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martes, 21 de junio de 2011

Jose Agustín Goytisolo. "Pepito Temperamento"

He cogido al azar de mi biblioteca un poemario de José Agustín Goytisolo (Barcelona 1928- 1999) "Las horas quemadas" , que creo que fue el útimo que publicó en 1996, y abriéndolo al azar ha aparecido este poema del capítulo "Primeras imágenes". A veces hay que dejarse llevar por los impulsos y a mí me ha enganchado esta sencilla historia con alma de western y ensoñaciones infantiles.



PEPITO TEMPERAMENTO

Él cruzaba la calle polvorienta.  
Dos pistolas al cinto: de los reyes.
Apartando caballos subió al porche.
Un empujón: las puertas de vaivén
se cerraban tras él. Se hizo el silencio
y le dejaron paso. Las mujeres
-siempre eran rubias- ya le sonreían
desde sus taburetes. No hizo caso.
Avanzó lentamente hasta la barra
y el encargado preguntó ¿que sirvo?
Alzó los ojos; dijo lo de siempre.
Y le sirvieron leche con cacao
que se bebió de un trago antes de irse.
Al despertar el cinto y las pistolas
pendían del respaldo de la cama.

Las horas quemadas (1996). José Agustín Goytisolo

Muchos lo descubrimos a través de Paco Ibañez y sus Palabras para Julia. Además, aquí las tenéis recitadas por Goytisolo




En el portal "A media voz" encontraréis un amplio compendio de su poesía y en "Atlas de poesía" datos biográficos y más poemas. Y para despedirnos su 

OFICIO DE POETA

Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.

Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.

La materia del canto
nos lo ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas

a su auténtico dueño.

José Agustín Goytisolo

Con Gabriel Celaya, Blas de Otero,
 Asunción Carandell y Carlos Barral


martes, 19 de abril de 2011

Quevedo: Dichoso puedes, Tántalo, llamarte...

La entrada está dedicada a Francisco de Quevedo (1580 - 1645), uno de los grandes poetas (si no, el mejor) del siglo de oro. Este es un soneto amoroso que precisa, como muchos de esa época, de una descodificación que efectuaré con la ayuda de los comentarios de la magnífica profesora Rosa Navarro. El soneto alcaza con Quevedo su plenitud formal y conceptual, y cuatro siglos después sigue siendo un placer leer esos endecasílabos.



DICHOSO PUEDES, TÁNTALO, LLAMARTE...

Dichoso puedes, Tántalo, llamarte,
tú, que, en los reinos vanos, cada día,
delgada sombra, desangrada y fría,
ves, de tu misma sed, martirizarte.


Bien puedes en tus penas alegrarte
(si es capaz aquel pueblo de alegría),
pues que tiene -hallarás- la pena mía
del reino de la noche mayor parte.

Que si a ti de la sed el mal eterno
te atormenta, y mirando l'agua helada,
te huye, si la llama tu suspiro,

yo, ausente, venzo en penas al infierno;
pues tú tocas y ves la prenda amada;
yo, ardiendo, ni la toco ni la miro.

D. Francisco de Quevedo Villegas


Estos sonetos amorosos, no responden a una situación emocional real del "yo poético" (el autor / narrador), sino a unos juegos de estilo que siempre suelen mostrar a la amada desdeñosa con el poeta.

En este poema el narrador enamorado se compara con el personaje mitológico Tántalo (castigado por robar el nectar y la ambrosia divina) que a pesar de tener a su alcance el agua no podía saciar su sed, y en los cuartetos lo considera más dichoso que él. En los tercetos explica que al menos Tántalo puede ver y tocar lo que codicia (el agua) aunque no pueda beberla, mientras que él, ausente de su dama, no tiene ni ese consuelo. En este soneto no se indica explícitamente, pero se supone en estos juegos literarios que esas ausencias se debían al poco interés que ponían las desdeñosas damas en sus caballeros.

En este link a la Fundación Francisco de Quevedo podéis acceder su poesía y a mucha más información sobre el autor y su obra. Cervantes virtual también le dedica un apartado.

