Poemas del confinamiento

La poesía, "arma cargada de presente", sale al campo de batalla contra el virus. Lo machacaremos a versos, a ver si ese iletrado muere de empacho. 



ESPINELAS DEL CONFINAMIENTO

Desde el 26 de marzo al 1 de mayo, cuando acabó el confinamiento más radical, escribí una espinela diaria. Aquí las tenéis:

En el undécimo día
del encierro me rebelo
y a ese virus reto en duelo
armado de poesía.
Puede ser una utopía
que una espinela derrote
al virus con el garrote
de la palabra poética,
pero creo que la estética
le va a dar más de un azote. (26.3.20)

Pues hoy voy a machacar
donde más le duele al bicho
que según lo que me han dicho
no es siempre de armas tomar.
Las manos debes lavar
y todo lo peligroso
donde ese microasqueroso
vive para que tú mueras.
Si esas normas las siguieras,
deja de ser contagioso. (27.3.20)

¡Qué largo es un día entero,
encerrado y sin no ver
la luz al final crecer,
muriendo porque no muero!
Qué triste es ser prisionero
de un ser que, siendo invisible,
es un azote terrible!
Una cura de humildad
merece esta humanidad
que presumió de invencible. (28.3.20)


“No es malo el confinamiento
si aprovechas ese mal
para la cosa cabal
que nunca encuentra el momento”.
Pero confieso que os miento,
no resisto esta agonía,
la cruel lentitud del día
sin libertad del cautivo,
¡de qué me sirve estar vivo,
muerto de melancolía! (29/03/20)

Me impongo ser optimista,
busco humor por compañía,
destierro melancolía,
y grito: ¡tierra a la vista!
No hay nada que se resista,
si piensas en las ventajas:
para empezar no trabajas,
para seguir tienes tiempo
y el único contratiempo
es que vendrán las rebajas. (30/3/20)


Con frenesí virtual
voy a acometer el día,
primero esta poesía
y luego un lío infernal.
No doy abasto, raudal
de “webinars” esperando,
“meetings” por “zoom”, no sé cuando
podré hojear el diario…
Creo que vuelvo al armario
a ver las cosas pasando… (31/3/20)


Hoy un poco más de calma,
poco a poco y sin agobio
marginaré al vil microbio
a ver si, por fin, la palma.
Con calma, mas todo el alma,
me pongo por la labor
de combatir al traidor:
con guantes y mascarilla
le daremos la puntilla,
aislándolo con rigor. (1/4/20)


En la lucha, la virtud
de prevenir el contagio
para evitar el naufragio,
es hacerla con quietud.
Contradictoria actitud,
pues cuanto menos pateas
más a ese virus golpeas.,
Confinarse es heroísmo
y enviarlo al ostracismo,
lo creas o no lo creas. (2/4/20)


Hoy dudo de qué escribir
porque con tanto aislamiento
temo que a veces os miento
de tanto querer unir.
Mala cosa es el fingir
por levantar la moral,
tratar de ocultar el mal
es darle más importancia,
nunca desde la ignorancia
habrá victoria final. (3/4/20)


Ya llega el fin de semana
y nada cambia, rutina
de estar en casa, propina
de confinación humana.
Quien esto escribe subsana
esta falta de aliciente
buscando un cambio de ambiente.
Mas la búsqueda fracasa,
hay que fastidiarse en casa
como el resto de la gente (4/4/20)

Como quien añora pena,
y quien tiene tiempo duda,
siempre será mala ayuda
abandonar la faena.
Por eso cambio de escena
y vuelvo a la actividad;
venceré a la enfermedad
escribiendo con humor
viejas historias de amor,
aunque no fueran verdad. (5/4/20)


En plena Semana Santa
encerrado en el hogar
y sin poder practicar
lo de “carretera y manta”.
Otro día se atraganta
por la rutina maldita,
perdonad que me repita
pero es que la inspiración
es un caprichoso don
que no viene de visita (6/4/20)


