José Mª Blanco-White (Sevilla 1775, Liverpool 1841) escritor, periodista, crítico literario y poeta. A caballo entre dos épocas, tras ordenarse como sacerdote y tener una crisis religiosa, participó en la lucha antinapoleónica en España y luego se exilió a Inglaterra donde se convirtió al protestantismo.
Blanco-White es más conocido por su obra en prosa y su poesía ha tenido poca difusión. Aquí os dejo unas muestras.
Éste es quizá su poema más conocido:
LA REVELACIÓN INTERNA
¿Adónde te hallaré, Ser Infinito?
¿En la más alta esfera? ¿En el profundo
abismo de la mar? ¿Llenas el mundo
o en especial un cielo favorito?
"¿Quieres saber, mortal, en dónde habito?",
dice una voz interna. "Aunque difundo
mi ser y en vida el universo inundo,
mi sagrario es un pecho sin delito.
Cesa, mortal, de fatigarte en vano
tras rumores de error y de impostura,
ni pongas tu virtud en rito externo;
no abuses de los dones de mi mano,
no esperes cielo para un alma impura
ni para el pensar libre fuego eterno".
José Mª Blanco-White
Este otro poema es menos conocido y lo he encontrado en la antología de Poesía española del siglo XVIII (edición de Rogelio Reyes) que es una buena referencia para la poesía de la época.
EN UNA AUSENCIA
¿Dónde estás que no te encuentro,
dulce amor del alma mía?
¡Maldición eterna el día
que arrancó mi bien de ti!
¿Dónde están aquellas horas
que el amor me dio en tus brazos?
¿Quién rompió los tiernos lazos
con que unido estuve a ti?
Hado bárbaro me sigue,
no hay mudanza en mi fortuna.
Infeliz desde la cuna,
infeliz seré al morir.
Dame tregua la esperanza,
pruebo el bien, mas pronto vuela;
si un instante me consuela,
luego aumenta mi gemir.
Si ambicioso el pecho mío
dichas mil pidiera al cielo,
bien pudiera el vano anhelo
con dureza castigar.
Mas no quiero yo esos bienes:
vierta en otros su tesoro;
sólo pido un bien que adoro
y jamás lo he de gozar.
Retirado a oscuro asilo,
denme ¡ay Dios! que en dulce calma,
embebida en ti mi alma,
viva exento de temor.
¡Qué placer! Allá mi gloria
fuera a verte a cada instante,
mi universo tu semblante,
mi ventura sólo amor.
Y no amor arrebatado,
pasajero, mal seguro,
sino aquel tranquilo y puro,
hecho sólo a consolar;
lento fuego, hermosa llama
cual la luz del occidente,
que al ponerse, aunque no ardiente,
nunca deja de brillar.
Débil choza bastaría
a prestarnos fiel asilo,
que un hogar, cuando es tranquilo,
sobra a un puro corazón.
Guarden ¡ay! esos tiranos
para sí el poder, la gloria;
de ellos sólo en mi memoria
quedará la compasión.
¡Ah! Yo en medio de mis males
sé que tengo quien me llora,
quien en este instante, ahora,
suspirando por mí está.
Ellos ¡míseros! me envidien,
que no saben qué es ternura;
yo más quiero esta amargura
que el placer que el oro da.
José Mª Blanco-White
Y por último unas SEGUIDILLAS
Me dicen que los ecos
de mis canciones
pondrán luego a mis plantas
mil corazones.
No quiera el cielo
tengan en mí sus dones
tan vil empleo.
No quiero aduladores:
la ambición mía
es propagar la llama
que en mí respira.
Llantos no quiero.
Valor, virtud, franqueza,
ganen mi pecho.
Denme de la hermosura
ser el modelo,
y el que salve mi patria
me tendrá en premio.
Pues nada valgo,
mi amor será de un héroe
imaginario.
José Mª Blanco-White (Octubre de 1839)
Visor publicó en 1995 su obra poética completa, pero no sé si aún está disponible o ya está destalogada. Otra antología antigua es la que publicó Labor en edición de Vicente Llorens en 1971 que contiene un capítulo dedicado a su poesía. Respecto al estudio de toda su obra, el mejor libro que conozco es de Fernándo Durán López publicado por la Fundación J. M. Lara.