Y no podía faltar un enlace a un poema, Es amarga la verdad,  cantado por Paco Ibáñez, que tanto ha hecho para dar a conocer la poesía a través de sus letras musicadas (y de propina canta también Si tu vienes a la romería de Lorca). 



Adenda de noviembre de 2021: 

Durante el tiempo trascurrido desde esta entrada, he dedicado otra a Quevedo donde analizo su famoso soneto Amor constante más allá de la muerte tanto en cuanto a su significado y figuras retóricas, como a su estructura métrica. Creo que son muy útiles estos análisis para disfrutar más de los contenidos de los poemas del siglo de oro (bastante crípticos si no se conocen las referencias mitológicas y otras típicas de la época), y para saber por qué nos suenan tan armónicamente sus versos.

Tambien he dedicado otra entrada a Quevedo y otros poetas que han tratado del mito de Apolo y Dafne en sus versos. Creo que es un buen ejercicio comparar dos sonetos de los siglos de oro de Quevedo y Garcilaso, con dos poemas recientes de Carlos Clementson y Ramón Bascuñana.

viernes, 29 de octubre de 2010

Luis Eduardo Aute, poesía y canción. (D.E.P)

¿Cantante, poeta o cantapoeta? Qué importa, que escuchemos o leamos a Luis Eduardo Aute (Manila, 1943- Madrid, 2020) si sus canciones son pura poesía y sus poemas suenan a canción.

Como canción he elegido "Las cuatro y diez", por aquello de que "tus labios parecían de papel", pero podría haber elegido cualquiera de las muchas que me han ido acompañando en distintos momentos de mi vida.




Como poema os adjunto "Éxtasis de ángeles caídos" que forma parte del poemario  "Templo de carne" de 1986, incluido en Volver al agua. Poesía completa (1970-2002), publicado por Sial ediciones.

ÉXTASIS DE ÁNGELES CAÍDOS

Acudo
a tu templo de carne
como quien va a misa
dispuesto a oficiar
la ceremonia de la Consagración.
Y me acerco
a tu altar de transubstantaciones,
divino alimento humano
donde bebo tu sangre,
cual vampiro,
donde como tu cuerpo,
cual gusano,
practicando, en un éxtasis de ángeles
caídos,
la comunión original.

Templo de carne (1986)
Luis Eduardo Aute


Adenda de 2017: Recientemente Aute, que sigue convaleciente de un infarto sufrido en 2016, ha publicado su poesía completa "Luis Eduardo Aute. Toda la poesía". Aquí podréis leer, en El Cultural de El Mundo, una reseña de un homenaje que le han dedicado este noviembre sus amigos.

Pocos artistas han sabido como él combinar pintura, poesía y canción. La canción es lo que le ha hecho más famoso, pero siempre ha sido mucho más que un cantautor.


Adenda de 4.4.20: Hoy nos llega la triste noticia del fallecimiento de Aute que seguía sin recuperarse del infarto sufrido en 2016. Mejor que las palabras es una de sus canciones que nos acompañarán siempre.


UNA DE DOS

No sabes el dilema que me crea 
Pasar de todo y no decir ni mu,
Por eso estoy aquí, maldita sea,
Plantando cara como harías tú.

Lo que sucede es que me he enamorado,
Como el perfecto estúpido que soy,
De la mujer que tienes a tu lado...
Encájame el directo que te doy.

Una de dos,
O me llevo a esa mujer
O entre los tres nos organizamos,
Si puede ser.

No creas que te estoy hablando en broma
Aunque es encantador verte reír
Porque estas cosas hay quien se las toma
A navajazos o como un faquir.

Que aquí no hay ni Desdémonas ni Otelos
Ni dramas mexicanos de Buñuel,
Recuerda que ese rollo de los celos
Llevó a Caín a aquello con Abel.

De qué me sirve andarme con rodeos,
A ti no puedo hacerte luz de gas,
Esas maneras son para los feos
De espíritu y algunas cosas más.

Que esa mujer me quiera no es tan raro
Si piensas que a ti te quiere también,
Lo más terrible es que lo ve muy claro,
Pretende no perderse ningún tren.

Una de dos,
O me llevo a esa mujer
O te la cambio por dos de quince,
Si puede ser.

