Conocí a Fernando de Orbaneja en 2011 en la feria del libro de Madrid ya que compartíamos editor y caseta. Tenía ochenta y muchos años, las ideas muy claras sobre política, sociedad y religión y seguía luchando para cambiar y mejorar este mundo. Conversamos largamente, y a partir de entonces nos intercambiamos escritos, libros y opiniones. Se podía estar de acuerdo con él (en la mayoría de las cosas lo estaba) o no, pero siempre se tenía que reconocer su fuerza e interés por dignificar la vida y la política.
El 20 de junio de 2016 falleció en Madrid, justo después de depositar su voto a los 92 años. Aunque me apena mucho su desaparición, creo fue que en un momento muy significativo y con todo el respeto podemos decir que "murió con el voto depositado" y con la esperanza de cambiar el mundo.
En 2014 se le concedió el premio de pensamiento y ensayo "Aristóteles" y unos 200 amigos le homenajeamos. Este es el soneto que le dedique:
Fernando, recibiendo el premio en 2014. Foto: Daniel de la Fuente
Sé que descansa en paz con la conciencia tranquila de haber luchado hasta el final. Este fue el último articulo que publicó pocos días antes de fallecer sobre el estado del bienestar en el Magacín.com y en esta entrada, Fernando de Orbaneja nos ha dejado , esta web nos habla sobre Fernando, sus libros y los artículos que publicó.
Aquí podéis ver una reseña que publicó El País cuando publicó su libro "Opus Dei: la Santa coacción" en 2007. Y esta es su entrada en wikipedia con su biografía y obra. Aquí lo podéis ver en una entrevista en 2010 sobre su libro "España. El miedo a la verdad"
Ya no podemos contar con la presencia de Fernando, que tanto agradecí, pero sus ideas y sus deseos de mejora del mundo permanecen en sus libros.
La poeta Montserrat Doucet (Madrid, 1962) comenzó a publicar en este siglo ya que Culpable de Milagros (2001) fue su primer libro de poemas. En estos años nos ha entregado varios más que muestran la profundidad de su palabra poética. Comencemos con uno de los poemas de ese primer libro:
JIRÓN DE NOCHE
Asomada en las tardes al laberinto blanco de la ciudad de arena, mi dolor se deshace en pequeñas estrellas sentenciadas que harán aún más honda la noche. Y me pregunto, hiriendo los silencios, si cada estrella antigua que persuade mis pasos tan sólo es eso: un jirón dolorido de Dios asomado al espejo de arena de la noche. Montserrat Doucet. Culpable de milagros (2001)
Este otro poema da título a otro libro que, además, contiene una antología de otros poemarios.
ARQUITECTURA ENTRE LOS CAMPOS
Traté de recordar
cómo era antes la lluvia,
cuando los besos eran sólo
una punta de humedad entre el tabaco,
cuando los parques eran un esbozo
de arquitectura entre los campos.
Trate de recordar el mundo,
nuestro mundo ajeno
al llanto de las selvas,
al sueño curvado del arco iris,
al lento laberinto de los caracoles,
al gozo de la muerte.
Y tan sólo encontré
esa larga humedad
en el viento y sus moldes
que vaticinan la noche y sus nieblas.
Montserrat Doucet. Arquitectura entre los campos (2008)
En este enlace podéis encontras una mplia reseña de otro de sus libros "Mar de la China" de 2014
Por último uno de sus haikus:
Rumor de hojas:
el miedo tiene voz
bajo la lluvia.
ADENDA DE AGOSTO 2023:
A partir de 2014 es difícil seguir la trayectoria literaria de Motserrat Doucet ya que la información en redes es muy escasa y fragmentaria. Según parece ha publicado sus últimos libros en el Perú:Conciertos desde Aranjuez (2014),El Oscuro(2017), yQue no a la noche (2020). Os dejo el poema que da título a este último y aquí os podéis descargar todo el poemario.
