Mostrando entradas con la etiqueta Comentario de textos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Comentario de textos. Mostrar todas las entradas

martes, 4 de julio de 2017

Quevedo. "Amor constante más allá de la muerte"

Francisco de Quevedo (Madrid, 1580 - Villanueva de los infantes, 1645) es uno de nuestros mejores poetas, si no el mejor, del siglo de oro. Ya le dediqué una entrada hace 6 años en la que comentaba su poema Dichoso puedes, Tántalo, llamarte... Hoy trato de su conocido soneto, Amor constante más allá de la muerte, y comento su contenido y continente. O sea, qué creemos que quiso decir el poeta y cómo lo dijo, porque los poemas de esa época suelen requerir de algunas explicaciones para desentrañar su texto.


AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.


Francisco de Quevedo


Significado del poema:

Este poema recrea la pervivencia del amor más allá de la muerte, como indica su nombre, tema de inspiración petrarquista y que ya trató Garcilaso en nuestra lengua. El amante se imagina en la otra vida después de la muerte y manifiesta que su amor será eterno. Hay que tener en cuenta que en esta época el "yo poético", que protagoniza la obra, es una máscara enamorada, no el sentimiento real de quien escribe.

El primer cuarteto describe el momento de la muerte: La muerte (la postrera sombra) cerrará mis ojos ese día en que comienza la eternidad (el blanco día) y esa hora feliz (hora lisonjera) liberará mi alma de la ansiedad (afán ansioso) por alcanzar el amor que desea. (Ese tópico de la dama, Lisi en este caso, cuyo amor es inalcanzable, es muy usual en la poesía amorosa de la época)

El segundo cuarteto detalla el viaje del alma hasta alcanzar la inmortalidad (en la otra ribera de la laguna Estigia y el río Leteo) y la persistencia de la memoria del amor: Pero mi alma no dejará la memoria de la amada en este mundo de los vivos (la otra parte de la ribera) en la que ardía enamorada, sino que sabe cruzar sin temor (nadar sabe mi llama la agua fría) y saltarse las leyes del más allá (perder el respeto a ley severa) que imponen el olvido de la vida anterior a quienes cruzan el Leteo para entrar en los Campos Elíseos.

Los tres versos del primer terceto explican la relación entre el cuerpo y el alma y el lugar que ocupó la pasión. Y los tres del segundo terceto, en paralelismo con cada uno de los primeros, exponen su idea esencial del amor y su victoria final sobre la muerte: Mi alma, encarcelada por el dios del amor (Eros), dejará mi cuerpo pero no el cuidado de mi amor. / Mis venas que han dado vida (la sangre como "humor") a mi pasión amorosa desaparecerán, pero han cumplido (tendrá sentido) su cometido de alimentar el fuego del amor en el corazón. / Mis médulas (huesos) que han ardido en ese fuego del amor serán polvo, pero ese último resquicio del cuerpo será "polvo enamorado".


Figuras retóricas:

El primer cuarteto esta cuajado de hipérbatos, ya que se altera el orden normal de la frase (sujeto + verbo + complementos) que sería: La postrera sombra podrá cerrar mis ojos el blanco día que me llevare, y esa hora lisonjera podrá desatar esta alma mía de su afán ansioso. Tanto "postrera sombra", como "blanco día" u "hora lisonjera" son metáforas de la muerte que se presenta aquí como un descanso liberador de la vida. "Desatar esta alma mía" describe la separación del alma y el cuerpo. Se destaca el quiasmo (ordenar de forma cruzada dos grupos de palabras) de "cerrar podrá mis ojos" con "podrá desatar esa alma", metáforas de la separación de cuerpo y alma; y la antítesis (contraposición de dos palabra o frases) "hora a su afán ansioso lisonjera" en que la hora de la muerte en vez de ser pesarosa es feliz.

Ese primer cuarteto expresa una posibilidad que es rebatida por una argumentación el segundo cuarteto que manifiesta la persistencia del amor. En este segundo cuarteto se presenta el amor con metáforas relacionadas con el fuego "en dónde ardía", "mi llama" que se sobreponen a la muerte y sus reglas "nadar el agua fría" y "ley severa", en esa mitológica representación del Hades (el más allá griego) que imponía beber el agua del olvido en el río Leteo, lo que no hace el amante.

En los tercetos se muestra la victoria del amor sobre la muerte efectuando un paralelismo entre sus versos, con tres oraciones copulativas coordinadas con tres oraciones adversativas (verso 9º con el 12º, 10º con el 13º y 11º con el 14º) y, además, los versos 9º y 10º se presentan en forma de hipérbaton para realzar la expresión. El dios Eros (o Cupido) ha aprisionado metafóricamente al alma que ahora se libera. El fuego representa al amor que convierte a las venas en ceniza (además, existe una antítesis entre el fuego y el líquido, la sangre, que corre por las venas) y a los huesos en polvo, pero siguen teniendo sentido porque mantienen el amor. Amor que es una victoria ante la muerte.