Luis Eduardo Aute

Aquí lo tenéis en una de sus últimas actuaciones acompañado por "Estopa"


domingo, 24 de octubre de 2010

Góngora y Paco Ibáñez cantando: "Ciego que apuntas y atinas"

Hay que volver de tanto en tanto a los clásicos y qué mejor que a Luis de Góngora, que junto a Quevedo y Lope constituyen la cima de nuestra poesía del "Siglo de Oro". En este caso, acompaño el poema con la voz de Paco Ibáñez, que ha sido un gran divulgador de la poesía, ya que gracias a él muchos nos acercamos a estos autores clásicos que tan bien ha cantado.



CIEGO QUE APUNTAS Y ATINAS (Déjame en paz amor tirano)

Este "Romance amoroso" fue de los primeros publicados por Góngora, en su época estudiantil, cuando sólo tenía 19 años. Estos versos octosílabos, con rima asonante y aguda en los pares, son sencillos y alejados del  gongorismo de su producción más culta. No obstante, no va mal desvelar una serie de códigos mitológicos y metafóricos de la poesía del Siglo de Oro, para comprender mejor su sentido (en notas a pie de página).




Ciego que apuntas y atinas,    (1)
caduco dios, y rapaz,            (2)
vendado que me has vendido,
y niño mayor de edad: 
por el alma de tu madre         (3)   
que murió, siendo inmortal,
de envidia de mi señora
que no me persigas más.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Baste el tiempo mal gastado
que he seguido, a mi pesar
tus inquïetas banderas,        (4)
forajido capitán.
Perdóname, Amor, aquí,
pues yo te perdono allá
cuatro escudos de paciencia,
diez de ventaja en amar.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Amadores desdichados,
que seguís milicia tal,
decidme, ¿qué buena guía
podéis de un ciego sacar?
De un pájaro ¿qué firmeza?       (5)
¿Qué esperanza de un rapaz?
¿Qué galardón de un desnudo?
De un tirano, ¿qué piedad?
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Diez años desperdicié,
los mejores de mi edad,
en ser labrador de Amor
a costa de mi caudal.
Como aré y sembré, cogí;
aré un alterado mar,
sembré una estéril arena,     (6)
cogí vergüenza y afán.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Una torre fabriqué
del viento en la raridad,
mayor que la de Nembrot,     (7)
y de confusión igual.
Gloria llamaba a la pena,
a la cárcel, libertad,
miel dulce al amargo acíbar,  (8)
principio al fin, bien al mal.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Romance Amoroso (1580)
Luis de Góngora

(1) El dios del amor "Cupido" se representa en los cuadros ciego y con arco y flechas.
(2) Por lo efímero del amor
(3) Venus (Afrodita) diosa del amor y la belleza.
(4) Metáfora naútica que expresa el caracter voluble del amor.
(5) Por las alas de Cupido
(6) Por la inutilidad del esfuerzo de cultivar el amor
(7) Legendario gigante, constructor de la torre de Babel
(8) Acíbar: jugo amargo de la planta Aloe

Notas tomadas de la "Edición crítica" de la Poesía de Góngora de Ana Suárez Miramón


En el blog hay otra entrada dedicada a Góngora en concreto a su soneto "Con diferencia tal, con gracia tanta...", que incluye un comentario de texto y métrico de ese complejo poema que requiere una explicación mitológica para poder descodificar su mensaje. En A media voz tenéis una antología de sus poemas.

Ya que he tratado de temas métricos, que siempre son importantes en la poesía del siglo de oro, os dirijo a
 mi tratado "Métrica poética del idioma español", revisado y ampliado en diciembre de 2023, que los explica de una forma sencilla, pero rigurosa. Aquí os dejo una sinopsis del libro. Recordad, si sois partidarios del verso libre, que “hasta para saltarse las normas hay que conocerlas previamente, si no queremos que el salto sea al vacío”. Vuestras críticas positivas o negativas serán siempre bien recibidas.



viernes, 24 de septiembre de 2010

Lope cantado por Imanol: Ausencia.