Cada día busco un tema
para escribir, ¿de qué hablar
que pueda hacernos pensar
en este breve poema?
El tema no es el problema,
lo importante es el sentir
que unos versos van a unir
lo que ese virus impide,
porque nunca se te olvide
que vivir es compartir. (7/4/20)


El ser humano pensó
que había dominado al mundo
con ese orgullo rotundo
de sobrestimar su yo.
Pues mira, va a ser que no,
toda la tecnología
no es ninguna garantía,
sólo sirve el aislamiento
para evitar, de momento,
a esa mala compañía (8/4/20)


“Tres jueves hay en la vida
que relucen más que el sol…”
pues este “va de farol”
por la epidemia sufrida.
Los otros dos parecida
suerte sufrieron antaño,
tanto así que es extraño
recordar la tradición
del Corpus y la Ascensión:
¡los puentes más guay del año! (9/4/20)


¡Y qué me dices del viernes,
antes santo, hoy confinado,
ya llevo un mes encerrado
y lo que me queda en ciernes!
Sin poder salir de alterne,
sin deporte, la cultura
es la única aventura
que no nos pueden prôhibir
ni el buen vicio de escribir,
ni el ligar con la lectura. (10/4/20)


El sábado continúo
con mi ligue cultural
y buscando ser plural
hoy me queda corto un dúo.
No temáis que no insinúo
contubernios inmorales
u otras orgías sexuales;
solo es un “menage a trois”
con dos libros, que ojalá
resulten excepcionales. (11/4/20)


Pues la cosa acabó mal,
el ensayo iba de pijo
y a la novela le dijo
que su tema era banal.
Presumido intelectual,
leerte es más aburrido
que soportar a un marido,
le contestó la novela.
Y yo me dije: “cancela
y da el día por leído” (12/4/20)

Me saca de mis casillas
que después de un mes de alarma
no dispongamos del arma
de usar una mascarilla.
¡Gobierno de pacotilla
acorta ruedas de prensa!
¡La verborrea es ofensa
si seguimos desarmados,
millones de confinados
merecen esta defensa! (13/4/20)


Esto es más que una tragedia,
quién se podía imaginar
todo un mes en el hogar
porque un virus nos asedia.
Y suerte del multimedia
las redes, televisión…
que algo nos dan de ilusión,
pero, y no es extravagancia,
que me den radio de infancia
y me quiten reclusión (14/4/20)


Os cuento con emoción
que hoy, por fin, por algo vibro,
he editado un nuevo libro
sin salir de esta prisión.
Gracias al dios Amazón,
el “Islario de pasiones”
con todas mis ilusiones
está a un clic de que lo leas;
así, que si lo deseas,
compartirás mis rincones (15/4/20)


Hoy hay más tranquilidad,
no se ve luz, pero al menos
a espera de tiempos buenos
reina la estabilidad.
Lo que inquieta de verdad
no es túnel. El futuro
es el temor más seguro,
hay remedios muy traidores
que no curan los doctores,
y el nuestro va a ser muy duro (16/4/20)


¡Mi reino por un paseo!
¡Basta de confinamiento!
El tiempo fluye muy lento
en esta vida de reo.
Si hay que pelear, peleo,
pero de esta inanición
he de salir, ¡maldición!
De qué sirve tener vida
si no se siente vivida
si se vive en reclusión. (17/4/20)


Quien nunca fue prisionero
no podía imaginar
lo duro que es un hogar
para un cuerpo aventurero.
Qué ganas tiene el viajero
de burlar a centinelas
y volver a izar sus velas
en el mástil de la vida.
Vida que da por perdida
sin el mar y sus estelas. (18/4/20)


Sentir tu verso en el mío,
compartir las espinelas,
dejar a un lado cautelas,
dar luz a lo que es sombrío.
Si yo tuviera un navío
para navegar la mar
sin rumbo, caña al azar,
a este viaje llevaría
a quienes, en estos días,
me animáis en el versar. (19/4/20)


Singladuras sin singlar
sin que se pierda la vista
más allá de aquella arista
que separa cielo y mar.
Qué difícil es estar
varado en casa, encerrado
rememorando el pasado
de azules e islas de ensueño.
Qué difícil este empeño
de quien sueña confinado. (20/4/20)


