domingo, 18 de septiembre de 2022

Redescubriendo Kímolos

Estuve en la isla griega de Kímolos unas horas en 2005 y me gustó, pero no volví por la dificultad de encontrar buenas comunicaciones en ferry. Este año, al planear un viaje en velero en junio por el oeste de las cícladas, la puse en la bitácora y tanto me gustó que he repetido una semana en septiembre.

Milos desde la taberna de Kalamitsi en Kímolos

REDESCUBRIENDO KÍMOLOS

Volver a descubrir la isla que olvidé,
más de dieciséis años después del primer viaje
cuando no fue un destino y no tuvo capítulo,
solo fue una excursión en ferry desde Milos,
unas horas de playas en que me encantó Prasa.
Por la dificultad de llegar hasta Kímolos,
quedó como un recuerdo que se desdibujaba.

Cuando mis singladuras del poniente cicládico
la pusieron a tiro, la incluí en la bitácora.
Llegamos navegando, nos bañamos en Prasa,
fondeamos en Rema entre casas de barcos,
subimos al Jorió, donde nunca había estado,
y me gustó su Kastro -con sabor a Folégandros- ,
sus calles y sus bares, su música latina,
y cenar en la plaza, donde vive la gente
entre gritos de niños y charlas de mayores.

Por eso he repetido pocos meses después,
ahora es un destino al que abro capítulo.
Esta semana ha sido redescubrir a Kímolos
que sigue siendo isla de los tiempos pasados
con guiños del presente que fusionan muy bien,
y si algo desafina, como en Prasa la música
o excesivas tumbonas al estilo de Ibiza,
me procuro un antídoto en playas del poniente,
sombras de tamarisco con sones de cigarras;
no os digo sus nombres, descubridlos vosotros.

Siempre ha sido difícil escoger entre cícladas,
pero unas cuantas cartas reinan en la baraja:
la escala de colores de los blancos y azules
donde Kímolos tiene su lugar reservado.


Ricardo Fernández Esteban. Septiembre de 2022 ©


Aunque en la playa de Prasa se haya instalado un beach club sigue siendo un lugar agradable, y con libros a vuestra disposición (como en otros puntos de su Jorió, su único pueblo), además hay muchas otras playas más tranquilas. La isla tiene poco turismo, salvo los diurnos que vienen a pasar unas horas desde Milos, y los no residentes parecen veraneantes o visitantes que no influyen en el entorno. Podéis comer bien en varios restaurantes y en alguna taberna junto al mar, como la de Kalamatsi. No os digo más, lo podéis descubrir si venís. Este es el resumen de la bitácora por las Cícladas (buscad el año 2022) que me hizo redescubrir Kímolos el pasado junio.

El puerto de Psati

La playa de Prasa

Metamórfosos en el Jorió

Ag Spirídon, Kambo, Jorió

Skiadi en el interior

Libros en la playa de Prasa

El fondeadero de Rema

Si estáis interesados en ese entorno griego, en mi libro "Por las islas griegas" , revisado y ampliado en 2023, describo unas 75 islas que he visitado y repetido en los últimos 25 años con anotaciones sobre los lugares que prefiero.


En 2023 he vuelto a Kímolos 2 veces (una escala de un día en un velero y 6 días en septiembre) y he escrito "Luces y sombras aquí en Kímolos" que complementa el poema anterior.

lunes, 5 de septiembre de 2022

Pedro Andreu

Pedro Andreu (Palma de Mallorca, 1976) es escritor y poeta, y lleva publicados unos 10 libros de poemas y 3 novelas en este siglo. Podríamos clasificarlo, si es que las clasificaciones sirven para algo, entre los poetas de culto, poco conocidos, pero que tienen sus seguidores incondicionales.



LETRA A LETRA

Perdona si mi voz no es la que era,
si en mi cuarto hay ese olor
a plácida violencia tras el llanto, si tengo canas
y por fin me asalta la resaca tras la fiesta
con su cuchillo hiriente y melancólico,
si aún llega fin de mes a noche trece,
si la ducha sigue estropeada,
si no he ganado nunca el Jaime Gil de Biedma
ni aprendí a bailar tangos ni manejo
automóviles caros como la madrugada...
Perdóname también si no me corto un pelo
ni trabajo ni duermo ni dejo de llamarte
ni sé pedir perdón como dios manda
sin reírme en la madre que parió a este planeta.
Perdona —conejito de miel, hembra de otros,
bichito de la luz en mi pasado,
memoria ardida en cueros, perfume
de corazón burdel—, tantas palabras putas
que te dije.
Perdóname... si me voy olvidando de tu cara,
si dibujé tu nombre en nuestro patio
con un palo y oriné sobre él
hasta borrarte el alma, letra a letra.

