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lunes, 15 de diciembre de 2025

Poema para Navidad

Vuelven los tiempos navideños y con ellos el poema que cada año dedico a mis amigos y lectores. Es un placer escribiros, pero no lo es ver cómo le van de mal las cosas a nuestra "humanidad". Tras veinte años de poemas, casi todo está dicho sobre lo que opino de estas fiestas y del mundo que las rodea. Por eso este año, después de los dos sonetos iniciales, he recopilado (sin rima para tener algo más de libertad de expresión) cinco temas que ya traté y que defino como los jinetes del apocalipsis que nos acecha. 


POEMA PARA LA NAVIDAD
El poema que os mando, como siempre
tiene poco de “navideño” al uso
y os suplica perdón si en algo ofende,
pero a ciertas alturas de la vida
decir lo que se piensa es conveniente.

Escribir un poema en Navidad
nunca ha sido rutina, sino gozo
de hablar con un amigo, aunque es verdad
que es difícil versar con alborozo
cuando en el mundo es rara la verdad
y abundante la guerra y el destrozo.
Llamar a nuestra especie “humanidad”
en un oxímoron que da sollozo.

Pero “la poesía es arma” y sigo
esperando que unidas las palabras
—por aquello de mágicas— consigan
trocar en sentimiento lo que digo:
¡Qué sean para ti abracadabras,    (1)
(palabras que los males nos mitigan)!

Después de veinte años de poemas
en los que confié poco en la musa
—ya que buscaba resolver problemas
y citar Navidad fue solo excusa—
he resumido aquí bastantes temas.
En muchos versos la palabra acusa,
más de uno parece un anatema
y en otros mi razón peca de ilusa.

Intento concentrarme en lo esencial:
Religiones, Políticos, la Guerra,
Nacionalismos y Riquezas
; puntos
que tienen importancia capital
en los males que sufre nuestra tierra
y que conviene resolvamos juntos.

En estos cinco asuntos
—que os expongo— me abstengo de rimar
e intento concentrarme en razonar.

Rechazo religiones convencidas
de ser únicas fuentes de verdad,
que a los demás arrojan a las llamas
de infiernos terrenales o plutónicos.
"Mejor el más acá que el más allá”,
el cielo está en la tierra, “quien predique,
que en vez de dar doctrina se la aplique”
,
y que, por mor de dogmas, no se impongan
barreras a la libertad humana;
recuerda que hoy en día, todavía
en el nombre de Dios se mata mucho.
No todo es malo en los que tienen fe,
he de reconocer que hay caridad
y que "entre tanta ganga queda mena",    (2)
personas que se entregan por los otros,
que no precisan hábito ni anillo
y cuya religión solo es amor;
para ellos es el cielo en esta tierra,
y a los que pontifican los condeno
a las llamas con las que me amenazan.

Dice en el diccionario que política
es: “El arte, doctrina u opinión
referente al gobierno del Estado”,

buscando otra acepción llega a decir:
“Cortesía y buen modo de portarse”.
Ni cortesía, ni arte, lo que hay
son discursos vacíos, falsedades,
el pactar por seguir en la poltrona,
el pensar hacia dentro y no hacia afuera,
el prometernos mucho y cumplir poco,
la corrupción directa o indirecta,
abusos de poder y tanto más...
Si seguimos votando es por defecto,
porque una dictadura aún es peor;
pero he de proclamar que no confíen:
“ni olvido ni perdón, para el felón”.
Hay alguna excepción, hay esperanza
en los pocos que van de buena fe
—dentro de tanto alud de populismo—
aunque sin estructura ni recursos
poco se puede hacer, salvo intentarlo.

Después de la política, "la guerra,
es su continuación con otros medios”.   
(3)
Ese jinete del apocalipsis
que acompaña a la historia y ahora más
porque la vemos en televisión
y seguimos sentados, ¡qué vergüenza!
¿Cómo es posible que la humanidad
sea tan poco humana e insensible?
Ningún fin justifica el ruin medio,
y mucho menos si el supuesto fin
es la dominación de los demás.
No me valen excusas de que hay “malos”
que gobiernan y rigen holocaustos,
porque quien manda tiene de soporte
a “buenos ciudadanos” que se callan
que giran la mirada por no ver,
o peor por sacar un beneficio
de masacres de seres semejantes.

Y qué decir de los nacionalismos,
no son malos “per se”, pero en la práctica
muchos acaban en supremacismos.
Recelo de los pueblos excluyentes
y aún más de quienes hablan en su nombre.
Ya lo dijo John Lennon: “Imagina
un mundo sin países, no es difícil”;

y antes Monnet citó que “las fronteras
son malas cicatrices de la historia”
;       (4)
defendamos tan solo al pueblo humano
por encima de razas y culturas.
Reconozco que es algo que me afecta,
porque he nacido en zona de combate,
donde algunos se creen que son mejores,
que quienes no comulgan con barreras
basadas en la lengua. Los idiomas
son siempre para unir, no separar.
No me consideréis un extremista,
cuando proclamo esto apunto alto
y rechazo también los patriotismos
en que unir significa unificar.

