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lunes, 11 de septiembre de 2023

Entre luces y sombras, desde Kímolos

Kímolos una de las cícladas menos conocidas que descubrí en un viaje relámpago hace 18 años y a la que he vuelto el año pasado y repito este, con bastantes deseos, y algunas dudas, sobre si incorporarla al grupo de islas que resisten y siguen llevándome a volver cada año por este mar. Es este poema os cuento mis últimas impresiones.

Un rincón de intercambio de libros en el Jorió


ENTRE LUCES Y SOMBRAS, DESDE KÍMOLOS

Entre luces y sombras, desde Kímolos,
hago un repaso a nuestra relación.
Tuvimos, hace mucho, un encuentro fugaz
y no volví hasta junio del año veintidós,
un flash de pocas horas que me hizo repetir
examen en septiembre, durante una semana.
Tuve esta primavera otro encuentro de horas
y de nuevo en septiembre repito otra semana,
dispuesto a decidir si estará en el repóquer
del islario que alumbra mis deseos.

Se trata de centrarse, de descartar a Prassa
en la que aluciné el año dos mil cinco
—la de níveas arenas y transparentes aguas—
vendida a lo turístico: mikónico “beach club”,
un bosque de sombrillas y música estridente.
Lo dejo en el recuerdo, en el lugar
donde habita el olvido y la añoranza
de tantos paraísos ya perdidos.

Tiene pocos hoteles, coches de alquiler caros,
escaso y complicado transporte desde Atenas,
—salvo utilizar Milos que detesto—
y nunca estás seguro si llegarán los barcos.
Pero lo que es difícil suele ser garantía
de lugares que guardan sus tesoros
y os voy a hablar de algunos.

Disfruto del Jorió, exigiéndole solo
que siga manteniendo esa autenticidad
de saber compartir el ambiente de un pueblo
en que juegan los niños y se come en la calle,
con sus bares de copas y música atrayente,
donde casi no hay turistas extranjeros.

Hoy como en Kalamitsi en la taberna
que está al el borde del mar,
aquí no hay ley de costas y qué dure.
Y me baño muy cerca en un amplio arenal,
con algunas tumbonas que no rompen la estética.
¡Qué queréis que os diga!, mi espalda lo agradece,
ya han pasado los tiempos
de la toalla en la arena y horas a pleno sol.
Además, en los días
que busco soledad frente al Egeo
tengo rocas y playas que no os voy a citar,
no sea que la pierda si estos versos se expanden.

En el puerto que es playa
me sirven desayunos o pescado de barca,
con los pies en la arena y el alma recordando
lo que pudo haber sido y aún lo es.
Y si busco alimento del espíritu
Kímolos lo regala en las barcas de libros,
donde puedes coger, dejar o intercambiar.

Es verdad que la oferta en esta isla
es algo limitada y hay poco que escoger,
pero en eso reside el encanto que guarda
y si busco bullicio lo encontraré muy cerca
en cualquier otra isla que rompe su horizonte,
excepto en Poliegos que está deshabitada.

Como veis las luces superan a las sombras,
pero en eso de gustos cada uno tiene el suyo,
o sea que ya diréis cuál es el vuestro.

Por las islas griegas (2023). Ricardo Fernández Esteban ©

(*) Prassa era una maravillosa playa ya perdida. El Jorió es el único pueblo de Kímolos. Kalamitsi es una taberna junto al mar. El pequeño puerto "Psati" tiene una playa en su centro. Poliegos es una isla deshabitada frente a Kímolos.

Algunos dirán que este poema es muy prosaico, yo diría que el relato prevalece sobre la lírica y que un poema puede servir para comunicar, como intento en estos versos sobre lo que pienso hoy de Kímolos. En este enlace encontraréis el poema que le dedique el año pasado tras nuestro reencuentro, "Redescubriendo Kímolos". Si queréis saber más, o desentrañar alguna incógnita, en mi libro "Por las islas griegas" le dedico un capítulo a esta isla.