Hay que destacar que J.M. Blecua enmendó un error de copia histórico que indicaba en el 11º verso "dejaran" en vez del "dejará" y que es lo que da lugar al paralelismo de esos versos. Paralelismo que antes quedaba desdibujado ya que se leía como si el segundo terceto afectase globalmente a todo el primer terceto.


Si queréis profundizar en el comentario de este texto os recomiendo el artículo publicado por Pablo Jauralde en Cervantes Virtual "Cerrar podrá mis ojos la postrera..."


Estructura métrica:

Respecto al continente, el poema es un soneto de endecasílabos que riman en ABBA ABBA CDC DCD. Señalo a continuación 
 las sílabas tónicas, aparte de la principal obligada en la 10ª, el tipo de verso y las sinalefas existentes.

Cerrar podrá mis ojos la postrera
(2,4,6 heroico) (único encabalgamiento del poema con el verso siguiente "postrera sombra")
sombra que me llevare el blanco día,

(1,6,8 enfático, apoyo secundario en 4ª) (sinalefa obligada "llevare el")
y podrá desatar esta alma mía

(3,6,8 melódico) (sinalefa "est'alma en que la tonicidad de "alma" elimina la anterior "a")
hora a su afán ansioso lisonjera;

(1,4,6 sáfico enfático, apoyo secundario en 8ª) (sinalefa obligada "hora a")

mas no, de esotra parte, en la ribera,

(2,4,6 heroico, apoyo secundario en 8ª) (sinalefa obligada "de esotra", sinalefa que obliga a suprimir la pausa fónica de la coma "parte, en")
dejará la memoria, en donde ardía:

(3,6 melódico, apoyo secundario en 8ª) (sinalefa que obliga a suprimir la pausa fónica de la coma "memoria, en", sinalefa obligada "donde ardía")
nadar sabe mi llama la agua fría,

(2,(3),6,8 heroico con ténue antirritmo melódico en 3ª) (sinalefa "l'agua" en que la tonicidad de "agua" elimina la anterior "a")
y perder el respeto a ley severa.

(3,6,8 melódico) (sinalefa obligada "respeto a")

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
(1,4,6,8 enfático heroico) (sinalefa "alma a" un poco compleja para que se escuchen las dos aes y no se pierda la semántica de la frase) 
venas que humor a tanto fuego han dado,

(1,4,6,8 enfático heroico) sinalefas obligadas por atonicidad "que humor" y "fuego han" 
médulas que han gloriosamente ardido,

(1,(4),6,8 enfático heroico) (con leve tonicidad en 4ª en la sinalefa "que han" casi obligada) Hay tratadistas que defienden la acentuación grave de "medulas" indicando que era la habitual en la época, pero yo estoy de acuerdo con Jauralde, que defiende la fuerza de los tres versos enfáticos e indica que la tonicidad en la época también podría ser esdrújula "médulas".

su cuerpo dejará, no su cuidado;
(2,6.7 heroico tenso por el antirrítmico en 7ª, apoyo secundario en 4ª)
serán ceniza, mas tendrá sentido;

(2,4,8 sáfico, apoyo secundario en 6ª)
polvo serán, mas polvo enamorado.

(1,4,6 enfático heroico con apoyo secundario en 8ª) (sinalefa obligada "polvo enamorado")


La armonía del verso la marca su longitud y la tonicidad de sus sílabas. Aquí todos los endecas excepto uno (el 13º) son "a maiori" o sea apoyados en una tonicidad fuerte en 6ª y todos conviven muy bien. Además, unos cuantos enfáticos, sobre todo los del primer terceto, dan mayor fuerza a la expresión de esos versos.

Si estáis interesados en saber más de esa armonía versal, que distingue al poema de la prosa y que se explican a través de los principios métricos, podéis consultar mi tratado "Métrica poética del idioma español". En esta entrada del blog os dejo una sinopsis del libro.





Y ya que hemos hablado tanto de este soneto vamos a escucharlo recitado magníficamente en este vídeo por José Luis Gómez.




Respecto a más información sobre Francisco de Quevedo y su obra, en este link a la Fundación Francisco de Quevedo podéis acceder su poesía y a mucha más información, y Cervantes virtual también le dedica un apartado.

Como libros sobre la poesía de Quevedo puedo recomendar "Poesía varia" en edición crítica de James O. Crosby por Cátedra y "Poesía selecta" en edición crítica de Lía Schwartz e Ignacio Arellano de Ediciones 10, además del clásico "Poemas escogidos" de José Manuel Blecua en Castalia.

sábado, 17 de octubre de 2015

Luis Rosales

(Entrada renovada en 2018). Luis Rosales (Granada, 1910 - Madrid, 1992) uno de los poetas más relevantes de la generación del 36. Acabo de publicar un artículo en "Las 9 musas", donde amplio lo citado aquí respecto a su libro más importante "La casa encendida" y su primera estrofa. Dice Noemí Montetes sobre su poética: Emprende un ejercicio de formación y experimentación estética que habrá de perfilarle durante toda su vida como el eterno aprendiz de poeta, abierto a cualquier nueva influencia que hubiese de enriquecer, renovar o completar su obra. 



