José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, 1926 - Madrid, 2021) es uno de los grandes poetas que se dieron a conocer en los 50's, y rehago esta nota cuando nos acaba de dejar. He seleccionado dos poemas separados por más de medio siglo en los que muestra la fuerza poética que siempre le acompañaba.
Por las ventanas, por los ojos
de cerraduras y raíces,
por orificios y rendijas
y por debajo de las puertas,
entra la noche.
Entra la noche como un trueno
por las rompientes de la vida, recorre salas de hospitales,
habitaciones de prostíbulos,
templos, alcobas, celdas, chozos,
y en los rincones de la boca
entra también la noche.
Entra la noche como un bulto
de mar vacío y de caverna, se va esparciendo por los bordes
del alcohol y del insomnio,
lame las manos del enfermo
y el corazón de los cautivos,
y en la blancura de las páginas
entra también la noche.
Entra la noche como un vértigo
por la ciudad desprevenida, rasga las sábanas más tristes,
repta detrás de los cobardes,
ciega la cal y los cuchillos
y en el fragor de las palabras
entra también la noche.
Entra la noche como un grito
entre el silencio de los muros, propaga espantos y vigilias,
late en lo hondo de las piedras,
abre sus últimos boquetes
entre los cuerpos que se aman,
y en el papel emborronado
entra también la noche.
Las Adivinaciones (1952). José M. Caballero Bonald
SUMMA VITAE.
De todo lo
que amé en días inconstantes
ya sólo van quedando rastros,
marañas,
conjeturas,
pistas dudosas, vagas informaciones: por ejemplo, la lluvia en la lucerna
de un cuarto triste de París,
la sombra rosa de los flamboyanes
engalanando a franjas la casa familiar de Camagüey,
aquellos taciturnos rastros de Babilonia
junto a los suntuosos barrizales del Éufrates,
un arcaico crepúsculo en las Islas Galápagos,
los prolijos fantasmas
de un memorable lupanar de Cádiz,
una mañana sin errores
ante la tumba de Ibn' Arabi en un suburbio de Damasco,
el cuerpo de Manuela tendido entre los juncos de Doñana,
aquel café de Bogotá
donde iba a menudo con amigos que han muerto,
la gimiente tirantez del velamen
en la bordada previa a aquel primer naufragio...
Cosas así de simples y soberbias.
Pero de todo eso
¿qué me importa
evocar,
preservar después de tan volubles comparecencias del olvido?
Nada sino una sombra
cruzándose en la noche con mi sombra. Manual de Infractores (2005). José M. Caballero Bonald
Hay mucha información del poeta en la web de la Fundación Caballero Bonald, y una buena antología poética suya en Biblioteca Virtual
Miguel de Cervantes. Éste es s u discurso al recibir el Premio Cervantes de 2012. Un vídeo con una larga
entrevista en “Rincón literario” en la que repasa su vida poética y recita
alguno de sus poemas. Si queréis leer su obra poética completa Somos el tiempo que nos queda (Obra poética completa 1952-2009) la tenéis editada por Austral
Por último, un video de Juan Peña "El lebrijano" uniendo flamenco y música norteafricana sobre una letra de un poema de Caballero Bonald "Dame la libertad"
Lo que yo destacaria es la evolucion que hace el poeta de un poema al otro.Es increible como cambia la forma de utizar los recursos literarios y con ello su forma de hacer poesia.Una evolucion hacia una poesia mas actual,directa.utilizando mas el asíndenton para darle menos solemnidad .La noche llena mis sentidos.Mil Gracias Ricardo.
ResponderEliminarDos poemas antológicos de este Caballero de la Poesía, resistente sin limites.
ResponderEliminarGran poeta José Manuel Caballero, elegancia poetica! Gracias Ricardo, seleccionador de lo bueno!
ResponderEliminar