Desde la taberna Kalamitsi

La playa de Mavrospilla


La plaza de Kambos


Un bar en hora tranquila


La roca de Skiadi


lunes, 19 de junio de 2023

¿Cuándo empezamos a perder los paraísos?

Cada vez son más los paraísos perdidos, porque al conocerse y difundirse su existencia atraen a más visitantes y cambia ese ambiente y ese entorno que los hizo ser paraísos, al menos para los que los disfrutábamos. Es ley de vida, unos quieren rentabilizar sus lugares de origen y otros acuden como "turistas" sin saber integrarse. Así ese lugar cambia, corre el peligro en convertirse en un "parque temático" y deja de interesar a los que lo descubrieron. Es un círculo vicioso, aunque hay que reconocer que para los lugareños puede ser virtuoso al rentabilizarlo.

Somos los únicos fondeados en esta amplia bahía

De este otro paraíso no os cuento más,
porque estamos a punto de perderlo 

¿CUÁNDO EMPEZAMOS A PERDER LOS PARAÍSOS?

¿Cuándo empezamos a contar
más paraísos recordados
que sitios en que ansiábamos vivir?
Todo va · a peor cuando el camino
deja de ser incógnito;
los derroteros son derrotas
para quienes conocen las rutas de memoria,
pues ponen al alcance de cualquiera
lo que antes solo se explicaba a los amigos.

Los medios y las redes son pantallas
que muestran esas joyas escondidas
y alientan los deseos de gozarlas
a quien nunca descubre y solo copia.
Y se rompe el encanto:
para mí "gozo rima mal con multitud"
y esas joyas lo son solo en su ambiente.

En eso estamos,
en ver cómo se pierden los lugares
que descubrimos en viajes iniciáticos,
rogando que la vida nos sea leve
y no nos deje ver ese final
en que todo serán paraísos perdidos.

Ricardo Fernández Esteban


Como supondréis me estoy refiriendo a los paraísos ubicados en las islas griegas. Hemos perdido muchos, pero por suerte mantenemos otros. Por si acaso, muchos de los amantes de estos lugares hemos decido hacer poca publicidad para intentar propongar su existencia. En todo caso, si leéis entre lineas en mi libro Por las islas griegas descubriréis los que disfrutado en los últimos 25 años, unos cuantos se siguen manteniendo.


Algunos paraisos que permanecen y otros que se han perdido.








lunes, 29 de mayo de 2023

Vuelvo a mi mar

Como cada año vuelvo a mi mar y durante un tiempo este blog no navegará sólo por la redes sino que también lo hará por las Cícladas, las reinas del Egeo, de todo eso iré hablando y versificando en una página de este blog. De momento aquí tenéis un deseo con forma de poema y la zona en la que centraré la mayor parte de mi viaje.



VUELVO A MI MAR

Vuelvo a mi mar en busca de las islas pequeñas,
las que se dejan recorrer a pie
o rodear en una corta singladura.
Islas que puedes conocer en horas
que se podrían convertir en vidas,
si supiésemos distinguir que lo importante
no es el tamaño
sino la intensidad del sentimiento.

Vuelvo en busca de los puertos minúsculos
donde conviven pescador y navegante,
y de recónditas bahías en que el sol
se pone y amanece,
sin que compartas compañía en tu fondeo.

Vuelvo a buscar la tranquila taberna

con mesas en la arena, 
donde comes del huerto, del corral,
o de la pesca que hace poco se bañaba contigo;
la que tiene de fondo
un horizonte roto por perfiles de islas 

pequeñas en tamaño y grandes en deseos.

Vuelvo a mi mar, mis islas, mis recuerdos.

Ricardo Fernandez Esteban



Las "Pequeñas Cícladas", donde centraré una parte del viaje, son un subarchipiélago situado en el centro de las Cícladas y del Egeo entre Naxos, Ios y Amorgós. Las principales islas son Irakliá (18 km2), Sjinusa (8 km2), Keros (15 km2), Donussa (14 km2) y las Kufonisia: Pano (6 km2) y Kato (4 km2). Ya veis los tamaños, pero hay más islotes por donde navegar y fondear, todo depende de los vientos, los mares y los deseos. Otra isla que visitaré es Amorgós, su Jora, sus capillas y Nikuria lo merecen. Luego alguna cíclada más caerá, como Folégandros, todo depende de los vientos y nuestros deseos. Si no tenéis un velero disponible, siempre encontraréis algún ferry o una pequeña barca que os acerque a las islas, el resto depende de vosotros.