LA CASA ENCENDIDA (Parte I)
CIEGO POR VOLUNTAD Y POR DESTINO 
(primera estrofa)

Porque todo es igual y tú lo sabes,
has llegado a tu casa y has cerrado la puerta
con aquel mismo gesto con que se tira un día,
con que se quita la hoja atrasada al calendario
cuando todo es igual y tú lo sabes.
Has llegado a tu casa,
y, al entrar,
has sentido la extrañeza de tus pasos
que estaban ya sonando en el pasillo antes de que llegaras,
y encendiste la luz, para volver a comprobar
que todas las cosas están exactamente colocadas, 
                                       como estarán dentro de un año,
y después,
te has bañado, respetuosa y tristemente, lo mismo que un suicida,
y has mirado tus libros como miran los árboles sus hojas,
y te has sentido solo,
humanamente solo,
definitivamente solo porque todo es igual y tú lo sabes.

(.../...)

La casa encendida. Luis Rosales.


Creo que vale la pena comentar el continente y el contenido de esta primera estrofa de "La casa encendida". Respecto al contenido os recomiendo la edición crítica de Noemí Montetes o las notas que le dedica Rosa Navarro en su libro Cómo leer un poema. Yo sólo colocaré un pequeño resumen y me centraré más en el continente, o sea en el formato demostrando que no es verso libre, como algunos opinan.

El título de esa primera parte del libro proviene del octavo verso de un soneto de Villamediana "Tan peligroso y nuevo es el camino". Rosales escribió este poemario en un seísmo creativo de tan sólo una semana en 1949, y lo publicó al cabo de dos meses, pero luego lo fue reescribiendo, lo volvió a editar en 1967, y siguió modificándolo toda su vida.

El tema central del libro es la irreversibilidad del tiempo y la existencia escindida en trozos sin relación vital, y transcurre por las casas de la infancia, juventud y madurez. En los años 40 Rosales, que era soltero, vivía en Madrid en casa de su hermana, luego se trasladó porque no le cabía su biblioteca a esta casa, en Altamirano 34, pero prácticamente seguía viviendo en la de su hermana y “su casa” en el fondo seguía siendo la paterna de Granada. Al final del libro, Rosales hace suya la casa, en la que residiría tras casarse en 1951, en aquellos versos: y al mirar hacia arriba, / vi iluminadas, obradoras, radiantes, estelares,/ las ventanas,/ -sí, todas las ventanas-./ Gracias, Señor, la casa está encendida.

El lenguaje lírico se acerca a la cotidianidad de los gestos que se hacen al entrar en la casa. El “todo es igual” se prolonga al futuro “…como estarán dentro de un año”, el yo poético se distancia a un “tú” (que no abandonará hasta la tercera estrofa) que comprueba la permanencia estática de los objetos y la sensación de soledad. La repetición de nexos “y” (polisíndeton) intensifica la tristeza. Los adverbios de modo se apoderan del texto, modificando el adjetivo “solo”, la palabra clave. No hay rebeldía, sólo infinita y triste soledad.

Respecto al continente, tema poco tratado en los análisis, parece un poema libre pero no lo es. El poeta construye una selva de métricas impares blancas (sin rima) que os detallo:1º: Endecasílabo sáfico; 2º y 3º: Alejandrinos; 4º: Tetradecasílabo 5+9; 5º: Endeca melódico; 6º: Heptasílabo; 7º: Tetrasílabo (peónico) que según se recite, podría formar un endeca melódico con el anterior; 8º: Dodecasílabo, este es un verso par, que parece de armonía distinta pero puede considerarse de ritmo ternario peónico (4+4+4), lo que a mi entender hace que se mantenga la armonía de los versos, ya que las cláusulas de 4 silabas o menos no suelen romper la armonía versal; 9º: Endeca heroico + Hepta; 10º Hepta + Enea; 11º: Tres eneas; 12º+13º: Hepta + Enea + Hepta; 14º: Hepta + Endeca melódico; 15º y 16º: Heptas; y 17º Enea + Endeca melódico. En mi artículo en "Las nueve musas" tenéis este desglose explicado con más detalle.

Lo importante de esta forma poética es la armonía de los versos al ser recitados, la poesía nació oral y en la oralidad se manifiesta plenamente, la métrica es sólo la explicación de por qué hay armonía. 
Por otra parte, el poeta evita las asonancias entre los versos de forma que no se produzcan esos sonsonetes que marcan muchos supuestos versos blancos.

Como os he dicho, creo que se disfruta plenamente de un poema recitándolo. Esa es la prueba que no resisten muchos supuestos versos libres que no son más que prosa, buena o mala, cortada en renglones. 

Para los interesados en profundizar en la métrica he publicado un tratado, "Métrica poética del idioma español", donde se profundiza en todos los aspectos que conforman el ritmo poético de los poemas, que los distingue de la prosa.



Volviendo al poeta, otro de sus poemas.

AYER VENDRÁ

La tarde va a morir; en los caminos
se ciega triste o se detiene un aire
bajo y sin luz; entre las ramas altas,
mortal, casi vibrante,
queda el último sol; la tierra huele,
empieza a oler; las aves
van rompiendo un espejo con su vuelo;
la sombra es el silencio de la tarde.
Te he sentido llorar: no sé a quién lloras.
Hay un humo distante,
un tren, que acaso vuelve, mientras dices:
Soy tu propio dolor, déjame amarte


Luis Rosales.

