Manuel Mantero (Sevilla, 1930 - Georgia. USA, 2024), otro de los grandes poetas de nuestro país que comenzaron a publicar en los años cincuenta del pasado siglo, con una trayectoria poética singular respecto a la de sus compañeros de generación. Dicen José Soto y Pérez Parejo: No acepta las consignas estéticas de las dos primeras generaciones de posguerra por demasiado constreñidas y estereotipadas en un lenguaje, unas formas y una temática que se repiten y que resultan previsibles. Por el contrario, la poesía de Manuel Mantero ha hecho siempre gala de una gran amplitud de referencias culturales, recursos formales y temas relacionados con la propia vida, el amor, los amigos, la tierra natal o los libros. Una poesía que él siente libre, viva y necesaria.
Os copio dos poemas, uno dedicado a Vicente Aleixandre y otro una écfrasis de un cuadro de Velázquez.
VICENTE ALEIXANDRE
De un golpe, con la mano o con los ojos
atrapa el universo, excita mundos,
oh pertinaz franqueza, sin esfuerzo
ni argucia vil de astrónomo. Tú, amigo,
conoces el secreto de las luces
y si hablas con nosotros, te reprimes,
pues la hora todavía no ha llegado
de saber, todavía hay que indagar,
aunque tú bien quisieras compartir
la música que oyes de los astros
y encendernos con rosas trascendentes.
Alguna vez escribes o hablas, y
rozamos la verdad de los arcanos;
no te das cuenta, se te escapan ráfagas
que nos hacen soñar con lo más bello.
atrapa el universo, excita mundos,
oh pertinaz franqueza, sin esfuerzo
ni argucia vil de astrónomo. Tú, amigo,
conoces el secreto de las luces
y si hablas con nosotros, te reprimes,
pues la hora todavía no ha llegado
de saber, todavía hay que indagar,
aunque tú bien quisieras compartir
la música que oyes de los astros
y encendernos con rosas trascendentes.
Alguna vez escribes o hablas, y
rozamos la verdad de los arcanos;
no te das cuenta, se te escapan ráfagas
que nos hacen soñar con lo más bello.
Tuyo es el universo, tú lo atrapas
suavemente, con riesgo y sin mostrar
el cansancio que tala hasta a los héroes.
Tú has nacido, Vicente, para esa
faena de entender la noche, el árbol,
el grillo, el ave, las estrellas, como
el buen torero nace y delicado
se rodea de muerte sonriendo
o el fabuloso amante nace y nunca
contempla hoscas doncellas a su paso.
suavemente, con riesgo y sin mostrar
el cansancio que tala hasta a los héroes.
Tú has nacido, Vicente, para esa
faena de entender la noche, el árbol,
el grillo, el ave, las estrellas, como
el buen torero nace y delicado
se rodea de muerte sonriendo
o el fabuloso amante nace y nunca
contempla hoscas doncellas a su paso.
Que cuando ya no estés en Velintonia
ni te asistan tu cedro ni tu perro,
podamos juntos recorrer las causas,
los manaderos de la luz, la noble
savia que alumbra el universo que hoy
veo distante, duradero y sacro
ni te asistan tu cedro ni tu perro,
podamos juntos recorrer las causas,
los manaderos de la luz, la noble
savia que alumbra el universo que hoy
veo distante, duradero y sacro
como un cadáver incorrupto de ángel.
Manuel Mantero. Misa solemne (1966)
Manuel Mantero. Misa solemne (1966)
El otro poema que he escogido esta inspirado en un famoso cuadro de Velázquez, La venus del espejo. El género literario de la écfrasis me ha interesado siempre mucho y tengo un poemario De museos por Madrid de esta temática.
LA VENUS DEL ESPEJO
Ella es como la muerte. Vedla, suave,
eterna en su indolencia y su blancura,
os da la espalda cada día, esconde
-como la muerte- otra mitad desnuda.
eterna en su indolencia y su blancura,
os da la espalda cada día, esconde
-como la muerte- otra mitad desnuda.
Tampoco hoy alcanzaréis la dicha,
pues la vedan cadera, dorso y nuca.
Y queda el sexo oculto, agazapado,
mientras las ojos quietos de la impúdica
contemplan vuestro afán desde el espejo,
burlan ajenos vuestra sed y alumbran
al fatal amador que está ya entrando
en la sala y sonríe a la aventura,
aunque sabe que el alba de mañana
no llegará para él, que ha muerto, nunca.
pues la vedan cadera, dorso y nuca.
Y queda el sexo oculto, agazapado,
mientras las ojos quietos de la impúdica
contemplan vuestro afán desde el espejo,
burlan ajenos vuestra sed y alumbran
al fatal amador que está ya entrando
en la sala y sonríe a la aventura,
aunque sabe que el alba de mañana
no llegará para él, que ha muerto, nunca.
Manuel Mantero. La lámpara común (1962)
Si queréis saber más del poeta os dirijo a su web donde encontraréis una completa información sobre su vida y obra y una amplia antología poética. Por otra parte, en el Archivo de Poetas de la ACEC (Asociación Colegial de Escritores de Cataluña) podréis ver al poeta recitando poemas de todos sus libros. Como ejemplo este soneto, Niñez, de su poemario Fiesta (1995)
Para profundizar más en su obra y su singularidad generacional, podéis leer este interesante artículo de los profesores José Soto Vázquez y Ramón Pérez Parejo: La singularidad de Manuel Mantero: Guía didáctica a través de sus textos.
Para profundizar más en su obra y su singularidad generacional, podéis leer este interesante artículo de los profesores José Soto Vázquez y Ramón Pérez Parejo: La singularidad de Manuel Mantero: Guía didáctica a través de sus textos.
5 comentarios:
Gracias Ricardo
La Venus del espejo es extraordinaria.
sÍ, ES UN POEMA EXTRAORDINRIO.cOINCIDO CON JESUS PARDO.
aTE. DESDE MÉXICO, JOSÉ LUIS BERNAL.
Si genial es el dedicado a "Vicente Aleixandre", sublime el "La Venus del espejo"! Como siempre nos traes a los grandes de las letras. Aprovecho para recomendar tu écfrasis "De museos por Madrid". Gracias Ricardo.
Excelente, La venus en el espejo. Manuel Mantero . Genial tu écfrasis. Saludos cordiales Ricardo Fernández Esteban. Desde Perú.
Impresionante!!!
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