Andrés Catalán (Salamanca, 1983), además de poeta, es filólogo, traductor y crítico literario. Ha publicado los libros de poemas: Composiciones de lugar (2010), Mantener la cadena del frío (2012) en coautoría con Ben Clark y Ahora solo bebo té (2013) y el pasado año Variaciones romanas (2021). Además, ha traducido a muchos autores de poesía. Comienzo con un poema donde se recrea en la visión de una taza:
ANÉCDOTA DE LA TAZA (A la manera de W.S)
En la mesa la puse, un fuselaje
de cerámica y bordes. Piel de nada.
El agua circular ya no, ya no la espera
a que se enfríe un poco, a que la boca
la toque sin sufrir, a que el sabor
despierte en la pupila claridad o señuelo.
No la rodea más que la madera
de la mesa. Nada le dice al cuarto
pero de alguna forma —a pesar de lo rojo
tan escueto, del sencillo motivo
que la adorna— algo de lo que calla
me parece escritura
del azar de los dioses que nunca escriben nada.
Andrés Catalán. Ahora sólo bebo té (2013)
Aquí tenéis una reseña de este libro escrita por Carlos Alcorta. Respecto al poema, y como en otros que he leído del autor, observo un ritmo métrico subyacente a veces disimulado por el corte en versos. Al final de la entrada os hago un pequeño análisis métrico.
Este otro poema lo he obtenido de la web "La nube habitada" donde se recogen 9 poemas sobre pintura del autor. La écfrasis (descripción de un objeto artístico) es algo que me me interesa mucho en la poesía y en este género tengo un poemario mío "De museos por Madrid"
Indiferente al lienzo, la luz que busca
no acaba de acudir esta mañana.
Tiene veinte minutos. Después
un tono diferente tomará
el baile de los grises, las aceras,
el juego de fachadas. La distancia.
Es paciente.
Ha dispuesto su lienzo en la mediana.
Algunos coches pasan.
Es temprano.
Enciende un cigarrillo. Comprueba
de nuevo la textura, lo aceitoso
del óleo en la paleta.
La noche que se arrastra va dejando
los colores. Quitando sus andamios,
dejando que la luz
descifre los perfiles, inunde la distancia
y sus huecos de humo y de carteles.
Un guardia pasa.
El silencio lo rompe una sirena.
Andrés Catalán. De Composiciones de lugar (2010)
No he encontrado ninguna antología del autor en la red que os pueda enlazar, salvo esta de "Círculo de poesía" con varios poemas. Aquí os cuelgo un vídeo donde recita unos poemas.
Aquí tenéis mi Análisis métrico de "Anéctota de la taza". Como prueba, he cortado los versos de otra forma que el autor, eliminando los encabalgamientos que ocultaban la estructura rítmica y dificultaban que las paradas versales se correspondiesen con las sintácticas.
En la mesa la puse, 7
un fuselaje de cerámica y bordes. 5 + 7
Piel de nada. 4
El agua circular ya no, 9(2,6,8)
ya no la espera a que se enfríe un poco, 5 + 7
a que la boca la toque sin sufrir, 5 + 7
a que el sabor 5
despierte en la pupila claridad o señuelo. 7 + 7
No la rodea más 7
que la madera de la mesa. 9(4,8)
Nada le dice al cuarto 7
pero de alguna forma 7
—a pesar de lo rojo tan escueto, 11(3,6,10)
del sencillo motivo que la adorna— 11(3,6,10)
algo de lo que calla me parece escritura 7 + 7
del azar de los dioses que nunca escriben nada. 7 + 7
A esta estructura la denomino "silva blanca de impares". Silva de impares: porque los versos o sus hemistiquios son de distintas longitudes, pero impares que armonizan bien entre sí (el 3º es de 4 sílabas, pero por ser corto armoniza con los impares). Blanca: porque no tiene rima ni asonancias entre sus versos (este poema tiene una asonancia al final entre "forma" y "adorna").
Esta estructura, que no es versolibre, es muy utilizada por los poetas que quieren mantener el ritmo de sus versos, pero sin sujetarse a métricas con rima o con longitudes versales iguales que pueden llegar a encorsetar el poema.
La métrica no es matemática, y son posibles otros análisis, pero creo que así se muestra mejor la real estructura acentual que soporta el poema y es más fácil recitarlo. No sé por qué el poeta ha preferido ocultar la estructura mediante con otro corte de versos, con algunos encabalgamientos abruptos difíciles de recitar. Se lo tendríamos que preguntar y posiblemente habrá tenido sus razones, que espero que sean otras que las de ocultar una estructura métrica, por aquello de las modas.
Me gusta este poema y por ello he efectuado este análisis métrico. Si este post llega al autor querría conocer su opinión, y también la vuestra, porque siempre se aprende de la controversia. Si estáis interesados en profundizar un poco en temas métricos os dirijo a mi tratado Métrica poética del idioma español que está disponible con un clic en Amazon
Adenda de febrero de 2022: Andrés Catalán ha publicado en 2021 otro libro suyo de poesía "Variaciones romanas". Aquí tenenéis uno de sus poemas.
Abraza el aire limpio como un pino de Roma:
con dedos o con vidrios. Igual que un mirlo
no vuelve más azul de los cielos, tampoco
somos nosotros dioses en miniatura.
Nuestra felicidad es nuestra insignificancia.
La distancia, la altura, desdeña los hemistiquios
de la piel. El cuerpo es un espacio invertido, por mucho
que pedalees no importa. Es la misma razón
de nuestra infelicidad. Mejor desabrocharse
la camisa, apoyarse en la sombra de un pórtico,
posar un antebrazo contra la piedra fría, mirar
cómo va hundiéndose el sol tras los jardines, cómo
el agua –que agasajó otros huesos– se vierte
desde bocas de herrumbre, un bostezo de cráneos
que arregaza a las piérides, a la ninfa que insiste
en hacer de un labio un filo de verdín en el mármol.
Andrés Catalán. Variaciones romanas (2021)
No entiendo el morivo del corte de muchos de los versos de este poema. Para mí hay dos opciones: o cortar los versos de forma que se mantenga un ritmo métrico entre ellos o escribir un verso libre de ritmos métricos (sustentado por imágenes poéticas) que se corte por motivos sintácticos que faciliten una parada fónica. Creo que el texto anterior quedaría mucho mejor escrito en prosa, que con esos ficticios cortes versales. Esta es mi opinión, pero estoy abierto a dialogar con vosotros sobre otras formas de verlo.