En Poetas Andaluces encontraréis una antología de sus poemas y otra más breve en Libro de notas. Ésta es una lectura de Clara Mª España sobre La casa encendida. En este vídeo tenéis una semblanza del poeta y podréis escuchar hablando y recitando.






sábado, 26 de julio de 2014

Juan de Tassis, Conde de Villamediana

Juan de Tassis, Conde de Villamediana (Lisboa 1582, Madrid 1622) fue persona de azarosa vida. Lo he recordado al releer la excelente antología de Luis Alberto de Cuenca Las cien mejores poesías de la lengua castellana en que dice de él que fue un poeta maldito avant la lettre. Hoy este soneto se consideraría políticamente incorrecto, pero refleja bien las descripciones poéticas de la mujer en los siglos de oro.


DEFINICIÓN DE LA MUJER

Es la mujer un mar todo fortuna,
una mudable vela a todo viento;
es cometa de fácil movimiento,
sol en el rostro y en el alma luna.

Fe de enemigo sin lealtad ninguna,
breve descanso e inmortal tormento,
ligera más que el mismo pensamiento,
y de sufrir pesada e importuna.

Es más que un áspid arrogante y fiera;
a su gusto, de cera derretida,
y al ajeno, más dura que la palma;

es cobre dentro y oro de por fuera,
y es un dulce veneno de la vida
que nos mata sangrándonos el alma.

Juan de Tassis. Conde de Villamediana



Para su azarosa biografía y su bibliografía os dirijo a Wikipedia . Aquí tenéis una amplia antología de su poesía y en este otro enlace diez de sus sonetos.

Como otro ejemplo de la poesía de esa época, os coloco un soneto atribuido a Villamediana (de lo que hay muchas dudas) que trata de la proyectada boda boda de Carlos Estuardo, Príncipe de Gales, y la Infanta María, hermana de Felipe IV, en edición efectuada por  Rafael Iglesias. (1)


A LA VENIDA DEL PRINCIPE DE GALES A CASARSE CON LA INFANTA DOÑA MARÍA. Del dicho Conde. (2)

En hombros de la pérfida herejía (3)
ved, Lisardo, que Alcides, (4) o que Atlante, (5)
el de Gales pretende (y su Almirante) (6)
llegar al cielo hermoso de María. (7)

El príncipe bretón, (8) sin luz ni guía, (9)
alega, aunque hereje, que es amante, (10)
y que le hizo caballero andante (11)
la hermosa pretensión de su porfía. (12)

Juntos se han visto el lobo y la cordera, (13)
y la paloma con el cuervo anida,
siendo palacio del diluvio el arca. (14)

Confusión de Babel en esta era (15)
donde la fe de España está oprimida
de una razón de Estado (16) que la (17) abarca.

Atribuido al Conde de Villamediana

Aquí podéis consultar las Notas marginales incluidas en la Biblioteca Cervantes virtual, donde también donde se recoge más información y varios audios sobre la obra de Villamediana .

sábado, 22 de marzo de 2014

Ruben Darío. Responso a Verlaine

Rubén Darío, poeta nicaragüense (Metapa 1867, León 1916) máximo representante del modernismo y renovador de la poesía  castellana. Cuesta acercarse a su obra en una breve entrada y escojo su Responso a Verlaine, que escribió al poco de su muerte, como ejemplo de su lenguaje poético desbordante con pinceladas musicales, ideográficas y plásticas. La dificultad del texto requiere alguna explicación.



RESPONSO A VERLAINE

Padre y  maestro mágico, liróforo celeste
que al instrumento olímpico y a la siringa agreste
diste tu acento encantador;
¡Panida! Pan tú mismo, que coros condujiste
hacia el propíleo sacro que amaba tu alma triste,
¡al son del sistro y del tambor!

Que tu sepulcro cubra de flores Primavera,
que se humedezca el áspero hocico de la fiera,
de amor, si pasa por allí;
que el fúnebre recinto visite Pan bicorne;
que de sangrientas rosas el fresco abril te adorne
y de claveles de rubí.

Que si posarse quiere sobre la tumba el cuervo,
ahuyenten la negrura del pájaro protervo
el dulce canto de cristal
que Filomela vierta sobre tus tristes huesos,
o la harmonía dulce de risas y de besos
de culto oculto y florestal.

Que púberes canéforas te ofrenden el acanto,
que sobre tu sepulcro no se derrame el llanto,
sino rocío, vino, miel;
que el pámpano allí brote, las flores de Citeres,
y se escuchen vagos suspiros de mujeres
¡bajo un simbólico laurel!

Que si un pastor su pífano bajo el frescor del haya,
en amorosos días, como en Virgilio, ensaya,
tu nombre ponga en la canción;
y  que la virgen náyade, cuando ese nombre escuche,
con ansias y temores entre las linfas luche,
llena de miedo y de pasión.

