Este poema se escribió en dos visitas, de las muchas que he hecho al museo Thyssen, en las que me detuve en "Les Vessenots en Auvers" de Van Gogh y pertenece a mi libro "De museos por Madrid". Desde siempre ha habido una gran relación entre la poesía y la pintura, y ya dijo Simónides de Ceos, lírico griego (VI-V a.C) que: “La pintura es poesía muda y la poesía pintura hablante”. En esa línea me gusta dar palabra poética a las pinturas.
LES VESSENOTS EN AUVERS. Vincent Van Gogh (1890)
Ante la sinfonía en notas verdes, perdido por el borde blanco de una nube, preguntando el porqué de aquel tejado rojo, dudando entre el azul del cielo
o el que marca un camino, y viendo como amarillea el campo en el verano… Absorto, en fin, en la belleza de ese poema mudo… no fui consciente de la tuya hasta que tu perfume -el de tu piel-, me percató de tu presencia y me di cuenta de que descubres más matices si compartes fragancias y paisajes.
…
Un verano después he vuelto a contemplar los matices del verde y del azul, el insólito rojo y la mies amarilla;
pero no he vuelto a oler tu piel, recuerdo de ese día en el que compartimos, sin palabras, un hermoso paisaje de Van Gogh.
En este enlace del Museo Thyssen se puede ver con más detalle el cuadro, ampliarlo y saber más de su elaboración y contexto. Mi libro "De museos por Madrid" recoge poemas inspirados en obras de arte que he visto en los últimos 25 años. De momento solo existe en versión digital, ya que así se pueden ver los cuadros a través de enlaces a las webs de los museos, aunque no descarto hacer una versión en papel con códigos QR que permitan la visión a través de un teléfono móvil. Este poema en concreto es de los primeros que escribí en dos visitas en 2003 y 2004.
Lora Irún nació en Barcelona, es filóloga y poeta y viene a
este blog a consecuencia de su último libro Cabaña
mínima / Cabañas escritas. Libro que se lee y se disfruta del derecho
(poemas sobre el vuelo de los pájaros, el cuerpo, el amor, las casas de la
vida, árboles y nidos vacíos) y del revés (textos en prosa sobre esas cabañas
y los personajes que las habitan), ya que se puede leer abriéndolo por delante y por
detrás. Es un libro muy bien editado que precisa de una lenta lectura y varias
relecturas, para extraer toda su riqueza poética y los detalles sobre los
personajes citados, sus libros y las casas que habitaron.
Dice Jesús Aguado en el prólogo: Lola Irún hace habitable el mundo, lo cobija y pone a salvo, y es una
gran arquitecta (…) Para hacer habitable el mundo, primero lo sobrevuela (…)
Escribe con el cuerpo; no hay verso suyo que no haya brotado del cuerpo ni se
dirija al cuerpo (…) Las casas. Una para cada cual. Imposible no sentirse
interpelado o invitado por alguna de ellas (…) un inventario de los modos de
ser y estar en el mundo.
GANÍMEDES
Te lo ruego: no me mires así.
No endulces tus palabras,
Ni caminen tus ojos ni caminen tus ojos por mis pechos. Ni derrames tus labios como copas de vino en un mantel de seda adamascada.
No sonrías, no juegues a tenerme.
Me da miedo que Júpiter codicie (licuando su deseo imaginario) la vendimia en tu rostro. Y que tus garras de águila capturen el feraz torso convulso, el néctar de tu boca.
Que no te rapten, no, bello Ganímedes.
Huyamos enseguida a la maleza de un barranco perdido, al baño de un café, al vestidor de una tienda de ropa, a la zona industrial de los suburbios.
Subamos a un ascensor en marcha y atascado en la alarma temprana de tu cuerpo.
Fuguémonos por dios a nuestra casa.
Lola Irún de Cabaña mínima (2024). El cuerpo, el amor Este poema quedó finalista en 2024 en el Premio de Poesía Lorenzo Gomis de la Revista El Ciervo.
Respecto al texto, solo decir que lo encuentro muy bello, que juega con las referencias mitológicas para evitar el rapto de Ganímedes con la dosis justa de erotismo. Para ayudaros en las referencias mitológicas, en este enlace a Wikipedia podréis acceder a un artículo sobre el mito de Ganímedes.
