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lunes, 8 de marzo de 2021

Un año de pandemia

Un año de pandemia es mucho tiempo, y más cuando el rio de la vida se va aproximando a ese mar proceloso sin horizontes, ni islarios de refugio. Un año es mucho, y no tenemos claro cuánto más va a durar esta pandemia y lo que nos costará recuperar nuestras costumbres.


UN AÑO DE PANDEMIA

Un año sin abrazos y sin besos,
sin cenas y sin copas con amigos,
manteniendo distancias, sin mostrar
los rostros ni las almas, olvidando
nuestra forma de ser y convivir.

Un año en que perdimos allegados,
sin poder ni siquiera despedirlos,
más allá de un recuerdo por las redes
que suena a frase hecha, a burda excusa
por no poder acompañar el duelo.

Un año que reduce nuestras vidas,
en un punto del cauce muy sensible,
porque ya queda poco para un mar
de horizontes perdidos, bajo brumas
que no albergan islarios de refugio.

Un año que no acaba, que prosigue
entre nubes que ocultan aquel sol
que iluminaba rutas de ilusiones.
Será una lucha larga y, si hay victoria,
precisará perder muchas batallas.

Un año en el que el miedo se ha instalado
como clave de bóveda y la gente
se confina olvidando que la vida
es aceptar vivir burlando al riesgo,
pues no suman los tiempos de prisión.

Un año que he perdido y no sé cuántos
tendré para olvidar. No quedará
por mí el intento de empezar de nuevo,
si prosigo el camino está por ver, 
hará falta esperar a otro poema.


Ricardo Fernández Esteban ©


Esta pandemia nos ha hecho escribir bastante, sea por el tiempo de confinamiento que sufrimos o porque era algo que no preveíamos en nuestras vidas. Yo emprecé hace un año con "La humanidad pende de un virus", proseguí dia a día con las "Espinelas del confinamiento" mientras estuvimos encerrados, y creí cerrar el tema al inicio del verano con "La nueva normalidad". Desgraciadamente el problema sigue abierto y he tenido que recordar su aniversario. Espero que el proximo poema sí que cierre la serie con la vuelta a "La antigua normalidad".



Nota técnica:

Inicialmente coloqué como penúltimo verso, "si lo consigo, o no, aún no está escrito,". Este verso ha desatado la polémica en un foro poético ya que hay quien considera que "aún" siempre ha de ser bisílabo y entonces el poema se va de metro y se convierte en un difícil dodecasílabo:

si- lo- con-si-go, o- no,- a-ún- no es- es-cri-to,  - 12=(4.6.8.10.11)

Yo, y otras instituciones como el Instituto Cervantes, opinamos que una cosa es la acentuación y división ortográfica de las sílabas, y otra la fonética. Por eso, el "aún" antepuesto puede pronunciarse como átono y monosílabo:

si- lo- con-si-go, o- no,- aún- no es- es-cri-to, -  11(4.6.9.10)

Con este escandeo sería endecasílabo y para mí no hay problema en pronunciar un "aún" monosílabo. Ahora bien, es verdad que este verso tiene otros problemas: la sinalefa "consigo, o" desvirtúa bastante el significado; también la otra sinalefa "está escrito" coloca dos tónicas seguidas en 9ª y 10ª sílaba, lo que tensa el final del verso.

Por ello, y aunque sigo defendiendo al "aún" antepuesto como monosílabo por sinéresis, creo que es mejor cambiar el verso para facilitar el recitado. Porque nunca tenemos que olvidar que la poesía nunca es solo un texto escrito, como lo es la prosa, sino que precisa del recitado para que muestre toda su plenitud.



7 comentarios:

  1. Hermoso, y al mismo tiempo, triste poema, amigo. Un saludo.

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  2. No a la tristeza, somos
    seres para la muerte.
    Dar la mano y perder
    la compostura alegre
    que nos han enseñado,
    y decirnos adiós
    ¡Qué tontería! solos
    en el punto final
    y el ¡adiós! ¡hasta nunca!
    en el silencio gris
    de la conciencia gris.
    La pandemia ya estaba
    sin visos de esperanza,
    desde el día del parto,
    el día en que empecé a morir.

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  3. Doblemente triste y doblemente hermoso para mi

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  4. Sea como sea seguimos adelante y con muchas ganas de hacer el verso compañero de viaje. Fuerte abrazo, Ricardo.

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  5. Un Arma Extraña

    Llegaste, y sorprendiste al mundo,
    confinando nuestro entorno,
    nos ha marcado con un súbito dolor,
    y a todo ser humano nos afectó.
    Muchos perecieron sin recibir sepultura,
    y la tierra derramó sus lágrimas puras.

    Aterrizaste en múltiples escalas,
    asombrando a los inocentes
    sin saber que tú llegabas,
    los verdugos con su silencio
    ferozmente nos dañaron,
    y por su egoísmo no nos avisaron.

    Nos pusieron un lienzo que obstruye
    nuestro olfato...
    y cada respirar se pierde en el ocaso. También cubrieron nuestro hablar,
    y en la distancia no nos podemos palpar, pero llegará el tiempo
    de nuestro encuentro reanudar.

    ¿Por qué llegaste en primavera?
    Aquella nuestra temporada de alegría,
    ¡Fuiste enviado para destrozarnos!
    Y así, derribando nuestra autonomía...
    nos has desterrado en la lejanía.

    Me entristece tu presencia,
    huracán desbastador
    que destroza a todo ser.
    No quiero verte ni sentirte,
    ¡Eres extraño y muy cruel!

    Ojalá que tu estadía desvanezca
    algún día,
    y anunciaremos con poder,
    que se acerca un mañana...
    con un nuevo amanecer.

    Pensamos como un niño,
    imaginando que todo pasará,
    y en las tinieblas te esconderás.
    Que tu molestia es liviana,
    abrazando nuestra idea,
    que la libertad a buscarno vendrá,
    y los de cabellos blancos
    podrán ésto contar.

    Ésto es un reto y una prueba viviente,
    ésto es un premio para los resilientes,
    sin poder abrazar y saludar a la gente,
    obedeciendo a este intocable contagio,
    ya convertido en un largo naufragio.

    Vamos a decirle que apague su furia,
    que su veneno se esfume,
    y se pierda en la penuria,
    y aunque su ira es tan fuerte...
    lucharemos para espantarlo,
    sin que se asome la muerte.

    Que suenen las trompetas,
    el cantor y los poetas,
    y aquel que ya no sufre,
    que proteja su saeta
    olvidando el dolor
    y también la pobreza.

    Ya sé que irás desapareciendo,
    donde te espera el abismo,
    le diré a mis amigos que ya te fuiste,
    que ya no existe,
    que ya somos libres
    y podemos cantar,
    y nunca más...
    nuestro rostro ocultar.

    Gracias al Omnipotente
    nos humillamos a orar,
    dejando esta tristeza
    y todo lo malo atrás.
    Allá nos espera Dios,
    en el puente de la unidad
    ¡Así venceremos!
    para volvernos a abrazar!

    –Olinda Valdez Debello✓©®
    Septiembre/ 2020

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  6. Buenas noches. Todos mis mejores deseos para este blog. Desde hace muchos años cultivo la poesía satírica, género en el que he publicado dos libros. Me gusta mucho la calidad de los que aquí se publican. Quería saber si podría compartir con usted algunos de mis poemas. Muchas gracias por su atención, un cordial saludo. Francisco Delgado-Iribarren Cruz.

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  7. Francisco te respondo en privado y espero poder publicar algo tuyo. Saludos

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