martes, 27 de agosto de 2019

Consenso o dimisión

Cuatro meses después de las elecciones generales, cada vez estamos más cerca de repetirlas. Y parece que esto no les importa a los políticos, porque se creen que las campañas electorales son su trabajo y no, su trabajo es gobernar para las mayorías respetando a las minorías. Por eso, si suspenden su examen, que es conseguir consenso y una mayoría estable, que dimitan y dejen paso a otros, porque no estamos dispuestos a volver a votar a esos incompetentes incapaces de buscar acuerdos por un lado o por otro.



CONSENSO O DIMISIÓN

Cuando el político no cumple su misión,
y es incapaz de conseguir consenso
tras cuatro meses, pienso
que debería presentar la dimisión.

Porque llevarnos a una próxima elección
es como quien tras un suspenso
rechaza la ceniza, se cubre con incienso
y vuelve a optar por nuestra bendición.

Se impone un paso atrás,
porque los electores estamos hasta el gorro
de que os paséis nuestro mandato por el forro.

Así que tu verás,
o apruebas en septiembre un buen gobierno
o los próximos mítines, ¡hazlos en el infierno!

Ricardo Fernández Esteban ©


Pues sí, los electores estamos hartos de que no se sepan conseguir acuerdos. Hay consensos que suman, pero parece que se buscan los más difíciles, los que para sumar tienen que restar. Será por los personalismos y por los intereses de partido, y no debería serlo, porque el interés ha de ser el de los votantes que queremos que se gobierne de una vez. Así que Pedro, los dos Pablos y Albert, que sois los que tenéis la llave de la gobernabilidad, abrid la puerta de delante y pactad, o idos por la de atrás que no hay nadie imprescindible y menos cuando fracasa.


A PEDRO, PABLO'S Y ALBERT.

Pedro tiene la misión
de lograr la confianza
y si con Pablo no avanza
que busque otra solución.
Pablo y Albert, mi opinión
es que son innecesarios
los cordones sanitarios,
hay que pactar un programa
y en el centro hay pentagrama
por encima de adversarios.

Los electores contrarios
a repeticiones somos,
o compartís escenarios
o cambiaremos de cromos.


Ricardo Fernández Esteban ©


Antes de las pasadas elecciones de abril, ya di unos consejos para votar, pero parece que me olvidé de darlos para pactar. Sera que sobrevaloro a los políticos y pienso que eso ya entra dentro del cargo, pero no.

Nota técnica: El primer poema es un soneto polimétrico de impares con tres tridecasílabos cuaternarios, tres endecasílabos (uno sáfico, otro heroico y el último cuaternario), un eneasílabo cuaternario, tres alejandrinos (el primero cuaternario, el segundo mixto y el tercero ternario) y cuatro heptasílabos binarios. Un cóctel de ritmos y metros que creo que combina bastante bien y le quita monotonía al brebaje satírico. El segundo poema es una clásica espinela octosílaba prolongada con una cuarteta, porque se que quedaba corto lo que quería denunciar. Espero que estos tecnicismos no os impidan disfrutar de estos poemas, que buscan más la denuncia y la sonrisa que la perfección poética.


Enrique Gracia Trinidad, que hemos tratado en este blog como poeta, nos descubre otra de sus facetas y me envía esta viñeta suya sobre el tema que he tratado. Gracias, Enrique, a ver si entre todos ponemos en vereda a estos políticos que nos han tocado.



lunes, 12 de agosto de 2019

Antonio Cabrera

Antonio Cabrera (Medina Sidonia, Cádiz - 1958;  Carcaixent, Valencia 2019), fue un poeta de este siglo ya que se dio a conocer en 1999 cuando ganó el Premio Loewe con "En la estación perpetua", que también obtuvo el Premio nacional de la crítica al año siguiente.


LA ESTACIÓN PERPETUA

El invierno se fue. ¿Qué habré perdido?
¿Qué desapareció, con él, de mi conciencia?

(Esta preocupación -seguramente absurda-
por conocer aquello que nos huye,
me obliga a convertir el aire frío
en pensado cristal sobre mi piel pensada,
y a convertir la gloria entristecida
de los húmedos días invernales
en la imposible luz que su concepto irradia;
esta preocupación, en fin, tiene la culpa
-y qué confuso y dulce me parece-
de que duerman en mí los árboles dormidos.)

El invierno se fue, pero nada se lleva.
Me queda siempre la estación perpetua:
mi mente repetida y sola.

Antonio Cabrera, de "En la estación perpetua" (2000)


Y de un poemario posterior, Con el aire, de 2004

LUGAR DE RUISEÑORES

Está junto a una fuente. No es secreto.
Un barranco con zarzas, con aliagas,
con rosales silvestres, con adelfas.
Es un espacio donde el tiempo esculpe
un bronce vegetal exacto y limpio.
A ese lugar retornan por abril
los ruiseñores, y abren de inmediato
en la floresta su diálogo nocturno
sobre intactas verdades misteriosas,
en un idioma lleno de razones
que son un raro compromiso y son
al mismo tiempo hipnosis y soberbia.

No he vuelto a ese lugar. Lo guardé un día
en el firme paisaje de mi mente
donde el cielo pensado está cubriendo
la misma luz difícil, el prodigio
de la fidelidad que lo impalpable
a veces establece con lo grávido,
con lo real, con lo que el aire mueve.

Allí también puedo escuchar el canto,
la conjetura ardiente que medito.

Antonio Cabrera, de "Con el aire" (2004)

Aquí tenéis una reseña que publicó José Luis García Martín en el Cultural del ABC, sobre En la estación perdida, y en A media voz acceso a una antología de sus poemas.

Os dejo las carátulas de tres de sus libros, porque hay que intentar leer a los poetas dentro de un conjunto de obra.




Por último, aquí lo tenéis recitando El alrededor de Piedras al agua (2010)



Antonio Cabrera sufrió un accidente en 2017 que lo dejó tetrapléjico y a consecuencia del que murió dos años después. Aquí está la entrevista que le dedicó El Mundo en noviembre de 2017. Aquí tenéis sus obras y premios en Wikipedia