Este poema está incluído en mi libro "Por las islas griegas", revisado y ampliado en 2023, que recoge más de 25 años y más de 70 islas visitadas, con mis anotaciones sobre mis playas, restaurantes, hoteles y otros lugares preferidos. Aquí lo podéis conseguir en Amazon; si preferís las librerías físicas, hay ejemplares en Altaïr (Gran Vía 616, Barcelona).


lunes, 3 de abril de 2023

¿Cuántas islas habitan el mar griego? ¿Y cuántas aparecen en mi libro "Por las islas griegas"?

Acabo de revisar y ampliar mi libro "Por las islas griegas" y este me parece un buen poema de presentación. El número de islas griegas es una pregunta que me suelen hacer en mis charlas sobre Grecia, pero el número no es lo más importante, sino poder vivirlas con calma. ¡Será por años, no por islas, las que pueda llegar a conocer! De momento en mi libro aparecen más de 70 y, aunque ya estoy más por repetir que por descubrir, pienso seguir incrementando su número.


¿CUÁNTAS ISLAS HABITAN EL MAR GRIEGO?

Ante un horizonte roto por multitud de islas.

Unos dicen que casi cuatrocientas,
otros creen que superan el millar…
Si aceptas en la cuenta a todo islote
que rompe el horizonte del azul,
yo voto por que pasan de diez mil.

Pero, ¿tiene importacia cuántas son?
Ni se trata de hacer un inventario,
ni está a mi alcance visitarlas todas;
siempre dije que "no será por islas,
sino más bien por años que me queden".

Por las islas griegas. Ricardo Fernández Esteban ©


Respecto a la pregunta inicial, para los que creen que el número es importante: Se dice que hay unas 140 islas habitadas, y en total entre 2.000 y 10.000 según sea el tamaño de lo que se considera isla o escollo en el mar.

Yo, como os he dicho, ya llevo visitadas más de 70 y alguna más caerá. En estos enlaces os hablo de varios viajes en velero. En este navegamos desde Valencia al Dodecaneso griego; en estos otros tres recorrimos el Dodecaneso y en estos dos las Cícladas.

Mi libro "Por las islas griegas", revisado y ampliado en 2023, recoge más de 25 años y más de 70 islas visitadas, con mis anotaciones sobre las playas, restaurantes, hoteles y otros lugares que prefiero. Así esta guía combina sencillos poemas sobre lo visto y sentido con notas sobre mis preferencias. Aquí lo podéis conseguir en Amazon; si preferís las librerías físicas, hay ejemplares en Altaïr (Gran Vía 616, Barcelona).






domingo, 18 de septiembre de 2022

Redescubriendo Kímolos

Estuve en la isla griega de Kímolos unas horas en 2005 y me gustó, pero no volví por la dificultad de encontrar buenas comunicaciones en ferry. Este año, al planear un viaje en velero en junio por el oeste de las cícladas, la puse en la bitácora y tanto me gustó que he repetido una semana en septiembre.

Milos desde la taberna de Kalamitsi en Kímolos

REDESCUBRIENDO KÍMOLOS

Volver a descubrir la isla que olvidé,
más de dieciséis años después del primer viaje
cuando no fue un destino y no tuvo capítulo,
solo fue una excursión en ferry desde Milos,
unas horas de playas en que me encantó Prasa.
Por la dificultad de llegar hasta Kímolos,
quedó como un recuerdo que se desdibujaba.

Cuando mis singladuras del poniente cicládico
la pusieron a tiro, la incluí en la bitácora.
Llegamos navegando, nos bañamos en Prasa,
fondeamos en Rema entre casas de barcos,
subimos al Jorió, donde nunca había estado,
y me gustó su Kastro -con sabor a Folégandros- ,
sus calles y sus bares, su música latina,
y cenar en la plaza, donde vive la gente
entre gritos de niños y charlas de mayores.

