Siempre he defendido que la poesía, además de la lírica, puede y debe abarcar muchas temáticas. En esa línea esta entrada está dedicada a un poema que combina la sátira, la ironía y la denuncia. Lo denomino "Peripecias de un retrato" y os cuenta, en unas décimas endecasílabas, algunas de las vicisitudes que sufrió esta fotografía.
PERIPECIAS DE UN RETRATO
Leed las peripecias de un retrato
en una galería de escritores,
colocados allí por sus honores,
que quitó del panel un mentecato.
¿Cómo se puede ser tan insensato,
al pensar, él o ella, que ocultar
la faz de una persona es olvidar
a quien dijo verdades, y por eso
es sometido a un ostracismo expreso?
Pues siendo un incapaz de dialogar.
El hecho es el que yendo de visita,
al observar la ausencia de mi foto,
monté por la oficina un alboroto
por reparar lo que hizo el cainita.
Por suerte, fue mi búsqueda fortuita
y aparecí ocultado en un estante,
¡qué gran felicidad fue aquel instante!
Temí haber sido objeto de vudú
por algún retorcido "Fumanchú"
y estaba entre los libros, fascinante.
Supongo que no pudo completar
el hurto de mi imagen y con prisas
lo escondió al escuchar algunas risas
de gente que venía a trabajar.
Volví a poner el marco en su lugar,
no investigué, no fuese que un amigo
de quien confío fuera un enemigo,
me quedo con aquello que una ofensa
solo consigue hacerla alguien que piensa,
y ese rufián ya tiene su castigo.
Solo cuento el pecado, el pecador
—aunque es cierto que tengo algunas dudas—
no me importa si es tonto o si es un Judas,
mas, desde luego, es alguien sin honor.
CODA DONDE, A LA SEGUNDA, PIERDO LA PACIENCIA
Toda historia falaz tiene su coda
y el retrato ha sufrido otra agresión;
no fue esta vez su desaparición,
pero sí algo que es cierto me incomoda.
Está visto que mi figura enloda
la mente perturbada que me esconde,
y me quitó de donde corresponde
para ponerme oculto tras la puerta.
¿Qué pasa, "sombra", buscas la reyerta?
¡Da la cara! ¡Sal a la luz! ¡Responde!
Yo por mi parte, espero a ese cobarde
que, no yendo por mí, va por mi foto.
En los versos lo cito y lo derroto,
“lo dicho, dicho está”, y este es mi alarde.
Ricardo Fernández Esteban
Pues esta es la historia de un retrato, primero ocultado y después desplazado, que espero no sufra mas adversas vicisitudes. Aquí está el titular para "responder a lo que haya menester" y dejemos a la foto en paz que no se trata de hacer vudú con ella. El poema y su coda tienen un formato de espinela, pero con versos endecasílabos, que se rematan con cuartetos finales. Creo que en este tipo de poemas que mezclan sarcasmo, humor, ironía y denuncia, el uso de versos con ritmo métrico y con rima refuerza en mensaje del poema y no es malo, aunque eso produzca un sonsonete, sino todo lo contrario.
A este autor le gusta combinar todo tipo de temáticas y formatos poéticos. Aquí tenéis la página de este blog donde incluyo mis sátiras ético-politicas (unas tienen entrada propia en el blog y otras no) y a traves de este enlace tenéis las entradas del blog de mis sátiras ético políticas que he publicado donde puede haber más información del contexto.
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