viernes, 1 de junio de 2018

Gabriela Mistral

Gabriela Mistral (Vicuña, Chile 1899 – New York 1957), es una gran figuras de la poesía de américa y la primera persona latinoamericana premiada con el Nobel de Literatura en 1945​. Este poema es de su primer libro "Desolación" publicado en 1922.



VERGÜENZA

Si tú
me miras, yo me vuelvo hermosa
como la hierba a que bajó el rocío,
y desconocerán mi faz gloriosa
las altas cañas cuando baje el río.

Tengo vergüenza de mi boca triste,
de mi voz rota y mis rodillas rudas.
Ahora que me miraste y que viniste,
me encontré pobre y me palpé desnuda.

Ninguna piedra en el camino hallaste
más desnuda de luz en la alborada
que esta mujer a la que levantaste,
porque oíste su canto, la mirada.

Yo callaré para que no conozcan,
mi dicha los que pasan por el llano,
en el fulgor que da a mí frente tosca
y en la tremolación que hay en mi mano...

Es noche y baja a la hierba el rocío;
mírame largo y habla con ternura,
¡que mañana al descender al río
la que besaste llevará hermosura!

Gabriela Mistral. Desolación


Este poema está compuesto por endecasílabos, pero desde su primer libro, la autora ya hace uso de una versificación muy variada en cuanto a rima, acentuación o medida de los versos. De eso trato en un artículo que he publicado en la web cultural "Las nueve musas" sobre su poema "In memoriam",  donde lo analizo y propongo esquemas alternativos para resaltar la armonía de los versos. A través de este enlace podéis acceder a otros artículos que he publicado en esa web.

En A media voz tenéis una antología de sus poemas y en el portal de la Universidad de Chile la página de Gabriela Mistral contiene amplia información sobre su obra, biografía, bibliografía y estudios.

En este vídeo, tenéis un documental sobre la autora.




1 comentario:

ÁNgel dijo...

De Gabriela Mistral me quedo con “Los sonetos de la muerte”. Profundos, dolientes, severos, amorosos:

Del nicho helado en que los hombres te pusieron
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Que en ella he de dormirme los hombres no supieron
ni qué hemos de soñar sobre la misma almohada.
....
Una maravilla que yo recité al piano en un simposio de Mireia C. E. hacer más de 30 años. Los memoricé cuando era un chaval, lo mismo que otros versos de su amante Manuel Magallanes Moure.

Un acierto indiscutible. Muchas gracias.