Mostrando entradas con la etiqueta Poetas siglo XIX. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Poetas siglo XIX. Mostrar todas las entradas

sábado, 1 de septiembre de 2012

José de Espronceda. La canción del pirata.

José de Espronceda (Almendralejo, 1808; Madrid, 1842) es uno de nuestros mejores poetas románticos. A pesar de su agitada y corta vida (periodista, político, miliciano, parlamentario, exiliado y muchas más cosas), tiene una obra poética considerable, con ese estilo que hoy nos parece algo grandielocuente, pero que es ameno y se lee muy bien. No me resisto a copiar la primera parte de su Canción del Pirata, de la que todos recordamos algunos versos. El resto y otros poemas suyos los encontraréis en A media voz 














CANCIÓN DEL PIRATA (primera parte)

Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
 
La luna en el mar riela
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Istambul:

Navega, velero mío
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.
 
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
(.../...)

José de Espronceda


Otro de sus poemas más famosos es la elegía Canto a Teresa dedicada a su amante Teresa Mancha y escrita en octavas reales después de su muerte. Os cuelgo un enlace a la Biblioteca Cervantes donde os podéis descargar el PDF de una edición de 1909  

Y para quienes queráis leer algo muy distinto de Espronceda os recomiendo su Poesía licenciosa editada por Visor que recoge poemas escritos por él, o a cuatro manos con amigos, con textos soeces, pornogáficos, blasfemos, escatológicos y misóginos, vamos lo que hoy diríamos políticamente incorrectos, pero que nos permite hacernos una idea de la otra cara de los románticos.