Por eso he repetido pocos meses después,
ahora es un destino al que abro capítulo.
Esta semana ha sido redescubrir a Kímolos
que sigue siendo isla de los tiempos pasados
con guiños del presente que fusionan muy bien,
y si algo desafina, como en Prasa la música
o excesivas tumbonas al estilo de Ibiza,
me procuro un antídoto en playas del poniente,
sombras de tamarisco con sones de cigarras;
no os digo sus nombres, descubridlos vosotros.

Siempre ha sido difícil escoger entre cícladas,
pero unas cuantas cartas reinan en la baraja:
la escala de colores de los blancos y azules
donde Kímolos tiene su lugar reservado.


Ricardo Fernández Esteban. Septiembre de 2022 ©


Aunque en la playa de Prasa se haya instalado un beach club sigue siendo un lugar agradable, y con libros a vuestra disposición (como en otros puntos de su Jorió, su único pueblo), además hay muchas otras playas más tranquilas. La isla tiene poco turismo, salvo los diurnos que vienen a pasar unas horas desde Milos, y los no residentes parecen veraneantes o visitantes que no influyen en el entorno. Podéis comer bien en varios restaurantes y en alguna taberna junto al mar, como la de Kalamatsi. No os digo más, lo podéis descubrir si venís. Este es el resumen de la bitácora por las Cícladas (buscad el año 2022) que me hizo redescubrir Kímolos el pasado junio.

El puerto de Psati

La playa de Prasa

Metamórfosos en el Jorió

Ag Spirídon, Kambo, Jorió

Skiadi en el interior

Libros en la playa de Prasa

El fondeadero de Rema

Si estáis interesados en ese entorno griego, en mi libro "Por las islas griegas" , revisado y ampliado en 2023, describo unas 75 islas que he visitado y repetido en los últimos 25 años con anotaciones sobre los lugares que prefiero.


En 2023 he vuelto a Kímolos 2 veces (una escala de un día en un velero y 6 días en septiembre) y he escrito "Luces y sombras aquí en Kímolos" que complementa el poema anterior.

jueves, 11 de agosto de 2022

Soñando con volver al mar Egeo

No hace mucho regresé del Egeo y dentro de poco volveré. Son muchos años por esas islas y mares, pero la ilusión continua y eso es lo que cuenta. No sé qué ni cuánto me deparará el futuro; de momento, como acaba este soneto: mi sueño es poder incrementar el ritmo de los viajes por mi mar.

Opsi. Kárpathos


SOÑANDO CON VOLVER AL MAR EGEO

En estas costas se detiene el mundo
y relajo la vista ante la calma
de un mar sin mástiles de azul profundo
y playas virginales sin un alma.

Un cuarto de mis tres hace que vengo
haciendo de estas islas mi bandera;
aunque he perdido muchas, aún mantengo,
por fortuna, unas cuantas en cartera.

No sé las singladuras que el destino
va a poder ofrecerme todavía.
Ojalá que se alargue este camino
coonvirtiendo el disfrute en poesía;

y que nunca se apague este deseo
de seguir contemplando el mar Egeo.

Ricardo Fernández Esteban ©


Este soneto es uno de los pocos poemas rimados de los muchos que he escrito sobre las islas y mares griegos. De hecho, creo que no hay ninguno en "Por las islas griegas" que resume todos mis viajes en los últimos 25 años; y solo otro soneto en "Islario de pasiones" , libro que trata de las pasiones y las dudas del navegantes entre el camino y el destino, que se titula "Hay tantas islas como amores". Este poema, que se empezó a escribir en las islas, concretamente en Kárpathos, y se ha acabado en el Pirineo (vaya contraste) salió así con estructura de soneto inglés y hay que dejar que los versos se escriban como se sienten.