Lope de Vega (Madrid 1562- 1635), el Fenix de los ingenios, poeta y dramaturgo que une cantidad y calidad de obra. Aquí tenéis uno de sus sonetos en la magnífica voz de Imanol. Pertenece a su CD Ausencia, que os recomiendo especialmente, en el que musica a Góngora, Quevedo, Neruda, Salinas, Celaya, Storni... Este soneto da título al disco y nos demuestra como texto poético, voz y música conviven maravillosamente.


AUSENCIA

Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma, ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;

arder como la vela y consumirse
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;

hablar entre las mudas soledades,
pedir prestada, sobre fe, paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;

creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.

Félix Lope de Vega y Carpio





En este enlace a A media voz tenéis un antología de poemas de Lope de Vega. Y en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes una completísima información de su vida, obras y estudios sobre la mismas.

Además, en la web de su Casa Museo también hay una completa información sobre Lope de Vega


Adenda de febrero de 2024

He incluido otra entrada en el blog sobre Lope de Vega, donde comento 4 sonetos suyos y doy acceso a todos sus sonetos.

martes, 14 de septiembre de 2010

Pedro Salinas: ¡Si me llamaras, sí...

Pedro Salinas (Madrid, 1891 - Boston, 1951) es uno de los mejores poetas del 27 y de todo el siglo pasado. Su poemario La voz a ti debida, es el primero de una trilogía y está inspirado en su enamoramiento por una de sus alumnas en la Universidad, Katherine Withmore, lo que por cierto no se supo hasta bastantes años después. Eso nos puede hacer reflexionar sobre si el poeta necesita vivir las situaciones en propia carne o si es capaz de escribir de "oído" o de "oficio".  Os transcribo uno de los primeros poemas:


SI ME LLAMARAS, SÍ...

¡Si me llamaras, sí
si me llamaras!

Lo dejaría todo,
todo lo tiraría:
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú, que no eres mi amor,
¡si me llamaras!
Y aún espero tu voz:
telescopios abajo,
desde la estrella,
por espejos, por túneles,
por los años bisiestos
puede venir. No sé por dónde.
Desde el prodigio, siempre.
Porque si tú me llamas
-¡si me llamaras, sí, si me llamaras!-
será desde un milagro,
incógnito sin verlo.

Nunca desde los labios que te beso,
nunca
desde la voz que dice: "No te vayas"

La voz a ti debida (1933)
Pedro Salinas

En este enlace del Instituto Cervantes se puede encontrar la biografía y bibliografía del autor. Y en este un artículo de Carlos Marzal en El Mundo sobre la poesía amorosa de Salinas. Para los que quieran profundizar en el origen de esos poemarios amorosos les recomiendo el libro Cartas a Katherine Whitmore que recoge algunas de las cartas que le envió Salinas y del que trata este artículo de Ángel S. Harguindey en El País. Y en este enlace al portal A media voz encontraréis una antología de sus poemas. 

Por último, os adjunto un vídeo que recoge una versión cantada de este poema, para mi gusto no demasiado lograda. No obstante, a pesar del excesivo ritmo y la discutible interpretación, la letra se desenvuelve bien en ese entorno permitiendo una distinta recepción de la obra poética.



sábado, 4 de septiembre de 2010

Mario Benedetti. Una mujer desnuda

La poesía se fusiona con otros formatos artísticos y una de las más fructíferas es con la canción. Aquí tenéis un poema de Mario Benedetti: Una mujer desnuda, cantado por Joan Manuel SerratMusicar y cantar textos poéticos ha sido una vía para popularizar la poesía (Serrat, Raimon, Paco Ibañez, Imanol, Loquillo, etc.). Este poema de Benedetti, muchos lo conocimos a través de Serrat en su disco "El sur también existe".



Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra,
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos,
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro.
Una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente.
Una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.
Mario Benedetti


Y a partir de ahí, uno tiene interés en conocer al autor y continuar leyendo su magnífica obra poética. Aquí tenéis el poema cantado por Serrat, para demostrar esa fructífera simbiosis entre poema y canción. 



Por si lo preferís, aquí lo tenéis en la voz de su autor, Mario Benedetti. Y aquí podéis proseguir con una amplia antología suya en A media voz.