Estos versos son una declaración de intenciones, pero ya sabéis que el infierno está lleno de buenas intenciones que quedaron en eso, en agua de borrajas. Por otra parte, no se debe exigir veracidad a lo escrito y la poesía tiene todo el derecho a navegar por la ficción. Resumen, unos alejandrinos rimados sobre la amenaza de la adicción al mundo virtual de internet que puede hacer que nos perdamos magníficas realidades.
Por mucho que me tire piedras a mi tejado
y al de todos vosotros, adictos a internet,y me arriesgue a escuchar “llueve sobre mojado,
no te crees tus palabras”, debo deciros que
sobre mi ordenador firmemente he jurado
hacer estricta dieta del uso de la red.Y esto no es una pose, ni es un tema de enfado,
simplemente estoy harto, porque no puede ser:
Chatear todo el tiempo, enredar en feisbú,
abrir cientos de mails, contestar mil encuestas,goglear por doquier y hacer el rendibú
a demasiados blogs de entradas indigestas.
Resumen, vuelvo al mundo y ya no es un tabúaceptar que esa droga de secuelas funestas
me separó de las mejores fiestas,
aquellas que se acaban con un sabor a mielsi escribo poesía sobre una suave piel.
Ricardo Fernández Esteban ©
Internet: red de redes que permite interconectar ordenadores y acceder a las webs, blogs y demás redes sociales a través de las que nos comunicamos (definición encontrada en internet).
Este poema pertenece a un poemario inédito dedicado a las palabras, su significado y su relación con las personas, que toma el nombre de este blog, La palabra es mágica. Aquí podéis leer los publicados en el blog.