Conocí a Hilario Barrero (Toledo, 1948) en la presentación de su libro de poemas, Educación Nocturna, en El Laberinto de Ariadna (tertulia que recomiendo a los que vivís por Barcelona). Los protagonistas del libro son, según su prologuista J. L. García Martín, el tiempo y el deseo y añade: Pocos poetas han sabido describir con tanta minuciosa sensualidad, la aparición de los primeros deseos eróticos, su gozosa realización en la juventud y el ultraje de la vejez. Este es el poema que cierra el libro:
PLAZA DE SAN MARCOS, VENECIA.
Sentados en un banco, bajo los soportales,
dos jóvenes se miran incendiados de la misma manera
que el agua veneciana se estremece cuando la mira el sol.
Son dos cuerpos en armas: ligeros de equipaje,
coraza de algodón, pantalones vaqueros
y la fresca insolencia de sus escasos años.
Tienen todo el día y la noche para amarse por plazas y pensiones,
toda Venecia para mostrar su amor.
Uno de ellos se tumba
y apoya la cabeza en el regazo amigo
como un cristo yacente ofrecido y vivísimo
coronada de luz la cabeza rapada.
Se inclina el compañero y le besa
mordiéndole en los labios como quien come una fruta madura.
Curva la espalda, tensado el cuello, la barbilla encajada
y las bocas unidas, se quedan un momento sin moverse:
gloriosa imagen en mármol de Carrara.
Los contemplan dos viejos sorprendidos,
mil palomas, un bosque de miradas
y una tarde gloriosa de septiembre.
A uno de los viejos se le corta la sangre
y siente un navajazo en las entrañas
al recordar que hace ahora casi cincuenta años
en esta misma plaza, una mochila por toda compañía,
alguien que al preguntarle “Vai solo”?
le enseñó el camino hacia lo oscuro.
Cuando volvió a su casa no le reconocieron
y tuvo que marcharse lejos de su ciudad a vivir en tinieblas.
Educación nocturna. Hilario Barrero
Sentados en un banco, bajo los soportales,
dos jóvenes se miran incendiados de la misma manera
que el agua veneciana se estremece cuando la mira el sol.
Son dos cuerpos en armas: ligeros de equipaje,
coraza de algodón, pantalones vaqueros
y la fresca insolencia de sus escasos años.
Tienen todo el día y la noche para amarse por plazas y pensiones,
toda Venecia para mostrar su amor.
Uno de ellos se tumba
y apoya la cabeza en el regazo amigo
como un cristo yacente ofrecido y vivísimo
coronada de luz la cabeza rapada.
Se inclina el compañero y le besa
mordiéndole en los labios como quien come una fruta madura.
Curva la espalda, tensado el cuello, la barbilla encajada
y las bocas unidas, se quedan un momento sin moverse:
gloriosa imagen en mármol de Carrara.
Los contemplan dos viejos sorprendidos,
mil palomas, un bosque de miradas
y una tarde gloriosa de septiembre.
A uno de los viejos se le corta la sangre
y siente un navajazo en las entrañas
al recordar que hace ahora casi cincuenta años
en esta misma plaza, una mochila por toda compañía,
alguien que al preguntarle “Vai solo”?
le enseñó el camino hacia lo oscuro.
Cuando volvió a su casa no le reconocieron
y tuvo que marcharse lejos de su ciudad a vivir en tinieblas.
Educación nocturna. Hilario Barrero
Este otro poema es uno de los preferidos de Hilario:
ELVIRA
Ove andò Elvita? Ove andò? Ove andò? I Puritani
Perdóname, Elvira, por esconderte
la caja de cerillas
y cambiarte las cosas de su sitio;
Elvira solitaria,
vieja Elvira enredados tus ojos
en una telaraña de luto y abandono,
te perdías, olvidándote
del nombre de tus muertos, del sonido
del tiempo, y yo, apenas siete años,
descubría tu rostro, comenzaba mi vida
(que ahora se acaba un tanto a la carrera)
sin entender qué era lo que me sucedía
cuando la luz me ahogaba mi tragaluz de niño.
Era la vida, Elvira, lo que llaman poesía,
lo que empieza a diario y nunca cesa,
que una vez es espada, otra vez es incendio,
siempre guerra, cilicio que desgarra la piel
de la razón, oscura cicatriz de sombra y sexo.
Años más tarde, cuando tú eras ceniza,
un navajazo, Elvira, me traspasó mi pecho,
y desde entonces vivo afilando
la cuchilla que rasga a diario mis sentidos.
Para poder amarnos sin que la inquisición
de tu mirada nos mandara a la hoguera
tuvimos que huir por siempre desterrados
a países de pestes, confusión y abandono.
¿Qué habrá sido de aquella golondrina
que oscureció los ojos de mis huesos
cuando se reflejó la aguja de su vuelo
en mi última tarde de inocencia?
Yo sé de ti, Elvira, yo sé que estás
reseca, cosida de silencio, esperando
mis flores que nunca te he llevado.
Yo no sé donde vives ahora, Elvira Muerte,
quién te esconde la vasija del alba,
o quién te pone de barro tus pupilas.
Yo sólo sé que ahora la noche está cavando
con su azada de acero raíces en lo oscuro
mientras la Bestia va ordenando
las cosas en su sitio y apagando la luz
y no puedo encontrar la llama de la vida,
que tú, Elvira Love, me ocultas en venganza.
Educación nocturna. Hilario Barrero
Para ir conociendo más a Hilario, os recomiendo su blog "Por hache o por be" y aquí tenéis en Wikipedia una bio y bibliografía suya. Si queréis leer más poemas aquí hay unos cuantos en Círculo de poesía .
Pero como siempre, lo mejor es acudir al original, a este libro del poeta a la vez antología y libro nuevo, Educación Nocturna o al resto de su obra.
Adenda de septiembre de 2020:
Adenda de octubre de 2021
No tengo noticias de que Hilario Barrero haya publicado en este periodo ningún libro de poesía propia. Pero sí ha publicado en 2019 otro tomo de sus diarios: "Prospect Park : Diarios, 2014-2015"; y en 2018 "A quien pueda interesar" una antología de poesía en inglés traducida por él al español. Esperemos que no tarde mucho en ofrecernos otro poemario propio.
Adenda de octubre de 2021
Hilario Barrero ha publicado este año "Tiempo y deseo. Poesía 1971 - 2021" Su poesía completa, aquí tenéis la entrada que le he dedicado nada más recibir el libro.