Jordana Amorós, o Yhedra Yhomisma, son seudónimos de Emilia Cebrián (Chinchilla de Montearagón, Albacete, 1950), que se define como "maestra por vocación y poeta por afición". Jordana escribe poesía con ritmo, sean versos blancos polimétricos (pero que mantienen la armonía) o sonetos desde los amorosos a los satíricos, ya que tiene un registro poético muy amplio. Es una autora a la que hay que dar más difusión, ya que su obra lo merece.

JAURÍA
Resulta imperativo
sobreponerse a todo lo inhumano:
los locos plenilunios, las lunas quebradizas, las resacas
de mil constelaciones
que devoran los sueños
y nos devuelven lívidos despojos .
Siempre hay algún ahogado conocido
para inquietar la hondura de tus charcos,
y las preguntas flotan como los peces muertos
sobre el marasmo de nuestras certidumbres.
Y luego están las horas detenidas
que se aroman de gestos y rumores
y la fidelidad con que nos siguen
por todos los rincones las ausencias.
Un día te engañaron, te dijeron
que el tiempo cauteriza.
Sobrevivir a todo
es lo que va gestando tu derrota,
mas no hay que lamentarse ni arriesgar
a la sal la mirada.
Ladra, dolor,
no cejes ...
Habrá que celebrar que cabalgamos.
Jordana Amorós
Yo siempre suelo decir que todo poeta debería escribir algún buen soneto, aunque luego derive sus formatos poéticos hacia formas más libres. Jordana tiene muchos buenos sonetos, aquí tenéis uno amoroso.
NO ROMPAS
EL SILENCIO
No rompas el silencio... Permanece
callado junto a mí, que estoy callada
disfrutando este amor que dentro crece
y hablándote de amor con la mirada.
Nada digas, no rompas el hechizo
que nos envuelve, todo verbo es vano;
si ya te hablo yo cuando deslizo
con suavidad mi mano por tu mano...
Y mi respiración entrecortada
junto a la tuya es diálogo en arrullo
de dos palomas de alma enamorada.
No rompas el silencio...Ni un murmullo...
Nada estorbe la charla apasionada
entre mi amante corazón y el tuyo.
Jordana
Amorós
Y para demostrar ese amplio registro que os he citado otro soneto de género satírico, este con estrambote:
BELLEZA INTEMPORAL
Mi vecina del quinto, Josefina,
se descubrió un día ante el espejo
una arruga cruzando su entrecejo
y se le puso carne de gallina.
Se dijo:" Ahhhhggg..! Ni hablar!, yo este peaje
de la vida y del tiempo, tanto estrago,
mientras me quede un euro no lo pago.
Pienso cambiar de piel como de traje."
Del lifting fue a la lipo. Todo es poco
con tal de verse guapa: la papada,
orejas, tetas, culo... ¡Qué revoco!
Ha enriquecido a todo el cuadro médico
del país y ahora, entusiasmada,
va del taxidermista al ortopédico.
No sabe que al pasar, por su expresión,
todos dicen:"¡Mirad..., Tutankamón!
Jordana Amorós
Y para acabar, este poema corto pero intenso.
OTRA COSA
Puedo darte mi piel y su calor,
mis besos codiciosos, mis caricias .
Y luego la avidez inagotable
de lava y terciopelo de mi sexo.
Darte mi intimidad ya es otra cosa...
Jordana Amorós no ha publicado nunca un libro en papel, pero en su blog Re-Versos hay más de mil poemas suyos, o sea que tenéis dónde escoger.
Animo a Jordana a que publique en papel. Aunque el mundo digital haya facilitado la difusión poética, nunca está de más algún libro físico, que nos permite acercarnos de una forma más próxima a los poemas; además, con la autopublicación los escritores lo tenemos mucho más fácil para publicar y difundir.
Adenda de septiembre de 2025: He perdido el contacto con Jordana, pero por suerte veo que mantiene su blog Reversos en el que es muy activa. Aquí os dejo un poema suyo de hace unos días.
MUDEZ
Siempre quise decir.
Usar la lengua
para tallar con mimo la llaga incandescente,
tan feraz, que me habita
y esculpir la palabra perfecta, que declare,
en verdad, lo que siento.
Duele vaciarse así,
con tanta saña.
Y todavía más lastima el comprobar
que muy pocos escuchan.
Y aún menos entienden.
En la Edad del Estruendo, ¿ qué oído está dispuesto
a poner atención en sutilezas?
Porque decir
nunca fue para mí solo una opción,
sino algo perentorio,
necesito decir...
Pero comprendo lo poco que me renta
el turbar con mi verbo enfebrecido
la placidez del aire.
Que ha llegado el momento
en que toca rendirse a lo evidente
y, ante esta epidemia de sordera,
elegir la mudez.
Aunque me ahogue,
con mi propio y avinagrado vómito
de palabras nonatas,
lo mejor es callarme.
Jordana Amorós. Septiembre de 2025