Hoy no va esto de poética,
hoy dirijo mi filípica
a comentar la política
y la crítica es patética.
Por ética y por estética
gobierno y oposición
han de unirse en la gestión.
¡Basta de ya de buscar rédito!
¡Lo único que os dará crédito
es acción al alimón! (21/4/20)


Hoy, al fin, ya no nos llueve
y tras días de aguacero
este triste prisionero
siente el encierro más leve.
Si además de leve, breve
es el tiempo que nos queda
para volver a la rueda
de la vida cotidiana,
mi espíritu, esta mañana,
quizás alegrarse pueda. (22/4/20)


Un Sant Jordi confinado
sin sus libros ni sus rosas,
sin sus calles bulliciosas
sin sus puestos de mercado.
El dragón nos ha encerrado,
pero no a nuestra esperanza,
la ilusión es nuestra lanza

y ese virus será historia.
Lograremos la victoria,
unidos siempre se avanza.

Hoy cuento con emoción
que, a pesar de todo, vibro
por lanzar un nuevo libro
sin salir de esta prisión.
Gracias al dios Amazón,
el “Islario de pasiones”
con todas mis ilusiones
está a un clic de que lo leas;
así, si tú lo deseas,
compartirás mis rincones.

Hablo de navegaciones,
que son camino y destino
de mi cuerpo peregrino,
y de islarios que son dones.
Viaja conmigo, hay pasiones,
temores, descubrimientos,
hay mares, olas y vientos,
hay islas, pueblos, montañas,
y lo más, hay sentimientos. (23/4/20)

Y aquí tenéis el libro "Islario de pasiones" en papel en Amazon, que os lo entregará en casa. Lo dedicatoria la tendremos que dejar para más adelante.

Rutina del día a día
de repetir por sistema,
de empezar con un poema
que no sé si es poesía.
La rima solo daría
un sonsonete a lo escrito
y con eso no transmito
al verso mi sentimiento.
Queda constancia, no miento,
lo que este verso ha suscrito. (24/4/20)


Queda mucho en el convento,
pues a las gentes mayores
amenazan los censores
darnos más confinamiento.
¡Basta ya de este tormento!,
niños, perros y currantes
han salido mucho antes,
¡dónde están nuestros derechos!
No es vida estar bajo techo
cuando hay poco por delante. (25/4/20)


Algunos a los ancianos
quieren prolongar retiro,
por ahí van a ir los tiros,
la excusa: “no están lozanos”.
¿Qué creen que los veteranos
tienen tiempo que perder?
Pues no, que este menester
precisa el disfrutamiento
de no perder ni un momento
del que es su tiempo postrer. (26/4/20)


Hoy, una buena noticia,
parece que a los mayores
los doctos gobernadores
nos tratarán con justicia.
Se descarta la estulticia
de prolongar nuestro encierro
y a padres, niños y perros
podremos acompañar
el sábado, a dios mediar,
si, por satanás, no yerro. (27/4/20)


Para cumplir mi deseo,
ya me queda un día menos,
pero me temo que frenos
nos pondrán en el paseo.
Perdonad si es que bromeo,
mas me han dicho que un collar
para salir del hogar
nos pondrán a los mayores,
pues temen que, pecadores,
nos vayamos a escapar. (28/4/20)


Esto marcha viento en popa,
el sábado en bicicleta
podrá salir el poeta,
si se aleja de la tropa.
Lo de tomar una copa
o cenar en restaurante
lo haremos más adelante,
pero qué felicidad
pedalear en libertad
con el campo por delante. (29/4/20)


Hay un lío del copón
y no queda nada claro
si ya tenemos amparo
para dejar la prisión.
No entiendo la confusión
que ha propiciado el gobierno
por no haber hecho un cuaderno
entendible del permiso.
¡Mejoradlo!, os aviso,
u os voy a mandar al cuerno (30/4/20)


Decido que de momento
suspendo mis espinelas,
voy a replegar las velas
anhelando nuevos vientos.
Se acaba el confinamiento,
cambia de tercio el poeta;
toca sudar camiseta
mañana por la mañana,
cuando, en las horas tempranas,
dejan ir en bicicleta. (1/5/20)


Ricardo Fernández Esteban ©


El poema siguiente lo escribí como anticipo de las espinelas diarias anteriores.




