lunes, 22 de marzo de 2021

Antonio Jiménez-Millán

Antonio Jiménez-Millán (Granada, 1954) es catedrático de Literatura Románica en la Universidad de Málaga y buen poeta de largo recorrido, desde sus inicios donde colaboró con colegas que ya han aparecido en este blog como Justo Navarro, Luis García Montero o Javier Egea. Empecemos con un poema de su último libro.


 
TREINTA AÑOS DESPUÉS  (a Jaime Gil de Biedma)

Mantener la distancia es un aprendizaje
que cuesta muchos años y algunas decepciones.
Lo insinuaba él con su voz grave,
hablando de Galdós, de Eliot, de Oscar Wilde,
o del viejo poema provenzal
que le sirvió para escribir su Albada.
Había que aprender también de los silencios
y de las reticencias, sobre todo.

Nos dejó la leyenda
de aquel sótano oscuro en calle Muntaner
y las conversaciones entre el alcohol y el humo,
pero las copas de la madrugada
no eran para él una forma de olvido,
sino un refugio astuto
para no soportar majaderías.

Mantener la distancia es un aprendizaje.
Lejos de la efusión sentimental
de los más jóvenes, no me queda nostalgia
de la promiscuidad.
Tampoco me seducen como antes
las noches de aventura en sórdidos hoteles
ni los amaneceres en la playa,
los amores difíciles que ya son imposibles.
Aunque el deseo, a veces, despliega sus fantasmas.

Ahora todo está mucho más claro:
en la vida y en la literatura
hay que saber guardar distancias,
no creerse los fuegos de artificio.

Antonio Jiménez-Millán (Biología, historia, 2018)


Este otro es de su libro Clandestinidad de 2011.

RIADA

Así termina a veces el amor.
Una corriente turbia lleva fotos antiguas,
muñecas sin vestido,
muebles desvencijados.
No se notan las grietas al principio,
pero el muro es más débil cada día.
Y de pronto el silencio
se parece a una nube de tormenta,
y el futuro les dice que ya es tarde,
que van a la deriva
sentimientos mezclados con el barro,
afectos y traiciones
hundiéndose en un mar color de olvido.

Antonio Jiménez-Millán (Clandestinidad, 2011)

Para complentar los textos tenemos la suerte de poder escuchar al poeta en el Archivo Audiovisual de la ACEC. Aquí lo tenéis recitando 14 poemas de este libro Clandestinidad. Os dejo un enlace al que da título al libro


En la web Poetas del siglo XXI, podéis encontar unos cuantos de sus poemasEste es un enlace a una entrevista en Diario 16 a raíz de la publicación de su último poemario “Biografía, Historia” y en este otra entrevista en "Pez Magazine"  de cuando publicó su antología "Ciudades".

Peo como siempre, lo más importante es acudir a las fuentes, a la obra del autor. Aquí tenéis una muestra y cómo conseguirlos.


lunes, 8 de marzo de 2021

Un año de pandemia

Un año de pandemia es mucho tiempo, y más cuando el rio de la vida se va aproximando a ese mar proceloso sin horizontes, ni islarios de refugio. Un año es mucho, y no tenemos claro cuánto más va a durar esta pandemia y lo que nos costará recuperar nuestras costumbres.


UN AÑO DE PANDEMIA

Un año sin abrazos y sin besos,
sin cenas y sin copas con amigos,
manteniendo distancias, sin mostrar
los rostros ni las almas, olvidando
nuestra forma de ser y convivir.

Un año en que perdimos allegados,
sin poder ni siquiera despedirlos,
más allá de un recuerdo por las redes
que suena a frase hecha, a burda excusa
por no poder acompañar el duelo.

Un año que reduce nuestras vidas,
en un punto del cauce muy sensible,
porque ya queda poco para un mar
de horizontes perdidos, bajo brumas
que no albergan islarios de refugio.

Un año que no acaba, que prosigue
entre nubes que ocultan aquel sol
que iluminaba rutas de ilusiones.
Será una lucha larga y, si hay victoria,
precisará perder muchas batallas.

Un año en el que el miedo se ha instalado
como clave de bóveda y la gente
se confina olvidando que la vida
es aceptar vivir burlando al riesgo,
pues no suman los tiempos de prisión.

Un año que he perdido y no sé cuántos
tendré para olvidar. No quedará
por mí el intento de empezar de nuevo,
si prosigo el camino está por ver, 
hará falta esperar a otro poema.


Ricardo Fernández Esteban ©


Esta pandemia nos ha hecho escribir bastante, sea por el tiempo de confinamiento que sufrimos o porque era algo que no preveíamos en nuestras vidas. Yo emprecé hace un año con "La humanidad pende de un virus", proseguí dia a día con las "Espinelas del confinamiento" mientras estuvimos encerrados, y creí cerrar el tema al inicio del verano con "La nueva normalidad". Desgraciadamente el problema sigue abierto y he tenido que recordar su aniversario. Espero que el proximo poema sí que cierre la serie con la vuelta a "La antigua normalidad".



Nota técnica:

Inicialmente coloqué como penúltimo verso, "si lo consigo, o no, aún no está escrito,". Este verso ha desatado la polémica en un foro poético ya que hay quien considera que "aún" siempre ha de ser bisílabo y entonces el poema se va de metro y se convierte en un difícil dodecasílabo:

si- lo- con-si-go, o- no,- a-ún- no es- es-cri-to,  - 12=(4.6.8.10.11)

Yo, y otras instituciones como el Instituto Cervantes, opinamos que una cosa es la acentuación y división ortográfica de las sílabas, y otra la fonética. Por eso, el "aún" antepuesto puede pronunciarse como átono y monosílabo:

si- lo- con-si-go, o- no,- aún- no es- es-cri-to, -  11(4.6.9.10)

Con este escandeo sería endecasílabo y para mí no hay problema en pronunciar un "aún" monosílabo. Ahora bien, es verdad que este verso tiene otros problemas: la sinalefa "consigo, o" desvirtúa bastante el significado; también la otra sinalefa "está escrito" coloca dos tónicas seguidas en 9ª y 10ª sílaba, lo que tensa el final del verso.

Por ello, y aunque sigo defendiendo al "aún" antepuesto como monosílabo por sinéresis, creo que es mejor cambiar el verso para facilitar el recitado. Porque nunca tenemos que olvidar que la poesía nunca es solo un texto escrito, como lo es la prosa, sino que precisa del recitado para que muestre toda su plenitud.