Respecto a la forma del poema, su estructura métrica es una silva blanca de impares sin asonancias, en que autora muestra su dominio del ritmo sin que este la encadene. En el poema hay endecasílabos binarios, heptasílabos, un alejandrino y dos versos cortos de enlace en la penúltima estrofa. Os indico unos versos sobre los que reflexionar acerca del ritmo:
Te lo ruego: no me mires así.
Este verso recitado de corrido sería un endecasílabo ternario (3.7.10), pero no se nota el cambio de ritmo respecto a los otros binarios de arte mayor, por ser el verso inicial, seguido de un heptasílabo, o también porque puede recitarse con una parada fónica tras los dos puntos que lo convierte en un (4+7).
capturen el feraz torso convulso, (...)
Que no te rapten, no, bello Ganímedes. Estos dos versos recitados cada uno de corrido son endecasílabos con tonificación en 6ª y 7ª sílaba, lo que yo llamo "heroicos tensos" que requieren una breve parada fónica entre dichas sílabas o una más larga que los convierta en dodecasílabos 7+5, ambas soluciones son buenas para mantener el ritmo y quedan, para mí, a criterio del lector.
al vestidor de una tienda de ropa, 11(4.7.10) a la zona industrial de los suburbios. 11(3.6.10)
Leídos de corrido el primero parece un endecasílabo ternario y el segundo un melódico, que en teoría no combinan muy bien, pero con dos leves paradas fónicas tras vestidor e industrial se convierten en dodecasílabos (5+7) y (7+5) de muy buena consonancia rítmica con el resto.
Aquí tendríamos que pedir a la autora un audio sobre cómo los recita ella, ya que me consta que recita muy bien tras haberla escuchado en el Racó poètic que organiza Francisco Javier Solé Ribas. En cualquier caso no se rompe el buen y variado ritmo de este poema en que el fondo y la forma (texto y ritmo) suman como ocurre en los buenos poemas.
En resumen, respecto a la estructura rítmica, se trata de unos versos blancos de longitudes silábicas impares (los versos o sus hemistiquios) que mantienen un buen ritmo armónico variado y en que la autora ha cuidado que no existan asonancias que perturben la ausencia de rimas del poema.
Os copio unos haikús de este libro, de su apartado "Y casas simultáneas, sucesivas"
CASA GIRATORIA (Paul Klee, 1921)
Sin perspectiva, las ventabas son astas de tres molinos.
Caligrafía, colores musicales, arte moderno.
Las conexiones cine, pintura y verso nos emocionan.
Trazos de niños, la humana geografía: una metáfora.
No reproduce el arte lo visible, lo hace visible.
La poesía, imágenes y espacios, charcos y ranas.
Lola Irún
de Cabaña mínima (2024).Y casas simultáneas, sucesivas.
Aquí tenéis el cuadro de Paul Klee en que se inspira esta écfrasis.
Lola Irún ha participado, además, en varias antologías, en el libro artístico Entremés (2022) y ha publicado otros dos libros de poemas: Habitar la incertidumbre (2018), Sombras fugitivas (2021). Os dejo dos poemas de esos libros:
HABITAR LA INCERTIDUMBRE
En lo esencial merece la pena indagar. Sandor Marai
La humildad camina lentamente,
te espía sigilosa en las derrotas.
Una noche de Reyes, Guillem duerme,
la soledad desploma las piezas de cubierta,
no se izan las velas de aquel barco pirata.
La sombra anónima del sauce
devuelve el agua mis secretos.
El destino es un espejo íntimo
lo que puede decirse con el eco.
Hasta llegar al silencio,
la certidumbre declina en la memoria.
Me acerco a lo sutil, la leve esencia,
una gruta invisible se alberga en mis maletas,
y un asombro juvenil despunta al alba.
Entre las ramas desnudas,
el cielo sopla una leve certeza,
el verde despertar, las hojas nuevas.
Lola Irún (de Habitar la incertidumbre, 2018)
DERIVA
Tu vida la sostiene, / si acaso esta extrañeza. José Corredor-Matheos
Desde un anhelo frágil
andamos en busca
del saber
con los ojos de asombro
de la niña
que aún no ha visto el mar.
A media travesía
el océano se vuelve inabordable.
Expertos nadadores repiten la deriva.
La ceguera los sume en el naufragio
si olvidan que los brazos
que los brazos no bastan
para surcar el todo que no
que no puede alcanzarse.
En días venideros el mar esquivará oleajes vanos.
Sin apenas deseos, pensamientos,
tal vez la soledad y un gozo ya callado hallen la indetenible quietud
la ventura del ser
en la ignorancia.