Este poema lo podría incluir en una nueva edición de esos libros que os he comentado, en "Islario de pasiones" o en uno de los capítulos genéricos de "Por las islas griegas", ya veremos.








miércoles, 29 de junio de 2022

2022: Navegando por las Cícladas

Estos poemas son algunos de los escritos en una travesía en velero por las Cícladas en junio de 2022. Son apuntes a vuelapluma, impresiones directas de un entorno en el que hay luces y sombras, y lugares que resisten mejor que otros la presión turística. Llevo mucho tiempo viajando por estas islas y, aunque han perdido algo de su virginidad, si sabes buscar todavía son un entorno muy agradable. En este otro enlace describo las singladuras de esta travesía. Si esto os sabe a poco, en mi libro "Por las islas griegas" resumo más de 25 años y 70 islas visitadas.

Síkinos desde Ios

En Mýkonos, antes de zarpar hacia islas auténticas

En calles estrechas
repletas de tiendas,
restaurantes, bares...
una multitud
en la que destacan
las rubias teñidas
de ropa muy prieta
con tacones altos,
y hombres musculosos
que miran con ansia.
La "jora " de Mýkonos,
para unos Sodoma,
para otros Gomorra,
para mí una etapa
hacia islas recónditas.

Busco colores
en mi deambular
por el islario.
¿Cuántos azules
en sus mares y cielos
tienen las Cícladas?

La Jora de Mýkonos


Descubriendo algo de Syros

Evito en Syros
la parte más poblada,
su capital.
Fondeo en Fínikas
en un pequeño puerto.
turismo antiguo.
Voy acercándome
y espero que mañana
esté en mi Grecia


Φοίνικας (Fínikas) en Syros


Kitnos: Grecia sin maquillaje

Cala recóndita,
fila de tamariscos
frente al azul,
donde mi Grecia
se quita el maquillaje
de lo turístico.
En el atardecer,
guisos de la taberna 
junto a la mar;
y como postre
-cuando surge la luna-
pastel de plata.

Aghios Stéfanos. Kithnos


¿Es demasiado bella Sifnos?

En Sifnos hay tantas iglesias
como días del año, o eso dicen;
también hay arboledas, buenas playas,
pueblos encantadores y artesanos.
Hace ya mucho, me quejé
y pedí que tuviera 
un poco más de pérfida locura;
los años curan los excesos
y, en estos tiempos, agradezco
la tranquila belleza de esta isla.

Vazý. Sifnos


Unas horas en Kímolos que querría prolongar

Baños -frente a la nieve- en Prassa,
fondeo en soledad en Rema –entre casas de barcas-,
ascenso hacia el Jorió –con Kastro medieval-,
cena en la plaza de la iglesia –sin turistas-,
copas en callejones –buena música-,
delicias de otros tiempos y de este,
fusión de épocas que suma.
Unas horas en Kímolos
que quiero prolongar en otro viaje.

En el Jorió de Kímolos



Sirmatas en Rema (Kímolos)


Poliegos, la isla que nunca fue morada

La isla que nunca fue habitada,
a pesar de sus dos níveas bahías
- aguas preciosas de turquesa azul -,
mantiene su cartel de paraíso,
si eres un navegante mañanero;
porque hacia el medio día
llegan los barcos de turistas
buscando lo perdido y no lo encuentran:
los edenes requieren madrugar.

Poliegos al mediodía


Con San Jorge en Síkinos

Hay un San Jorge en cada isla
donde puedes bañarte,
los hay recónditos, turísticos o mixtos.
No conocía el de Síkinos, que es mixto,
con siete tamariscos y otras siete sombrillas,
una taberna con poca actividad
y, por supuesto, una capilla.
Fondeado cerca de la arena,
recuerdo que intenté venir aquí hace años,
pero entonces no había carretera
y el caico no salía el mes de junio.


Aghios Giorgios en Síkinos


Manganari resiste al sur de Ios

Depende lo que cuentes,
una docena es mucho o poco,
en este caso cuento años y es bastante,
por eso no sé yo
lo que voy a encontrar en Manganari.
De momento, lo encuentro todo igual,
la misma arena blanca
y el mismo mar azul
y, más o menos, los mismos bungalows:
en resumen, es una suerte
que algunos paraísos aún resistan.

