El 26 de agosto de 2017 asistí a la manifestación en Barcelona contra el terrorismo y el bábaro atentado de "Las Ramblas", que con el lema "No tinc por" (no tengo miedo) debería haber mostrado la unidad de la gente de bien frente a la barbarie. Desgraciadamente no fue así, e intento transmitir mi decepción, mi rabia, mi vergüenza ajena y mi miedo.
"NO TENGO MIEDO" (NO TINC POR)
“No tengo miedo”, tengo un gusto amargo
mezcla de
decepción y rabia contenida.
Salimos a
la calle buscando la unidad,
el mensaje
era claro: olvidad diferencias,
los malos
son los otros, los que matan
en el
nombre del dios que reina en el infierno.
Éramos muchos,
pero
faltaron más y otros sobraron.
Sobraron
las banderas que separan,
en el día
en que la única frontera
debía ser
para todos la que cerca al terror.
Sobraron quienes
rompen
pancartas
por la paz y la justicia
que no
estaban escritas en su lengua,
que
también es la mía.
Sobraron
los letreros partidistas
en clave
electoral o identitaria,
cuando
somos un pueblo frente a la vil barbarie.
Sobraron
esos gritos que rezumaban odio
contra
nosotros mismos,
porque
gritaban contra quienes vinieron a apoyarnos.
Sobraron unas
bestias coreando “asesinos”,
no a
quienes han matado en nuestras calles
sino a
aquellos que representan a la ley y al estado.
Y no os
hablo de oídas, porque yo estaba allí
y me hicieron
sentir vergüenza ajena
No quiero
exagerar, los energúmenos
no eran la
mayoría de la gente,
la mayoría
silenciosa era de bien,
pero eran
muchos
y no
supimos, o quisimos, hacer que se callasen,
les
dejamos tener la hegemonía.
Por eso me
confieso
asumiendo
la culpa que me toca,
al ver que
casi todos los políticos
han
declarado en clave “política-correcta”.
Y no ha de
ser así, y hay que decirlo,
eso ayer
no tocaba,
tocaba la
unidad en el “No tengo miedo”,
aislar al
terrorismo y sus soportes,
condenar
al mal dios que inventan quienes odian,
y auxiliar
a las víctimas con palabras y hechos.
miedo de que esta falta de unidad
y el odio entre los nuestros,
dé alas al terror y venza el caos.
Aún estamos a tiempo de luchar todos juntos,
si el sentimiento es puro y rige la razón.
Ricardo Fernández Esteban ©
Manifestación del 26.8.17 en Barcelona |
Adenda del 17.8.18
Un año después se ha efectuado un acto organizado por el Ayuntamiento de Barcelona, para recordar a las víctimas del terrorismo. En mi opinión, un acto planteado con bajo perfil, vergonzante y con poca asistencia (no se llenó ni la Plaza de Cataluña) que refleja la división existente en Cataluña y la incapacidad de dialogo.
Para evitar enfrentamientos y la politización del acto, se adujo que el protagonismo tenía que recaer en las víctimas. Esto está bien, pero si se hace un acto es para que las víctimas y sus familiares sientan el apoyo de la ciudad y no lo sintieron, ya que no se animó la asistencia de público y las entidades soberanistas decidieron no participar porque sólo lo querían hacer si politizaban el acto. Y a pesar de todo lo politizaron con una pancarta anónima en contra del jefe del Estado español (el rey) y con la actitud del presidente de la Generalitat.
En resumen, lamentable, pocas ganas de convocar para evitar problemas, muy baja asistencia de público y actitudes políticas incapaces de olvidar actitudes partidistas. El pueblo de Barcelona ha perdido la oportunidad de demostrar que, al menos por respeto a las víctimas, se pueden olvidar por un día los problemas que dividen a nuestra sociedad catalana. Estas espinelas intentan reflejar lo que sentí:
El silencio es mal recurso
cuando algo hay que denunciar
al hombre distingue hablar
y elaborar un discurso.
Me temo que eso está incurso
en la falta de consenso,
que deja al bien indefenso
ante la maldad de quienes
nos consideran rehenes;
perdonad, es lo que pienso.
¡Qué vergüenza!, la ciudad
no pudo llenar su plaza,
y se impuso la mordaza
de la falta de unidad.
Si honrar a la libertad
ante falsas religiones
no unió nuestros corazones,
mal rumbo toma esta historia
y me temo la victoria
de la fe ante las razones.
Ricardo Fernández
Adenda de agosto de 2022
Han pasado 5 años desde el bárbaro atentado y otra vez hemos visto la nota discordante. En el homenaje a las víctimas en Las Ramblas, se rompió el minuto de silencio por algunos energúmenos independentistas que gritaron consignas contra el Estado español y su supuesta implicación en los hechos. Aunque fueran pocos, recibieron el soporte de la expresidenta del Parlament, Laura Borràs, a la que hace unos días se ha obligado a dimitir porque va a ser juzgada por corrupción. El hecho en sí es vergonzoso, pero lo es aún más la falta de una condena clara de los partidos independentistas, sobre todo Junts per Cat, del que Borràs es presidenta.
Expresidenta Borràs:
¿no sabes lo que es conciencia?,
¿es que no tienes decencia?,
¿hasta dónde llegarás?
Has roto lo que jamás,
rompe una persona honrada.
Por tu personal “Cruzada”
alientas cualquier mentira
y permites que la ira
anide en gente extraviada.
Ricardo Fernández