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lunes, 26 de agosto de 2024

Quevedo. Sonetos a Lisi

Francisco de Quevedo (1580 - 1645) es uno de los mejores poetas del siglo de oro y para muchos el mejor. Ya he dedicado otras entradas en el blog a sus sonetos amorosos Amor constante más allá de la muerte (con un amplio análisis léxico y métrico)Dichoso puedes, Tántalo... (con breve explicación léxica) y Tras vos un alquimista... (en una entrada con varios autores sobre el mito de Apolo y Dafne). Ahora me centraré en los sonetos amorosos dedicados a Lisi. Hay que tener en cuenta que la poesía amorosa del Siglo de Oro, no suele responder a una situación emocional real sino a juegos de estilo o referencias mitológicas y filosóficas.


Comentaré brevemente cuatro sonetos. Si queréis profundizar más, podéis acudir a mi artículo "La poesía amorosa de Quevedo" publicado en "Las nueve musas". Tened en cuenta que los títulos de los poemas no son de Quevedo, sino de quienes los recopilaron.

Que de Lisi el hermoso desdén fue la prisión de su alma libre

¿Qué importa blasonar del albedrío,
alma, de eterna y libre, tan preciada,
si va en prisión de un ceño, y, conquistada,
padece en un cabello señorío?

Nació monarca del imperio mío
la mente, en noble libertad criada;
hoy en esclavitud yace, amarrada
al semblante severo de un desvío.

Una risa, unos ojos, unas manos
todo mi corazón y mis sentidos
saquearon, hermosos y tiranos.

Y no tienen consuelo mis gemidos;
pues ni de su victoria están ufanos,
ni de mi perdición compadecidos.


Francisco de Quevedo

Contrasta la independencia orgullosa del pasado frente a la servidumbre del presente y el conflicto entre razón y pasión. El amante se conforma, a pesar de la caprichosa indiferencia y la tiranía de Lisi. En los cuartetos se muestra la presunción de libertad antes de enamorarse. En el último terceto, se trata del tema tradicional de la crueldad de la dama, que ha saqueado con sus gracias al enamorado.


Amante desesperado del premio y obstinado en amar 

Qué perezosos pies, que entretenidos
pasos lleva la muerte por mis daños;
el camino me alargan los engaños
y en mí se escandalizan los perdidos.

Mis ojos no se dan por entendidos,
y por descaminar mis desengaños,
me disimulan la verdad los años
y les guardan el sueño a los sentidos.

Del vientre a la prisión vine en naciendo,
de la prisión iré al sepulcro amando,
y siempre en el sepulcro estaré ardiendo.

Cuantos plazos la muerte me va dando
prolijidades son, que va creciendo,
porque no acabe de morir penando.

Francisco de Quevedo

El amor no se disfruta realmente hasta después de la muerte, por eso el poeta se impacienta en esa “prisión” que es la vida, que sólo es un camino hacia la otra vida, donde podrá amar eternamente libre de los engaños y apetitos corporales de la vida terrenal. Dice Blecua que el primer cuarteto más parece el de un poema metafísico que amoroso y que el primer tercero cita la idea obsesiva de Quevedo de que el alma sigue amando después de la muerte, recogida en muchos poemas, como “Amor más allá de la muerte”.  


A los ojos de Lisi, volviendo de larga ausencia 

Bien pueden alargar la vida al día,
suplir el sol, sustituir la aurora,
disimular la noche a cualquier hora,
vuestros hermosos ojos, Lisa mía.

Son de fuego y de luz gran monarquía,
donde imperios confines atesora
el dios que, con la llama vengadora,
castiga, y no escarmienta, la osadía.

A verlos vuelvo, si posible ha sido
que truje alma de allá, donde quedaron,
o que pueda volver vivo un ausente.

Serame, por lo menos, concedido
que esto, si es algo, que de mí dejaron,
lo miren reducido a sombra ardiente.

Francisco de Quevedo

Este soneto es un canto a la vida y una exaltación de Lisis, utilizando el recurso petrarquista de la mirada de la amada que se expresa en términos de fuego y de luz. El poeta no está llamando a la muerte liberadora, como en el anterior, aquí es un enamorado al que, no obstante, la mirada de la amada deja “reducido a sombra ardiente”, verso que muestra la crueldad de la amada y del amor, a pesar de que el poeta disfruta de la vida contemplando a su amor.


Laméntase, muerta Lisi, de la vida, que le impide el seguirla

¿Cuándo aquel fin a mí vendrá forzoso,
pues por todas las vidas se pasea,
que tanto el desdichado le desea
y que tanto le teme el venturoso?

La condición del hado desdeñoso
quiere que le codicie y no le vea:
el descanso le envidia a mi tarea
parasismo y sepulcro perezoso.

Quiere el Tiempo engañarme lisonjero,
llamando vida dilatar la muerte,
siendo morir el tiempo que la espero.

Celosa debo de tener la suerte,
pues viendo, ¡oh, Lisi!, que por verte muero,
con la vida me estorba el poder verte.

Francisco de Quevedo

El poema se basa en la tradición de que la vida es sólo un tránsito hacia la muerte, para así poder reunirse con su amada y disfrutar del amor. A Quevedo le obsesiona el ansia de trascendencia y de gozar del amor que está frustrado por la antinomia cuerpo y alma, que hace que la felicidad total sólo sea posible después de la muerte, en que el alma se libera del cuerpo para fundirse con la idea suprema del amor y la belleza.


    Con estos sonetos he querido resumir los 70 poemas recopilados como dedicados a "Lisi". Como ya he indicado, si queréis más información podéis consultar mi artículo "La poesía amorosa de Quevedo", que publiqué en "Las nueve musas", en que comento con mayor profundidad la poesía amorosa de Quevedo, estos cuatro sonetos endecasílabos y una redondillas octosílabas.

