Ida Vitale (Montevideo, 1923) acaba de ser galardonada con el Premio Cervantes por su larga obra poética que busca la simplificación (Para expandirse ya está la prosa) y el trabajo más que la inspiración (La imagen del poeta inspirado... Yo no estoy ahí. A mí la poesía me sale mal, tengo que trabajarla. Todo es perfeccionable, mejorable). No es una poesía cómoda ni fácil, hay que profundizar por dentro de su aparente simplicidad.
tras
tanto acá y allá yendo y viniendo (Francisco de Aldana)
en ningún lado.
Cada horizonte: donde un ascua atrae.
Podrían ir hacia cualquier fisura.
No hay brújula ni voces.
Cruzan desiertos que el bravo sol
o que la helada queman
y campos infinitos sin el límite
que los vuelve reales,
que los haría de solidez y pasto.
La mirada se acuesta como un perro,
sin siquiera el recurso de mover una cola.
La mirada se acuesta o retrocede,
se pulveriza por el aire
si nadie la devuelve.
No regresa a la sangre ni alcanza
a quien debiera.
Se disuelve, tan solo.
Ida Vitale. Arder, callar. Procura lo imposible (1998)
En sus inicios poéticos ya se plantea "lo que queda por decir o no decir", a lo que luego ha ido volviendo en toda su obra.
CANON
Ya todo ha sido dicho
y un resplandor de siglos
lo defiende del eco.
¿Cómo cantar el confuso perfume de la noche,
el otoño que crece en mi costado,
la amistad, los oficios,
el día de hoy,
hermoso y muerto para siempre,
o los pájaros calmos de los atardeceres?
¿Cómo decir de amor,
¿Cómo decir de amor,
su indomable regreso cotidiano,
si a tantos, tantas veces,
han helado papeles, madrugadas?
¿Cómo encerrarlo en una cifra
¿Cómo encerrarlo en una cifra
nueva, extrema y mía,
bajo un nombre hasta ahora inadvertido,
y único y necesario?
Tanto haría falta la inocencia total,
Tanto haría falta la inocencia total,
como en la rosa,
que viene con su olor, sus destellos,
sus dormidos rocíos repetidos,
del centro de jardines vueltos polvo
y de nuevo innumerablemente levantados.
Ida Vitale. Palabra dada (1953)
Y 60 años después nos dice dos breves poemas sobre la pintura y la música
El sol ha vuelto.
Ida Vitale. Palabra dada (1953)
Y 60 años después nos dice dos breves poemas sobre la pintura y la música
El sol ha vuelto.
Sólo Matisse lo supo
al notar el preciso retorno
de aquel matiz perdido
—aunque no para él—
sobre una hoja.
Sube el órgano,
nota a nota profundo,
crece su bosque
con banderas
de reflejos y sombras,
inapelable pulsa:
dichoso corazón,
dichoso corazón,
nunca en la periferia:
cálido centelleo
insaciable en lo bello,
Haendel.
Ida Vitale. Vértices, vértigos. Mínimas de aguanieve (2015)
Ida Vitale. Vértices, vértigos. Mínimas de aguanieve (2015)
Yo conocía poco su vida y obra y la concesión del premio ha sido el motivo que me ha acercado estos días a su poesía. En A media voz tenéis una antología de sus poemas, pero esta autora requiere ir a su Poesía Reunida publicada el año pasado. Yo lo estoy haciendo, si queréis dentro de unos días compartimos experiencias, como os he dicho no es fácil, pero no os desaniméis, poco a poco los poemas se van abriendo como esas rosas que ella tanto cita.
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