QUE NO A LA NOCHE, AMOR
Ahora irás corriendo, mi amor, ay, gemelo del viento y aire solo, y buscando la noche de la que huyes siempre porque no pudo hacerse mar.
Ha de gozar la vida bajo tu peso Ahora más liviano, —casi espuma del tiempo—. Tu vida hilada hebra a hebra por la alada paciencia del destino. Tú, ya casi luna, tocado, tan desnudo, por tu estrella.
En tanto ya la noche se ha expandido en tu sombra, y se vacía en lentas letanías de aguas y caricias reflejadas.
Corre, corre, amor, no te detengas, antes darás la vuelta a todo el tiempo tuyo. ¡Que no a la noche, amor, que no a la noche!
Montserrat Doucet. Que no a la noche (2020)
La generosidad de la poeta ofreciendo su obra merece que además de en digital la tengamos en papel. Si alguien tiene más información actual de la poeta, os pido que me la paséis en comentarios.
Este poema dedicado a la Barcelona preolímpica y preturística de los de los sesentas a los ochentas tiene muchos guiños, unos más fáciles y otros más difíciles de reconocer. Tienen ventaja quienes vivieron en esta ciudad y en esa época, por si acaso os perdéis os los desvelo al final. Por si os apetece más escuchar, en este vídeo recito el poema.
Foto: Xavier Mirerachs
HUBO UNA VEZ UNA CIUDAD CANALLA
Hubo una
vez una ciudad canalla
que mojaba
la pluma en el alcohol
para
escribir directamente en vena:
"como todos los jóvenes yo vine
a llevarme la vida por delante";
una ciudad
en la que el bardo
rechazaba
el papel e improvisaba:
"versos de amor nunca serán literatura
si no me dejas escribir sobre tu piel";
una ciudad
en la que ella,
adivinad
su nombre, unos años atrás:
"abriéndose su blusa — Neno, no digas nada—
le ofreció los durísimos botones de sus pechos".
Hubo una vez
una ciudad canalla
en que un
tono del azul era más que un color
era un
templo pagano celestial
donde un
gato argentino
maullaba
en clave de rumba catalana
y un
cantautor galáctico
consiguió
hacer salir el sol a medianoche.
Hubo una
vez una ciudad canalla
donde la
sexta flota, en vez de hacer la guerra,
hizo el
amor en territorio chino;
izas,
rabizas y colipoterras
en traje
de faena les tiraban los tejos
mientras
agujereaban mármoles a golpes de tacón.
Hubo una
vez una ciudad canalla,
mucho
antes del turismo y de los juegos,
donde la
izquierda se divinizó
bebiéndose
las noches en la “boite”
de rojos
terciopelos, de copas infinitas,
de
taburetes que aún dominan escenarios;
una ciudad
que hacía equilibrios sobre sus propias luces,
mientras
un pijoaparte montaba un viejo Cadillac.
Hubo una
vez una ciudad canalla
con
cabaret travesti como playa de río,
con Piaf y
la Carme recordando a su hombre,
con los
niños terribles, con molinos sin viento,
con local
de voyeurs en tacita de plata,
con el
baile del tigre entre chulos y arrugas,
con el
arco kiosco en que el anís ardía,
con
aquella bodega donde el arte era eterno
y una cava
de jazz que por suerte aún resiste,
porque el
otro el frontón, que era pista de baile,
ya pasó a
mejor vida y es un sano gimnasio.
Hubo una
vez una ciudad que hoy
merece
nuevo nombre: Barcelolandia eres
pasto
turístico de masas, puro producto Disney.
Perdiste tus raíces, te has vendido hasta el alma,
y de
canalla nada, opositas a cursi.
¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? No sé.. O es la ciudad, o es que nosotros ya no podemos aguantar el canalleo. Abierto queda el tema, se aceptan opiniones, yo acabo con canción, como empecé, y disculpad que desafine: …jóvenes…, éramos tan jóvenes…
Aquí tenéis otro poema dedicado a la Barcelolandia actual, pasto turístico que nos alimenta, pero que muchos digerimos mal. Y respecto al poema canalla, para no desafinar al final , aquí está Jóvenes cantada por Los Mustangs y unas cuantas fotos de aquellos años.
