viernes, 25 de marzo de 2016

Javier Egea

Javier Egea (Granada 1952 - 1999), poeta que, junto a Luis García Montero y Álvaro Salvador, firmó en 1983 el manifiesto La nueva sentimentalidad que dio origen a la corriente de la Poesía de la experiencia, tan comentada a favor y en contra en los cenáculos poéticos. Yo no soy mucho de corrientes ni generaciones, y soy más de la poesía que me llega y penetra como la de Javier Egea.


NOCHE CANALLA

Yo no sé si la quise pero andaba conmigo,
me guiaba su risa por la ciudad tan gris.
Ella tenía en su boca colinas de Ketama
y el cielo de sus ojos me pintaba de añil.
Yo vi tantas estrellas como ella puso siempre
en aquel cielo raso como un paño de tul.
Ella llevaba el pelo como la Janis Joplin
y los labios morados como el Parfait-Amour.
La he perdido en un bosque de jeringas brillantes
por donde nos decían que se llegaba al mar;
se fue sobre un caballo de hermosos ojos negros,
por más que yo me muera no la podré olvidar.
Bajo el cielo ceniza me conducen mis piernas.
Esta noche no tengo ni esperanza ni amor.
Sólo queda el calor de mi pobre navaja.
Hoy me he visto la cara de un retrato-robot.
A pesar de sus ojos he salido a la calle,
a pesar de sus ojos me ha tocado vivir .
En un barrio de muertos me trajeron al mundo.
Esta noche canalla no respondo de mí.


Javier Egea


¿QUÉ LUZ EXTRAÑA, DIME, HA POBLADO ESTE CUERPO...

¿Qué luz extraña, dime, ha poblado este cuerpo
repetido en portales, escaparates, brumas,
ingenuo paseante de la ciudad, hermano,
caminante del mismo aturdimiento
que estos siglos de expolio pusieron en los ojos,
qué luz extraña, dime,
hay en la soledad y en la memoria?

Así nos fuimos viendo nítidamente fríos,
enfrentados,
de una margen a otra de la calle en ruinas,
con la clarividencia de los obreros viejos
que abanderan los pasos del taller a la muerte
aprendiendo el futuro.

Sobre nosotros pasan los balcones cerrados,
las farolas con frío,
los aleros mellados y este viento,
como un enjambre inhóspito,
y la piel de la tierra huele a ropa quemada,
mas tiritan los huesos
y hay tan sólo el calor de la sangre que alumbra
desde el abrazo grande de tu fuerza y la mía.

Es cierto que la historia
nos condenó a las calles ateridas
y no el azar que llega maldito restallando.

¿Qué luz extraña, dime,
hay en la soledad y en la memoria?
Hoy supimos, mirándonos las manos,
a pesar del estrago y las ojeras mustias,
al fin reconocidas,
que siempre es tarde, siempre, para volver a casa
como se vuelve al sitio de las túnicas rotas,
de las máscaras frías,
del polvo atrincherado,
de los andrajos de la luz.


Javier Egea


En la pagina web dedicada a Javier Egea encontraréis información sobre su vida y obra, y una selección de sus poemas. Este año se acaba de publicar su antología poética "A pesar de su ojos"y aquí tenéis cómo adquirirlo.



Aquí tenéis Noche canalla cantada por Raúl Alcover. Un poema recitado y cantado no expresa siempre lo mismo, pero en cualquier caso es otra visión de la obra del artista y en este caso el poema es una magnífica letra de canción.



3 comentarios:

ÁNgel dijo...

Es magnífico, lástima que esos versos te estén recordando permanentemente a Rubén Darío y a Amado Nervo. La metáfora de los ojos negros del caballo "hermosos" tiene mucho sentido en el poema.

Unknown dijo...

Gracias Ricardo, siempre nos enriqueces con la aportación de grandes letras, hoy Javier Egea, letras que calan en el alma. Raúl Alcover, distinto, me encanta!!

Anónimo dijo...

Muy bueno!