    La tensión entre lo ideal y real se manifiesta en Quevedo como una angustia personal, al intentar hacer posible en su poesía lo que resulta imposible en su vida. Él aspira al ideal del amor cortés y platónico, pero le resulta difícil admitir que el amor verdadero sea una perpetua espera, que le ofrece recompensa espiritual pero no física y expresa en poquísimos poemas la aprobación completa del ideal cortés neoplatónico. Algunos están matizados irónicamente o puestos en boca de una voz poética que intenta racionalizar la frustración erótica disfrazándose de una perspectiva moral.

    Su poesía transmite una profunda angustia que nace de la ruptura entre exigencias espirituales e impulsos del cuerpo, por lo que su poesía amorosa expresa intensamente preocupaciones metafísicas. Desaparece la mujer como causa del amor y cobra protagonismo el amor entre cuerpo y alma, para enfatizar la resistencia angustiada a aceptar la mortalidad final del cuerpo amante, de ahí la intensidad existencial de su poesía. La angustia es la clave y la tensión se genera por la diferencia entre cuerpo y alma, y por trascender la mortalidad.

    En un interesante artículo, Marie Roig Miranda trata de la imagen de Lisi en los poemas de Quevedo , donde indica que aunque es un personaje literario parece más real y cercana que otras damas de los poemas de Quevedo, por lo que podría estar inspirada en un amor de juventud. Aquí tenéis los sonetos de Quevedo recopilados en la Biblioteca Virtual Cervantes y este es un artículo de Gareth Walters sobre la génesis y ordenación de los poemas a Lisi.

 

lunes, 15 de abril de 2024

Antonio de Solís y Rivadeneyra

Antonio de Solís y Rivadeneyra (Alcalá de Henares, 1610 - Madrid, 1686) fue escritor de teatro y poeta (cronológicamente de los últimos importantes de los siglos de oro) y también cronista de Indias. Escribió su primera comedia con 17 años, con el título "Amor y obligación", y pertenece a la escuela de Calderón con quien colaboró. Asimismo, conservamos versos escritos en su juventud, como este romancillo en que se presenta como poeta diletante, que os copio: 

Solís, pintado por Juan de Alfaro


Mis años son dieciocho,
la fe del bautismo valga,
pero no valga la fe,
callen cartas y hablen barbas.
Soy (con perdón) estudiante
y dicen que en Salamanca
con tres cursos deste humor
voy purgando la ignorancia.
Esto soy, y sobre todo,
soy poeta, gran desgracia.

Antonio de Solís (1628)


A continuación un soneto con estrambote, muy interesante ya que trata el tema de una forma jocosa y novedosa para la época.

UN AMANTE QUE QUERÍA A DOS DAMAS EN UN MISMO TIEMPO

Amar a dos, y a entrambas con fineza,
amor es, y el amor más entendido;
que más firme será contra el olvido,
si en dos bases estriba su firmeza.

Niñas, si me cortáis pieza por pieza,
hay para entrambas; y pues siempre ha sido
señal de sujeción darse a partido,
partidme, y no quebradme la cabeza.

Amor y odio, ya en el campo estrecho
del corazón batallas han tenido
juntos en él, aunque entre sí distantes.

Pues, si a un tiempo tal vez dentro del pecho
dos efectos contrarios han cabido,
¿por qué no han de caber dos semejantes?

Movido de argumentos tan bastantes,
Medio partirme entre vosotras quiero, 
dándome a cada una por entero
de suerte, que por mí pueda decirse:
“irse y quedarse y, con quedar, partirse”

Antonio de Solís 

Como he indicado es una composición curiosa para la época, ya que se introduce esa dualidad en el cortejo amoroso, el estrambote lo forman cinco versos y termina con esa cita del inicio de un soneto de Lope de Vega


Otra composición poética formada por dos espinelas dedicadas a un amigo:

AL LICENCIADO SALVADOR JACINTO POLO DE MEDINA

Son tus gracias tan saladas,
que al que las oye más triste
con la risa el mismo chiste
a los ojos le trasladas;
aun al que insultas, agradas;
sólo tú decir pudieras
pesadumbres lisonjeras,
con tal donaire te burlas;
pues si esto hiciste de burlas,
¿qué harás, Jacinto, de veras?

Ambiciosas de valor,
las Musas que hoy has honrado
con el que tú les has dado
presumen de buen humor.
Mas pues con tanto favor
obligándolas estás,
dame las gracias de hoy más
de que tal gracia les des,
aunque darte gracias es
volverte lo que las das.

Antonio de Solís 


P
ara acabar, otra jocosa espinela:

A UNA DAMA, HABIENDO SABIDO QUE ERAN 4 SUS AMANTES

Tres supe ayer que tenías
y hoy he sabido otro más;
niña, a esta cuenta tendrás
más longanizas que días.
Las mañas de treinta tías
amor en tu pecho ha puesto;
pero ya que estoy dispuesto
a entrar en tu laberinto,
pasaré por ser el quinto
por irme acercando al sexto.


Os pongo estas anotaciones del blog Gelasma donde he encontrado este poema: longanizas: el refrán es "hay más días que longanizas". Solís le da la vuelta y juega con la forma fálica del embutido. tía: "prostituta", dice el DRAE. Yo juraría que es "mujer que regenta un prostíbulo", pero no voy a discutir con Pérez Reverte. sexto: el sexto mandamiento, o sea, tener acceso carnal.



En su portal de la Biblioteca virtual Cervantes podéis encontrar información de sus obras y su biografía. Si queréis profundizar esta es su extensa biografía escrita por Frédéric Serralta. En este otro enlace podéis encontrar algunos de sus poemas, aunque varios están repetidos.

