Vuelven los tiempos y fiestas navideñas, y con ellos el poema que cada año dedico a mis amigos, conocidos y lectores. Este año es pesimista, ya que cada vez veo peor el futuro de esta humanidad. Ojalá podamos corregir este rumbo que nos puede conducir hacia el desastre.
Cada vez para menos es una fiesta religiosa;
para los más, una oportunidad
de reunir a familia y amigos;
y para otros, que pasan de apego a tradiciones,
la ocasión de vivir un viaje de placer.
Además, para mí, es una excusa
para haceros llegar hasta vosotros,
mis amigos cercanos o lejanos,
o los que me leéis sin conocerme,
unas cuantas palabras separadas en versos,
con la esperanza que, como dijo un poeta,
“la poesía sea un arma cargada de futuro”.
Y como cada vez veo menos futuro
a eso que hemos llamado humanidad,
cualquier ayuda es buena
para que el “homo sapiens” tome nota.
Si no se cambia el rumbo de este mundo,
el “sapiens”, que de sabio tiene poco,
está abocado a la extinción.
Será uno más de tantos géneros
que han desaparecido de la faz de la tierra,
y la naturaleza respirará tranquila
al haberse librado de un problema.
Porque eso somos, un problema:
guerras, armas atómicas;
calentamiento del planeta,
fatal distribución de la riqueza;
egoísmos, mentiras, insolidaridad…
La evolución nos dio recursos
que hemos desperdiciado:
Raciocinio, conciencia, inteligencia…
¿De qué nos sirve el raciocinio
cuando solo se mira al corto plazo propio
y se rechaza el bien común,
que también debería ser el nuestro?
Inteligencia estúpida,
de quienes se creen que son más listos
y condenan a todos a una pronta extinción
de ellos mismos o de su descendencia.
Y sobre la conciencia… mejor que la olvidemos,
la moral y la ética son palabras vacías
en boca de jerarcas y políticos.
No obstante,
ya que hablé de futuro,
mantengamos un rayo de esperanza.
En estas fechas, en que antes hubo fe
y ahora solo hay placer,
podría renacer la fe en la humanidad.
Ya sé que, como siempre, diréis que soy utópico;
pero es que la utopía
es la única esperanza que nos queda,
de que el género humano sea más que unos fósiles,
que descubran futuros paleontólogos
de la siguiente especie inteligente
que cree la evolución.
Y espero que esa vez, por una vez, acierte.
Ricardo Fernández Esteban (XII-2024) ©