(Entrada actualizada en V-23) Rafael Guillén (Granada, 1933-2023) un gran poeta de la generación de los 50,s, que fue Premio Nacional de Literatura en 1994, acaba de fallecer. Os copio dos de sus poemas de amor, que vuelan alto encabalgando versos sin perder nunca el ritmo.
ELLA VENDRÁ, SALADAMENTE HÚMEDA
Ella vendrá, saladamente húmeda,
tenuemente velada
por el polvo de agua que liberan
las olas al romper.
Uno por uno, intento
ir forzando los límites. Y espero.
No sé que espero, ni por qué. Es un modo
de reclamar mi parte de aventura.
Ella vendrá. Vendrá desde la noche.
Como un débil galope que se acerca.
Como el recuerdo de una risa. Como
el eco de las voces que, otros tiempos,
habitaron la casa abandonada.
Ella vendrá. Yo creo en el misterio.
La fe en lo transparente, en lo que existe
alrededor de la materia; el vago
presentimiento ilógico; el deseo
me salvará. Yo creo
en la otra mitad de lo visible.
Ella vendrá, saliendo del espejo.
Sonriendo desde un retrato antiguo.
Será un leve crujido en la escalera,
el ruido de unos pasos por el techo,
una cortina que se mueve, un vaso
de cristal que se rompe sin tocarlo.
Ella vendrá, como una paz lejana.
Vendrá como un aroma
de vaguadas y montes, cabalgando
a lomos de la tarde.
Ella vendrá al final, no sé por dónde;
tal vez por el atajo
de alguna dimensión desconocida.
Ser hombre es resistirse.
Ser hombre es cometer, conscientemente,
un pecado de lesa desmesura.
Ser hombre es ser testigo de lo absurdo.
Ella vendrá, engarzada en una chispa
de pedernal. Abriendo paso al rayo.
Deslumbrante en la proa
de una infinita luz que se aproxima.
tenuemente velada
por el polvo de agua que liberan
las olas al romper.
Uno por uno, intento
ir forzando los límites. Y espero.
No sé que espero, ni por qué. Es un modo
de reclamar mi parte de aventura.
Ella vendrá. Vendrá desde la noche.
Como un débil galope que se acerca.
Como el recuerdo de una risa. Como
el eco de las voces que, otros tiempos,
habitaron la casa abandonada.
Ella vendrá. Yo creo en el misterio.
La fe en lo transparente, en lo que existe
alrededor de la materia; el vago
presentimiento ilógico; el deseo
me salvará. Yo creo
en la otra mitad de lo visible.
Ella vendrá, saliendo del espejo.
Sonriendo desde un retrato antiguo.
Será un leve crujido en la escalera,
el ruido de unos pasos por el techo,
una cortina que se mueve, un vaso
de cristal que se rompe sin tocarlo.
Ella vendrá, como una paz lejana.
Vendrá como un aroma
de vaguadas y montes, cabalgando
a lomos de la tarde.
Ella vendrá al final, no sé por dónde;
tal vez por el atajo
de alguna dimensión desconocida.
Ser hombre es resistirse.
Ser hombre es cometer, conscientemente,
un pecado de lesa desmesura.
Ser hombre es ser testigo de lo absurdo.
Ella vendrá, engarzada en una chispa
de pedernal. Abriendo paso al rayo.
Deslumbrante en la proa
de una infinita luz que se aproxima.
Rafael Guillén
AMO TU GRÁCIL CUELLO...
Amo tu grácil cuello bajo el pelo
recogido, cuando un imperceptible
movimiento ilumina
la línea que, tan dulcemente,
desciende hasta tu hombro;
cuando un asomo de cansancio abate
tu dorada esbeltez de espiga y todos
los oros del atardecer se posan
sobre tu nunca; cuando mido
sobre tu piel desnuda esa distancia
que va de tu inconsciencia
a mi deseo; cuando, pensativa
y lejana, movida
por no sabes qué impulso,
sonríes y te vuelves levemente
para mirarme.
Rafael Guillén
En la biblioteca Cervantes virtual podéis encontrar su semblanza crítica, su amplia bibliografía, su voz en 7 poemas recitados por él y una completa antología poética.
Por último, en este vídeo podéis escucharlo recitando Donde sonó una risa.
Por último, en este vídeo podéis escucharlo recitando Donde sonó una risa.
Aquí tenéis un obituario que publica "El Independiente"
me gustan tus escritos
ResponderEliminartienes un blog maravilloso
un abrazo desde Miami
Excelente poeta. A muerto El poeta, que viva! El Poeta.
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