De noche, en la montaña, en la negra montaña
de las Visiones, pase gigante sombra extraña,
sombra de un sátiro espectral;
que ella al centauro adusto con su grandeza asuste;
de una extra-humana flauta la melodía ajuste
a la harmonía sideral.

Y huya el tropel equino por la montaña vasta;
tu rostro de ultratumba bañe la luna casta
de compasiva y blanca luz;
y el Sátiro contemple, sobre un lejano monte,
una cruz que se eleve cubriendo el horizonte,
¡y un resplandor sobre la cruz!

Ruben Darío. Prosas profanas, 1896  


La musicalidad del texto es desbordante, y la complejidad del lenguaje impactó a los lectores acostumbrados al uso de palabras desgastadas por la utilización cotidiana. Al respecto, se cita chistosamente a quien al llegar a Que púberes canéforas te ofrende el acanto... Exclamó: De todo esto sólo he comprendido una palabra "que". 

Si queréis un análisis profundo del texto os recomiendo el artículo de Alan S. Trueblood "El responso a Verlaine y la elegía pastoral tradicional"  Aunque hay muchos otros artículos críticos sobre este poema y su significado; entre otros citan que además de una ser elegía tiene un alto componente de autorretrato, o tratan de las dos visiones: la epicúrea-apolínea y la simbolista-decadente.

Algunas claves. Pan (bicorne): dios sensual, sátiro, fauno que representa a Verlaine. El cuervo, pájaro protervo: la muerte. Instrumento olímpico, Siringa, Pífano, Flauta: el lenguaje, la pluma del poeta. El pastor y la canción: el poeta y el poema. Canéfora: doncella que lleva ofrendas para los sacrificios.  Filomena: ruiseñor, ya que los dioses la convirtieron en ese pájaro.  La negra montaña: El Parnaso. Citeres: Isla griega entre el Peloponeso y Creta donde apareció Afrodita.  Sobre el significado de la cruz final hay distintas opiniones acerca de la redención del poeta al cristianismo y la inmortalidad o otras leyendas sobre los sátiros atraídos por la nueva fe.

Si queréis repasar la obra de Rubén os recomiendo la Antología poética efectuada por Guillermo de la Torre y publicada por editorial Losada, ordenada no por poemarios sino por temáticas de los poemas, que creo da una visión sistemática y muy coherente de su poética.

Para una visión más completa, en la biblioteca virtual Miguel de Cervantes encontraréis acceso a su obra, ensayos, grabaciones sonoras e imágenes. También en el portal Grandes poetas famosos podéis leer una amplia antología de sus poemas.


Si queréis profundizar en temas de Métrica, siempre presentes en la poesía de Rubén Darío,, podéis consultar mi tratado "Métrica poética del idioma español" que los explica de una forma sencilla, pero rigurosa. Aquí os dejo una sinopsis del libro. Recordad, si sois partidarios del verso libre, que “hasta para saltarse las normas hay que conocerlas previamente, si no queremos que el salto sea al vacío”. Vuestras críticas positivas o negativas serán siempre bien recibidas.





sábado, 12 de octubre de 2013

Fray Luis de León. Oda a Francisco de Salinas

Fray Luis de León (Belmonte, 1527 - Madrigal de las Altas Torres, 1591) es uno de los grandes escritores del renacimiento al que aquí trataré en su vertiente poética. Comienzo con las quintillas que escribió al salir de la cárcel, donde estuvo cinco años por traducir libros sagrados sin licencia eclesiástica.


Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
¡Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y, con pobre mesa y casa,
en el campo deleitoso,
con sólo Dios se compasa
y a solas su vida pasa,
ni envidiado, ni envidioso!


Y cuando volvió a su cátedra de Salamanca pronunció el famoso Como decíamos ayer... Hablando de cátedras y Salamanca, las magníficas liras que dedicó a su compañero catedrático, el músico Francisco de Salinas.

ODA A FRANCISCO DE SALINAS

El aire se serena  
y viste de hermosura y luz no usada,  
Salinas, cuando suena  
la música extremada  
por vuestra sabia mano gobernada

A cuyo son divino  
el alma, que en olvido está sumida,  
torna a cobrar el tino  
y memoria perdida  
de su origen primera esclarecida. 

Y como se conoce,  
en suerte y pensamiento se mejora;  
el oro desconoce  
que el vulgo vil adora,  
la belleza caduca engañadora. 

Traspasa el aire todo  
hasta llegar a la más alta esfera  
y oye allí otro modo  
de no perecedera  
música, que es la fuente y la primera. 

Ve cómo el gran Maestro,  
a aquesta inmensa cítara aplicado,  
con movimiento diestro  
produce el son sagrado,  
con que este eterno templo es sustentado. 

Y como está compuesta  
de números concordes, luego envía  
consonante respuesta;  
y entre ambos a porfía  
se mezcla una dulcísima armonía. 

Aquí el alma navega  
por un mar de dulzura, y finalmente,  
en él así se anega,  
que ningún accidente  
extraño y peregrino oye o siente. 

