El Duque de Rivas, Angel de Saavedra (Córdoba, 1791 - Madrid, 1865), fue uno de los grandes representantes del romanticismo en España además de influyente político. Aquí trataremos de su obra poética y en especial de sus romances; aunque son más conocidos sus los históricos, he escogido éste Con once heridas mortales, porque creo que refleja bien ese espíritu romántico y lo escribió después de ser gravemente herido en 1808 en la batalla de Ontígola. Lo que haya de real en la historia habría que preguntárselo al autor o a sus biógrafos.
CON ONCE HERIDAS MORTALES
Con once heridas mortales,
hecha pedazos la espada,
el caballo sin aliento
y perdida la batalla,
manchado de sangre y polvo,
en noche oscura y nublada,
en Ontígola vencido
y deshecha mi esperanza,
casi en brazos de la muerte
el laso potro aguijaba
sobre cadáveres yertos
y armaduras destrozadas.
hecha pedazos la espada,
el caballo sin aliento
y perdida la batalla,
manchado de sangre y polvo,
en noche oscura y nublada,
en Ontígola vencido
y deshecha mi esperanza,
casi en brazos de la muerte
el laso potro aguijaba
sobre cadáveres yertos
y armaduras destrozadas.
Y por una oculta senda
que el Cielo me deparara,
entre sustos y congojas
llegar logré a Villacañas.
que el Cielo me deparara,
entre sustos y congojas
llegar logré a Villacañas.
La hermosísima Filena,
de mi desastre apiadada,
me ofreció su hogar, su lecho
y consuelo a mis desgracias.
de mi desastre apiadada,
me ofreció su hogar, su lecho
y consuelo a mis desgracias.
Registróme las heridas,
y con manos delicadas
me limpió el polvo y la sangre
que en negro raudal manaban.
y con manos delicadas
me limpió el polvo y la sangre
que en negro raudal manaban.
Curábame las heridas,
y mayores me las daba;
curábame las del cuerpo,
me las causaba en el alma.
y mayores me las daba;
curábame las del cuerpo,
me las causaba en el alma.
Yo, no pudiendo sufrir
el fuego en que me abrasaba,
díjele; "Hermosa Filena,
basta de curarme, basta.
el fuego en que me abrasaba,
díjele; "Hermosa Filena,
basta de curarme, basta.
Más crueles son tus ojos
que las polonesas lanzas:
ellas hirieron mi cuerpo
y ellos el alma me abrasan.
que las polonesas lanzas:
ellas hirieron mi cuerpo
y ellos el alma me abrasan.
Tuve contra Marte aliento
en las sangrientas batallas,
y contra el rapaz Cupido
el aliento ahora me falta.
Deja esa cura, Filena;en las sangrientas batallas,
y contra el rapaz Cupido
el aliento ahora me falta.
déjala, que más me agravas;
deja la cura del cuerpo,
atiende a curarme el alma".
Ángel de Saavedra. Duque de Rivas.
deja la cura del cuerpo,
atiende a curarme el alma".
Ángel de Saavedra. Duque de Rivas.
En la web de Cervantes virtual tenéis su biografía, aquí podréis acceder a sus romances históricos comentados y esta es la entrada general con numerosa información. En la web de Poetas Andaluces se puede leer una antología de su obra poética. Por si queréis profundizar, un ensayo de Javier Serrano sobre su La poesía narrativa del Duque de Rivas.
Para acabar, un vídeo de la
primera parte de su más conocido romance histórico Un castellano leal
Querido Ricardo:
ResponderEliminarEs evidente el paralelismo con la "Canción del pirata" de Espronceda,
pero mi aportación a tu acervo cultural, con el que pretendes ilustrarnos y deleitarnos quincenalmente es, también, otro romance de Jorge Llopis, humorista y poeta de los años 40 que escribió:
CANCIÓN DE LA GORDA
CON CIEN QUILOS POR BANDA,
VIENTO EN POPA, A LA DERIVA
VA LA GORDA SENSITIVA
LO MISMO QUE UN GALEÓN.
TORPEDO A QUIEN TODOS LLAMAN:
DOÑA PACA, DOÑA AURORA,
DOÑA INÉS, DOÑA ISIDORA
Y, A VECES, DOÑA ASUNCIÓN.
Es más largo, si la quieres te la paso en su totalidad.
Resulta delicioso leer los poemas que cuelgas de tu blog. Quizás el que nos presentas hoy del Duque de Rivas tiene un recuerdo al bellísimo de Góngora "De entre los sueltos caballos, de los vencidos zenetes..."
ResponderEliminarGracias siempre