Manganari en Ios


La masificación de Santorini

La masificación turística,
la cutrez del entorno de Kamari,
Firá con sus bazares que ignoran lo local,
Ía que juega a pija
y tienes que luchar por un espacio
si quieres observar el ocaso del sol...
cuando de noche bajo por la ronda
desde Firostefani hasta Firá,
contemplando la plata en la caldera
y los miles de luces colgadas de sus bordes.

Ricardo Fernández Esteban ©

Oía se pronuncia Ía y es el pueblo más chic. Firá es la capital de Santorini, cuyo nombre griego es θηρά (Cirá). Firostefani está al borde la caldera sobre Firá. 

Frá desde Firostefani. Santorini



Otro viaje en velero por las islas griegas y ya van ocho, además de muchos más utilizando otros medios de trasporte. Este poema Pido la guardia del amanecer lo escribí la primera vez de divisé las islas griegas desde un velero en el Jónico. Aquí tenéis la bitácora de una travesía desde España hasta el confín de Dodecaneso griego, aquí otras bitácoras y poemas de singladuras por el Dodecaneso y por fin la bitacora de estas últimas singladuras por las Cícladas y otras de hace tres años.


Mi libro "Por las islas griegas", revisado y ampliado en 2023, recoge más de 25 años y más de 70 islas visitadas, con mis anotaciones sobre mis playas, restaurantes, hoteles y otros lugares preferidos. Aquí lo podéis conseguir en Amazon; si preferís las librerías físicas, hay ejemplares en Altaïr (Gran Vía 616, Barcelona).



lunes, 6 de junio de 2022

El blog vuelve a las Cícladas

El blog vuelve a navegar y recuperará su alma de bitácora narrando mi próxima travesía a vela por las Cícladas, como ya hizó otras veces por estas islas y por las del Dodecaneso. Ojalá que los vientos y los mares nos sean propicios y lo podamos compartir con vosotros.

La cala de Fikidas en Sifnos. Un posible fondeo.

EL BLOG VUELVE A LAS CÍCLADAS

El blog vuelve a la mar,
recorrerá las Cícladas 
de Mýkonos a Santorini
que serán solo origen y final,
porque navegaremos islas más recónditas
en busca de refugios en sus costas
donde podamos fondear al abrigo del viento.
También recalaremos en los puertos
de dimensión humana, en que conviven
tabernas que nos sirven lo que pescan sus barcas
o cuidan en sus huertos y corrales.
De isla en isla nos llevarán las velas,
si Neptuno es benévolo y Eolo
no enfurece las olas demasiado.

Os lo voy a ir contando y este blog
volverá a ser bitácora poética
que comparta experiencias con vosotros.

Ricardo Fernández Esteban ©


En este enlace 2022 y 2019: Navegando por las Cícladas iré recogiendo una bitácora del viaje y algunos poemas que me inspire. Si queréis una visión general de mis viajes por más de 70 islas griegas en los últimos 25 años, tenéis mi libro Por las islas griegas, ampliado en 2023, con anotaciones de mis preferencias de cada isla.




Y en Islario de pasiones (del que existe una versión bilingüe griego español) encontraréis las vivencias del navegante. Las islas y los mares que las circundan son griegos, aunque a diferencia de en Por las islas griegas, no suele haber referencias geográficas concretas. La pasión es de quien escribe, de quien navega y de quien habita, que se intercambian las voces dudando "entre el camino (navegarlas) y el destino (habitarlas)".


Del capítulo "Chispas de mar en la bitácora" que recoge haikus, gotas de mar que decoran la bitácora.

Ceñir al viento
nunca ha de ser la guerra
sino el placer.

Cuando navegues
no te enfrentes al mar
pacta con él.
...

Mares e islas,
son la misma moneda
que guía el viaje.

Cuando la lanzas
caiga por donde caiga
siempre se gana.

Si sale cara
navegas por el mar
buscando islarios.

Si sale cruz
recorres los islarios
viendo la mar.