Llegamos al reparto de riqueza:
¡Hay un uno por ciento que posee
la mitad de los bienes de este mundo!
¿Quién se atrevió a llamar género humano
a esta desigualdad?; y si eso existe
es porque algunos piensan que el sistema
permite acumular impunemente
mientras muchos malviven sin futuro.
Esto es un polvorín y candidatos
no faltarán para encender la mecha,
pues casi nada tienen que perder.
Y ligo esta injustica al consumismo,
ostentación de compras sin sentido
entre luces y músicas de fiesta,
cuando cerca, tumbados en cartones,
malviven los “sin techo” abandonados.
Cierto es que algunas OeNeGe’s ayudan,
sin pedir nada a cambio lo dan todo,
pero otras entidades son fachadas
con sus actos benéficos de pega
en que se autoconsume lo que donan.

Tratados los asuntos, en resumen:
Al descartar la fe en mi adolescencia,
no sé si los jinetes —que he citado—
proclaman ese bíblico final,
pero me dice la razón que sí,
que el polvorín es inestable ya.
Por seguir siendo utópico, confío
en una positiva reacción
ante tanta injustica en esta tierra.
Si no es así me temo que a esta especie
—que ha sido titulada de “Homo sapiens”
cuando “sabiduría” tiene poca—
le queda escasa vida por delante,
y “El que no juega a dados”, según Einstein,  (5)
o la “física y química” celeste
proveerán, creando un nuevo ser
que sepa cometer menos errores.
Yo no lo voy a ver y solo espero
que lo que haya “me coja confesado”,
por lo que habéis leído lo he intentado.

Ricardo Fernández Esteban © (Diciembre de 2025)


Unas notas que pueden servir para aclarar algunos versos.

(1) Abracadabra: Palabra cabalística a la que se atribuía la propiedad de curar.

(2) La "mena" es el mineral útil y la "ganga" la materia inútil que le acompaña y que hay que separar al extraerlo de la mina.

(3) Carl von Clausewitz (1780-1831), fue un militar prusiano y uno de los más influyentes historiadores y teóricos de la ciencia militar moderna. En su obra "Sobre la guerra" aparece su máxima más citada: "La guerra no es más que la continuación de la política con otros medios"

(4) Jean Monnet (1888 - 1979), uno de los padres de la Unión Europea, usó esta frase para promover la integración europea, buscando superar los nacionalismos que habían llevado a guerras entre sus naciones.

(5) Einstein respondió al físico Max Born "Él (Dios) no juega a los dados" (aunque su dios era más filosófico que religioso), refiriéndose a que las teorías sobre la materia y el origen del universo no debían sustentarse en bases aleatorias. Otros científicos rechazan toda intervención divina sustentando sus teorías en la ciencia (la "física y química").

Una pequeña nota técnica pata los interesados en las formas métricas. Este poema comienza con dos sonetos, el segundo con estrambote, y luego prosigue con versos blancos, con alguna asonancia o rima interna. Los versos son endecasílabos, aunque alguno se puede recitar mejor como dodecasílabo de 7+5. Este año he querido que el poema empezara con dos sonetos y siguiese con esos versos blancos isométricos para rendir homenaje a la poesía rítmica. Soy consciente de que eso dificulta la expresión, pero para liberarla ya está la prosa y este escrito se define como poema.

El tono bastante pesimista de mi poema no es óbice para desearos unas felices fiestas navideñas y un magnífico año 2026. Sea cual sea el futuro, "no nos podrán quitar lo bailado" y, por el momento, "seguimos en la pista". Como cada año, os propongo este brindis:



Brindemos por nosotros, por la gente querida,
por familia y amigos, por los que ya no están,
por los desconocidos, por los que no vendrán
y porque la utopía haga mejor la vida.


Llevo más de veinte años escribiendo poemas de Navidad, no muy al uso. Aquí tenéis los dieciséis que he publicado en este blog desde que lo creé en 2010. Si tenéis la paciencia de leerlos, veréis que me repito bastante, o sea que al menos soy persistente en mis ideas. Ya os he avisado al inicio que, además, este año en parte he hecho una recopilación de temas anteriores, ya que un autor tiene la prerrogativa de copiarse a si mismo y los lectores de decirle que es un pesado. De cualquier forma, si os convencen mis palabras, lo importante es pasar a los hechos. ¡Intentémoslo!

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