abandona los mundos virtuales
que el verso sólo vuela si está vivo.
Vuelaplumas (2014-2025). Ricardo Fernández Esteban ©
Adendas desde Mayo de 2014 a Mayo de 2025: El poeta se tomó vacaciones, pero resulta que escogió su propia ciudad, como contó al poco en Barcelonandia y se asustó al ver en que se había convertido al compararla con la su mítica Ciudad canalla de su juventud. Dos años después volvió a declarar sus intenciones de tomarse la vida con más calma, y en eso sigue como habéis visto en los enlaces de este poema, que os llevan a otros poemas sobre este tema. Veremos en qué queda esta vez, pero sabiendo lo poco veraces que son los poetas poco puede esperarse de ellos en este sentido.
Como habréis leído, este poema y sus adendas se han convertido, a través de sus enlaces a otros poemas, en una recopilación de mucho de lo que ha escrito sobre "el reparto del escaso tiempo entre vivir o escribir", algo parecido a aquello de "si lo importante es el camino o el destino".
Nota técnica: Para los interesados en ritmos y métricas, este poema no es un poema de versos libres. Es un poema de versos blancos (sin rima, aunque se escape alguna asonancia) de metro impar y que tienen longitudes versales de 5, 7, 9, 11 y 13 sílabas, solos o combinados en hemistiquios, pero todos los de 9 o más sílabas con ritmo binario; por ejemplo, en este poema hay algunos tetradecasílabos formados por hemistiquios de 9 y 5 sílabas fonéticas. A estas agrupaciones y ritmos los denomino "silvas blancas de impares" o simplemente "silvas blancas métricas" y si os fijáis es una estructura que usan muchos de nuestros mejores poetas actuales en sus poemas blancos, que mucha gente considera erróneamente libres. Por ejemplo, aquí tenéis un artículo que publiqué sobre "El fondo y la forma de los poemas de Antonio Praena" en que analizo varios de los poemas de este magnífico poeta.
Creo que tanto a los autores como a los buenos lectores de poesía les interesa tener unos conocimientos básicos de teoría métrica, ya que la mayoría de la buena poesía que se publica en español sigue teniendo un sustrato de ritmo métrico sea más o menos presente (como demuestran los últimos estudios académicos al respecto). Además, eso les interesa hasta a los devotos del auténtico y buen verso libre, por aquello de que "para saltarse las normas hay que conocerlas, sino queremos que el salto sea al vacío".
Por eso, siempre es bueno repasar algún tratado de métrica reciente. Hay unos cuantos buenos, pero yo como autor os recomiendo el mío "Métrica poética del idioma español", ya me diréis si os convence o qué le sobra o le falta.
Creo que tanto a los autores como a los buenos lectores de poesía les interesa tener unos conocimientos básicos de teoría métrica, ya que la mayoría de la buena poesía que se publica en español sigue teniendo un sustrato de ritmo métrico sea más o menos presente (como demuestran los últimos estudios académicos al respecto). Además, eso les interesa hasta a los devotos del auténtico y buen verso libre, por aquello de que "para saltarse las normas hay que conocerlas, sino queremos que el salto sea al vacío".
Por eso, siempre es bueno repasar algún tratado de métrica reciente. Hay unos cuantos buenos, pero yo como autor os recomiendo el mío "Métrica poética del idioma español", ya me diréis si os convence o qué le sobra o le falta.
Vive y vuelve.Disfruta.
ResponderEliminarJoder, Ricardo, que está muy bien, que no tiene nada que ver los versos con la poesía y esto SÍ es poesía.
ResponderEliminarTe queremos, te leemos con gusto y te perdonamos si quieres irte de vacaciones a Ítaca o donde más te plazca, todo, menos venirte a Cartagena (la ciudad más antigua y aburrida del mundo).
Ítaca, sí. Vámonos a Ítaca. Tú a buscar una Penélope más en tu vida, o una Circe o una Calipso, o a otra Atenea, que no a Helena, más puta que ninguna a causa de Afrodita; yo con con Flora, el gran amor que me acompaña desde mis 25 años.
Tómate las vacaciones, pero vuelve; sin tu blog mi correo estaría sólo, febril y escangajado (tango).
Un abrazo y buen Sant Jordi. Estoy todavía en Cartagena, la ciudad más antigua y aburrida del mundo.
Un abrazo.
¿Y vamos a quedarnos en lo oscuro
ResponderEliminarsin la luz y la risa de tu musa,
de tu ritmo, tus alas, tus castillos
en el aire, hermosos como nubes?
Jesús:
ResponderEliminarAunque la musa ha sido desahuciada
y la luz cada día es ya más noche,
el poeta resiste los recortes
y sigue caminando por sus nubes.
Me encanta
ResponderEliminarRicardo, perlas en letras.
ResponderEliminarEsperaré impaciente tú regres de vacaciones!
Pienso que sí, que el poeta también tiene derecho a unas vacaciones, pero, como lo hacen los marinos mercantes, quedando "a órdenes" que quiere decir, a disposición del armador, si éste tiene en un momento determinada necesidad de tirar de él. En el caso del poeta debe quedar "a órdenes" de la musas, es decir, si le llega la inspiración debe estar obligado a su recepción.
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