LA HUMANIDAD PENDE DE UN VIRUS (19.3.20)

La humanidad, jinete apocalíptico,
creía sojuzgar a la naturaleza,
y hasta se planteaba
clonar al ser humano en inmortal
en perversa simbiosis con la máquina.
Alguien predijo: “El hombre será dios”;
pero que sagas de chamanes lo inventasen,
para tener poder sobre la plebe,
no es lo mismo que serlo.

La creación, venga de donde venga,
se venga y pone las cosas en su sitio.
Un virus microscópico se muda
del animal al hombre,
que descubre lo débil que es su fuerza,
lo poco que conoce, lo mucho que amenaza su futuro.
Se acabó el “just in time”, vuelve la cuarentena,
la peste ha regresado al “altoevo”.
La cura de humildad no cura al cuerpo,
pero avisa a las almas.

Cuando todo esto acabe,
quizá tengamos la oportunidad
de empezar otra era
cambiando paradigmas y parámetros.
Pero mucho me temo que olvidemos
y, por recuperar el estatus perdido,
empiece otra carrera
que lleve a recorrer errores anteriores
en que la meta tenga por rótulo “Extinción” 


Ricardo Fernández Esteban © (19.3.20)


Y este otro poema, "Ante la nueva normalidad" cierra este ciclo de la pandemia y el confinamiento con la llegada del verano y como cierre de estos tres largos meses anormales que nos tocó sufrir. Luego la pandemia nos dio varios coletazos más que por suerte cuando repaso esto, en verano de 2024, ya hemos casi olvidado.



ANTE LA NUEVA NORMALIDAD (22.6.20)

Al llegar el verano, los que mandan
nos encienden el ámbar del desconfinamiento.
Han sido unos cien días
de dudas, de mentiras, de poca previsión,
de buenas intenciones,
de mucha solidaridad, de entrega…;
en los que hemos pasado
de no salir de casa a ser los reos
de la “nueva normalidad”, concepto
que no sabemos exactamente lo que es,
ni lo que durará, ni si será normal.
Poco sabemos, aparte de que es nuevo,
porque ha pasado más de un siglo
desde la última pandemia en nuestras tierras.

Por aquello de “hacer de la necesidad virtud”
hemos buscado invertir esos meses
en ponernos al día de todo lo pendiente;
yo, por ejemplo, he acabado dos libros
que ya están a la venta,
aunque no haya podido convocaros
a ese bautizo laico que, al menos para mí,
es lo mejor de una publicación.
Por eso, y por lo otro, hubiese preferido
seguir con los agobios
de la normalidad no adjetivada.

En este tiempo hemos dejado
jirones de la vida,
conocidos, amigos, familiares,
a los que el virus ha vencido,
y no sabemos si también
nos cambiará la vida en ese próximo futuro,
que para unos es relativamente poco
y para otros es mucho,
todo depende del previsible trecho
que quede hasta llegar a ese horizonte,
en el que el mar ya no es camino
ni nos ofrece un buen destino.

Ricardo Fernández Esteban © 22.6.20


Adenda de agosto de 2024: Aquí quedan estos poemas para el recuerdo de lo débil que puede ser esta humanidad que se cree que domina el mundo.


2 comentarios:

jesus royo dijo...

Ricardo, esas décimas son maravillosas: ritmo, nervio y desparpajo. Un regalo para los que te seguimos. La décima es muy popular en América, donde hay certámenes de improvisadores...

Ricardo Fernández dijo...

Gracias, Jesús. La décima es un sencillo poema con el que intento reflejar la vida del confinado. Nada que ver con el excelso soneto, para muestra cualquiera de los tuyos, que requiere mucha más elaboración.
Pero unos y otros poemas contribuyen a que la poesía siga siendo un arma cargada de presente.
Un abrazo