¡Oh desmayo dichoso!  
¡Oh muerte que das vida! ¡Oh dulce olvido!  
¡Durase en tu reposo,  
sin ser restituido  
jamás a aqueste bajo y vil sentido! 

A este bien os llamo,  
gloria del apolíneo sacro coro,  
amigos, a quien amo  
sobre todo tesoro,  
que todo lo visible es triste lloro. 

¡Oh, suene de continuo,  
Salinas, vuestro son en mis oídos,  
por quien al bien divino  
despiertan los sentidos,  
quedando a lo demás adormecidos! 

Fray Luis de León

Un breve apunte sobre cada  estrofa. : Salinas tocando el órgano nos acerca a Dios. : Origen divino del alma. : El alma desprecia los bienes mundanos. : Vía iluminativa. Música de las esferas celestes. :Trascendencia. El alma en presencia de Dios, origen del movimiento del universo y la música celestial. : Unión del alma y Dios. Números como origen y fundamento.: Plenitud del amor por la unión intelectual del alma a Dios. : Busca de la plenitud del clímax unitivo. :Ánimo a los amigos a compartir ese bien espiritual. 10ª: Llegar a Dios a través de la música de salinas. En esta página encontraréis un comentario del poema que desarrolla estos apuntes.

Si os interesa más información sobre la vida y obra de Fray Luis os dirijo a Cervantes Virtual. 

sábado, 6 de julio de 2013

Antonio Carvajal. Serenata y navaja.

Antonio Carvajal (Albolote, Granada, 1943), además de un reconocido poeta es catedrático y profesor de métrica, y sabe combinar perfectamente la teoría y la práctica. En Serenata y navaja Carvajal utiliza una estructura estrófica clásica, la Lira, tan bien utilizada por Garcilaso, Fray Luis de León, y San Juan de la Cruz, renovando e innovando la tradición. Los versos son una delicia de ritmos y parece que las palabras vuelen entre quiebros; os dejo con el poema. Para profundizar, os coloco al final más información y unos comentarios técnicos.


SERENATA Y NAVAJA (Mozart y Salieri)

La aurora tarda inclina
su cuello leve, brevemente humano;
nebulosa sanguina
que una fígara mano
–trocando la navaja por el vano
arco de la viola  (*)
gemidora– dibuja: De iris rica
pero privada, sola
en su silencio, abdica
nácares últimos. Grité. Salpica
mi celo los violines
y chirrían, chirrían. No esta pálida  (1)
confusión de jazmines
sobre el odio, la impávida  (1)
desolación de quien mató, la sápida  (1) (*)
condena: Amor, envidia.
La minuta incluía un minué
de blonda de oro, lidia
galante y un bouquet
de muguete. La lluvia puede que  (2)
ser lleve tu lamento,
pero yo acecho, yo acechaba, yo
vertí en tu copa, siento
la muerte y no tembló  (*)
mi mano, y ahora duda, lento el no  (*)
sonreír, el veneno.
¡Pobre enemigo! Triste. Y aproxima
su labio un ángel bueno
al borde firme, opima
fuente de mis desgracias. ¡Que redima
tu muerte tanta bruma!
Te odié. ¡Cuánto te odié! ¡Cómo te amaba!
Subía, como pluma
de irisación y lava,
tu gracia esbelta hasta mi sien, rozaba
un momento mi olvido
y allí, donde la luz siempre amanece,
donde tuvo su nido  (*)
mi ser, lento le mece,
le da calor, le da vigor, le acrece
ya sabio cuanto hermoso,
en una primavera si fragante
del blanco más gozoso
de los blancos: delante  (*)
de mí, la aurora en flor, el susurrante
transcurso de la estrella
más bella.
   Todo noche.  (3)
         ¡Serenata
inmortal!
    Y destella
la sangre. La desata,
negro de mi rencor, filo de plata

Antonio Carvajal. Serenata y navaja (1973) 

En el portal A media voz tenéis una buena antología de sus poemas. Aquí hay uno cantado por Javier Ruibal , y en este vídeo Carvajal hace unas reflexiones poéticas.

La lira usual es una estrofa con tres heptasílabos (1º, 3º y 4º) y dos endecasílabos (2º y 5º) y con dos rimas (1º y 3º, y 2º, 4º y 5º) o sea aBabB, pero en este caso se rompen las divisiones estróficas al no haber divisiones gráficas, reforzándose esas uniones por encabalgamientos sintácticos. Hay, también, bastantes encabalgamientos abruptos que desdibujan las pausas versales, como los indicados por (*)

De forma velada, el poema asume la sospecha de que Salieri envenenó a Mozart. Dice el crítico Antonio Chicharro que: opera con dos elementos que simbolizan la creación y la destrucción, la vida y su belleza y su negación, la naturaleza y el genio en libertad y su amenaza..., y lo relaciona con historias de envidia que sufrió el poeta tras la publicación de su primer poemario Tigres en el jardín.

Y unas notas técnicas que he extraído del artículo que publicó J.E. Martínez Fernández en el primer número de la revista Rhythmica del año 2003:
(1)Es curiosa la rima simulada pálida - impávida - sápida que disimula el esdrújulo. (2) Esa terminación en partícula átona "que" con encabalgamiento posterior diluye en efecto de la rima y rompe la separación estrófica. (3) En esta última estrofa, tras una rima interna estrella-bella se produce una ruptura gráfica de los versos, un escalonamiento, que subraya elementos sintácticos y crea pausas internas dando otro aire al final del poema.