Por último os dejo un enlace a sus octavas reales dedicadas a la "Entrada del Príncipe de Gales en Madrid en 1623" que recrea esa llegada del futuro Carlos I de Inglaterra tras atravesar media Europa a caballo de incógnito para acabar de negociar su casamiento con la infanta María (hermana menor de Felipe IV), que finalmente no se llevó a cabo. La edición de este poema costa de numerosas llamadas que aclaran el texto y el contexto.

martes, 20 de febrero de 2024

Unos sonetos comentados de Lope de Vega

Félix Lope de Vega y Carpio (Madrid 1562 - 1635), es sin duda uno de los mejores dramaturgos y poetas de los siglos de oro. En los inicios de este blog, en 2010, ya dediqué una entrada a su soneto "Ausencia", pero creo que Lope se merece más atención y hoy voy a tratar de algunos de sus sonetos basándome para comentar sus textos en el libro de Antonio Sánchez Jiménez, publicado hace unos meses, que recoge y comenta sus "Poesías escogidas". Los temas de ritmo y métrico son de desarrollo propio.



RIMAS. SONETO CXXVI

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo;
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huïr el rostro al claro desengaño;
beber veneno por licor süave;
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe;
dar la vida y el alma a un dulce engaño:
esto es amor: quien lo probó lo sabe.

Lope de Vega. Rimas (1604)

Este célebre soneto sobre el amor nos presenta una vorágine de sentimientos que conduce a considerarlo "un dulce engaño". Se dice que tiene influencias de Gutierre de Cetina y Petrarca, pero Lope construye un magnífico texto sobre esos tópicos soportados por un ritmo magnífico. Como en todos sus sonetos usa el verso endecasílabo, combinando ritmos melódicos, heroicos, sáficos y hasta un verso final que se recita mejor como dodecasílabo (5+7), si efectuamos la preceptiva parada fonético-sintáctica. También hay que tener en cuenta que Lope hace diéresis en "hu-ir" y su-a-ve". Todo un conjunto de ritmos armónicos en los que contenido y continente suman.


SONETO LXXXVII (de Europa y de Júpiter)

Pasando el mar el engañoso toro,
volviendo la cerviz, el pie besaba
de la llorosa ninfa, que miraba
perdido de las ropas el decoro.

Entre las aguas y las hebras de oro,
ondas el fresco viento levantaba,
a quien con los suspiros ayudaba
del mal guardado virginal tesoro.

Cayéronsele a Europa de las faldas
las rosas al decirle el toro amores,
y ella, con el dolor de sus guirnaldas,

dicen que, llenó el rostro de colores,
en perlas convirtió sus esmeraldas
y dijo: “¡Ay triste yo: perdí las flores!”

Lope de Vega. Rimas (1604)

Este soneto, mitológico con tono erótico, precisa de alguna información para entender bien el significado. Verso 1: el "toro" es Zeus disfrazado para raptar a Europa. Verso 2: en algunos cuadros o poemas de la época el toro besa el pie de la "llorosa ninfa" (Europa). Verso 5: "las hebras de oro" son los cabellos rubios de la ninfa. Versos 6-8: El viento ondeaba el mar y el pelo de la ninfa que lamenta la próxima pérdida de su virginidad. Verso 10: en el momento del rapto la ninfa tejía una guirnalda de rosas. Verso 13: sus ojos verdes, esmeraldas, se convierten en perlas al llorar. Verso 14: las "flores" simbolizan la virginidad perdida.

Respecto a la estructura de los versos se combinan heroicos, sáficos y enfáticos. Hay que destacar en el verso 9º:
Ca--ron-se-le a Eu-ro-pa- de- las- fal-das 11(2.6.10)
que la sinalefa de cuatro vocales "eaEu" se pronuncia bien por su estructura piramidal de abertura (creciente decreciente), con la vocal más fuerte (a) en el centro, lo que le da un ritmo heroico cuaternario, armónico con los demás. El último verso también tiene características especiales:
y- di-jo: “¡Ay- tris-te- yo:- per-dí- las- flo-res!” 11(2.4.6.8.10)
leído de esta forma con la sinalefa "jo:¡Ay" es un heroico pleno yámbico. Pero yo prefiero dar énfasis a la sintaxis de la frase y destacar la exclamación con una parada previa y otra tas los dos puntos:
y- di-jo:- / “¡Ay- tris-te- yo:-_ / per-dí- las- flo-res!” 13= 3(2)+5(1.2.4)+5(2.4)
O sea un verso compuesto por un hemistiquio trisílabo y dos pentasílabos que armoniza con los endecasílabos anteriores, y más al ser el cierre epifónico del poema.


SONETO XVIII Rimas sacras

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?;
¿qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno escuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi gratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:
“Alma, asómate agora a la ventana;
verás con cuánto amor llamar porfía”!

¡Y cuántas, hermosura soberana,
“Mañana le abriremos”, respondía,
para lo mismo responder mañana!

Lope de Vega. Rimas sacras (1614)

Este conocido soneto místico religioso invoca al amado en los cuartetos con la reflexión en los versos finales del 2º. Los tercetos nos conducen al epifonema final en que el segundo terceto responde al primero.

La estructura del soneto tiene varios versos enfáticos producto de las interrogaciones y las exclamaciones. Puede destacarse la tonicidad contigua en el final del 2º verso "Jesús mío", que no lo tensa en demasía por ser un braquistiquio con leve pausa inicial. El 6º verso comienza con un encabalgamiento del anterior del final de la exclamación; este verso se recita mejor que de corrido con la pausa fónica entre exclamaciones que lo convierte en un dodecasílabo (5+7) armónico con el resto, ya que la menor longitud de los hemistiquios tensa menos las tonicidades contiguas:
pues- no- te a-brí! / ¡Qué ex-tra-ño- des-va--o, 5(4)+7(1.2.6)


A LA HERIDA DEL SERAFÍN CON EL DARDO 

Herida vais del Serafín, Teresa;
corred al agua, cierva blanca y parda,
que la fuente de vida que os aguarda
también es fuego, y de abrasar no cesa.

¿Cómo subís por la montaña espesa
del rígido Carmelo tan gallarda
que, con descalzos pies, no os acobarda
del alto fin la inaccesible empresa?