Pedro Andreu 


DE HORMIGAS Y CIGARRAS

Te dijeron: trabaja, sé oveja y buey y yugo,
cómprate una casa, odia a las cigarras,
olvida el arpa en un rincón oscuro,
haz dinero, calla, córtate la melena,
mantente al margen de la vida, no llores,
o que nadie te vea, fuma menos o nada.
Y aquí estás, sin embargo,
declarado enemigo
de los hombres hormiga, amante
de los desnudos ciclos de la luna,
jardinero de plagas, de pie ante el mundo.
A solas con tu cuaderno y tus plastidecores:
aplastando tu corazón de niño
contra esta puta realidad de hombre.

Pedro Andreu


TRASLADO AL EXTRARRADIO

Cambiaste mi bohardilla
por cómodos estudios con mucha luz y vistas
a la playa. Las gaviotas se acercan
con sus picos manchados de tristeza.
A veces traen pedazos de tu ropa.
Yo suelo entonces abrazar mis palabras
para cantar con sólo las más frágiles
cómo duele la tarde si es sencilla,
si es puntual y exacta y se parece tanto
al cuenco de tus manos que se han ido,
si la atmósfera en llamas asedia las ventanas
de mi vieja buhardilla desastrada
donde te tuve a ti y a otras
y planeé asaltar los trenes
en que la vida huía.

Pedro Andreu


No encuentro antologías de sus poemas en la red, pero si algunas entradas de sus seguidores con poemas. Para saber más de él, esta es su web y esta su cuenta de Facebook . Aquí tenéis aceso a sus libros, con una sinopsis y como adquirirlos. Además, os regala alguno, por ejemplo "El frio" que podéis descargar en pdf.

Aquí tenéis una entrevista que le hacen en el blog literario "Un café nocturno" y aquí un vídeo con su "Poema de vapor" musicado.


miércoles, 24 de agosto de 2022

Montserrat Álvarez

Montserrat Álvarez (Zaragoza, 1969) ha desarrollado su actividad poética en Perú y en Paraguay, donde reside actualmente. Dice de ella el colectivo peruano "Comando Plath": Su poesía se caracteriza por un registro polifónico, fresco e irreverente, que cuestiona e ironiza contra el poder y las convenciones sociales. Por su poesía desfilan personajes reales y ficticios en medio de una ciudad decadente y apocalíptica. Sin embargo, en muchos de sus poemas también da cabida a la contemplación y la exploración filosófica.



ARS POÉTICA 

La poesía debe ser como el amor,
asunto raro de bichos raros de largos dedos
sensitivos
La poesía debe ser como el amor,
refinada y violenta
y que haga daño y muerda
sin llegar a romperse
ni a romper
Pero a veces la poesía debe llegar más lejos
que el amor
y más lejos que todo
Y romper cosas

(de Zona Dark) Montserrat Álvarez


FRACASO, YO TE CANTO

Fracaso, yo te canto 
a ti, que eres de piedra, sol y agua 
Fracaso que eres puro 
Tú levantas tu voz en el desierto 
y te sientas en mesas sin manteles 
Gracias por desterrarme del país de los éxitos 
donde otros viven ciegos por la luz 
con sus victorias que no son más que humo 
con su belleza que no es más que disfraz
Gracias por dejar mi rostro desnudo
fracaso maldecido, que aun maldecido salvas
Gracias por armarme con dientes en la sombra
fracaso generoso
que me has dado mi espada
Gracias por no dejarme ser alguien que no soy
por la alegría de no poder perder nada
ni poder tener miedo
Gracias por hacer solo mío mi pan
por levantar de adobe mi morada
Fracaso, voz del fondo de las cosas
a ti, marca de un dios más exigente,
fracaso, yo te canto
fracaso que no mientes

Montserrat Álvarez

Hay poca información reciente sobre ella. Aquí tenéis una breve antologia de poemas. Ha publicado los poemarios Zona dark (1991), Underground  (2000), Alta suciedad (2005) y Nerópolis (2006), y no tengo datos poéticos más actuales. Actualmente es directora del suplemento cultural de ABC en Paraguay, y aquí tenéis una entrevista de 2017 con un poema suyo inédito "Amour fou". Si alguno de vosotros tiene más información, os agradecería me la hagáis llegar para incluirla en esta entrada. 

Aquí tenéis un vídeo donde recita en Chile poesía 2007.




jueves, 11 de agosto de 2022

Soñando con volver al mar Egeo

No hace mucho regresé del Egeo y dentro de poco volveré. Son muchos años por esas islas y mares, pero la ilusión continua y eso es lo que cuenta. No sé qué ni cuánto me deparará el futuro; de momento, como acaba este soneto: mi sueño es poder incrementar el ritmo de los viajes por mi mar.

Opsi. Kárpathos


SOÑANDO CON VOLVER AL MAR EGEO

En estas costas se detiene el mundo
y relajo la vista ante la calma
de un mar sin mástiles de azul profundo
y playas virginales sin un alma.

Un cuarto de mis tres hace que vengo
haciendo de estas islas mi bandera;
aunque he perdido muchas, aún mantengo,
por fortuna, unas cuantas en cartera.

No sé las singladuras que el destino
va a poder ofrecerme todavía.
Ojalá que se alargue este camino
coonvirtiendo el disfrute en poesía;

y que nunca se apague este deseo
de seguir contemplando el mar Egeo.