Lola Irún (de Sombras fugitivas, 2021)
Nota sobre metros y ritmos poéticos: Si os interesa profundizar en las estructuras métricas esbozadas en el primer poema que he copiado, podéis consultar alguno de los buenos manuales que existen en el mercado. Los conocimientos de métrica facilitan la escritura de poemas, aunque el autor quiera ser versolibrista, por aquello de que "hasta para saltarse las normas hay que conocerlas previamente, si no queremos que el salto sea al vacío". Además, también facilitan una buena lectura de los poemas, descubriendo esa armonía de los versos que los distinguen de la prosa. Yo, como autor, os recomiendo mi tratado "Métrica poética del idioma español"; en el enlace anterior os explico de qué va y lo podéis encontrar en Amazon, ya me diréis si os parece interesante y os ha ayudado.
"La palabra es mágica" ha llegado al millón y medio de visitas tras casi 15 años de singladuras poéticas. Como hice otras veces, al llegar al millón o al cumplir los 10 años, lo celebro con un poema que dedico a la bitácora, y a mí mismo como patrón del viaje, en el que se me escapan algunas bromas sobre rimas. Disculpadme las bromas y la autodedicación, muchos ya conocéis mi querencia por las rimas y, además, hoy es un día de fiesta para este blog.
EL BLOG LLEGA AL MILLÓN Y MEDIO DE VISITAS
Después de casi quince años, tras un millón y medio de visitas: “el patrón de este blog ya se merece tensar menos los cabos y dejar que las velas naveguen a su aire”. Pero eso mismo dije cuando llegué al millón; y ya avisé cuando cumplió diez años que pensaba imponerme un ritmo algo más lento. Mal cumplo mis promesas de momento. (perdón se me escapó una rima que es un vicio difícil que redima)
Volviendo a lo que importa que es el blog, sigo revindicando su papel de ser bitácora que clasifica y guarda —en este caso la expresión poética— frente al fugaz destello de lo colgado en “feisbuk”, cuyos muchos "me gusta" son fuegos de artificio. Por eso, en mi activismo del verso y de sus fuentes, utilizo las redes tan solo como enlace, como gancho que lleve a lo perenne.
Pero al final compruebo que dedico más tiempo en anunciar que en publicar poemas y eso es lo grave de las redes que parezcan negocio en busca de clientes hasta en temas poéticos que no dan ningún rédito. (y ahora se me ha escapado una asonancia esa ligera rima que me encanta) Pues eso, que hoy en día, lo de la poesía es pura vocación. Vivir de la edición ni los premios Cervantes, y los demás pagantes. (rimando en interior, perdonadme el fervor)
Dejo de tontear, de jugar con las rimas, y os anuncio que sigo con el blog, aunque limitaré lo que es publicidad y pienso concentrarme en colgar contenido. Por eso, si algo pido es que colaboréis en difundir entradas, porque la poesía es algo necesario, ya lo dijo Celaya:
“Son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos”
Qué decir tras Celaya, solo daros las gracias en nombre de este blog, de “La palabra es mágica”
Es verdad que un millón y medio son muchas visitas, sobre todo para un blog poético, pero también es verdad que he dedicado tiempo (quizá demasiado) a anunciar las entradas por las redes sociales, tiempo que pretendo reducir. También me ha ayudado algún equivocado "robot" que pensaba que rastreando este blog encontraría datos de valor económico. Se ve que sabía poco de poesía, de la que se habla algo, se lee bastante menos y no se compra casi nada. Los poetas son misioneros de su arte, que difunden como pueden sin esperar royalties, sino todo lo más que la edición no les cueste dinero.
En resumen, voy a seguir con la bitácora poética mientras tenga vuestro soporte, pero voy a disminuir el tiempo para publicitarla. El blog ya es mayorcito y tiene que aprender a venderse solo. Si estáis interesados en su estructura y clasificación de la información, aquí la explico en esta ayuda para navegantes: Poética del autor y del blog.
Y para los que os interese el ritmo de los poemas, que para mí es la diferencia básica entre la prosa y el poema, este poema es una silva blanca (excepto en las bromas de las rimas) de versos impares (heptasílabos, eneasílabos, endecasílabos y alejandrinos), eso le da un ritmo fonético que lo distingue de la prosa. Otra cosa es que el tema sea poco lírico, pero un poema no tiene por qué ser siempre lírico, al menos eso creo yo.
Felipe Sérvulo esbuen poeta, buena persona y buen amigo. Quizá por eso, para tomar algo de distancia, dejo a otro buen poeta, Hilario Barrero, que comente su obra.
