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sábado, 29 de junio de 2013

Cuidado con la bestia, que es salvaje

Este irónico soneto trata de si se pueden publicar a destajo sin importar la calidad. Se ha definido al soneto como la bestia de 14 patas; bestia que hay que domar haciendo mano en metros más simples que el endeca y leyendo a buenos sonetistas. En cuanto a publicar: cuando la bestia os coma de la mano y se deje cabalgar. ¿Muchos o pocos? Depende, hay buenos domadores que publican mucho y bien, sin dar gato por liebre; algunos de ellos amigos que espero no se den por aludidos. Es fácil reconocer quien es pateado por la bestia, aunque esté recibiendo vítores de un público fácil que pide música y le llama "maestro". 



CUIDADO CON LA BESTIA, QUE ES SALVAJE

Cada día un soneto, qué imposible
la diaria inspiración de excelsas musas
en tiempos de recortes y de excusas
que han hecho la cultura prescindible.

Por eso, no te empeñes, preferible
es salirse por las hipotenusas,
a palabras catetas o confusas
en poemas que riman por risible.

Practica, pues, lo simple: una coplilla
o unos versos urdidos de espinela,
y olvida los cuartetos y tercetos
 
tejidos en endecas. Maravilla
será tu poesía, buena escuela
para más adelante hacer sonetos.
 
Ariscos a los retos,
larga será su doma, muchas coces,
mas con tesón cabalgarás sus goces.

Ricardo Fernández Esteban ©

Nota: Este soneto concreto es con estrambote, o sea añade 3 patas (versos) más a los 14 habituales. El primero heptasílabo en rima con el anterior, y los otros dos en pareado endecasílabo.

Quien escribe no se considera libre de pecado, este aprendiz es el primero que reconoce sus muchos errores y lo impublicable que a veces ha publicado. En su descargo, podría alegar que el soneto acepta una doma más ligera si cocea con la sátira o la ironía -géneros que le gustan mucho-; pero huelgan excusas, que cada palo aguante su vela y el sonetista sus rimas, su ritmo y su respeto a la sintaxis (licencias poéticas aparte).

Si estáis interesados en cómo creo que se construye armónicamente un soneto, podéis consultar mi tratado "Métrica poética del idioma español", ampliado en diciembre de 2023, que explica de una forma sencilla, pero rigurosa, los principios métricos y los distintos tipos de sonetos. Aquí os dejo una sinopsis del libro. Recordad, si sois partidarios del verso libre, que “hasta para saltarse las normas hay que conocerlas previamente, si no queremos que el salto sea al vacío”. Vuestras críticas positivas o negativas serán siempre bien recibidas.


9 comentarios:

  1. Sostengo tu Teoría....Un libro completo de Sonetos de Miguel Hernandez, te deja sólo seleccionar diez y no más que sean realmente magistrales, el resto son sonetos empedrados...Enhorabuena por tu deseo de que el poeta juegue en pista dura, de hierba o de tierra...y el que no lo hace se equivoca...hay que escribir de todo...un abrazo desde azpeitia

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  2. Pues a pesar de mis advertencias y autoinculpaciones, ya hay alguien que me ha acusado de envidia por no poder o saber alcanzar su prolífica producción sonetista. No será que "quien se pica, ajos come"

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  3. Es que una cosa es tener ingenio (don de los dioses)y otra es tener arte métrica (una técnica). Cuando se goza de ambos, se obtienen personajes irrepetibles como Quevedo.
    Lo malo de algunos que ,como dices, se prodigan a diario es son medianías en ambos factores... pienso yo

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  4. Estoy tan ajena, mi querido Ricardo, a todo este tipo de críticas que, si bien en un principio podrían afectarme por falta de más conocimiento sobre poética, ahora con algo de aprendizaje sobre la métrica aunque no con lo suficiente, me creo aún incapaz de superar mis límites pues reconozco mis limitaciones, no así mis duendes originales o la inspiración que no me abandona, pues como tú mismo comentas y titulas: "La palabra es magica" pero no deseo que me encasillen en una temática de rimas que para que estén bien deben sonar a tabla de multiplicar. Y por eso lo mágico de la palabra ha de darme siempre un resultado deseado. Un cordial saludo.

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  5. Elisa, gracias por tu comentario. La buena poesía rimada no suena a tabla de multiplicar sino a armonía musical. La métrica no es más que la explicación de esta musicalidad y ritmos machacones también los hay en la mala música.
    Un abrazo

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  6. Yo, como aficionado deportista de la poesía, entreno cuanto puedo en la prueba de los sonetos. Las buenas marcas las consiguen solo algunos y los que más, lo más que hacemos es intentar acercarnos a ellas.
    Es claro que sin entrenamiento no hay marca, no obstante,creo, que el soneto necesito,sobre todo, ser poesía, la métrica, la rima, los acentos que marcan los ritmos, e incluso algunas de sus palabras, no son otra cosa que el marco que hace resaltar aún más la buena pintura (en este caso, el buen poema)


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  7. Therly, tienes razón, el soneto necesita muchas cosas, métrica, rima, ritmo y contenido. Además, es una escuela imprescindible para escribir todo tipo de poesía aunque sea libre. Lo mismo que el pintor abstracto tuvo una época de escuela, el versolibrista es bueno que pase por una etapa métrica ( y qué mejor que el soneto) para que le quede ese ritmo subyacente que distingue el poema de la prosa.

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  8. La bestia de catorce patas
    Francisco Javier López Naranjo, Apía, Risaralda, Colombia

    Dizque es la bestia de catorce patas
    el muy arico y sin piedad soneto,
    y que quien ose responder su reto
    el polvo morderá, se verá a gatas.

    No pretendas con artes insensatas
    montar en él, ganarte su respeto.
    Deberás domeñarlo muy discreto;
    sufrir coces, si necio lo maltratas.

    Por rendirlo recaigo en mil deslices
    que a mi lira la dejan rota y muda,
    y a mi musa con hondas cicatrices.

    Que Apolo, Orfeo, corran en mi ayuda.
    Quizás me aguarden días más felices.
    ¿Este soneto me tumbó? ¡Sin duda!

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  9. Francisco Javier López Naranjo me deja este buen soneto en contrapunto que os copio. Gracias y un abrazo:

    Dizque es la bestia de catorce patas
    el muy arisco y sin piedad soneto,
    y que quien ose responder su reto
    el polvo morderá, se verá a gatas.

    No pretendas con artes insensatas
    montar en él, ganarte su respeto.
    Deberás domeñarlo muy discreto;
    sufrir coces, si necio lo maltratas.

    Por rendirlo recaigo en mil deslices
    que a mi lira la dejan rota y muda,
    y a mi musa con hondas cicatrices.

    Que Apolo, Orfeo, corran en mi ayuda.
    Quizás me aguarden días más felices.
    ¿Este soneto me tumbó? ¡Sin duda!

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