Chispas de mar en la bitácora
Islario de pasiones
Ricardo Fernández Esteban ©


martes, 22 de febrero de 2022

La isla de Saría y la capilla del santo Zacarías

Este poema trata de la deshabitada isla de Saría en los confines del Dodecaneso griego y de su capilla del Santo Zacarías, colgada sobre el acantilado que preside la cala de Palatia.


LA CAPILLA DEL SANTO ZACARÍAS

El santo Zacarías no tiene feligreses,
tan sólo un día al año se celebra una fiesta
y vuelven descendientes de sus antiguos fieles.
Pero en la isla olvidada en que no hay habitantes
el santo Zacarías nunca se siente solo,
desde su acantilado tiene un mar a sus pies
que compite en azules con el azul del cielo.
También tiene una luz que alumbra sobre aceite,
porque de tanto en tanto alguien limpia y provee
la pequeña capilla que, en honor a su nombre,
hace ya muchos años, se construyó en Saría.

Ricardo Fernández (Άγιος Ζαχαρίας), VI-2021

La capilla de Aghios Zajarías sobre Palatia

La isla de Saría (23 km2), situada al norte de Kárpazos, está deshabitada desde hace más de 50 años. A principios de septiembre, cuando se conmemora a San Zacarías, los descendientes de los antiguos habitantes retornan al pueblo de Argos y celebran una misa en la capilla, una cena con cantos y bailes tradicionales, y al día siguiente retornan a Diafani en Kárpazos. El resto del año solo llegan a Saría algunos visitantes diurnos, que llegan en barca, y los mieleros que recogen la miel artesanal.

En Saría hay otras cuatro capillas la de Santa Sofía, la de San Andrés, la de San Pantaleón y la de San Espiridón, fruto de épocas en que la isla tuvo una cierta población rural. Hoy aún se puede cruzar la isla por el antiguo camino que la recorre de sur a norte, contemplando antiguas edificaciones y campos de cultivo abandonados, pero muchos otros caminos se han perdido.

El interior de la capilla de Aghios Zajarías


Palatia, en lo alto del acantilado
la mancha blanca de Aghios Zajarías

En esa isla, junto a esta cala, estuvo ubicada la ciudad helénica de Palatia que según se cree envió un barco a la guerra de Troya. Hoy aún se conservan algunos antiguos restos de ese pasado, que conviven con edificaciones de los piratas sirios que habitaron la isla en época bizantina.

La mejor playa de la isla es la de Alimunda, al norte de Palatia. No hay transportes regulares a Saría a la que solo podréis llegar a través de las barcas de Giorgios Protopapas o de Nikos Orfanos que os llevan algunos días de picnic desde Diafani, o de una barca más grande que suele salir un día a la semana desde la capital Pigadia, aunque no os recomiendo ese día ya se rompe la tranquilidad de Saría. Nikos o Giorgios van parando en pequeñas playas o cuevas para el baño y, si se lo pedís, os pueden dejar en el sur de la isla para que la podáis atravesar andando en unas tres horas y reuniros con ellos en la cala de Palatia donde se come bajo un tamarisco.

La mejor alternativa de viaje, pero la más difícil, es tener un transporte propio que fondee en Palatia o Alimunda y poder subir hasta el abandonado pueblo de Argos y la capilla de Aghios Zajarías, sin más compañía que la que vaya con vosotros. Llevad agua para la excursión, ya que la única cisterna aceptable es la de Argos y no siempre está abierta. En la capilla hay otra cisterna, pero si bebéis encomendaros al santo porque no siempre sus condiciones de salubridad son aceptables.

La cala de Alimunda


Camino a Argos por la garganta

El estrecho (stenó) que separa Saría de Kárpazos
y el inicio del camino que atraviesa la isla.


Mi libro "Por las islas griegas", revisado y ampliado en 2023, recoge más de 25 años y más de 70 islas visitadas, con mis anotaciones sobre mis playas, restaurantes, hoteles y otros lugares preferidos. Aquí lo podéis conseguir en Amazon; si preferís las librerías físicas, hay ejemplares en Altaïr (Gran Vía 616, Barcelona).