Ricardo Fernández Esteban ©


Este soneto es uno de los pocos poemas rimados de los muchos que he escrito sobre las islas y mares griegos. De hecho, creo que no hay ninguno en "Por las islas griegas" que resume todos mis viajes en los últimos 25 años; y solo otro soneto en "Islario de pasiones" , libro que trata de las pasiones y las dudas del navegantes entre el camino y el destino, que se titula "Hay tantas islas como amores". Este poema, que se empezó a escribir en las islas, concretamente en Kárpathos, y se ha acabado en el Pirineo (vaya contraste) salió así con estructura de soneto inglés y hay que dejar que los versos se escriban como se sienten.

Este poema lo podría incluir en una nueva edición de esos libros que os he comentado, en "Islario de pasiones" o en uno de los capítulos genéricos de "Por las islas griegas", ya veremos.








martes, 26 de julio de 2022

Tito Muñoz

Tito Muñoz (Barcelona 1956), es un creativo publicitario, además de escritor, poeta, letrista, pintor y muchas cosas más. Como poeta tiene varios libros y os destaco “Una hawaiana con un ukelele” (2005) y el “Gran Strómboli” (2022); como letrista tiene canciones cantadas por Serrat o Víctor Manuel. Es un poeta que no deja indiferente y que llama a las cosas por su nombre, sirvan estos versos de aviso:

Te lo aviso:
tengo un alma.
y está cargada



PALOMAS EN LA CHISTERA

Siempre llevo palomas
debajo del sombrero.
Nunca se sabe cuándo es preciso
hechizar a una dama
que ya no cree en la magia,
o crear un revuelo
para escapar corriendo
de un almuerzo tedioso,
sin dar explicaciones.
Casi todo consiste
en crear ilusiones,
usar la distracción
con la elegancia
de un dandi victoriano
y valerse del truco
para cualquier propósito.

Tito Muñoz. El gran Strómboli (2022)


UNA HERIDA DE BALA

Es más viril que duela
la herida de una bala,
un navajazo,
la nariz rota
en una lucha callejera
o las secuelas
de una caída en moto.
Resulta casi indigno
que mi dolor
lo genere la artrosis
y la añoranza
de un amor malogrado.

Tito Muñoz. El gran Strómboli (2022)


Y del otro libro que os he citado:

HAY QUE CUIDAR LOS CROMADOS

Me duele intensamente
la víscera de amar
y hace tiempo de motos y de chicas.
Llenaré el tanque de humor y adrenalina
y buscaré el infarto
en algún mestizaje.
Seguro que amanezco
con otro tatuaje,
sin la pasta y sin Visa,
en pelotas y en Tanger.
Colocaré una píldora debajo de la lengua,
limpiaré los cromados
y volveré al garaje.

Tito Muñoz. Una hawaiana con un ukelele” (2005)


Pero además yo tengo algún incunable de los principios de Facebook donde teníamos un grupo clandestino de poetas que nos intercambiábamos poesía rimada. Os dejo un soneto suyo:


MAPA DE ISLA ROCÍO

Justo al norte del mapa de esa falda
yo fui el agrimensor de tus caderas,
perdí –como es debido- las maneras
y acometí, de frente, aquella espalda.

Jugaba con tu mundo a ser Mafalda
por no dejar en pie ni una frontera
y alcancé un par de lagos esmeralda
sin usar, lo prometo, la escalera.

Luego, tu sur se me antojó perfecto
lleno de flamboyanes y tabernas,
de rojos farolillos en el puerto.

Así que hice una escala en mi trayecto,
decidí pernoctar entre tus piernas
para guiñarte, al alba, el ojo tuerto.

Tito Muñoz.

Aquí os dejo un enlace a unas cuantas letras para canciones que ha escrito. Un artículo de Luis García Gil sobre sus versos, un acceso a algunos de sus libros y una entrevista publicada en EuropaSur de cuando presentaba su último libro. 

Como siempre, mi recomendación es acudir a las fuentes, o sea a los libros. Aquí tenéis cómo conseguir este último libro.



 

martes, 12 de julio de 2022

Guillermo Marco Remón

Guillermo Marco Remón (Madrid, 1997) es un poeta e investigador en Inteligencia Artificial y Procesamiento del Lenguaje. Su primer poemario, "Otras nubes" fue accésit del Premio Adonáis en 2018. Creo que es interesante conocer la obra de estos jóvenes que siguen considerando la poesía como un medio de expresión. 