Adenda de 2023

Para quienes estén interesados en profundizar en los conceptos métricos, que explican el ritmo que distingue al poema de la prosa, he publicado el tratado "Métrica poética del idioma español"




sábado, 13 de octubre de 2012

Federico García Lorca: El poeta pide a su amor que le escriba (Sonetos del amor oscuro)

Federico García Lorca (Granada 1898-1936) no precisa ninguna presentación y su poesía es sobradamente conocida. Os recuerdo este poema de su última época, perteneciente a los Sonetos del amor oscuro  (título provisional que dio a conocer Aleixandre) que no se editaron hasta bastante después de la muerte del poeta. Tras el periodo versolibrista y surrealista, cuyo mejor exponente es Poeta en Nueva York, parece que Lorca volvía a tener interés por los metros clásicos.



EL POETA PIDE A SU AMOR QUE LE ESCRIBA 

Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.

Federico García Lorca
Sonetos del amor oscuro (1935-36)



Este es un soneto de los llamados "De circunstancias" ya que parte de un hecho preciso: el poeta espera una carta que no llega, que es lo que relata el primer cuarteto.

Para entender el 2º cuarteto hay que descubrir algunas de las claves lorquianas: La sombra es la muerte y la piedra al no tener vida no la conoce; por otra parte, la luna también está asociada con la muerte. Aquí se entrecruzan la muerte y el amor, pero un corazón interior no siente y por eso no se puede enamorar.

El primer terceto supone un giro: Pero yo (sí) te sufrí, en una vivencia apasionada relatada en pasado que enfrenta animales opuestos (tigre y paloma) y sentimientos de dulzura y violencia (en duelo de mordiscos y azucenas)

El terceto final tiene un guiño de admiración a San Juan de la Cruz "la noche oscura del alma", en esa mezcla de relación mística y amorosa, y el poeta pide a su amor que se defina.

Respecto a los Sonetos del amor oscuro, en esta entrada de Wikipedia se describe su gestación, tardía publicación y las influencias de Lorca en esa última etapa de su vida.Si os interesa la biografía y bibliografía del poeta, están bien expuestas en ese apartado de su Fundación. Y para una antología de su obra poética os dirijo al portal A media voz.

Y aquí tenéis una magnífica interpretación de este poema por Miguel Poveda





Adenda de febrero de 2018: Poesía Recitada acaba de publicar los 11 sonetos del amor oscuro recitados por Marcial Romero y con un texto introductorio de Jose Manuel Iranzo. Aquí los tenéis para que los disfrutéis, porque un poema es texto, pero lo es más acompañado por la voz.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Luis de Góngora. "Con diferencia tal, con gracia tanta..." Comentario de texto y métrico

La poesía amorosa del siglo de oro precisa una explicación mitológica para disfrutarla más. Si no, nos perdemos mucho de su argumento, que suele llevar a un "epifonema" o conclusión sobre la crueldad de las damas con sus rendidos enamorados. Para explicar este soneto de Góngora cuento con la ayuda de los apuntes que tomé en una clase de mi mejor catedrática de Filología, Rosa Navarro, y apuntes de su libro "Mitos del mundo clásico".


Con diferencia tal, con gracia tanta
aquel ruiseñor llora, que sospecho
que tiene otros cien mil dentro del pecho
que alternan su dolor por su garganta;

Y aun creo que el espíritu levanta
—como en información de su derecho—
a escribir del cuñado el atroz hecho
en las hojas de aquella verde planta.

Ponga, pues, fin a las querellas que usa
pues ni quejarse ni mudar estanza
por pico ni por pluma se le veda;

y llore sólo aquel que su Medusa
en piedra convirtió, porque no pueda
ni publicar su mal ni hacer mudanza.

Luis de Góngora y Argote


El rey Pandión de Atenas ofreció en matrimonio al rey Tereo de Tracia a una de sus hijas, Progne o Filomela, en agradecimiento por su ayuda en una batalla. Él escogió a Progne y tuvo un hijo con ella, pero Himeneo (dios del matrimonio) no asistió al casamiento lo que era signo de desgracia. Al cabo de 5 años, Procne añorada de su hermana, consiguió que Tereo fuese a buscarla. Pero de regreso  la hermosura de Filomela hizo que la desease y la violó en un apartado caserío. Luego, para evitar que lo denunciase, le cortó la lengua, la dejó encerrada allí, y le dijo a Procne que había muerto en el viaje. Filomela, aunque no podía hablar, dibujó unos signos en un tejido de hojas para explicar su desgracia y consiguió que una esclava, lo llevase a su hermana. Ésta fue a rescatarla y la llevó en secreto a su palacio.

