miércoles, 16 de mayo de 2018

A la muerte. Poemas para hacer mano.

¿Hay que hacer mano para escribir poesía? ¿Es preciso practicar con retos en un formato determinado, para luego volar con más libertad por los cielos e infiernos poéticos? ¿Todas las artes precisan de un periodo de escuela antes de intentar formas más libres? De eso va este soneto perteneciente a una corona colectiva de 15 sonetos endecasílabos blancos. A partir del soneto madre los participantes debían empezar y acabar con unos versos determinados de ese soneto y completarlo sin ninguna asonancia. A mí me tocó:  Cuando la muerte bese mi alma negra / vestida de sepelio, de repente; y el tema de la corona era "La muerte" 



A LA MUERTE (*)

Cuando la muerte bese mi alma negra
y me entregue a los remos de Caronte,
no pienso darle el óbolo al barquero
pues no he pedido vela en este Hades.

No hay vida tras la vida, y si la hay
a mí me cogerá desconfesado,
sin ánimo de enmienda y descontrito.
Por ello, ¡qué más da si no hago el pago!

El hombre creó a dios y a satanás
para cubrir las dudas del futuro,
sembrándolo de miedos y esperanzas.

Yo voy de descreído, soy un golfo
y pido que la Parca se me ligue
vestida de sepelio, de repente. 


Ricardo Fernández Esteban ©

(*) (de distintas mitologías) La Parca, figura femenina con capa, capucha y guadaña, causa la muerte de la víctima y la conduce al Hades, inframundo griego, por medio de la barca de Caronte, que exige el pago de una moneda. Se dice que en algunos casos se la puede sobornar o engañar.

Como veis, son endecasílabos sin ninguna asonancia entre los 14 versos, lo que condiciona bastante ya que sólo hay 25 posibilidades de combinación vocálica y algunas bastante infrecuentes. Respecto al final hubiera preferido otro, por ejemplo: desvestida de duelos, con lujuria, que me habría permitido un epifonema más de mi gusto, como este terceto. 

Yo voy de descreído, soy un golfo
y pido que la Parca se me ligue
desvestida de duelos, con lujuria.


Pero hay lo que hay y, en este caso, hay que hacer mano y cumplir las normas. Se dice, y eso viene a cuenta de la métrica, que "para saltarse las normas hay que conocerlas previamente, porque si no, el salto es al vacío". Eso significa la necesidad de conocer los principios métricos hasta para hacer verso libre, porque siempre debe existir un ritmo subyacente para distinguir la poesía de la prosa. Si queréis profundizar en estos temas os recomiendo mi tratado "Métrica poética del idioma español", revisado y ampliado en diciembre de 2023. En el enlace anterior encontraréis información del libro y de cómo adquirirlo.




Y ya que he hablado de hacer mano, os dejo esta "espinela y media":


POEMA PARA HACER MANO

La poesía es un oficio
que precisa practicar
y no vale improvisar
como hace más de un novicio.
Quien está en su sano juicio
escribe muchos renglones
para estar en condiciones
de parir un primer verso
que no le salga perverso,
tenga ritmo y emociones.

Ten esa frase por lema:
“De instantes de inspiración
y mucha sudoración
se consigue un buen poema”

Ricardo Fernández Esteban ©

5 comentarios:

ÁNgel dijo...

Déjame que te diga, deslenguado,
que yo no inventé a Dios; y si te asomas
a tal inmensidad del Universo,
con sus galaxias, soles y ratones,
verás lo Necesario de esa Mente
capaz de hacerlo todo, pero todo,
sin otras herramientas que "¡Hágase!",
para ser desde siempre y para siempre.
De pequeño, a mis dudas, un amigo
solo me hizo un simple comentario:
"No hay reloj sin relojero,
ni mundo sin Creador".

Yo sí creo en Dios y lo amo sobre todas las cosas.
Acuérdate de San Juan de la Cruz.

Ricardo Fernández dijo...

Gracias, Ángel, por tu poema. Que yo no crea no quiere decir que no respete y hasta envidie a los que creéis. Un fuerte abrazo.

ÁNgel dijo...

No sientas envidia, la fe es un don, ni se gana ni se consigue. Solo por lógica y lucidez, ya tenemos que creer. Algún magnífico reportaje he visto en el que no llegan a nada, POR LA RAZÓN ES IMPOSIBLE. Pero recuerda: "NO HAY RELOJ SIN RELOJERO".

Anónimo dijo...

Da gusto leer a gente que sabe.

Anónimo dijo...

Araceli Gil