miércoles, 5 de febrero de 2020

César Vallejo

César Vallejo (Santiago de Chuco, Perú 1892 - París 1938) está considerado como uno de los mayores innovadores de la poesía del siglo XX. Dice Bryce Echenique que "su lenguaje poético es único e irrepetible" y que "avanzó siempre solo y único, siempre a contracorriente", por ello, no es fácil acercarse a la poesía de Vallejo. Voy a copiar tres de sus poemas, el primero es uno de los últimos que escribió de su libro "España, aparta de mi este cáliz" y segundo de su primer libro "Los heraldos negros" y el último de su más conocido "Trilce".


MASA

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "¡No mueras, te amo tanto!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
"¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando "¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate hermano!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...

César Vallejo. España, aparta de mi ese cáliz (1937)

La libertad del formato de estos versos es sólo aparente, ya que la práctica totalidad del poema mantiene un ritmo métrico, en sus versos o hemistiquios, basado en alejandrinos, endecasílabos, eneasílabos, heptasílabos y pentasílabos. O sea, lo que se denomina una silva de impares que se percibe en la armonía del recitado. Este libro agrupa 15 poemas inspirados en la guerra civil española, en la que Vallejo se comprometió con la causa republicada. En Cervantes Virtual podéis encontrar un estudio de Teobaldo Noriega sobre este libro.


IDILIO MUERTO

Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita
de junco y capulí;
ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita
la sangre, como flojo cognac, dentro de mí.

Dónde estarán sus manos que en actitud contrita
planchaban en las tardes blancuras por venir;
ahora, en esta lluvia que me quita
las ganas de vivir.

Qué será de su falda de franela; 
de sus
afanes; de su andar;
de su sabor a cañas de mayo del lugar.

Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje,
y al fin dirá temblando: "¡Qué frío hay... Jesús!".
Y llorará en las tejas un pájaro salvaje.

César Vallejo. Los heraldos negros (1918)

En este soneto polimétrico de sus inicios, Vallejo mantiene la rima final de los versos forzando en alguna ocasión los encabalgamientos como en el verso "Qué será de su falda de franela; de sus" para que rime con "Jesús". Como en el anterior, la estructura global del poema se fundamenta en una mezcla de metros impares que le da, a pesar de tener rima, un aire de libertad sin perder la armonía del recitado.



GRANIZA TANTO...

Graniza tanto, como para que yo recuerde
y acreciente las perlas
que he recogido del hocico mismo
de cada tempestad.

No se vaya a secar esta lluvia.
A menos que me fuese dado
caer ahora para ella, o que me enterrasen
mojado en el agua
que surtiera de todos los fuegos.

¿Hasta dónde me alcanzará esta lluvia?
Temo me quede con algún flanco seco;
temo que ella se vaya, sin haberme probado
en las sequías de increíbles cuerdas vocales,
por las que,
para dar armonía,
hay siempre que subir ¡nunca bajar!
¿No subimos acaso para abajo?

Canta, lluvia, en la costa aún sin mar!

César Vallejo. Trilce (1922)

"Trilce" es el libro más famoso de Vallejo, y a la vez el más complejo, en el que rompe con los ritmos sonoros y significados clásicos de los textos, basando los poemas en los ritmos semánticos de imágenes que sostienen los versos. Fue un libro de una ardua trayectoria hasta que se reconoció su valor poético, en este ensayo de Gabriel Jiménez Emán se comentan algunos de sus poemas y textos.


En A media voz se puede encontrar una antología de sus poemas, aquí tenéis una reseña que le dedicó El País con ocasión del 80 aniversario de su muerte y nuestro oráculo actual Wikipedia le dedica una amplia entrada con información de su vida y obra.


3 comentarios:

carlos oyague pasara dijo...

VALLEJO
(Soneto endecasílabo)


El dolor inclemente que devora
fue cosecha de versos en tu vida
por heraldos nacidos en la herida
sin parnasos ni musa protectora.

“Hay golpes en la vida”. Lo sé ahora;
profecía terrible, fratricida,
y que enrostra la cólera sentida
por el dios de la espada vengadora.

Como perros que siguen a sus presas,
la miseria mostró su cara dura
en tus años difíciles y crueles.

Las Españas te dieron sus tristezas,
y la Francia, pobreza y sepultura,
y la gloria, corona de laureles.


Carlos Oyague Pásara

Oreste Anduja dijo...

A usted hermano le debo parte mi cultura poetica, con sus avances y progresos sobre los referentes. No cese en su empeño de hacernos cultos y sencibles. Es usted,de mi blog, el llamado al estudio y la evalusción crítica de la progresión poética. LLamarle maestro , da relevancia a nuetras humildes construcciones. No nos avandone!!!! Nunca.

Anónimo dijo...

¡Muy buena, me gustó mucho su estructura, su métrica y rimas!