Este poema se escribió en dos visitas, de las muchas que he hecho al museo Thyssen, en las que me detuve en "Les Vessenots en Auvers" de Van Gogh y pertenece a mi libro "De museos por Madrid". Desde siempre ha habido una gran relación entre la poesía y la pintura, y ya dijo Simónides de Ceos, lírico griego (VI-V a.C) que: “La pintura es poesía muda y la poesía pintura hablante”. En esa línea me gusta dar palabra poética a las pinturas.
LES VESSENOTS EN AUVERS. Vincent Van Gogh (1890)
Ante la sinfonía en notas verdes, perdido por el borde blanco de una nube, preguntando el porqué de aquel tejado rojo, dudando entre el azul del cielo
o el que marca un camino, y viendo como amarillea el campo en el verano… Absorto, en fin, en la belleza de ese poema mudo… no fui consciente de la tuya hasta que tu perfume -el de tu piel-, me percató de tu presencia y me di cuenta de que descubres más matices si compartes fragancias y paisajes.
…
Un verano después he vuelto a contemplar los matices del verde y del azul, el insólito rojo y la mies amarilla;
pero no he vuelto a oler tu piel, recuerdo de ese día en el que compartimos, sin palabras, un hermoso paisaje de Van Gogh.
En este enlace del Museo Thyssen se puede ver con más detalle el cuadro, ampliarlo y saber más de su elaboración y contexto. Mi libro "De museos por Madrid" recoge poemas inspirados en obras de arte que he visto en los últimos 25 años. De momento solo existe en versión digital, ya que así se pueden ver los cuadros a través de enlaces a las webs de los museos, aunque no descarto hacer una versión en papel con códigos QR que permitan la visión a través de un teléfono móvil. Este poema en concreto es de los primeros que escribí en dos visitas en 2003 y 2004.
Lora Irún nació en Barcelona, es filóloga y poeta y viene a
este blog a consecuencia de su último libro Cabaña
mínima / Cabañas escritas. Libro que se lee y se disfruta del derecho
(poemas sobre el vuelo de los pájaros, el cuerpo, el amor, las casas de la
vida, árboles y nidos vacíos) y del revés (textos en prosa sobre esas cabañas
y los personajes que las habitan), ya que se puede leer abriéndolo por delante y por
detrás. Es un libro muy bien editado que precisa de una lenta lectura y varias
relecturas, para extraer toda su riqueza poética y los detalles sobre los
personajes citados, sus libros y las casas que habitaron.
Dice Jesús Aguado en el prólogo: Lola Irún hace habitable el mundo, lo cobija y pone a salvo, y es una
gran arquitecta (…) Para hacer habitable el mundo, primero lo sobrevuela (…)
Escribe con el cuerpo; no hay verso suyo que no haya brotado del cuerpo ni se
dirija al cuerpo (…) Las casas. Una para cada cual. Imposible no sentirse
interpelado o invitado por alguna de ellas (…) un inventario de los modos de
ser y estar en el mundo.
GANÍMEDES
Te lo ruego: no me mires así.
No endulces tus palabras,
Ni caminen tus ojos ni caminen tus ojos por mis pechos. Ni derrames tus labios como copas de vino en un mantel de seda adamascada.
No sonrías, no juegues a tenerme.
Me da miedo que Júpiter codicie (licuando su deseo imaginario) la vendimia en tu rostro. Y que tus garras de águila capturen el feraz torso convulso, el néctar de tu boca.
Que no te rapten, no, bello Ganímedes.
Huyamos enseguida a la maleza de un barranco perdido, al baño de un café, al vestidor de una tienda de ropa, a la zona industrial de los suburbios.
Subamos a un ascensor en marcha y atascado en la alarma temprana de tu cuerpo.
Fuguémonos por dios a nuestra casa.
Lola Irún de Cabaña mínima (2024). El cuerpo, el amor Este poema quedó finalista en 2024 en el Premio de Poesía Lorenzo Gomis de la Revista El Ciervo.
Respecto al texto, solo decir que lo encuentro muy bello, que juega con las referencias mitológicas para evitar el rapto de Ganímedes con la dosis justa de erotismo. Para ayudaros en las referencias mitológicas, en este enlace a Wikipedia podréis acceder a un artículo sobre el mito de Ganímedes.
Respecto a la forma del poema, su estructura métrica es una silva blanca de impares sin asonancias, en que autora muestra su dominio del ritmo sin que este la encadene. En el poema hay endecasílabos binarios, heptasílabos, un alejandrino y dos versos cortos de enlace en la penúltima estrofa. Os indico unos versos sobre los que reflexionar acerca del ritmo:
Te lo ruego: no me mires así.
Este verso recitado de corrido sería un endecasílabo ternario (3.7.10), pero no se nota el cambio de ritmo respecto a los otros binarios de arte mayor, por ser el verso inicial, seguido de un heptasílabo, o también porque puede recitarse con una parada fónica tras los dos puntos que lo convierte en un (4+7).
capturen el feraz torso convulso, (...)
