En la orilla, ante ti, se postra el mar
mientras vuelves despacio. En tu piel grita
un perlado sabor que exacto excita
el rítmico dolor de ver andar
tus músculos precisos. Arde, tenso,
tu bañador finísimo, mojado.
Como un sueño, te tumbas a mi lado
esperando con ímpetu el intenso
momento en que la playa vaya lenta-
mente entonces quedándose vacía
y un dorado temblor de arena y viento
esconda en su calor la geometría
secreta de la música violenta
de un cuerpo de dos cuerpos sin aliento.
Rodrigo Olay (de "Cerrar los ojos para verte")
El programa es sencillo
y a la vez exigente.
Tanto, incluso,
que solo a algunos pocos les será
dado alcanzar cumplirlo
un puñado de veces en una vida entera.
Para muchos será imposible, a secas.
Yo no sé si lo habré logrado aún
ni si lo haré algún día.
Se trata de poder reconocer
cómo cada poema que en ti ocurra
merece o no merece ser escrito.
La regla es infalible, pero cruel.
Un poema es un poema
si puede acompañar –si recordarse–
a quien sabe que ya es breve su tiempo.
Si pudieran tus versos ser los últimos.
En la Odisea, Homero nos descubre
la imprevista existencia de una planta
que en las manos precisas es capaz
de dar un jugo antiguo con que puede
adormecerse la melancolía.
Es la planta Nephentes. El olvido
cuya infusión bebía cada luna
Helena, la de los hermosos pechos,
herida de nostalgia para siempre.
Dónde estará esta noche ese licor.
Rodrigo Olay (de "La Víspera")
A través de este enlace podréis descargaros su primer poemario entero "Cerrar los ojos para verte" y acceder a 8 poemas del segundo "La víspera". También os dejo dos reseñas sobre ese segundo libro, una de Martín López-Vega y otra de José Luis García Martín.
La realización de esta entrada me ha permitido mantener una breve correspondencia con el autor sobre dos pequeños aspectos de este soneto.
Este tema, de si se puede mantener la sinalefa cuando hay un signo de puntuación intermedio, creo que está poco desarrollado en los manuales de métrica y que depende de si ese signo de puntuación obliga a una pausa, o no, para mantener el sentido del texto. En mi tratado "Métrica poética del español" trato este asunto con más profundidad.
El segundo aspecto es sobre el adverbio "entonces" del verso 10º. A mí me parecía mal situado o innecesario, y colocado para cuadrar métrica y rima, ya que está pospuesto a otro adverbio "lentamente" y en mi criterio el orden lógico sería el contrario "entonces, lentamente". Otra posibilidad sería suprimir el "entonces" y para cuadrar la métrica sustituirlo por un "por fin," que añadiría cierta impaciencia lógica por estar solos en la playa.
Adenda de marzo de 2021
Rodrigo Olay ha publicado el pasado año su tercer libro de poemas "Saltar la hoguera". Aquí tenéis una reseña del mismo y uno de sus poemas:
QUE EL VIENTO SOPLE SIEMPRE A NUESTRA ESPALDA
Aunque duela la noche, aunque estés lejos,
aunque fuera que sí lo que temía,
aunque qué pronto nos haremos viejos,
que dure la alegría.
Aunque el adiós le ponga sitio al hoy,
aunque estemos más solos cada día,
aunque dude quién soy y a dónde voy,
que dure la alegría.
Aunque olvidemos dónde regresar,
aunque me lama la melancolía,
aunque nos quede tanto que llorar,
que dure la alegría.
Porque si estoy contigo, sigo vivo,
porque puedo querer lo que quería,
porque no importa nada lo que escribo,
que dure esta alegría.
Rodrigo Olay (de Saltar la hoguera)
1 comentario:
Me parece estupendo el análisis del poema. Se aprende mucho y lleva a la reflexión de la composición del mismo. Gracias.
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