
MUNDO, DEMONIO Y CARNE (*)
Mundo,
demonio y carne, enemigos del alma
en el
lejano tiempo colegial
donde todo
lo bueno era pecado.
¡Cuánto
nos engañaron, compañeros!,
porque es
el mundo lo que nos rodea,
y sin
mundo no hay nada,
y lo bueno
o malo, tu elección.
¿Y al demonio, a Satán?
¿Quién le
dio ese papel de malo en la película?
Pues debió
ser el “bueno” entre comillas,
ese por el
que matan los fieles al infiel;
para mí
que intentó salirse del guión,
y eso no se
permite ni en el cielo.
Y de carne, carnívoro, por suerte,
por mucho
que lascivos con sotana
negasen la
mayor, y el sano disfrutar
llevase a
la condena, al fuego eterno.
Como dice
el refrán:
Nadie
podrá quitarme lo bailao
y que
toque la orquesta otra bachata.
Mundo,
demonio y carne, tres amigos
para correrse farras cada noche,a mi alma no le importa pagar rondas
y mi cuerpo disfruta de lo lindo.
Ricardo Fernández Esteban ©
(*) Del
catecismo católico: Los tres enemigos del
alma que nos inducen a desobedecer a Dios
Aquí tenéis acceso a la revista Ultraversal para leer on line o en PDF en la que 27 poetas tratan el tema de El mundo, el demonio y la carne, cada uno con su estilo y punto de vista, pero todos unidos en el amor y defensa de la poesía. Ya que hablo de Ultraversal, tengo que volver a recomendaros ese portal poético-literario que es mucho más que un portal, es un foro en el que se comparte y mejora conjuntamente, algo único en las redes sociales proclives al autobombo, al halago fácil y a la ausencia de crítica rigurosa.
Este es mi poema Mundo, demonio y carne incluido en la revista. Veréis que después he efectuado unos pequeños cambios en la última estrofa, porque es difícil dar por cerrado un poema en este mundo dígital que permite la evolución de lo escrito.
Por último, ya que he pedido a la orquesta que toque una bachata, os dejo una para que nos acompañe de farra con el mundo, el demonio y la carne: Darte un beso.
Este es mi poema Mundo, demonio y carne incluido en la revista. Veréis que después he efectuado unos pequeños cambios en la última estrofa, porque es difícil dar por cerrado un poema en este mundo dígital que permite la evolución de lo escrito.
Por último, ya que he pedido a la orquesta que toque una bachata, os dejo una para que nos acompañe de farra con el mundo, el demonio y la carne: Darte un beso.