Serafín cazador el dardo os tira,
para que os deje estática la punta,
y las plumas se os queden en la palma.

Con razón vuestra ciencia el mundo admira
si el seráfico fuego a Dios os junta
y cuanto veis en él traslada el alma.

Lope de Vega. Triunfos divinos (1625)

Verso 1º: El éxtasis de Santa Teresa (a quien se dedica el soneto) se produce cuando ve a un serafín. Verso 7º: Santa Teresa era carmelita descalza. Verso 10º: "extática" de "éxtasis". Verso 11º: las plumas con que escribe. Verso 14º: "Copiar" en el sentido de trasladar en sus escritos lo que ve en el paraíso. La estructura rítmica combina heroicos, melódicos y un enfático sáfico , todos ellos versos perfectamente armónicos.

Para quien quiera más información, he publicado un artículo en Las nueve musas, donde amplío los comentarios de los textos y efectúo un análisis completo de la estructura de metro y ritmo de cada verso.

Se puede acceder a todos los sonetos de Lope recopilados en el Instituto Cervantes por Ramón García González. Esta recopilación incluye unos análisis rítmicos de los versos, pero no os los recomiendo ya que tienen muchos errores. Si queréis profundizar en la vida de Lope el mejor libro que conozco es "Biografía de Lope de Vega, 1562-1635" de José Florencio Martínez; lamentablemente este libro está agotado y es difícil de conseguir, probad en bibliotecas públicas o en vendedores de segunda mano. Para el estudio de sus sonetos ya os he comentado el libro de Antonio Sánchez Jiménez, publicado hace unos meses que recoge y comenta sus "Poesías escogidas"



Si os interesa profundizar en los estudios métricos de estos versos que explican su ritmo y armonía, que os he esbozado tras los sonetos, podéis consultar alguno de los buenos manuales de métrica que existen. Yo, como autor, os recomiendo el mío "Métrica poética del idioma español", ya me diréis si lo encontráis interesante.



miércoles, 13 de mayo de 2020

Ovillejos, de Cervantes a la actualidad

Los Ovillejos son estrofas de diez versos con una disposición peculiar, tres pareados con tres preguntas en octosílabos y tres respuestas en versos de tres sílabas (o cuatro), seguidos por una redondilla de octosílabos, en que el primer verso rima con el anterior y el último consta de los sustantivos de los tres versos cortos de respuesta, a modo de refrán de cierre. Parece complicado, pero no lo es. 


Los primeros conocidos los colocó Cervantes en el Quijote en boca de Cardenio, dirigidos a Luscinda. Luego prosigo hasta la actualidad:


DESDENES, CELOS Y AUSENCIA

¿Quién menoscaba mis bienes?
¡Desdenes!
Y ¿quién aumenta mis duelos?

¡Los celos!
Y ¿quién prueba mi paciencia?
¡Ausencia! 
De este modo en mi dolencia
ningún remedio se alcanza,
pues me matan la esperanza,
“desdenes, celos y ausencia”.

El Quijote. Cap. XXVII. Miguel de Cervantes


Zorrilla, en Don Juan Tenorio, hace dialogar a don Luis Mejía con doña Ana utilizando el ovillejo.

-¿Me das, pues, tu asentimiento?
-Consiento.
-¿Complácesme de ese modo?
-En todo.
-Pues te velaré hasta el día.
-Sí, Mejía
-Páguete el cielo, Ana mía
satisfacción tan entera.
-Porque me juzgues sincera,
consiento en todo, Mejía.

Don Juan Tenorio. José Zorrilla


Y Muñoz Seca en la magnífica astracanada de La venganza de Don Mendo

-Morirás, rayos y truenos
-¡Menos!
-Que mi espada vidas roba
-¡Coba!
-¿Eres juglar o escudero?
-¡Caballero!
-Entonces, con más esmero,
pues vamos presto a reñir,
que no os tenga que decir:
"menos coba, caballero".

La venganza de Don Mendo. Pedro Muñoz Seca


Pero esta estrofa no ha muero y se siguen escribiendo hoy en día bastantes por los amantes de la rima, que aunque no lo creáis hay muchos. A continuación os coloco uno mío y varios de amigos que hemos escrito hace pocos días para un reto colectivo:


Nunca le hagas un desdén
al bien,
pero admira la moral
del mal
y quien miedo a ambos tenga,
que no venga
Esto no es ninguna arenga, 
los “caminos del señor”
hay que tomar sin temor:
“No hay bien que por mal no venga”

Ricardo Fernández Esteban


Si el hombre me da un envite
¡Al quite!
Si además está de muerte
¡Qué suerte!
Si me enseña su tesoro…
¡Al toro!
Enseguida me enamoro
de cualquier desvergonzado,
mas, si encima es avispado…
¡Al quite, suerte y al toro!

Teresa Fernández Ros


Son del hombre sus placeres
mujeres,
y siempre lleva en el saco
tabaco,
un pan, crujiente y divino,
y vino.
Y así hacen el camino,
los hombres más exquisitos,
con estos tres requisitos:
mujeres, tabaco y vino.

Marcos Circenses


¿La más preciada virtud?
Salud
¿Qué quieren todos y quiero?
Dinero
¿Cuál el tesoro mayor?
Amor
Tres cosas pido Señor
y juro no pedir más.
Seré feliz si me das:
Salud, dinero y amor.

Luviam Beatriz


¿Que necesita el amor?
Ardor
¿Qué más de la misma hechura?
Ternura
¿Y para ser más completo?
Respeto.
No será baladí el reto
que sirve a cualquier edad.
Para un amor de verdad:
Ardor, ternura y respeto.

Jesús Gutiérrez


¿Por qué este dolor no cede?
–No puede.
¿Dará, un día, marcha atrás?
–Jamás.
¿Que depara el porvenir?
–Morir.
Aunque tuvo que partir
lo llevo siempre a mi lado,
porque todo ser amado
no puede jamás morir.