ALGUIEN MIRA EL HORIZONTE

Quiero decir todo el rato ¡qué bonito!
Alba Flores Robla

Alguna vez, hablamos
de que el aire de un tren elevando un vestido,
las pisadas mezcladas en el barro
de pastores, ovejas y bastones
o el piar —que nos despierta— de los pájaros
son verdad, y mejor poema que este. 
Del tiempo compartido solo nos ha quedado,
para que maduremos, entre una duda y el mundo,
las mañanas de sol parecidas a marcos
de nuestra vida donde apoyamos los codos.
La timidez nos vuelve más humanos.
Y el aire llega y el verso mejor es: qué bonito.
No sé por qué se callan ya los pájaros
y te miro y me confirmas: qué bonito; 
y no hablas alto y me das la mano
y se hace mano de barro conmigo,
y me canso, se deshace el abrazo, 
y digo qué bonito, y al mirarte a través
del paisaje comprendo que no trato
de crear o fingir el horizonte
sino de enmarcarlo
para que alguien lo mire.

Guillermo Marco Remón

Aunque en principio no lo parezca, este poema se aleja del verso libre y la mayoría de sus versos son endecasílabos o alejandrinos. Es verdad que algunos endecasílabos son dactílicos, lo que tensa algo el ritmo, y que también se distingue el penúltimo verso de metro par. En todo caso, sería muy interesante poder comentar con el autor la importancia o no que le da al ritmo y al sustrato métrico de sus poemas.


Otrro de sus poemas:

A VECES EL AMOR ES UN PEQUEÑO EXILIO

Yo te esperé de madrugada solo.
Me había acostumbrado a volver lentamente
a casa, cada día, a una hora de la tarde,
mirando hacia la hierba, ayudando, de vez
en vez, a las hormigas con ramas que los pájaros
traían en los picos. Deshojaba una agenda
como quien se pregunta si vendrá o no vendrá.
Y estarías en vete a saber dónde,
feliz por no quererme —y es justo y es mi costumbre—,
con una ciudad de hombres solos a tu espera.
Así que volví a casa.
Con mi bastón de joven peregrino
marqué sobre las sendas de regreso
tres huellas como el Espíritu Santo.
Una espiga me entró en el calcetín,
la ignoré hasta que me hizo daño, hasta
que me evocó a nosotros.
Sin querer, acabé donde quería.
Para que mis zapatos anunciaran mi vuelta,
en pocas horas di varios paseos.
Erguí la espalda para camuflar
mi perfil de hombre que regresa tarde.
Y pregunté por Juan, Álvaro, Serge,
pregunté por amigos de mi vida.
Antes de irme, les dije: Mañana nos veremos,
como fray Luis, y espero no escucharos
—con el moho en la lengua, con la alegría gris
de la edad en los ojos, susurrándoos para
no despertar recuerdos—: «No está, falta Guillermo.»
Y hoy dejo tu abandono y no encuentro mi nombre
en los murmullos: Llega sucio porque cayó
en un abrazo por su viaje de indeciso. 
Le besaron con calma y limpiaron el polvo
del camino de vuelta con los labios resecos.
Tampoco me encontré con mi buena amiga.
Se entregó como lluvia de agosto a mi pasado; 
y sé que me esperó y no la tuve en cuenta.
Por fin, entré a mi casa.
El bedel se asomó sobre el periódico
como insinuando: Qué importa volver
de tu destierro si ya no queda nadie que te quiso. 

Guillermo Marco Remón

También, la mayoría de los versos de este poema se alejan del verso libre y se apoyan en un ritmo de endecasílabos y alejandrinos.

Respecto a los contenidos de los poemas, a lo que se quiere expresar en los textos, creo que es algo muy personal entre el lector y el autor. Os dejo unos comentarios suyos sobre la poesía y su poética:

«La poesía ofrece, sobre todo, frente a otros géneros, síntesis, y, de manera más general, una forma de enriquecimiento de la percepción del mundo. La naturaleza del lenguaje poético radica en lo que las ciencias cognitivas llaman pensamiento transductivo. La transducción es, a diferencia de la inducción o la deducción, el tipo de razonamiento con el que aprendemos yendo de lo particular a lo particular. Hay asuntos humanos cuya complejidad es tal que desconocemos las propiedades y procedimientos que los gobiernan; sin embargo, el lenguaje poético nos permite entenderlos un poco mejor: así nos ocurre con el amor, el dolor, la relación con nuestros padres o amigos, la inexplicable emoción de recostarnos en el campo un día soleado...». 

«Me interesa explorar ese efecto que produce un poema cuando hay un cruce de inteligencia, sensibilidad y asimilación de una tradición. La inteligencia se aplica en expresarse de manera sencilla y en elegir los materiales que son susceptibles de formar parte del texto, la sensibilidad en reparar en esos materiales, y la tradición es una herramienta para trabajarlos. Cuando este cruce se realiza en un momento histórico nuevo, termina apareciendo la necesidad de renovación, entendida como una modificación de los medios de expresión para conseguir tu propósito con el poema, no como un fin en sí mismo ».

Como lo mejor para conocer una obra es acudir a las fuentes, aquí tenéis el único libro que de momento ha publicado "Otras nubes". No hay mucho más en las redes de este joven poeta, habrá que esperar sus próximos pasos para saber si se consolida como poeta o sigue por otros derroteros.













