martes, 14 de septiembre de 2010

Pedro Salinas: ¡Si me llamaras, sí...

Pedro Salinas (Madrid, 1891 - Boston, 1951) es uno de los mejores poetas del 27 y de todo el siglo pasado. Su poemario La voz a ti debida, es el primero de una trilogía y está inspirado en su enamoramiento por una de sus alumnas en la Universidad, Katherine Withmore, lo que por cierto no se supo hasta bastantes años después. Eso nos puede hacer reflexionar sobre si el poeta necesita vivir las situaciones en propia carne o si es capaz de escribir de "oído" o de "oficio".  Os transcribo uno de los primeros poemas:


SI ME LLAMARAS, SÍ...

¡Si me llamaras, sí
si me llamaras!

Lo dejaría todo,
todo lo tiraría:
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú, que no eres mi amor,
¡si me llamaras!
Y aún espero tu voz:
telescopios abajo,
desde la estrella,
por espejos, por túneles,
por los años bisiestos
puede venir. No sé por dónde.
Desde el prodigio, siempre.
Porque si tú me llamas
-¡si me llamaras, sí, si me llamaras!-
será desde un milagro,
incógnito sin verlo.

Nunca desde los labios que te beso,
nunca
desde la voz que dice: "No te vayas"

La voz a ti debida (1933)
Pedro Salinas

En este enlace del Instituto Cervantes se puede encontrar la biografía y bibliografía del autor. Y en este un artículo de Carlos Marzal en El Mundo sobre la poesía amorosa de Salinas. Para los que quieran profundizar en el origen de esos poemarios amorosos les recomiendo el libro Cartas a Katherine Whitmore que recoge algunas de las cartas que le envió Salinas y del que trata este artículo de Ángel S. Harguindey en El País. Y en este enlace al portal A media voz encontraréis una antología de sus poemas. 

Por último, os adjunto un vídeo que recoge una versión cantada de este poema, para mi gusto no demasiado lograda. No obstante, a pesar del excesivo ritmo y la discutible interpretación, la letra se desenvuelve bien en ese entorno permitiendo una distinta recepción de la obra poética.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermosisimo!!!

Israel "el estepario" dijo...

Pero la gracia del libro es ir viendo el proceso de la amada, leer como la amada se va manifestando se vuelve carne pero el poeta la rechaza por que la quiere idealizada, no quiere una experiencia física que se pierda y se desvirtúe con el tiempo, quiere algo eterno.
Pero vamos, sí es muy bonito.