La poesía de Felipe Sérvulo es escueta, sobria, con imágenes atrevidas pero “reales”. (...) pulcra, minimalista, una poesía de “campo”, de afuera, llena y rebosante de olores, iluminada de colores, perfilada de sonidos, un bosque de nombres olorosos, con la presencia de la naturaleza a pleno pulmón (...) Metáforas que son como chispas que saltan, puñaladas que te entran por los ojos y te deslumbran, brasa que quema. (...) Parecen poemas escritos con tinta purísima y lápices olorosos en papel de nieve.
Pero Felipe además de poemas escribe relatos cortos, que el llama "crónicas mínimas" y muchas veces destilan poesía. En este género, el próximo 17 de enero vamos a presentar en "El laberinto de Ariadna" su "Paseo de la Alameda"
Volviendo a los libros de poemas, su última época ha sido de una gran intensidad creadora y ha publicado 10 poemarios en los últimos 12 años. Aquí os dejo algunas muestras:
NO HAY VOCALES
Al despertar esta mañana, perdí las vocales de tu nombre.
Intenté pronunciarte con otros objetos personales e íntimos, pero los labios se deprimían en clamorosa derrota.
Más tarde lo intenté con tus autores favoritos: Federico, Antonio, Claudio...
Y realicé preces en latín, sin nada que perder, al fin y al cabo.
Qué hacer, sino dar tiempo a que la tarde vuelva y reconocerte en ella.
La niña de la colina (2012). Felipe Sérvulo
Aquí tenéis una reseña de Noemí Trujillo, sobre La niña de la colina. Dijo Enrique Badosa de este libro: Felipe Sérvulo está asistido por el deseo de la plasticidad versal y verbal en la que busca y encuentra un decir necesario, de necesario lirismo ajeno a oropeles superfluos. Este poemario carece, y qué bien, de toda suerte de superfluos. Este poemario carece, y qué bien, de toda suerte de retórica abstrusa, de presuntuosidad, de retórica abstrusa, de presuntuosidad, de enigma.
TANTA SED DE TI
En nuestra alcoba clandestina, entre tus poemarios, dejaré mi última carta.
En nuestra alcoba sin puertas, ni ventanas. Sin paredes. Sólo tú y yo y la vida resplandeciendo.
Volviendo a la presentación de Paseo de la Alameda, aquí tenéis el cartel del acto:
Esta es su bibliografía que publica en su web. Pero la poesía precisa de la palabra y aquí en el archivo de poetas de la ACEC lo tenéis recitando 20 poemas suyos. Os dejo uno de muestra:
A Octavio Paz (Ciudad de Méjico 1914-1998) ya le dediqué una entrada en los inicios de este blog en 2011. Fue un gran escritor, ensayista y poeta (además de diplomático) que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1990. Hoy a finales de 2024 he encontrado por casualidad su poema "Primero de enero" y me parece que es un buen motivo para despedir este año y desearos que el próximo sea mejor para todos, que buena falta nos hace.
PRIMERO DE ENERO
Las puertas del año se abren, como las del lenguaje, hacia lo desconocido. Anoche me dijiste: mañana habrá que trazar unos signos, dibujar un paisaje, tejer una trama sobre la doble página del papel y del día. Mañana habrá que inventar, de nuevo, la realidad de este mundo.
Ya tarde abrí los ojos. Por el segundo de un segundo sentí lo que el azteca, acechando desde el peñón del promontorio, por las rendijas de los horizontes, el incierto regreso del tiempo.
No, el año había regresado. Llenaba todo el cuarto y casi lo palpaban mis miradas. El tiempo, sin nuestra ayuda, había puesto, en un orden idéntico al de ayer, casas en la calle vacía, nieve sobre las casas, silencio sobre la nieve.
Tú estabas a mi lado, aún dormida. El día te había inventado pero tú no aceptabas todavía tu invención en este día. Quizá tampoco la mía. Tú estabas en otro día.
Estabas a mi lado y yo te veía, como la nieve, dormida entre las apariencias. El tiempo sin nuestra ayuda, inventa casas, calles, árboles, mujeres dormidas.
Cuando abras los ojos caminaremos, de nuevo, entre las horas y sus invenciones y al demorarnos en las apariencias daremos fe del tiempo y sus conjugaciones. Abriremos las puertas de este día, entraremos en lo desconocido.
