La poesía fue mi ilusión y mi sino. Leí cien mil poemas, viví mil recitales; pero aunque lo intenté con ánimo a raudales, nunca logré un soneto de verso alejandrino. Caí en depresión, maldije mi destino, ¿por qué fue un imposible rimar esos finales y tras catorce sílabas acabar con iguales?, ¿qué musa me negaba el aliento divino? Preguntas sin respuesta y noches sin dormir fue lo que conseguí queriendo ser poeta. Por fin, desanimado, me cambio de chaqueta; practicaré la prosa, intentaré escribir un buen microrrelato, a ver si mi autoestima sube como la espuma olvidando la rima.
A veces nos obcecamos en conseguir lo que ya tenemos, como este "frustrado sonetista" en el minirrelato de mi libro Cuentas de cuentos, que no se dió cuenta de que había escrito un soneto.
SONETISTA FRUSTRADO
Leí cien mil poemas, viví mil recitales;
pero aunque lo intenté con ánimo a raudales,
nunca logré un soneto de verso alejandrino.
Caí en depresión, maldije mi destino,
¿por qué fue un imposible rimar esos finales
y tras catorce sílabas acabar con iguales?,
¿qué musa me negaba el aliento divino?
Preguntas sin respuesta y noches sin dormir
fue lo que conseguí queriendo ser poeta.
Por fin, desanimado, me cambio de chaqueta;
practicaré la prosa, intentaré escribir
un buen microrrelato, a ver si mi autoestima
sube como la espuma olvidando la rima.
Ricardo Fernández Esteban ©
La lira que inspira al poeta |
Cuentas de Cuentos (aquí en papel en la Casa del Libro), es un libro de minirrelatos cuyas historias tratan de personajes que se enfrentan al amor, al desamor, a las ilusiones y a las frustraciones, y a veces les ocurre lo mismo que al protagonista de ésta. El libro está disponible en papel, eBook y audiolibro, para que podáis escoger. Aquí lo tenéis en papel y en eBook (en Amazon) y aquí en audiolibro en (Google play).
Este ha sido el primer libro que publiqué abandonando el formato del verso, aunque como habéis visto la cabra siempre tira al monte y alguno se ha escapado. Creo que también se puede ser poético en esas cortas historias que se quisieron escribir ágiles, con músculo y sin grasa para captar la atención del lector. Todo menos la indiferencia es su lema, y aquí podréis leer dos cuentas y más sobre el libro.