Carmen Aguirre


¿Qué es lo que me tiene loca?
tu boca.
Tu ardiente piel de canela,
anhela
con prontitud y en porfía,
la mía
Con tu sagaz picardía
quiero que abrases mi piel,
sé que, de gotas de miel
tu boca anhela la mía.

Gema Sánchez


Pues aquí tenéis una muestra de ovillejos actuales. Os invito a dejarme los vuestros en los comentarios a esta entrega.

Nota: La imagen de cabecera es de Víctor José Betancout (gythanobonfak)

miércoles, 29 de abril de 2020

Garcilaso, Quevedo, Clementson y Bascuñana. La poética del mito de Apolo y Dafne

El mito de Dafne, que se convierte en laurel para huir de Apolo, ha inspirado a numerosos poetas. Escojo dos poemas de los siglos de oro, de Garcilaso y Quevedo, y dos actuales de Bascuñana y Clementson.

Escultura de Bernini. Museo Borghesse
Apolo, dios de las artes y conductor del sol, fue castigado por el joven Eros (Cupido) por burlarse de él. Eros tomó dos flechas, una de oro y otra de plomo. La de oro incitaba el amor, la de plomo al odio. Con la de plomo hirió a la ninfa Dafne y con la de oro a Apolo. Este se apasionó por Dafne y ella lo aborreció. Dafne ya había rechazado antes a muchos amantes y prefería la caza y los bosques, aunque su padre, el dios Peneo, le insistía que se casase.

Apolo la hostigó y la ninfa huyó. Cuando vio que Apolo la atraparía, Dafne pidió ayuda a su padre que convirtió su piel en corteza de un árbol de laurel, su cabello en hojas, sus brazos en ramas y enraizó sus pies en la tierra. Apolo abrazó las ramas desconsolado, le prometió que la amaría eternamente y que sus ramas, siempre verdes, coronarían las cabezas de los héroes.


SONETO XIII de Garcilaso

A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían.

De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!


Garcilaso de la Vega


En esta entrada que dediqué a Garcilaso, podéis encontrar más poemas suyos e información sobre su obra.


TRAS VOS UN ALQUIMISTA...  de Quevedo

Tras vos un Alquimista va corriendo,
Dafne, que llaman Sol ¿y vos, tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
pues vais del Sol y de la luz huyendo.

Él os quiere gozar a lo que entiendo
si os coge en esta selva tosca y ruda,
su aljaba suena, está su bolsa muda,
el perro, pues no ladra, está muriendo.

Buhonero de signos y Planetas,
viene haciendo ademanes y figuras
cargado de bochornos y cometas.

Esto la dije, y en cortezas duras
de Laurel se ingirió contra sus tretas,
y en escabeche el Sol se quedó a oscuras.

Francisco de Quevedo


He dedicado otras tres entradas a Quevedo. En una comento con detalle su soneto "Amor más allá de la muerte", en otra "Dichoso puedes, Tántalo, llamarte" y en la última trato de cuatro sonetos dedicados a Lisi. En ellas podréis encontrar más información sobre él y su obra.


Albani. Museo del Louvre


DAFNE (de Carlos Clementson)

Contempla cómo late, tras tan larga carrera,
su blando pecho esquivo
antes de hacerse inmóvil perfume perdurable...

Amante, estás a tiempo. Es tu ocasión postrera:
a este laurel que -exausto- detiénese un instante
aún le palpita virgen y rojo el corazón.

"Archipiélagos". Carlos Clementson.

El tiempo pasa, pero los mitos perduran, este es el poema que le ha dedicado Carlos Clementson (Córdoba, 1944) a Dafne. En este enlace comento su libro de poemas "Archipiélagos" y en este otro "Las olas y los años"

Y para acabar, el poema que dedica a Apolo Ramón Bascuñana (Alicante, 1963). Si queréis saber más de este poeta, aquí tenéis un enlace a la presentación de su último libro de poemas El dueño del fracaso.


APOLO PERSIGUIENDO A DAFNE (de Ramón Bascuñana)

Yo te persigo amor, aunque tú sabes
la maldición que pesa en nuestra contra.
Yo te persigo, amor, y al alcanzarte
tu carne será un tacto de madera.
El amor es así, su sino es ése.
Es el amor una categoría
del amplio espectro de las ilusiones.
Nada más alcanzarlo se transforma.
O puede ser peor se desvanece.

"El gesto del escriba". Ramón Bascuñana.



Dafne. Julio González

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Cristóbal Mosquera de Figueroa

Cristóbal Mosquera de Figueroa (Sevilla, 1547 - Écija, 1610) poeta y escritor, además de corregidor y alcalde, no es demasiado conocido, a pesar de su amplia obra que ha sido recogida y comentada recientemente en un libro por Jorge León GustàVamos a tratar en esta entrada de paliar algo este desconocimiento transcribiendo alguno de sus sonetos. Comienzo con dos de temática amorosa.


SONETO A DOÑA JUANA DE MENDOZA

Rayos de eterno sol son tus cabellos,
vivas flechas de amor tus bellos ojos;
tu boca y rostro tierno son despojos
de los colores celestiales bellos.

Si el que se siente atormentado dellos
halla deleite en ásperos abrojos,
dichoso el que sin pena y sin enojos
los goza, pues nació para querellos.

Tú serás otro Alcides, ¡oh Menoro!,
que por el alto premio de la gloria
venció trabajos y domó el profundo;

y dirás, enlazado en trenzas de_oro,
que es poco por gozar de tal victoria
sufrir prisiones, circundar el mundo.

Cristóbal Mosquera de Figueroa

Alcides es el nombre griego de Hércules y Medoro el personaje de Orlando el Furioso amante de Angélica. Como indica J. León, el soneto no se dirige a la amada sino que se centra en el amante camuflado bajo el pseudónimo de Menoro. El el verso 12º el poeta hace sinalefa en "trenzas de oro", hoy en día pronunciamos mejor en hiato "de- o-ro" por la fuerza del acento principal del verso en "oro"; la señalo con _ para facilitar la lectura.