Posdata: Pasados unos días, os aclaro los guiños que no hayáis sabido desvelar. Aunque algunos habéis desvelado bastantes.
1ª Estrofa: Unos versos de No volveré a ser joven de Jaime Gil de Biedma. Un fragmento de la canción de Joan Manuel Serrat Míramé y no me toques y otros versos de Conchita era su nombre del poemario Poeta en Barcelona de José Agustín Goytisolo. Los tres fueron piezas importantes de la canallesca literaria barcelonesa de esa época.
2ª Estrofa:Zeleste era la mítica discoteca de la calle Platería, donde actuaron muchos canallas entre ellos el Gato Pérez, argentino que renovó la rumba catalana y Jaume Sisa, también conocido como Ricardo Solfa, el galáctico cantautor de Qualsevol Nit Pot Sortir El Sol.
3ª Estrofa: Los buques de la 6ª flota norteamericana fondeaban en Barcelona y los marineros se solazaban en el "barrio chino" con las profesionales del sexo. Hay un libro de la época "Izas, rabizas y colipoterras" (título sacado de un soneto de Quevedo) con fotos de Joan Colom y textos de Camilo José Cela, sobre la actividad sexual del barrio. En el restaurante Amaya de las Ramblas se conservan los umbrales de mármol del portal del edificio, que tienen unos agujeros producidos por el taconeo de las prostitutas mientras esperaban clientes en la puerta de la "Casa de Habitaciones María".
4ª Estrofa: La "Gauche divine" fue un grupo, denominado así por Joan de Segarra, de intelectuales y artistas de izquierdas, la mayoría pertenecientes a familias burguesas y un típico lugar donde se reunían era Bocaccio, la emblemática "boite" de ojos terciopelos, altas copas y característicos taburetes como el que sigue utilizando Serrat en sus conciertos. Más tarde se abrió otra disco Equilibrio, en la ladera del Tibidabo sobre las luces de la ciudad, frente a otro local emblemático, el Merbeyé donde sitúa Sabino Méndez, letrista de Loquillo su canción Cadillac solitario, cuyo protagonista podría ser otro pijoaparte venido a más en un guiño a las Últimas tardes con Teresa de Juan Marsé.
5ª Estrofa: El cabaret de travestis, extrañamente tolerado en la época, era el Copacabana.
En el bar Pastís, Carme la propietaria ponía música de Piaf mientras recordaba a su marido Quimet al que Josep Maria Espinàs (uno de los fundadores de Els Setze Jutges) le dedicó una canción. Les enfants terribles era otra típica disco junto a la calle Conde del Asalto y el también emblemático bar London.
El teatro cabaret El Molino, reinaba en el Paralelo con Johnson y Mary Mistral. El Cádiz era un local especial, bar en la planta baja, baile en el sótano y en el primer piso una cama rodeada de sillas donde se representaban espectáculos pornográficos. La Paloma en la calle del Tigre era un baile clásico con sillas alrededor de la pista y "macarras" que sacaban a bailar a profesionales ya entradas en años.
El diminuto kiosco La Cazalla en el Arco del Teatro servía y sirve copas de ese licor de anís.
La Bodega Bohemia, "donde el arte era eterno" porque quienes actuaban hacía ya mucho que habían pasado su buena época artística.
La cava de jazz Jamboree aún resiste en la plaza Real los embates de turismo que ha hecho naufragar su sala contigua flamenca Los tarantos a pasto de masas.
Cerca del final de las Ramblas el Jazz Colon (junto al frontón Colón) era él local con la mejor música disco de la época, frecuentada por "progres" de zona alta, marinos americanos y gente de toda ralea amante de la buena música para bailar.