Octavio Paz (Cambridge Massachusetts, 1.1.1975) de Árbol adentro (1987)
Nota métrica: Un poema libre en el que el poeta se deja llevar por el ritmo lírico del texto e introduce algunos versos de soporte con ritmo métrico de impares como heptasílabos, eneasílabos o alejandrinos, creando un conjunto lírico y armonioso que distingue al poema de la prosa poética.
En "El hacedor de sueños" tenéis unos comentarios al libro "Árbol adentro" en que se incluyó este poema". Y ya que he vuelto a Octavio Paz, os dejo otro poema suyo.
ENTRE IRSE Y QUEDARSE
Entre irse y quedarse duda el día,
enamorado de su transparencia.
La tarde circular es ya bahía:
en su quieto vaivén se mece el mundo.
Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.
Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.
Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sílaba de sangre.
La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.
En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.
Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa
Octavio Paz
Nota métrica: Un poema de suave ritmo formado aparentemente por endecasílabos blancos. La única asonancia perceptible es entre el primer y el tercer verso (-ía). El primer verso puede recitarse como decasílabo haciendo la sinalefa inicial o como endecasílabo romper esa o la siguiente "irse y". En el primer caso se mantiene el ritmo métrico, ya que el periodo rítmico interior de ese verso y el siguiente es binario. Los versos 3º, 4º y el último se recitan mejor como dodecas 7+5 y el 5º y 6º como 5+7. Esos versos con diferente ritmo no rompen la armonía del poema, ya que son armónicos entre sí, sino que manteniendo dicha armonía dan algo más de libertad al ritmo del verso.
Y termino con dos sonetos de Primer día (1935), que demuestra que todo buen poeta de verso métrico o libre, siempre tiene buenos sonetos en su obra.
SONETO I
Inmóvil en la luz, pero danzante,
tu movimiento a la quietud que cría
en la cima del vértigo se alía
deteniendo, no al vuelo, sí al instante.
Luz que no se derrama, ya diamante,
fija en la rotación del mediodía,
sol que no se consume ni se enfría
de cenizas y llama equidistante.
Tu salto es un segundo congelado
que ni apresura el tiempo ni lo mata:
preso en su movimiento ensimismado
tu cuerpo de sí mismo se desata
y cae y se dispersa tu blancura
y vuelves a ser agua y tierra obscura.
Octavio Paz
SONETO III
Del verdecido júbilo del cielo
luces recobras que la luna pierde
porque la luz de sí misma recuerde
relámpagos y otoños en tu pelo.
El viento bebe viento en su revuelo,
mueve las hojas y su lluvia verde
moja tus hombros, tus espaldas muerde
y te desnuda y quema y vuelve hielo.
Dos barcos de velamen desplegado
tus dos pechos. Tu espalda es un torrente.
Tu vientre es un jardín petrificado.
Es otoño en tu nuca: sol y bruma.
Bajo del verde cielo adolescente,
tu cuerpo da su enamorada suma
Octavio Paz
de Bajo tu clara sombra (1935-1944) Primer día (1035)
Nota métrica: Dos impecables sonetos de versos endecasílabos que combinan distintos ritmos heroicos, melódicos y sáficos que armonizan perfectamente, con algún leve encabalgamiento que le da más alas al poema.
Os he dejado unas breves notas métricas tras cada poema, ya que un buen poema es la suma de un buen contenido y un buen continente, o sea texto y formato rítmico. Si queréis profundizar más en la armonía poética, podéis consultar alguno de los buenos manuales de métrica que existen. Yo, como autor, os recomiendo el mío "Métrica poética del idioma español", ya me diréis si lo encontráis interesante.
Vuelven los tiempos y fiestas navideñas, y con ellos el poema que cada año dedico a mis amigos, conocidos y lectores. Este año es pesimista, ya que cada vez veo peor el futuro de esta humanidad. Ojalá podamos corregir este rumbo que nos puede conducir hacia el desastre.
NAVIDAD 2024
Un año más se acerca Navidad. Cada vez para menos es una fiesta religiosa; para los más, una oportunidad de reunir a familia y amigos; y para otros, que pasan de apego a tradiciones, la ocasión de vivir un viaje de placer.
Además, para mí, es una excusa para haceros llegar hasta vosotros, mis amigos cercanos o lejanos, o los que me leéis sin conocerme, unas cuantas palabras separadas en versos, con la esperanza que, como dijo un poeta, “la poesía sea un arma cargada de futuro”. Y como cada vez veo menos futuro a eso que hemos llamado humanidad, cualquier ayuda es buena para que el “homo sapiens” tome nota.