SONETO AL NOMBRE DE UNA DAMA

¡Oh clara crüeldad de Amor airado!
¡Oh clara turbación de suerte mía!
No es clara, sino oscura, mi alegría,
y es clara la ocasión de mi cuidado.

Entonces era clara, y bien librado
yo me pudiera llamar, pues que tenía
la remuneración de mi porfía
con clara luz hermosa prosperando.

Ahora en esta sombra de la ausencia
apartado de ti siento mi clara
razón de me acabar como perdido.

Pero si he de penar sin tu presencia,
ya que la muerte fiera no sêa clara,
vendré a morir a manos del olvido.

Cristóbal Mosquera de Figueroa

Un soneto muy bien estructurado, en torno al nombre de la supuesta amada Clara, con encabalgamientos en el segundo cuarteto, que en mi opinión no desmerece ante otros sonetos de este género de los poetas más famosos de los siglos de oro. En el primer verso existe una diéresis "crüeldad" (cru-el-dad) bastante frecuente en esa época. Se observa una rima asonante en "prosperando" (-ando) frente a las otras en (-ado). En el verso 13º hay una sinéresis "sea" como monosílabo, que marco con circumflejo ^ patra facilitar la lectura; este subjuntivo bisílabo ha sido utilizado por bastantes poetas como monosílabo hasta la actualidad y creo conveniente que en los poemas las sinéresis de este tipo se indiquen con este signo diacrítico para facilitar la lectura.

Y cierro con otro soneto de temática religiosa.

ESTANDO CANSADO DE PRETENDER Y DETERMINANDO RECOGERSE

Déjame ya, Fortuna y Esperanza,
que en mi cuerpo y mi alma has hecho el daño
-de hoy a mañana, de uno en otro año-,
debiendo en Dios poner mi confianza.

¡Oh padres que acudisteis con bonanza
a mis tormentas, tiempo y desengaño!
Pudiera Dios tratarme como a extraño,
pues fuera justa en mí cualquier venganza.

Ángel divino, inspiración del cielo,
nuncio de aquella antigua hermosura:
entra en mi corazón y hazte fuerte.

Apártate ambición, hija del suelo,
que ya me está mejor la sepultura,
sueño de justos, apacible muerte.

Cristóbal Mosquera de Figueroa
 
Destaco una curiosidad fonética en este soneto que nos permite saber como se pronunciaban algunas palabras en las fronteras de los siglos XVI y XVII. Las "h" de "hermosura" y "hazte" todavía no eran mudas y se pronunciaban aspiradas, ya que es así como se mantiene el impecable ritmo de este soneto y sus versos endecasílabos. Un ejemplo de como la poesía permite conocer como pronunciaban nuestros antepasados.


Hay poca información de Mosquera en la red, más alla de la entrada de Wikipedia, y muy pocos poemas colgados, por ello si estos poemas os han sabido a poco, os recomiendo el libro que os he citado antes de Jorge León Gustà que recoge su biografía y su obra poética completa, con interesantes anotaciones que nos ayudan a comprender mejor la obra de este injustamente poco conocido poeta.



Y si queréis profundizar en la construcción métrica de este poema, podéis consultar mi "Métrica poética del idioma español", tratado actualizado en diciembre de 2023, donde descubriréis los porqués de los ritmos poéticos armónicos de estos endecasílabos.




martes, 4 de julio de 2017

Quevedo. "Amor constante más allá de la muerte"

Francisco de Quevedo (Madrid, 1580 - Villanueva de los infantes, 1645) es uno de nuestros mejores poetas, si no el mejor, del siglo de oro. Ya le dediqué una entrada hace 6 años en la que comentaba su poema Dichoso puedes, Tántalo, llamarte... Hoy trato de su conocido soneto, Amor constante más allá de la muerte, y comento su contenido y continente. O sea, qué creemos que quiso decir el poeta y cómo lo dijo, porque los poemas de esa época suelen requerir de algunas explicaciones para desentrañar su texto.


AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.


Francisco de Quevedo


Significado del poema:

Este poema recrea la pervivencia del amor más allá de la muerte, como indica su nombre, tema de inspiración petrarquista y que ya trató Garcilaso en nuestra lengua. El amante se imagina en la otra vida después de la muerte y manifiesta que su amor será eterno. Hay que tener en cuenta que en esta época el "yo poético", que protagoniza la obra, es una máscara enamorada, no el sentimiento real de quien escribe.

El primer cuarteto describe el momento de la muerte: La muerte (la postrera sombra) cerrará mis ojos ese día en que comienza la eternidad (el blanco día) y esa hora feliz (hora lisonjera) liberará mi alma de la ansiedad (afán ansioso) por alcanzar el amor que desea. (Ese tópico de la dama, Lisi en este caso, cuyo amor es inalcanzable, es muy usual en la poesía amorosa de la época)

El segundo cuarteto detalla el viaje del alma hasta alcanzar la inmortalidad (en la otra ribera de la laguna Estigia y el río Leteo) y la persistencia de la memoria del amor: Pero mi alma no dejará la memoria de la amada en este mundo de los vivos (la otra parte de la ribera) en la que ardía enamorada, sino que sabe cruzar sin temor (nadar sabe mi llama la agua fría) y saltarse las leyes del más allá (perder el respeto a ley severa) que imponen el olvido de la vida anterior a quienes cruzan el Leteo para entrar en los Campos Elíseos.

