Poco sé de Martín Valmaseda, salvo que pertenece a la congregación de los marianistas, que se ha dedicado a la pedagogía en Vallecas y después en Honduras, y que por lo que escribe debe de ser un hombre de bien. Encontré este poema buscando en internet un poema navideño sin los tópicos habituales. No es acerca de la Navidad, pero es un poema sincero de temática social, que podemos compartir hasta los que hemos perdido la fe.
Adenda de IV-22: Ultimamente en las redes se atribuye este poema a Gabriela Mistral, pero yo no lo he encontrado en sus antologías y tampoco me parece su estilo. Voy a consultar su obra completa para salir de dudas.
Adenda de IV-22: Ultimamente en las redes se atribuye este poema a Gabriela Mistral, pero yo no lo he encontrado en sus antologías y tampoco me parece su estilo. Voy a consultar su obra completa para salir de dudas.
¿De qué quiere usted
la imagen?
– preguntó el
imaginero-
Tenemos santos de pino,
hay imágenes de yeso.
Mire este Cristo yacente,
madera de puro cedro.
Depende de quién la encarga:
una familia o un templo.
O si el único objetivo
es ponerla en un museo.
Tenemos santos de pino,
hay imágenes de yeso.
Mire este Cristo yacente,
madera de puro cedro.
Depende de quién la encarga:
una familia o un templo.
O si el único objetivo
es ponerla en un museo.
…
– Déjeme, pues ,que
le explique
lo que de verdad
deseo:
Yo necesito una imagen
de Jesús el galileo
que refleje su fracaso
intentando un mundo nuevo,
que conmueva las conciencias
y cambie los pensamientos.
Yo necesito una imagen
de Jesús el galileo
que refleje su fracaso
intentando un mundo nuevo,
que conmueva las conciencias
y cambie los pensamientos.
Yo no la quiero
encerrada
en iglesias ni conventos,
ni en casa de una familia
para presidir sus rezos.
No es para llevarla en andas
cargada por costaleros.
Yo quiero una imagen viva
de un Jesús, hombre, sufriendo
que ilumine a quien la mire
el corazón y el cerebro,
que den ganas de bajarlo
de su cruz y del tormento,
y quien contemple esa imagen
no quede mirando un muerto,
ni que con ojos de artista
solo contemple un objeto
ante el que exclame admirado:
“¡qué torturado más bello!”.
en iglesias ni conventos,
ni en casa de una familia
para presidir sus rezos.
No es para llevarla en andas
cargada por costaleros.
Yo quiero una imagen viva
de un Jesús, hombre, sufriendo
que ilumine a quien la mire
el corazón y el cerebro,
que den ganas de bajarlo
de su cruz y del tormento,
y quien contemple esa imagen
no quede mirando un muerto,
ni que con ojos de artista
solo contemple un objeto
ante el que exclame admirado:
“¡qué torturado más bello!”.
…
-Perdóneme si le digo
-Perdóneme si le digo
– responde el
imaginero –
que aquí no hallará seguro
la imagen del Nazareno.
Vaya a buscarla en las calles
entre las gentes sin techo,
en hospicios y hospitales
donde haya gente muriendo.
En los centros de acogida
en que abandonan a viejos,
en el pueblo marginado
entre los niños hambrientos,
en mujeres maltratadas,
en personas sin empleo.
Pero la imagen de Cristo
no la busque en los museos,
no la busque en las estatuas,
en los altares y templos,
ni siga en las procesiones
los pasos del nazareno.
No la busque de madera,
de bronce, de piedra o yeso.
Mejor…¡busque entre los pobres
su imagen de carne y hueso!
que aquí no hallará seguro
la imagen del Nazareno.
Vaya a buscarla en las calles
entre las gentes sin techo,
en hospicios y hospitales
donde haya gente muriendo.
En los centros de acogida
en que abandonan a viejos,
en el pueblo marginado
entre los niños hambrientos,
en mujeres maltratadas,
en personas sin empleo.
Pero la imagen de Cristo
no la busque en los museos,
no la busque en las estatuas,
en los altares y templos,
ni siga en las procesiones
los pasos del nazareno.
No la busque de madera,
de bronce, de piedra o yeso.
Mejor…¡busque entre los pobres
su imagen de carne y hueso!
Martin Valmaseda.
En estos enlaces encontraréis poemas inspirados en la Navidad de autores varios o míos que he ido colgando en este blog. Nuestra sociedad, en general, ha perdido las prácticas religiosas, pero dos mil años son muchos años y nuestra cultura está impregnada de hechos y tradiciones relacionados con la religión. Además, las fiestas navideñas siguen siendo una época en que familias y amigos comparten mesa y vivencias. Solamente por eso ya sería un buen motivo para mantenerlas y recordarlas.
Felices navidades y un fuerte abrazo.
Felices navidades y un fuerte abrazo.
Posdata de abril 2022: Como he indicado, veo que en las redes se atribuye este poema a Gabriela Mistral, pero yo no lo he encontrado en varias antologías de ella que he consultado. Voy a buscar unas "Obras completas" para salir de dudas.
De momento tras rastear por internet, las fuentes que atribuyen el poema a Martín Valmaseda me parecen más fiables. Os dejo una entrada a un blog y un vídeo que dan explicaciones de la autoría y presentan el poema en el año 2015, cuando las atribuciones a Gabriela Mistral son posteriores. Cuando tenga más información la colgaré en este blog.
Hola, Martín Valmaseda.
ResponderEliminarMe encanta su forma de componer esos bellos poemas que refleja en su perfil.
Yo soy fiel seguidor de Gustavo Adolfo Bécquer, y puedo observar que usted sigue, más o menos, esa misma línea.
Me es grato leerle porque disfruto de la poesía con rima y métrica, o aunque tan solo disponga de musicalidad.
Gracias por compartir esos hermosos escritos.
Un saludo y Feliz año 2020.
El poema, alimenta el espíritu, colmandonos de humildad muy escasa por estos tiempos
ResponderEliminarEste bonito poema NO es de Gabriela Mistral, porque no es su estilo y además contiene palabras que no son propias de la Mistral ni del tiempo en que ella escribió. (por ejemplo, el término "centros de acogida", que es moderno).
ResponderEliminarFelicito a Martín Valmaseda por su lindo poema. Espero que, con el tiempo, las redes sociales (que, como se ve, se equivocan) enmienden y le atribuyan su creación.
Saludos desde Chile.