Que no te rapten, no, bello Ganímedes. Estos dos versos recitados cada uno de corrido son endecasílabos con tonificación en 6ª y 7ª sílaba, lo que yo llamo "heroicos tensos" que requieren una breve parada fónica entre dichas sílabas o una más larga que los convierta en dodecasílabos 7+5, ambas soluciones son buenas para mantener el ritmo y quedan, para mí, a criterio del lector.
al vestidor de una tienda de ropa, 11(4.7.10) a la zona industrial de los suburbios. 11(3.6.10)
Leídos de corrido el primero parece un endecasílabo ternario y el segundo un melódico, que en teoría no combinan muy bien, pero con dos leves paradas fónicas tras vestidor e industrial se convierten en dodecasílabos (5+7) y (7+5) de muy buena consonancia rítmica con el resto.
Aquí tendríamos que pedir a la autora un audio sobre cómo los recita ella, ya que me consta que recita muy bien tras haberla escuchado en el Racó poètic que organiza Francisco Javier Solé Ribas. En cualquier caso no se rompe el buen y variado ritmo de este poema en que el fondo y la forma (texto y ritmo) suman como ocurre en los buenos poemas.
En resumen, respecto a la estructura rítmica, se trata de unos versos blancos de longitudes silábicas impares (los versos o sus hemistiquios) que mantienen un buen ritmo armónico variado y en que la autora ha cuidado que no existan asonancias que perturben la ausencia de rimas del poema.
Os copio unos haikús de este libro, de su apartado "Y casas simultáneas, sucesivas"
CASA GIRATORIA (Paul Klee, 1921)
Sin perspectiva, las ventabas son astas de tres molinos.
Caligrafía, colores musicales, arte moderno.
Las conexiones cine, pintura y verso nos emocionan.
Trazos de niños, la humana geografía: una metáfora.
No reproduce el arte lo visible, lo hace visible.
La poesía, imágenes y espacios, charcos y ranas.
Lola Irún
de Cabaña mínima (2024).Y casas simultáneas, sucesivas.
Aquí tenéis el cuadro de Paul Klee en que se inspira esta écfrasis.
Lola Irún ha participado, además, en varias antologías, en el libro artístico Entremés (2022) y ha publicado otros dos libros de poemas: Habitar la incertidumbre (2018), Sombras fugitivas (2021). Os dejo dos poemas de esos libros:
HABITAR LA INCERTIDUMBRE
En lo esencial merece la pena indagar. Sandor Marai
La humildad camina lentamente,
te espía sigilosa en las derrotas.
Una noche de Reyes, Guillem duerme,
la soledad desploma las piezas de cubierta,
no se izan las velas de aquel barco pirata.
La sombra anónima del sauce
devuelve el agua mis secretos.
El destino es un espejo íntimo
lo que puede decirse con el eco.
Hasta llegar al silencio,
la certidumbre declina en la memoria.
Me acerco a lo sutil, la leve esencia,
una gruta invisible se alberga en mis maletas,
y un asombro juvenil despunta al alba.
Entre las ramas desnudas,
el cielo sopla una leve certeza,
el verde despertar, las hojas nuevas.
Lola Irún (de Habitar la incertidumbre, 2018)
DERIVA
Tu vida la sostiene, / si acaso esta extrañeza. José Corredor-Matheos
Desde un anhelo frágil
andamos en busca
del saber
con los ojos de asombro
de la niña
que aún no ha visto el mar.
A media travesía
el océano se vuelve inabordable.
Expertos nadadores repiten la deriva.
La ceguera los sume en el naufragio
si olvidan que los brazos
que los brazos no bastan
para surcar el todo que no
que no puede alcanzarse.
En días venideros el mar esquivará oleajes vanos.
Sin apenas deseos, pensamientos,
tal vez la soledad y un gozo ya callado hallen la indetenible quietud
la ventura del ser
en la ignorancia.
Lola Irún (de Sombras fugitivas, 2021)
Nota sobre metros y ritmos poéticos: Si os interesa profundizar en las estructuras métricas esbozadas en el primer poema que he copiado, podéis consultar alguno de los buenos manuales que existen en el mercado. Los conocimientos de métrica facilitan la escritura de poemas, aunque el autor quiera ser versolibrista, por aquello de que "hasta para saltarse las normas hay que conocerlas previamente, si no queremos que el salto sea al vacío". Además, también facilitan una buena lectura de los poemas, descubriendo esa armonía de los versos que los distinguen de la prosa. Yo, como autor, os recomiendo mi tratado "Métrica poética del idioma español"; en el enlace anterior os explico de qué va y lo podéis encontrar en Amazon, ya me diréis si os parece interesante y os ha ayudado.