Los tres versos del primer terceto explican la relación entre el cuerpo y el alma y el lugar que ocupó la pasión. Y los tres del segundo terceto, en paralelismo con cada uno de los primeros, exponen su idea esencial del amor y su victoria final sobre la muerte: Mi alma, encarcelada por el dios del amor (Eros), dejará mi cuerpo pero no el cuidado de mi amor. / Mis venas que han dado vida (la sangre como "humor") a mi pasión amorosa desaparecerán, pero han cumplido (tendrá sentido) su cometido de alimentar el fuego del amor en el corazón. / Mis médulas (huesos) que han ardido en ese fuego del amor serán polvo, pero ese último resquicio del cuerpo será "polvo enamorado".


Figuras retóricas:

El primer cuarteto esta cuajado de hipérbatos, ya que se altera el orden normal de la frase (sujeto + verbo + complementos) que sería: La postrera sombra podrá cerrar mis ojos el blanco día que me llevare, y esa hora lisonjera podrá desatar esta alma mía de su afán ansioso. Tanto "postrera sombra", como "blanco día" u "hora lisonjera" son metáforas de la muerte que se presenta aquí como un descanso liberador de la vida. "Desatar esta alma mía" describe la separación del alma y el cuerpo. Se destaca el quiasmo (ordenar de forma cruzada dos grupos de palabras) de "cerrar podrá mis ojos" con "podrá desatar esa alma", metáforas de la separación de cuerpo y alma; y la antítesis (contraposición de dos palabra o frases) "hora a su afán ansioso lisonjera" en que la hora de la muerte en vez de ser pesarosa es feliz.

Ese primer cuarteto expresa una posibilidad que es rebatida por una argumentación el segundo cuarteto que manifiesta la persistencia del amor. En este segundo cuarteto se presenta el amor con metáforas relacionadas con el fuego "en dónde ardía", "mi llama" que se sobreponen a la muerte y sus reglas "nadar el agua fría" y "ley severa", en esa mitológica representación del Hades (el más allá griego) que imponía beber el agua del olvido en el río Leteo, lo que no hace el amante.

En los tercetos se muestra la victoria del amor sobre la muerte efectuando un paralelismo entre sus versos, con tres oraciones copulativas coordinadas con tres oraciones adversativas (verso 9º con el 12º, 10º con el 13º y 11º con el 14º) y, además, los versos 9º y 10º se presentan en forma de hipérbaton para realzar la expresión. El dios Eros (o Cupido) ha aprisionado metafóricamente al alma que ahora se libera. El fuego representa al amor que convierte a las venas en ceniza (además, existe una antítesis entre el fuego y el líquido, la sangre, que corre por las venas) y a los huesos en polvo, pero siguen teniendo sentido porque mantienen el amor. Amor que es una victoria ante la muerte.

Hay que destacar que J.M. Blecua enmendó un error de copia histórico que indicaba en el 11º verso "dejaran" en vez del "dejará" y que es lo que da lugar al paralelismo de esos versos. Paralelismo que antes quedaba desdibujado ya que se leía como si el segundo terceto afectase globalmente a todo el primer terceto.


Si queréis profundizar en el comentario de este texto os recomiendo el artículo publicado por Pablo Jauralde en Cervantes Virtual "Cerrar podrá mis ojos la postrera..."


Estructura métrica:

Respecto al continente, el poema es un soneto de endecasílabos que riman en ABBA ABBA CDC DCD. Señalo a continuación 
 las sílabas tónicas, aparte de la principal obligada en la 10ª, el tipo de verso y las sinalefas existentes.

Cerrar podrá mis ojos la postrera
(2,4,6 heroico) (único encabalgamiento del poema con el verso siguiente "postrera sombra")
sombra que me llevare el blanco día,

(1,6,8 enfático, apoyo secundario en 4ª) (sinalefa obligada "llevare el")
y podrá desatar esta alma mía

(3,6,8 melódico) (sinalefa "est'alma en que la tonicidad de "alma" elimina la anterior "a")
hora a su afán ansioso lisonjera;

(1,4,6 sáfico enfático, apoyo secundario en 8ª) (sinalefa obligada "hora a")

mas no, de esotra parte, en la ribera,

(2,4,6 heroico, apoyo secundario en 8ª) (sinalefa obligada "de esotra", sinalefa que obliga a suprimir la pausa fónica de la coma "parte, en")
dejará la memoria, en donde ardía:

(3,6 melódico, apoyo secundario en 8ª) (sinalefa que obliga a suprimir la pausa fónica de la coma "memoria, en", sinalefa obligada "donde ardía")
nadar sabe mi llama la agua fría,

(2,(3),6,8 heroico con ténue antirritmo melódico en 3ª) (sinalefa "l'agua" en que la tonicidad de "agua" elimina la anterior "a")
y perder el respeto a ley severa.

(3,6,8 melódico) (sinalefa obligada "respeto a")

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
(1,4,6,8 enfático heroico) (sinalefa "alma a" un poco compleja para que se escuchen las dos aes y no se pierda la semántica de la frase) 
venas que humor a tanto fuego han dado,

(1,4,6,8 enfático heroico) sinalefas obligadas por atonicidad "que humor" y "fuego han" 
médulas que han gloriosamente ardido,

(1,(4),6,8 enfático heroico) (con leve tonicidad en 4ª en la sinalefa "que han" casi obligada) Hay tratadistas que defienden la acentuación grave de "medulas" indicando que era la habitual en la época, pero yo estoy de acuerdo con Jauralde, que defiende la fuerza de los tres versos enfáticos e indica que la tonicidad en la época también podría ser esdrújula "médulas".

su cuerpo dejará, no su cuidado;
(2,6.7 heroico tenso por el antirrítmico en 7ª, apoyo secundario en 4ª)
serán ceniza, mas tendrá sentido;

(2,4,8 sáfico, apoyo secundario en 6ª)
polvo serán, mas polvo enamorado.

(1,4,6 enfático heroico con apoyo secundario en 8ª) (sinalefa obligada "polvo enamorado")


La armonía del verso la marca su longitud y la tonicidad de sus sílabas. Aquí todos los endecas excepto uno (el 13º) son "a maiori" o sea apoyados en una tonicidad fuerte en 6ª y todos conviven muy bien. Además, unos cuantos enfáticos, sobre todo los del primer terceto, dan mayor fuerza a la expresión de esos versos.

