Noche de fin de año, vamos de “revellón”,
llevas vestido negro sencillo, algo serio,
pero un tirante rojo enseña tu pasión
donde acaba el escote y comienza el misterio.
Pienso en lo que me ocultas, lo que luego veré,
imagino texturas, transparencias, colores
de esas prendas que ahora, como luego yo haré,
acarician tu piel, atesoran olores.
La pista está repleta de personas bailando,
empezamos con vals, bordamos un bolero,
salimos por la tele cuando te estoy besando,
enfocan tus zapatos en rojo arrabalero.
Nos tomamos las uvas y bebemos champán,
tus amigos no entienden por qué estás tan cambiada,
primero han observado, luego comentarán:
"lo veo y no lo creo se ha vuelto descarada”;
y eso porque mi mano, ansiosa de emociones,
va explorando tu cuerpo, bajando desde el cuello,
mientras que tú me abrazas exhibiendo pasiones
y al compás de la música te acaricio el cabello.
Nos despedimos pronto, queremos estar solos,
la noche no es eterna; eres mi Cenicienta
que al despuntar el sol tiene sus protocolos:
has de estar en tu casa antes que la sirvienta.
Como madre no debes olvidar tu decoro,
hay que guardar las formas delante del servicio,
para eso están las clases —¿verdad que sí tesoro?—
para disimular, para esconder el vicio.
Al llegar al portal, dentro del ascensor
me enseñas esas prendas, que antes insinuabas,
dejando que el vestido resbale sin rubor
y descubra el secreto que para mí guardabas;
eres lista mi amor usando lencería
que casi todo muestra y enseña lo que oculta,
yo lo viví otras veces corriéndome una orgía
pero ansiaba tenerlo con una dama culta.
Cuando entramos en casa ya vas casi sin ropa
pero quieres primero ejercer de modelo,
luces ropa interior y pides una copa,
con alcohol la vergüenza se convierte en anhelo.
A la luz de las velas se ilumina el deseo,
te has quedado desnuda cantando esa canción
que en tu voz tan ardiente es himno al himeneo,
es oferta y demanda, es la pura pasión;
y te tomo en mis brazos y atravieso desiertos
y me baño en tus mares y me quemo en tus fuegos
y tu boca me ofrece los mejores conciertos,
con notas de ilusiones, emociones y ruegos.
La noche es infinita cuando olvidas la hora
el tiempo se detiene, los cuerpos se diluyen,
nuestras almas se funden sin temer a la aurora,
tú y yo hemos triunfado por mucho que murmullen.
No importa que te vayas al despuntar el sol;
empieza un nuevo año, año de amaneceres,
de no cumplir las normas, de perder el control,
de descubrir misterios, de gozos y placeres...
"Recuerdos y Nostalgias" de "Pensando en Vosotras"
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