Y aquí tenéis al poeta recitando "La historia es injusta repartiendo eternidades"



miércoles, 29 de junio de 2022

2022: Navegando por las Cícladas

Estos poemas son algunos de los escritos en una travesía en velero por las Cícladas en junio de 2022. Son apuntes a vuelapluma, impresiones directas de un entorno en el que hay luces y sombras, y lugares que resisten mejor que otros la presión turística. Llevo mucho tiempo viajando por estas islas y, aunque han perdido algo de su virginidad, si sabes buscar todavía son un entorno muy agradable. En este otro enlace describo las singladuras de esta travesía. Si esto os sabe a poco, en mi libro "Por las islas griegas" resumo más de 25 años y 70 islas visitadas.

Síkinos desde Ios

En Mýkonos, antes de zarpar hacia islas auténticas

En calles estrechas
repletas de tiendas,
restaurantes, bares...
una multitud
en la que destacan
las rubias teñidas
de ropa muy prieta
con tacones altos,
y hombres musculosos
que miran con ansia.
La "jora " de Mýkonos,
para unos Sodoma,
para otros Gomorra,
para mí una etapa
hacia islas recónditas.

Busco colores
en mi deambular
por el islario.
¿Cuántos azules
en sus mares y cielos
tienen las Cícladas?

La Jora de Mýkonos


Descubriendo algo de Syros

Evito en Syros
la parte más poblada,
su capital.
Fondeo en Fínikas
en un pequeño puerto.
turismo antiguo.
Voy acercándome
y espero que mañana
esté en mi Grecia


Φοίνικας (Fínikas) en Syros


Kitnos: Grecia sin maquillaje

Cala recóndita,
fila de tamariscos
frente al azul,
donde mi Grecia
se quita el maquillaje
de lo turístico.
En el atardecer,
guisos de la taberna 
junto a la mar;
y como postre
-cuando surge la luna-
pastel de plata.

Aghios Stéfanos. Kithnos


¿Es demasiado bella Sifnos?

En Sifnos hay tantas iglesias
como días del año, o eso dicen;
también hay arboledas, buenas playas,
pueblos encantadores y artesanos.
Hace ya mucho, me quejé
y pedí que tuviera 
un poco más de pérfida locura;
los años curan los excesos
y, en estos tiempos, agradezco
la tranquila belleza de esta isla.

Vazý. Sifnos


Unas horas en Kímolos que querría prolongar

Baños -frente a la nieve- en Prassa,
fondeo en soledad en Rema –entre casas de barcas-,
ascenso hacia el Jorió –con Kastro medieval-,
cena en la plaza de la iglesia –sin turistas-,
copas en callejones –buena música-,
delicias de otros tiempos y de este,
fusión de épocas que suma.
Unas horas en Kímolos
que quiero prolongar en otro viaje.

En el Jorió de Kímolos



Sirmatas en Rema (Kímolos)


Poliegos, la isla que nunca fue morada

La isla que nunca fue habitada,
a pesar de sus dos níveas bahías
- aguas preciosas de turquesa azul -,
mantiene su cartel de paraíso,
si eres un navegante mañanero;
porque hacia el medio día
llegan los barcos de turistas
buscando lo perdido y no lo encuentran:
los edenes requieren madrugar.

Poliegos al mediodía


Con San Jorge en Síkinos

Hay un San Jorge en cada isla
donde puedes bañarte,
los hay recónditos, turísticos o mixtos.
No conocía el de Síkinos, que es mixto,
con siete tamariscos y otras siete sombrillas,
una taberna con poca actividad
y, por supuesto, una capilla.
Fondeado cerca de la arena,
recuerdo que intenté venir aquí hace años,
pero entonces no había carretera
y el caico no salía el mes de junio.


Aghios Giorgios en Síkinos


Manganari resiste al sur de Ios

Depende lo que cuentes,
una docena es mucho o poco,
en este caso cuento años y es bastante,
por eso no sé yo
lo que voy a encontrar en Manganari.
De momento, lo encuentro todo igual,
la misma arena blanca
y el mismo mar azul
y, más o menos, los mismos bungalows:
en resumen, es una suerte
que algunos paraísos aún resistan.

Manganari en Ios


La masificación de Santorini

La masificación turística,
la cutrez del entorno de Kamari,
Firá con sus bazares que ignoran lo local,
Ía que juega a pija
y tienes que luchar por un espacio
si quieres observar el ocaso del sol...
cuando de noche bajo por la ronda
desde Firostefani hasta Firá,
contemplando la plata en la caldera
y los miles de luces colgadas de sus bordes.

Ricardo Fernández Esteban ©

Oía se pronuncia Ía y es el pueblo más chic. Firá es la capital de Santorini, cuyo nombre griego es θηρά (Cirá). Firostefani está al borde la caldera sobre Firá. 

Frá desde Firostefani. Santorini



Otro viaje en velero por las islas griegas y ya van ocho, además de muchos más utilizando otros medios de trasporte. Este poema Pido la guardia del amanecer lo escribí la primera vez de divisé las islas griegas desde un velero en el Jónico. Aquí tenéis la bitácora de una travesía desde España hasta el confín de Dodecaneso griego, aquí otras bitácoras y poemas de singladuras por el Dodecaneso y por fin la bitacora de estas últimas singladuras por las Cícladas y otras de hace tres años.