Si no se cambia el rumbo de este mundo, el “sapiens”, que de sabio tiene poco, está abocado a la extinción. Será uno más de tantos géneros que han desaparecido de la faz de la tierra, y la naturaleza respirará tranquila al haberse librado de un problema. Porque eso somos, un problema: guerras, armas atómicas; calentamiento del planeta, fatal distribución de la riqueza; egoísmos, mentiras, insolidaridad…
La evolución nos dio recursos que hemos desperdiciado: Raciocinio, conciencia, inteligencia… ¿De qué nos sirve el raciocinio cuando solo se mira al corto plazo propio y se rechaza el bien común, que también debería ser el nuestro? Inteligencia estúpida, de quienes se creen que son más listos y condenan a todos a una pronta extinción de ellos mismos o de su descendencia. Y sobre la conciencia… mejor que la olvidemos, la moral y la ética son palabras vacías en boca de jerarcas y políticos.
No obstante, ya que hablé de futuro, mantengamos un rayo de esperanza. En estas fechas, en que antes hubo fe y ahora solo hay placer, podría renacer la fe en la humanidad. Ya sé que, como siempre, diréis que soy utópico; pero es que la utopía es la única esperanza que nos queda, de que el género humano sea más que unos fósiles, que descubran futuros paleontólogos de la siguiente especie inteligente que cree la evolución. Y espero que esa vez, por una vez, acierte.
Como habréis leído este poema es bastante pesimista sobre nuestro futuro. Confiemos en el último párrafo y en ese optimismo utópico de que aún estamos a tiempo de variar el rumbo. Desgraciadamente, ya hemos presenciado la primera imagen que sigue y esperemos que no se llegue a la segunda.
Por eso, no quiero acabar con este tono pesimista. Tan solo os pido que en los próximos días, en que podremos compartir buenos momentos con familia y amigos, dediquemos al menos unos instantes a reflexionar. Yo como cada año os propongo este brindis.
Brindemos por nosotros, por la gente querida,
por familia y amigos, por los que ya no están,
por los desconocidos, por los que no vendrán
y porque la utopía haga mejor la vida.
Si queréis leer los poemas de las últimas quince Navidades, aquí los tenéis. Podréis comprobar que me repito bastante, al menos soy persistente en mis ideas. No obstante, pasar de las palabras a los hechos siempre es lo más difícil. ¡Intentémoslo!
Julio Cortázar (Bruselas, 1914 -París, 1984) fue más conocido como novelista y cuentista, pero tiene una obra poética muy interesante que abarca desde el formato clásico al verso libre, o a intercalar en sus libros de poemas textos en prosa. Primero os voy a copiar dos poemas que no son versos libres, sino que tienen un marcado ritmo interno.
CINCO ÚLTIMOS POEMAS PARA CRIS (III) Nunca sabré porqué tu lengua entró en mi boca cuando nos despedimos en tu hotel después de un amistoso recorrer la ciudad y un ajuste preciso de distancias.
Creí por un momento que me dabas una cita futura, que abrías una tierra de nadie, un interregno donde alcanzar tu minucioso musgo. Circundada de amigas me besaste, yo la excepción, el monstruo, y tú la transgresora murmurante.
Vaya a saber a quién besabas, de quién te despedías. Fui el vicario feliz de un solo instante, el que a veces encuentra en su saliva un breve gusto a madreselva bajo cielos australes.
Julio Cortázar
Un poema que combina distintas métricas armónicas entre sí. Por ejemplo, la primera estrofa comienza con un "tridecasílabo cuaternario" (que no hay que confundir con un alejandrino) y sigue con un endecasílabo, un alejandrino y otro endecasílabo; el poema prosigue con esos metros de medida impar, añadiendo a los anteriores heptasílabos, eneasílabos y hasta un dodecasílabo (7+5). Todo es fácil cuando el poeta lleva el ritmo en sus venas.
Otro poema de estructura similar, que como el anterior combina un buen contenido y un buen formato. Un buen texto y un buen ritmo forman la suma de la que siempre se obtiene un buen poema.
