En el 2004 visité Schinoussa (Sjinusa), una pequeña isla del Egeo de 8 km. cuadrados, entre Naxos y Amorgós, casi sin infraestructura turística, pero con abundantes y resguardadas playas. En mis posteriores viajes por las islas griegas no he vuelto a pisarla, aunque si la he rodeado navegando y no me ha parecido ver destrozos. Espero que se mantenga como la conocí o que al menos los daños hayan sido soportables.
El temor a que las islas se "turisticen" y pierdan su pureza nos acompaña en los retornos. De eso trata otro poema, de la pérdidas:
Pero a pesar de todo: ¡Qué ilusión perder islas!
Perder es haberlas vivido,
porque si no las pierdes es que no habías venido
SJINUSA
Dicen que en Sjinusa hay más de quince playas
pero no hay ni quince tabernas,
ni quince hoteles,
ni quince iglesias,
por no haber, no hay siquiera
quince kilómetros cuadrados.
Basta y sobra con la mitad para que ofrezca
tesoros que otras islas perdieron hace tiempo,
lo que tanto busqué en busca de retiro,
encontrar un lugar donde atraparme,
encontrar un lugar donde atraparme,
donde acabar contigo esta Odisea:
Una casa con porche y buganvillas,
una cala de arena y tamariscos,
un horizonte abierto al archipiélago,
el mar azul, el sol y las estrellas.
Por las islas griegas (2004)
Ricardo Fernández Esteban ©
Adenda de junio de 2019 y 2022: Muchos años después, en 2019 y 2023, he vuelto a Sjinusa. He vuelto navegando en velero y sólo he hecho unos pequeño recorrido por tierra hasta para subir a su Jora a cenar, pero me parece que se mantiene bastante bien a resguardo del turismo de masas. Fondeé en la bahía de Almyrós, donde disfruté de una magnífica salida del sol, y en la de Tsiguri donde en la tarde ese sol tiende puentes de plata hacia la vecina isla de Iraklia. En este enlace tenéis una bitácora poética de esos viajes.
Aquí tenéis un vídeo donde recito este poema y luego otros dedicados a estas islas.
Amanece en Almyrós. Sjinusa |
Adenda de junio de 2019 y 2022: Muchos años después, en 2019 y 2023, he vuelto a Sjinusa. He vuelto navegando en velero y sólo he hecho unos pequeño recorrido por tierra hasta para subir a su Jora a cenar, pero me parece que se mantiene bastante bien a resguardo del turismo de masas. Fondeé en la bahía de Almyrós, donde disfruté de una magnífica salida del sol, y en la de Tsiguri donde en la tarde ese sol tiende puentes de plata hacia la vecina isla de Iraklia. En este enlace tenéis una bitácora poética de esos viajes.
Aquí tenéis un vídeo donde recito este poema y luego otros dedicados a estas islas.
Si os interesan las islas griegas, mi libro "Por las
islas griegas" , que he revisado y ampliado en 2023, recoge más de 25 años y más de 70 islas
visitadas, con mis anotaciones sobre mis playas, restaurantes, hoteles y otros
lugares preferidos. Aquí lo podéis conseguir
en Amazon; si preferís las librerías físicas, hay ejemplares en Altaïr
(Gran Vía 616, Barcelona).
Tendrías que haber enviado esto antes. Ahora, camino del otoño, habrá que guardar esta poesía hasta que el día comience a alargarse y se puedan convertir las palabras en realidades. ¡El invierno debe de ser muy duro en esas islas!
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