Mi libro "Por las islas griegas", revisado y ampliado en 2023, recoge más de 25 años y más de 70 islas visitadas, con mis anotaciones sobre mis playas, restaurantes, hoteles y otros lugares preferidos. Aquí lo podéis conseguir en Amazon; si preferís las librerías físicas, hay ejemplares en Altaïr (Gran Vía 616, Barcelona).



lunes, 6 de junio de 2022

El blog vuelve a las Cícladas

El blog vuelve a navegar y recuperará su alma de bitácora narrando mi próxima travesía a vela por las Cícladas, como ya hizó otras veces por estas islas y por las del Dodecaneso. Ojalá que los vientos y los mares nos sean propicios y lo podamos compartir con vosotros.

La cala de Fikidas en Sifnos. Un posible fondeo.

EL BLOG VUELVE A LAS CÍCLADAS

El blog vuelve a la mar,
recorrerá las Cícladas 
de Mýkonos a Santorini
que serán solo origen y final,
porque navegaremos islas más recónditas
en busca de refugios en sus costas
donde podamos fondear al abrigo del viento.
También recalaremos en los puertos
de dimensión humana, en que conviven
tabernas que nos sirven lo que pescan sus barcas
o cuidan en sus huertos y corrales.
De isla en isla nos llevarán las velas,
si Neptuno es benévolo y Eolo
no enfurece las olas demasiado.

Os lo voy a ir contando y este blog
volverá a ser bitácora poética
que comparta experiencias con vosotros.

Ricardo Fernández Esteban ©


En este enlace 2022 y 2019: Navegando por las Cícladas iré recogiendo una bitácora del viaje y algunos poemas que me inspire. Si queréis una visión general de mis viajes por más de 70 islas griegas en los últimos 25 años, tenéis mi libro Por las islas griegas, ampliado en 2023, con anotaciones de mis preferencias de cada isla.




Y en Islario de pasiones (del que existe una versión bilingüe griego español) encontraréis las vivencias del navegante. Las islas y los mares que las circundan son griegos, aunque a diferencia de en Por las islas griegas, no suele haber referencias geográficas concretas. La pasión es de quien escribe, de quien navega y de quien habita, que se intercambian las voces dudando "entre el camino (navegarlas) y el destino (habitarlas)".


Del capítulo "Chispas de mar en la bitácora" que recoge haikus, gotas de mar que decoran la bitácora.

Ceñir al viento
nunca ha de ser la guerra
sino el placer.

Cuando navegues
no te enfrentes al mar
pacta con él.
...

Mares e islas,
son la misma moneda
que guía el viaje.

Cuando la lanzas
caiga por donde caiga
siempre se gana.

Si sale cara
navegas por el mar
buscando islarios.

Si sale cruz
recorres los islarios
viendo la mar.

Chispas de mar en la bitácora
Islario de pasiones
Ricardo Fernández Esteban ©


lunes, 23 de mayo de 2022

José Costero y su libro póstumo "Mémora de voces"

José Costero (Barcelona, 1935-2021), fue poeta, novelista, ensayista y sobre todo una magnífica persona. Ya le dedique una entrada como poeta en 2016 que actualicé cuando murió el pasado octubre. Este próximo viernes 27 de mayo sus amigos presentamos su libro póstumo "Mémora de voces", pequeños relatos  sobre artistas y escritores, que hemos editado a partir de los originales que encontramos en su ordenador. Este blog hoy fondea su singladura poética para incluir una de sus historias, concretamente la que me dedico a mí. Coloco como como apertura unos versos suyos en los que anticipó su obituario.

Si acaso he de morir mañana,
amortajadme con los puños cerrados.
Aún no es tiempo de amapolas.
Solo fui
un grito más en la calle,
y una frente bruñida de concordia. (...)

Si he de morir mañana,
quiero decir hoy mi palabra.
Pese a todo,
la vida vale la pena gastarla.
Que los miedos afilen la hoz
y libre sea la paloma. (...)

José Costero. Extraño animal (1978)


VIGÍA DE SU NAUFRAGIO

para Ricardo Fernández

Precisamente ayer tarde, buscando una antología poética, encontré casualmente una vieja edición de una novela que ya creía extraviada para siempre. Es una edición barata, en rústico, casi completamente desencuadernada. Pero a esta edición de bolsillo le tengo una especial querencia ya que fue con ella la primera vez que leí los furiosos embates de la ballena blanca.

Su autor escribió un total de diez novelas, más de una decena de cuentos y un centenar de poemas, pero sobre todo escribió una fábula inolvidable. Una obra global y apocalíptica, donde el hombre y su destino están condenados a una lucha ininterrumpida contra uno mismo, en un intento acaso de recuperar su propia alma. Pero no es un filósofo, sólo es un novelista que precisa captar a los lectores y juega con la intuición y despliega los recursos del simbolismo para expresar sus inquietudes metafísicas. Su texto es una oscura e inquietante exploración sobre la naturaleza del mal. Y a la vez un extraño sondeo en la propia conciencia.

