Vuelven los tiempos y fiestas navideñas, y con ellos el poema que cada año dedico a mis amigos y conocidos. No quiero que sea un poema al uso, e intento ser crítico y hacer unas reflexiones en busca de un cada vez más utópico mundo mejor. Ojalá que así sea, o así me gustaría.
NAVIDAD 2023Se acerca Navidad una vez más,
y la costumbre de hace muchos años
de escribir un poema a mis amigos
que, con excusa de las fiestas, cite
lo que no nos funciona en esta vida.
Soy muy repetitivo y otros años
traté de religiones poco santas,
de mendaces políticos al uso,
de falsos populismos, de lo mal
que reparte este mundo la riqueza,
de la desigualdad que crece siempre,
de absurdos consumismos navideños,
de los nacionalismos excluyentes,
de idiomas que no unen, que separan,
y de exámenes propios de conciencia,
ya que “por ver la paja en ojo ajeno
podemos olvidar la viga en propio”.
En este año me obligo a resaltar
a ese jinete del Apocalipsis,
el del caballo rojo, que es la guerra.
La guerra entre los hombres, esa peste
que nos ha acompañado desde siempre.
¿Cómo es posible que la humanidad
sea tan poco humana, que la guerra
aún siga siendo “La continuación
de la política por otros medios”.
Ningún fin justifica ruines medios,
y mucho menos si el supuesto fin
es la dominación de los demás.
No me valen excusas de que hay “malos”
que gobiernan y rigen holocaustos,
porque quien manda tiene de soporte
a “buenos ciudadanos” que se callan
que giran la mirada por no ver,
o peor por sacar un beneficio
de masacres de seres semejantes.
Así que, si aún pensáis en navidades,
en regalos y en buenas intenciones,
olvidad consumismos, frases hechas,
luchad contra las guerras, exigid
a vuestros gobernantes que se mojen
y que hagan funcionar “Instituciones”
nacidas para unir que no funcionan,
porque juntos los hombres y mujeres
cambiaremos el mundo si queremos.
Dices que soy utópico, lo sé,
pero también que la utopía es
la postrer esperanza que nos queda.
Ricardo Fernández Esteban (XII-2023) ©