Era tal el odio de Progne por la felonía de Tereo, que al ver el parecido que tenía su hijo con él, lo mató, lo troceó y lo cocinó para su marido. Sin sospecharlo, éste comió hasta saciarse. Cuando Tereo pidió ver a su hijo, le dijo como culminación de su venganza: “Tienes dentro al que llamas, te lo has comido”. Tereo enfureció y persiguió a las hermanas para matarlas, entonces los dioses convirtieron a los tres en pájaros: Tereo en una abubilla, Progne en una golondrina y Filomela en un ruiseñor. La otra referencia mitológica del soneto es a la “Medusa”, una Gorgona que tenía serpientes por cabellos y que petrificaba a quien la mirase.

Procne y Filomela.
E. J. Gardner

El banquete de Tereo de Rubens



El primer cuarteto se refiere a la pena que atenaza al ruiseñor (Filomela). En el segundo cuarteto, Filomela consigue describir su desgracia sobre unas hojas. En el primer terceto, el narrador le indica a Filomela que debe poner fin a las quejas que canta (que usa), ya que al menos el ruiseñor puede quejarse cantando (por pico) y moverse (mudar estanza) volando (por pluma). Y en el terceto final concluye diciendo que, en cambio, a un enamorado sólo le queda la posibilidad de llorar cuando su dama (su medusa) lo desprecia y petrifica (en la mitología las piedras podían llorar sometidas a grandes sentimientos, como cuando Orfeo tocaba su lira), no pudiendo ni lamentarse ni moverse. Por tanto el enamorado aún está en peor situación que el ruiseñor Filomela.

Es una clásica estructura de soneto creciente. Los cuartetos describen la situación, en el primer terceto se recomienda algo de una forma imperativa (ponga, pues), y el mensaje principal o “epifonema” llega en el terceto final, cuando aparece el “yo poético” (aunque en este caso esté disfrazado en un “aquel”). Este mensaje de la crueldad de las damas con sus enamorados es uno de los más típicos de la poesía amorosa del siglo de oro.

Para complementar estas notas, aquí tenéis un magnífico y completísimo comentario métrico de Francisco Acuyo . Me permito, modestamente, indicar al maestro Acuyo una pequeña errata, ya que en el verso noveno no hay una dialefa final (que-u-sa) sino una sinalefa (queu-sa) forzada sobre el acento principal. Góngora se lo podía permitir.

Y, por último, aquí tenéis otra entrada del blog dedicada a Góngora y su poema "Ciego que apuntas y atinas" que tan bien cantó Paco Ibáñez


Adenda de noviembre de 2023:

Un lector de mi blog que responde al alias de "El guante de Rita" me hace unos comentarios en otra entrada a dos versos de un poema de Góngora que parecen heptasílabos dentro de un contexto de octosílabos. Traslado aquí el tema.

Se trata del romance "Diez años vivió Belarra" y los versos dentro de sus respectivas estrofas son:

Y hallándola muy triste
sobre un estrado de luto,
con los ojos que ya eran
orinales de Neptuno, (...)

Volved luego a Montesinos
ese corazón que os trujo,
y enviadle a preguntar
si por gavilán os tuvo (...)

Con nuestros criterios actuales normativos, se trata de dos versos heptasílabos dentro de un contexto versal de octosílabos, lo que rompería la armonía, ya que la conjunción inicial y la siguiente vocal se pronuncian siempre unidas por la sinalefa.

El primero lo separaríamos silábicamente: 
Y ha-llán-do-la- muy- tris-te, o sea 7 sílabas con la sinalefa inicial "y ha". La explicación que encuentro es que el verbo "hallar" proviene de "fallar" y en esas épocas de los siglos de oro aún se podían aspirar esas "h" lo que imposilitaba la sinalefa (algo que he visto en Garcilaso, pero no tenía constancia en Góngora)

El segundo verso, lo separaríamos normalmente: "y en-viad-le a- pre-gun-tar_" o sea 7 silabas con la compensación por la aguda final. Dado que Góngora es un poeta que mantiene bien las armonías, creo que aquí hace diéresis en "envïadle" cosa que tambien vemos en otros poetas de la época y en algunos actuales de hablas propensas a esta rotura de diptongos. Así el verso quedaría: "y en-vi-ad-le a- pre-gun-tar_". Os dejo otro verso endecasílabo que he encontrado con diéresis en Góngora: No sólo en plata o vïola troncada (vi-o-la)

Hay otros dos versos del poema que también empiezan por la conjunción "y" seguida de vocal y en los que no se presentan problemas de agrupaciones silábicas, lo que refuerza la explicación anterior.

y a-ho-ga-rá- vues-tros- gus-tos

y os- le-van-táis- más- a-yu-nos

En estos temas métricos no es bueno pontificar, sino intentar razonar, por eso dejo el tema a otras interpretaciones que me podéis hacer en comentarios a esta entrada.


Si estáis interesados en temas de métrica poética, en la armonía y musicalidad de los versos, podéis consultar mi tratado "Métrica poética del idioma español", revisado y ampliado en diciembre de 2023, que lo explica de una forma accesible. Hay que tener en cuenta que un poema es contenido y continente, y conocer las normas de los continentes armónicos (la métrica) ayuda a poetas y lectores a descubrir por porqués de los ritmos armónicos.