Escribió esta novela en 1851, tenía ya 32 años y fue acogida con indiferencia. La obra esconde una alegoría sobre el mal representado por una ballena, un monstruo de las profundidades marítimas, que ataca y destruye; pero el germen maligno también anida en la figura del capitán Ahab, el patrón del ballenero Pequod, dispuesto a zarpar del puerto de Nantucket, un bergantín cuyos pescantes son de huesos de cetáceo. Capitán al que la gran ballena blanca le arrancó su pierna derecha, a la altura de la rodilla, y que personifica la perversidad absurda y obstinada arrastrando a la muerte, en su venganza personal, a los tripulantes del bergantín, salvo un joven marinero llamado Ismael.

Como digo, es Ismael el único superviviente del desastre, flotando amarrado a un ataúd, quien nos relata la historia. Quizás sea Ismael algo así como el representante del ser humano, que se opone a la irracionalidad que rige a bordo de la nave y nos narra con voz propia los misterios inescrutables del mar, su inmensidad y el poder infinito de la naturaleza. Un lúcido testigo de la ambición suicida del capitán Ahab, que pretende imponer su supremacía sobre las fuerzas ciegas de la naturaleza. Hay cierta dignidad en su actitud, en esta insumisión de no aceptar la pequeñez humana, y en su retórica laten ecos shakesperianos.

El escritor dijo en cierta ocasión: Sólo cuando el hombre ha sido vencido puede descubrir su verdadera grandeza.

Queda uno en verdad fascinado por el esplendor del texto, la presencia inquietante del gran cachalote blanco, la inmensidad profunda de los mares, la ferocidad insaciable de los tiburones, la belleza de los pájaros marinos, así como por una galería de personajes inolvidables para cualquier lector: el primer oficial señor Starbuck, Stubb, Peleg, los arponeros Queequeg, Daggoo, el parsi Fedallah, el carpintero del barco o el apocalíptico reverendo Mapple.

Se enroló, con apenas veinte años, en un carguero y pronto conocerá los bajos fondos de las ciudades portuarias, la sórdida vida a bordo, la truhanería de la tripulación, el despotismo de los oficiales y la soledad en las largas noches de vigilia. Igualmente experimentó el furor de las tempestades y los días de calma chicha.

Para su inspiración literaria, el Pacífico Sur se erigió en el escenario hermoso y a la vez cruel y siempre imprevisible. Declaró en cierta ocasión que el mar fue su verdadera universidad. Quiso demostrar, acaso, en el espacio infinito de los océanos la insignificancia de la criatura humana. El escritor emprende esta primera singladura que dura casi tres años y a su regreso considera que la aventura ha finalizado, se considera ya una persona madura y siente la necesidad de escribir. El hombre que desembarca en Boston, en octubre de 1844, es un ser distinto al joven enfermizo de antaño; viene curtido por los alisios y el sol de los trópicos, ducho en los vicios humanos y considera que ha llegado el momento de narrar sus vicisitudes.

Frente al puritanismo que impregna en aquellos años la sociedad culta de los Estados Unidos, él es un tipo que vive inmerso en muchas contradicciones. Bascula entre la obsesión del pecado y el ansia por salvarse, buceando desesperadamente entre la oscuridad de lo inexplicable y la transgresión que lleva implícita la atracción por el riesgo.

En 1856 se publicó una novela corta, cuyo protagonista es una especie de ser fantasmagórico, un individuo que cumple en principio, de forma estricta, confinado en una sórdida oficina, su labor de copista de documentos, negándose más tarde a corregir ningún documento. Puede verse en este personaje y en su habitual frase: “Preferiría no hacerlo”, una forma de reivindicación, casi implacable, de la nada pura y absoluta. La inacción deliberada. Al final, este escribano, paradigma del absurdo, muere por inanición. Es un personaje que prefigura el cosmos kafkiano y convierte a su autor en nuestro contemporáneo.

Salvo algunos poemas, no volverá a publicar durante casi treinta largos años. Se convierte en un rutinario funcionario de aduanas del puerto de Nueva York y sufre la muerte de dos hijos varones, el mayor, Malcom, se suicidará en la casa familiar, de un tiro en la cabeza, a los 18 años, y su otro hijo, Stanwix, morirá a los 36 años de tuberculosis, tragedia que acentúa el carácter sombrío del escritor.

Un par de años antes de morir, comienza a escribir su última parábola, una reflexión sobre el bien y el mal y la frágil línea que los separa. La historia de un joven y honesto marino reclutado forzosamente para un buque de guerra inglés. Acusado falsamente por el infame maestro de armas de conspirar, e incapaz de defenderse verbalmente, golpea y mata accidentalmente a su calumniador. Es condenado y colgado una madrugada en la propia embarcación. Escribió esta obra póstuma a lápiz y la guardó en el fondo de un baúl y no será hasta después de su muerte cuando es hallada casualmente por su esposa, y no se publicó hasta 1924.