Si estáis interesados en saber más de esa armonía versal, que distingue al poema de la prosa y que se explican a través de los principios métricos, podéis consultar mi tratado "Métrica poética del idioma español". En esta entrada del blog os dejo una sinopsis del libro.





Y ya que hemos hablado tanto de este soneto vamos a escucharlo recitado magníficamente en este vídeo por José Luis Gómez.




Respecto a más información sobre Francisco de Quevedo y su obra, en este link a la Fundación Francisco de Quevedo podéis acceder su poesía y a mucha más información, y Cervantes virtual también le dedica un apartado.

Como libros sobre la poesía de Quevedo puedo recomendar "Poesía varia" en edición crítica de James O. Crosby por Cátedra y "Poesía selecta" en edición crítica de Lía Schwartz e Ignacio Arellano de Ediciones 10, además del clásico "Poemas escogidos" de José Manuel Blecua en Castalia.


Adenda de agosto de 2024:

Asimismo, he dedicado otra entrada a cuatro sonetos dedicados a Lisi (aunque Amor constante... también lo es) con análisis léxicos de los mismos.

miércoles, 26 de abril de 2017

Juan Boscán

Conocemos a Juan Boscán (Barcelona, 1492 - Perpiñán, 1542), además de por su obra, por haber introducido la lírica italianizante en la poesía en castellano y haber animado a Garcilaso a esa misma tarea que incorporó definitivamente el endecasílabo en nuestra lengua. Aunque sus poemas no tienen la altura lírica de los de Garcilaso, muestran ya esa nueva estructura al tratar los tópicos de la poesía de la época. Además, hay que agradecer a su viuda que publicase prontamente a ambos, permitiendo su difusión.

Imagen atribuida en  Internet

SI LAS PENAS QUE DAIS (Soneto LXV)

   Si las penas que dais son verdaderas,                  
como muy bien lo sabe el alma mía,                     
¿por qué ya no me acaban, y sería                        
sin ellas mi morir muy más de veras?                   

   Mas si por dicha son tan lisonjeras                      
que quieren retozar con mi alegría,                      
decid, ¿por qué me matan cada día                      
con muerte de dolor de mil maneras?                 

   Mostrarme este secreto, ya, señora,                
y sepa yo de vos, pues por vos muero,                
si aquesto que padezco es muerte o vida;                         

porque siéndome vos la matadora,                      
mayor gloria de pena ya no quiero                        
que poder yo tener tal homicida.

Juan Boscán 


SONETO LXXXV

   Quien dice que la ausencia causa olvido
merece ser de todos olvidado.
El verdadero y firme enamorado
está, cuando está ausente, más perdido.

   Aviva la memoria su sentido;
la soledad levanta su cuidado;
hallarse de su bien tan apartado
hace su desear más encendido.

   No sanan las heridas en él dadas,
aunque cese el mirar que las causó,
si quedan en el alma confirmadas,

que si uno está con muchas cuchilladas,
porque huya de quien lo acuchilló
no por eso serán mejor curadas.

Juan Boscán 

Nota técnica: En el verso 13º de este soneto en" ...porque huya..." no hay sinalefa y es un endecasílabo, lo que nos lleva a confirmar que en esa época la "h" aún se aspiraba.


En la entrada que dediqué a Garcilaso comento estos "argumentos de amor" de nuestra poesía clásica y su carácter ficticio que no suele relatar vivencias personales. 

En Cervantes virtual, tenéis una biografía y cien de sus sonetos. Y por si sois de los muchos que os gusta leer en papel, aquí tenéis su "Obras completa" publicada por Cátedra




sábado, 6 de febrero de 2016

Miguel de Cervantes, poeta

Miguel de Cervantes (Alcalá, 1547 - Madrid, 1616) es más conocido como escritor que como poeta, aunque él siempre tuvo un especial interés por ser reconocido en su labor poética. Como indica en unos de sus versos: Yo que siempre trabajo y me desvelo / por parecer que tengo de poeta / la gracia que no quiso darme el cielo. Pero, diga lo que diga, es bueno recordarlo en este género. Éste es uno de sus sonetos más conocidos.



AL TÚMULO DEL REY QUE SE HIZO EN SEVILLA (soneto con estrambote)

"¡Voto a Dios que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describidla!;
porque, ¿a quién no suspende y maravilla
esta máquina insigne, esta riqueza?

¡Por Jesucristo vivo, cada pieza
vale más que un millón, y que es mancilla
que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla,
Roma triunfante en ánimo y nobleza!

¡Apostaré que la ánima del muerto,
por gozar este sitio, hoy ha dejado
el cielo, de que goza eternamente!"

Esto oyó un valentón y dijo: "¡Es cierto
lo que dice voacé, seor soldado,
y quien dijere lo contrario miente!"

Y luego incontinente
caló el chapeo, requirió la espada,

miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.

Miguel de Cervantes


Y un ovillejo, estrofa de diez versos que dio a conocer Cervantes. Consta de tres pareados de pie quebrado, y una redondilla final que debe resumir lo anterior e incluir en el último verso las palabras quebradas.

OVILLEJO 


¿Quién mejorará mi suerte?
¡La muerte!
Y el bien de amor, ¿quién le alcanza?
¡Mudanza!
Y sus males, ¿quién los cura?
¡Locura!
De ese modo no es cordura
querer curar la pasión,
cuando los remedios son
muerte, mudanza y locura.


Miguel de Cervantes


Si queréis profundizar en la obra poética de Cervantes os dirijo a la publicación Cervantes poeta: el valor de los versos del Quijote de Pedro Cerrillo. Como no podía ser menos, en la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes encontraréis amplia información bio y bibliográfica sobre quien da nombre a este magnífico portal literario. Por último una antología de sus poemas del portal A media voz.