lunes, 7 de enero de 2019

Las islas Kufonisia: Pano y Kato (la alta y la baja)

Las KUFONISIA (Κουφονήσια) son dos islitas de unos 4 km. cuadrados cada una que forman parte del archipiélago de las Pequeñas Cícladas, situado al sur de Naxos en el centro del Egeo griego. Dos islas parecidas en tamaño y belleza pero muy distintas en ocupación. Pano (la alta) tiene una cierta infraestructura turística y además recibe barcos de otras islas con turistas que van a pasar el día. Kato (la baja) está casi deshabitada y sólo llegan visitantes de día desde la cercana Pano.

A Pano le dediqué hace años un poema rimado, cosa única en mis "Cuadernos de las islas griegas" cuyos poemas son mucho más libres; sería por esa contradicción entre su belleza y la relativa invasión turística que la asalta. He vuelto años después, espero volver a repetir pronto, y sigue igual con sus luces y sus sombras.

Pano Kufonisi. Al fondo Keros y la derecha Kato Kufonisi

Playa puerto de Pano Kufonisi

PANO KUFONISI

En la mañana despunta el día,
isla tan leve
que caminando la circunvalas
en tiempo breve.

Pano preciosa, pequeña Jora
junto al canal,
puerto en la cala, casas pintadas
de azul y cal.


Hay tamariscos y muchas flores:
geranios rojos,
damas de noche, rosas de china,
miles de antojos.

Hacia otras islas, puentes de brillos,
y en la ribera
aguas turquesas, playas doradas,
dulce frontera.


Pero las joyas si son preciosas
tienen adictos
y al poco tiempo muere la calma,
nacen conflictos.

Tribus de “guiris” llenan la arena,
por barca y bus;
¿de dónde vienen tantos turistas
de repelús?

Busco cobijo, mas no hay taberna
sino snack bar,
por suerte al menos sigue reinando
el mismo mar.

Sigo el camino y entre las rocas
hay paraísos
donde la costa le da refugio
al insumiso.

No todo es bueno, no todo es malo
y la belleza,
por mi desgracia, no es solitaria
naturaleza.

Isla minúscula, isla magnífica.
Quizá invadida,
quizá turística, pero aún no eres
isla perdida.

Ricardo Fernández Esteban ©



Playa en Pano Kufonisi
Rocas en Pano Kufonisi



Bahía en Pano
Bahía en Pano










A Kato Kufonisi, la isla hermana de Pano que está prácticamente deshabitada, le dediqué otro poema, también hace años y sin el corsé de la rima. Entonces quedé deslumbrado por su pureza y tranquilidad. No he vuelto a desembarcar en Kato (si que he fondeado en alguna cala), pero espero hacerlo pronto y ojalá mantenga lo que me sedujo.

Enbarcadero en Kato Kufonisi

La iglesia (Panagía) de Kato Kufonisi

KATO KUFONISI

Kato, poco que ver con Pano,
sólo doscientos metros de canal,
sólo doscientos metros de agua azul,
aíslan esta isla de su hermana.

Un simple embarcadero de hormigón,
la taberna, la iglesia,
y unos restos de casas en el campo
reciben a pocos y diurnos visitantes;
lo demás es la isla, la isla en bruto,
lo de menos nosotros,
que tomamos la senda de las playas.

No hay más, ni carreteras,
ni bares en las playas, ni pensiones,
no hay nada más en Kato que “volver”:

Volver a disfrutar de azules infinitos,
a veces blanqueados por crestas de “meltemi”.

Volver a andar sus campos, ver sus flores,
perderse en sus arenas o en sus rocas.

Volver a recorrer puentes de plata
que tiende el sol de tarde sobre el mar.

Volver a sumergirse en esa luz
que es pura y simplemente transparencia.


Volver a contemplar ese horizonte roto
por perfiles de islas que ocultan otras islas.

Volver a una isla griega que se mantiene pura,
volver al paraíso, desembarcar en Kato.

Ricardo Fernández Esteban ©


Kato Kufonisi 
Kato Kufonisi

En este enlace encontraréis información sobre Por las islas griegas, revisado y ampliado en 2023, que es una guía poética de mis últimos 25 años por más de 70 islas, en la que, además de poemas, encontraréis mis anotaciones sobre mis playas, restaurantes, hoteles y otros lugares que prefiero. Aquí lo podéis conseguir en Amazon; si preferís las librerías físicas, hay ejemplares en Altaïr (Gran Vía 616, Barcelona).


2 comentarios:

ÁNgel dijo...

Lo tuyo por las islas del Egeo es devoción.

Marianella Sáenz Mora dijo...

Hermosos textos, imágenes, la portada del libro. Desembarcar en la belleza