Escribió: Juego con el corazón de quien me lee; pues quien no siente, lee en vano. Posiblemente la respuesta que siempre buscó solamente la podía encontrar en la inmensidad de la mar: Ya estoy harto de las penas y cuidados de la tierra firme; basta de polvo y del humo de las ciudades. Déjame oír el crepitar del granizo y de los icebergs mejor que el paso indeciso de esos caminantes que recorren su mortecina senda desde la cuna a la tumba…

Murió en el más completo olvido en 1891, a los setenta y dos años de edad.

Sigue lloviendo afuera y el viento racheado sigue sacudiendo las persianas. A estas horas de la madrugada, y en el silencio de la casa, uno se siente sobrecogido y rememora una de aquellas tormentas oceánicas, a bordo de una nave, en alta mar, en el vaivén persistente de las olas y del viento huracanado; cree incluso oír el ruido de la pierna de marfil del patrón retumbando en la cubierta. Cuando más tarde, ya en el lecho, trato de dormir, en la duermevela me asalta la imagen del postrer saludo del capitán Ahab, atenazado, sin remedio, por sogas y garfios a lomo de la ballena blanca, hasta que desaparece para siempre en el fondo del océano.

HERMAN MELVILLE. Nueva York, 1819-1891

José Costero. Mémora de voces (2022)

Si os interesa, y no podéis venir a la presentación, el libro está disponible en Amazon


Y como cierre os dejo el último poema que nos dio a conocer a sus amigos:

A FRANCO BATTIATO

Oyendo sus canciones en este
atardecer de mayo de 2021
Lo dijiste
con voz alta y clara:
“Povera patria”,
como tantas otras,
gobernadas por bribones
con camisa y corbata de seda.
Pobre patria de cada uno,
a la que pretende enmudecer
una casta que juega
con plebiscitos y escaños,
usurpa altos cargos
para provecho propio,
y cotiza miseria
y dividendos de penuria
para indefensos ciudadanos.
Mamáis de las ubres del país,
padres putativos de una patria
secuestrada a vuestro capricho.

Jamás arriaremos “la bandiera bianca”, no.
Bandera blanca en el corazón.
Bandera blanca en la mirada.
Bandera blanca en el beso.

No lo lograréis.
Enarbolemos la bandera blanca.
Sin tregua.

Mémora de voces. José Costero (2022)


Os paso su bibliografía. Es una pena que la mayoría de libros de José Costero estén descatalogados. Yo tengo la suerte de tener unos cuantos y, además de su obra poética, os recomiendo sus ensayos "13 suicidas" y "Cuadernos de madrugadas" (este es un artículo que acaba de dedicarle nuestro común amigo Felipe Sérvulo), su saga policiaca del subcomisario Ruano y, por descontado, "Mémora de voces".

Los sueños también encallan, (narración), Olot, 1962.

Con sed y con miedo, (poesía), Ed. Carabela, Barcelona, 1968.

Prohibida palabra, (poesía), Ed. Río Piedras, Puerto Rico, 1970.

Hombre en la espera, (poesía), Ed. Cla, Bilbao, 1972.

Las esquinas del tiempo, (cuentos), (12 narraciones breves: una para cada mes del   año), Ed. Campos, Barcelona, 1972.

Bajo una lluvia alucinada, (poesía), Ed. Vosgos, Barce-lona, 1974.

Del amor y otros delitos, (poesía), Ed. Vosgos, Barcelo-na, 1976.

Extraño animal, (poesía), Ed. Colección Universidad, 1978.- (Con prólogo de Francisco Seguí).- Ed. Turabo, Puerto Rico, 1978.

13 suicidas, (ensayos), (Ediciones Picazo, 1982).

Es peligroso asomarse, (novela policiaca, 1ª sobre la saga del subcomisario Ruano), Ed. Baile del Sol, Tene-rife, 2001.

No pisar el césped, (novela policiaca, 2ª sobre la saga de Ruano), Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2002.

La pantufla del ahorcado, (novela policiaca, 3ª sobre Ruano), Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2003.

Otro Eros, (4 ensayos sobre: Luis Cernuda, Montgo-mery Clift, Pier P. Pasolini, Tennessee Williams), Ed. Corona del Sur, Málaga, 2005.

Vivir en Orsay, (novela policiaca, 4ª sobre la saga de Ruano), Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2006.

Cuaderno de madrugadas, (20 ensayos breves), Ed. Corona del Sur, Málaga, 2010.

La muerte visita el geriátrico, (novela policiaca, 5ª sobre Ruano), Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2011.

Ambiguo Arlequín, (poesía), Ed. Parnass Ediciones, 2014.

Asesinato de un obispo, (novela policiaca, 6ª sobre Ruano), Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2015.

Mémora de voces, (36 semblanzas sobre literatos, músicos, cantantes, pintores, poetas y personajes del cine). 2022.