BOLERO
Qué vanidad imaginar que puedo darte todo, el amor y la dicha, itinerarios, música, juguetes. Es cierto que es así: todo lo mío te lo doy, es cierto, pero todo lo mío no te basta como a mí no me basta que me des todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca la pareja perfecta, la tarjeta postal, si no somos capaces de aceptar que sólo en la aritmética el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito que solamente dice:
"Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte"
Y este fragmento:
"La lenta máquina del desamor
los engranajes del reflujo
los cuerpos que abandonan las almohadas
las sábanas los besos
y de pie ante el espejo interrogándose
cada uno a sí mismo
ya no mirándose entre ellos
ya no desnudos para el otro
ya no te amo, mi amor".
Julio Cortázar
La mayoría de los poetas que dominan el ritmo tienen, al menos, algún buen soneto, y Cortázar tiene muchos. Un ejemplo:
SONETO ERÓTICO
Su mono azul le ciñe la cintura, le amanzana las nalgas y los senos, la vuelve un muchachito y le da plenos poderes de liviana arquitectura
Al viento va la cabellera oscura, es toda fruta y es toda venenos; el remar de sus muslos epicenos inventa una fugaz piscicultura.
Amazona de mono azul, el arte la fija en este rito paralelo, cambiante estela a salvo de mudanza;
viejo poeta, mírala mirarte con ojos que constelan otro cielo donde no tiene puerto tu esperanza.
Y cuando quiere sabe liberalizar su verso; aunque no del todo, porque el verso sigue siendo verso y no se corta porqué sí:
POEMA
Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz, te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz, voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago y cintas que dormían en la lluvia. No quiero que tengas una forma, que seas precisamente lo que viene detrás de tu mano, porque el agua, considera el agua, y los leones cuando se disuelven en el azúcar de la fábula, y los gestos, esa arquitectura de la nada, encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro. Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo, pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese pelo lacio, esa sonrisa. Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino es también la luna y el espejo, busco esa línea que hace temblar a un hombre en una galería de museo. Además te quiero, y hace tiempo y frío.
En el primer poema, os he hecho un breve cometario sobre el ritmo métrico que lo distingue del verso libre, componiendo lo que llamo una "silva blanca de impares" (aunque en este caso haya alguna asonancia). Si tenéis interés en profundizar ese análisis del ritmo, presente en todos los poemas clásicos y la mayor parte de los buenos poemas actuales, podéis consultar alguno de los buenos manuales de métrica que existen. Yo, como autor, os recomiendo el mío "Métrica poética del idioma español", ya me diréis si lo encontráis interesante.
He conocido a Myriam Soteras (Barcelona, 1977) en un reciente recital del "Laberinto de Ariadna", donde presentaba su libro "Espera instrumental" que ha ganado el "XXI Premio de Poesía Dionisia García" otorgado por la Universidad de Murcia. Me gustó mucho el acto, que efectuó al alimón con el también poeta Joan Vigó, porque se habló y recitó de este libro de una forma amena, divulgativa y a la vez rigurosa, muy alejada de algunas tediosas presentaciones de libros.
(Foto: Laureà Coll)
La estructura de este libro es muy particular. Para empezar el título: la "Espera instrumental" es un procedimiento que mantiene un avión en vuelo describiendo una figura de hipódromo a la espera de autorización para tomar tierra. Y de alguna manera de eso va el libro, de un recorrido circular por la vida en que cada poema va acompañado previamente por un corto texto en prosa y una cita. De esa forma se construyen unos trípticos unidos por la poeta dentro de la línea argumental. Quizá lo mejor sea empezar por el principio, por el primer tríptico prenatal:
Recoges la mesita plegable y escribes, torcida, en un margen: los aviones aterrizan como los poemas; solo regresando encuentran el rumbo.
Así que aquí estoy, cabeza abajo dentro de una mujer. Ian McEwan (Cáscara de nuez)
Puede que sean los dientes. Lo que se forma dentro y aún no es. Lo que duele si crece. Lo que nace para ser reemplazado.
—Lo lácteo es provisorio.
Puede que sea esta la señal. El estigma.
Myriam Soteras. (de Espera instrumental)
Y acabo por el tríptico final donde repite al autor de la cita, reafirmando ese contenido circular.
Como en un recuento, elaboro la estadística: Cuánto se ha perdido, qué queda. Afronto la caída. En el eje horizontal, quietud. En el eje vertical, catástrofe. Solo yo mantengo el pulso suspendido. Algún tipo de fe. Una espera.
Primero tristeza, luego justicia, luego sentido. Lo demás es caos. Ian McEwan
Renacido, lo lácteo es provisorio. No llegará todo el hueso a la tierra. Ese, el que se ve, el que se lame, el único a la intemperie, el que se muerde, se disuelve. Se traga.