Por último, cierro el poema con Los Mustangs y su "Jovenes", un icono de los que recuerdan esas épocas.
Bueno, creo que ya os he desvelado los guiños del poema que contando me suman 27. Había muchos más lugares y personajes "canallas" en aquella Barcelona que se me han quedado en el tintero, mejor así para que si os apetece me los recordéis. Y por aquello de que la oralidad es tan importante como la palabra escrita, aquí me tenéis recitando este poema:
Delmira Agustini (Montevideo 1886-1914) una poeta cuyos versos reflejan un profundo erotismo, lo que no era usual para una mujer y menos de su entorno social. Eso, y quizá su trágico final, ha hecho que se la considere una trasgresora de su época.
LA CITA
En tu alcoba techada de ensueños, haz derroche de flores y de luces de espíritu; mi alma calzada de silencio y vestida de calma irá a ti por la senda más negra de esta noche.
Apaga las bujías para ver cosas bellas; cierra todas las puertas para entrar la ilusión; arranca del misterio un manojo de estrellas y enflora como un vaso triunfal tu corazón.
Y esperarás sonriendo, y esperarás llorando!... Cuando llegue mi alma, tal vez reces pensando que el cielo dulcemente se derrama en tu pecho....
Para el amor divino ten un diván de calma, y con el lirio místico que es su arma, mi alma apagará una a una las rosas de tu lecho. Delmira Agustini. Otros poemas.
Este otro poema se presenta en este formato en sus obras completas, pero parecen dos versiones sobre un mismo tema.
EL SURTIDOR DE ORO
Vibre, mi musa, el surtidor de oro
la taza rosa de tu boca en besos;
de las espumas armoniosas surja
vivo, supremo, misterioso, eterno,
el amante ideal, el esculpido
en prodigios de almas y de cuerpos;
debe ser vivo a fuerza de soñado,
que sangre y alma se me va en los sueños;
ha de nacer a deslumbrar la vida,
y ha de ser un dios nuevo!
Las culebras azules de sus venas
se nutren de milagro en mi cerebro...
...
Selle, mi musa, el surtidor de oro
la taza rosa de tu boca en besos;
el amante ideal, el esculpido
en prodigios de almas y de cuerpos,
arraigando las uñas extrahumanas
en mi carne, solloza en mis ensueños:
-Yo no quiero más vida que tu vida,
son en ti los supremos elementos;
déjame bajo el cielo de tu alma,
en la cálida tierra de tu cuerpo!-
-Selle, mi musa, el surtidor de oro
la taza rosa de tu boca en besos!
Delmira Agustini. Cálices vacíos (1913) La mayor parte de sus poemas son rimados, pero en éste se rebela contra esa tiranía de la rima, probablemente en un ejercicio de estilo.
REBELIÓN La rima es el tirano empurpurado, es el estigma del esclavo, el grillo que acongoja la marcha de la Idea. ¡No aleguéis que es de oro! ¡El Pensamiento No se esclaviza a un vil cascabeleo! Ha de ser libre de escalar las cumbres entero como un dios, la crin revuelta, la frente al sol, al viento. ¿Acaso importa que adorne el ala lo que oprime el vuelo?
¡Él es por sí, por su divina esencia, música, luz, color, fuerza, belleza! ¿A qué el carmín, los perfumados pomos?... ¿Por qué ceñir sus manos enguantadas a herir teclados y brindar bombones si libres pueden cosechar estrellas, desviar montañas, empuñar los rayos? ¡Si la cruz de sus brazos redentores Abarca el mundo y acaricia el cielo! Y la Belleza sufre y se subleva... ¡Si es herir a la diosa en pleno pecho mermar el torso divinal de Apolo para ajustarlo a ínfima librea!
¡Para morir como su ley impone El mar no quiere diques, quiere playas! Así la Idea cuando surca el verso quiere al final de la ardua galería, más que una puerta de cristal o de oro, la pampa abierta que le grita “¡Libre!”