Myriam Soteras. (de La espera instrumental)
El resto os lo dejo a vosotros, para que completéis ese recorrido vital de "La espera instrumental". Myriam tiene publicado otro libro de poemas "Papel de lija" (2022), os copio uno de sus poemas:
Hastiada del dibujo de los dedos que la mudan la arcilla pide al sol el don de la dureza. La implacable lentitud de la intemperie quiebra el barro. Si las musas vuelven al taller seré martillo y cincel sobre granito. A salvo del ardor que me supura gotas de esfuerzo en hacerme con las manos nacerá frío, inmortal, mi obituario.
Myriam Soteras. (de Papel de lija)
Además, elabora unas plaquettes poéticas artesanales "Rue Vaneau" que son una preciosidad de continente y contenido. Yo tengo la suerte de tener una, que me tocó en la presentación, pero no sé si se pueden conseguir más.
La poesía de Myriam Soteras se aleja de los formatos poéticos habituales de este blog, más centrado en poemas con ritmo métrico. Sus poemas los podemos considerar "versolibristas", pero para mí son versos, porque los cortes versales no se colocan al tuntún sino que suelen corresponderse con cortes sintácticos o de figuras o imágenes poéticas. La diferencia entre la prosa poética y el versolibre es tenue y ese es un asunto con muchas y diversas opiniones, la mía la tenéis en este artículo "¿Qué diferencia a la prosa del poema" que publiqué en la revista cultural "Las siete musas". En todo caso, la diferencia debe de estar entre la buena y la mala poesía, e indiscutiblemente la de Myriam está entre las primeras.
He llegado a la obra poética de Rafael Fombellida (Torrelavega, 1959) a través de Cuadernos de humo, la magnífica revista poética que edita Hilario Barrero, y he llegado para quedarme. Os copio dos poemas:
DISPAROS EN LA NIEVE
Blanco del cazador es el caído en la celada inmóvil de la nieve. Una quietud profunda desampara su indefensa pisada ante el abismo. Con torpeza se orienta hacia nosotros, busca la protección de su asesino. Fijamos ese rostro unos instantes y lanzamos al aire una moneda inmunda cuyos siniestros giros, bajo el denso ramaje, son criterio de indulto o extinción. Es fácil abrir fuego ante quien calla o se sabe acabado de antemano, dar en el corazón de quien arrastra su inocente verdad a la intemperie. No tiene buen invierno el que se expone temblando sobre el llano entumecido. El desalmado, el desertor, lo husmean y aguardan, apostados, esos ojos que ignoran lo que pronto han de perder. Sin pesar ni vergüenza respiramos el poderoso aliento del instinto. Mas apagado el resplandor, dispersa la cruenta tufarada de la pólvora, se escucha el merodeo febril y rencoroso del hombre solitario, del que escapa de la pálida luna y va exhalando su infamante secreto y su maldad. Por la ladera espesa, entre la nieve, caminamos sin fin. Rumiando el ansia de matar o matarnos. De volver el arma hacia el horror de nuestras vidas.
Rafael Fombellida (de Norte magnético, 2003)
CABANAS VELHAS
Calor confidencial bajo la aurora. Calor entre las líneas de un vestido cerrado como abrazo de cuero. Calor en tus tendones inguinales penetrando los filtros resecos de la piel. Calor cuanto más déspota sea el cielo, calor sobre tus células aéreas, calor entrometido bajo el arco de tus axilas rubias. Calor a dentelladas, calor a contrasombra, calor en los teatros, en la pequeña luna tatuada en tu muñeca. Calor, calor vacío en el pulmón, la flor desvergonzada y los tobillos. Calor que se recuesta como un dátil en la cuenca lustral del paladar. Calor de perseguido y encontrado en la noche. Calor en tus detalles, bien amada.
Rafael Fombellida
de Devagar. (Hojas portuguesas, 1989-1992)
Rafael Fombellida ha publicado ocho libros de poemas entre 1988 y 2012, una poesía reunida "Dominio" (1980 - 2014) y "Mi lado izquierdo", una antología poética 1989-2019. Creo que también ha publicado plaquettes y ediciones venales que son de más difícil localización.
Como os he dicho al principio, he llegado a este poeta a través de Cuadernos de humo nº 42, la revista poética que edita Hilario Barrero y que en su último número está dedicada a Rafael Fombellida y su poemario "Devagar. (Hojas portuguesas)" con prólogo de Álvaro Valverde e ilustraciones de Álvaro Fombellida.