martes, 26 de mayo de 2020

Espinelas del confinamiento

Durante 37 días, desde el 26 de marzo al 1 de mayo, publiqué diariamente las Espinelas del confinamiento con las que intentaba reflejar mi estado de ánimo. Empecé el undécimo día del estado de alarma y acabé cuando, al menos, me dejaron salir a la montaña en bicicleta y volví a sentir en la cara el viento de la libertad. Las hay de todos tipos: críticas, morales, reflexivas, de humor y de gozo al conseguir publicar un libro en pleno confinamiento. Ahora os he colocado unas cuantas con algún breve comentario. 


Esta es la selección que he escogido. Empecé deseando en la primera que la utopía "la poesía es un arma cagada de futuro" se hiciese realidad:

En el undécimo día
del encierro me rebelo
y a ese virus reto en duelo
armado de poesía.
Puede ser una utopía
que una espinela derrote
al virus con el garrote
de la palabra poética,
pero creo que la estética
le va a dar más de un azote. (26.3.20)

El confinamiento se nos fue haciendo duro y los poemas oscilaban entre el lamento, la reflexión y la esperanza: 

¡Qué largo es un día entero,
encerrado y sin no ver
la luz al final crecer,
muriendo porque no muero!
¡Qué triste es ser prisionero
de un ser que, siendo invisible,
es un azote terrible!
Una cura de humildad
merece esta humanidad
que presumió de invencible. (28.3.20)

“No es malo el confinamiento
si aprovechas ese mal
para la cosa cabal
que nunca encuentra el momento”.
Pero confieso que os miento,
no resisto esta agonía,
la cruel lentitud del día
sin libertad del cautivo,
¡de qué me sirve estar vivo,
muerto de melancolía! (29/03/20)

Hoy dudo de qué escribir
porque con tanto aislamiento
temo que a veces os miento
de tanto querer unir.
Mala cosa es el fingir
por levantar la moral,
tratar de ocultar el mal
es darle más importancia,
nunca desde la ignorancia
habrá victoria final. (3/4/20)

Un poco de humor puede ser un buen antídoto para levantar la moral. La poesía es generosa y admite bajo su capa distintos géneros literarios:

El sábado continúo
con mi ligue cultural
y buscando ser plural
hoy me queda corto un dúo.
No temáis que no insinúo
contubernios inmorales
u otras orgías sexuales;
solo es un “menage a trois”
con dos libros, que ojalá
resulten excepcionales. (11/4/20)

También cabe la crítica política, cuando nos indigna la falta de eficiencia y ética de unos y otros:

Me saca de mis casillas
que después de un mes de alarma
no dispongamos del arma
de usar una mascarilla.
¡Gobierno de pacotilla
acorta ruedas de prensa!
¡La verborrea es ofensa
si seguimos desarmados,
millones de confinados
merecen esta defensa! (13/4/20)

El reo en su confinamiento se lamenta, se cuestiona la reclusión, y la necesita volver a sentir la naturaleza en vena:

¡Mi reino por un paseo!
¡Basta de confinamiento!
El tiempo fluye muy lento
en esta vida de reo.
Si hay que pelear, peleo,
pero de esta inanición
he de salir, ¡maldición!
De qué sirve tener vida
si no se siente vivida
si se vive en reclusión. (17/4/20)

Quien nunca fue prisionero
no podía imaginar
lo duro que es un hogar
para un cuerpo aventurero.
Qué ganas tiene el viajero
de burlar a centinelas
y volver a izar sus velas
en el mástil de la vida.
Vida que da por perdida
sin el mar y sus estelas. (18/4/20)

Mientras tanto, los políticos siguen dando muestras de desunión, ineficiencia y partidismo:

Hoy no va esto de poética,
hoy dirijo mi filípica
a comentar la política
y la crítica es patética.
Por ética y por estética
gobierno y oposición
han de unirse en la gestión.
¡Basta de ya de buscar rédito!
¡Lo único que os dará crédito
es acción al alimón! (21/4/20)

Llega un Sant Jordi sin paradas de libros ni rosas, y por primera vez en muchos años la ciudad no puede disfrutar del día en que la literatura invade sus calles. Por suerte, la técnica me echa una mano y puedo publicar y distribuir un libro de poemas en Amazon "Islario de pasiones", sobre los viajes por las islas y mares griegos, a los que esta primavera no podré volver: 

Un Sant Jordi confinado
sin sus libros ni sus rosas,
sin sus calles bulliciosas
sin sus puestos de mercado.
El dragón nos ha encerrado,
pero no a nuestra esperanza,
la ilusión es nuestra lanza
y ese virus será historia.
Lograremos la victoria,
unidos siempre se avanza

Hoy cuento con emoción
que, a pesar de todo, vibro
por lanzar un nuevo libro
sin salir de esta prisión.
Gracias al dios Amazón,
el “Islario de pasiones”
con todas mis ilusiones
está a un clic de que lo leas;
así, si tú lo deseas,
compartirás mis rincones.

Hablo de navegaciones,
que son camino y destino
de mi cuerpo peregrino,
y de islarios que son dones.
Viaja conmigo, hay pasiones,
temores, descubrimientos,
hay mares, olas y vientos,
hay islas, pueblos, montañas,
y lo más, hay sentimientos. (23/4/20)

Ya se acerca la relajación del confinamiento, pero parece que quieren poner limitaciones a los mayores:

Queda mucho en el convento,
pues a las gentes mayores
amenazan los censores
darnos más confinamiento.
¡Basta ya de este tormento!,
niños, perros y currantes
han salido mucho antes,
¡dónde están nuestros derechos!
No es vida estar bajo techo
cuando hay poco por delante. (25/4/20)

Hoy, una buena noticia,
parece que a los mayores
los doctos gobernadores
nos tratarán con justicia.
Se descarta la estulticia
de prolongar nuestro encierro
y a padres, niños y perros
podremos acompañar
el sábado, a dios mediar,
si, por satanás, no yerro. (27/4/20)

Por fin, el sabado 2 de mayo parece que nos dejaran salir a la montaña aunque sea dentro del municipio. Preparo la bicicleta y suspendo los espinelas. Espero que no las tenga que reanudar:

Decido que de momento
suspendo mis espinelas,
voy a replegar las velas
anhelando nuevos vientos.
Se acaba el confinamiento,
cambia de tercio el poeta;
toca sudar camiseta
mañana por la mañana,
cuando, en las horas tempranas,
dejen ir en bicicleta. (1/5/20)

Ricardo Fernández Esteban ©


Gracias o todos los que me habéis seguido en estas singladuras poéticas, porque la compañía siempre ayuda a proseguir el viaje. El camino ha merecido la pena y esperemos que el destino sea agradable y poco a poco las cosas vuelvan a la normalidad. Aquí tenéis todas las espinelas del confinamiento ordenadas inversamente del último al primer día y este fue un poema anterior "La humanidad pende de un virus", que escribí al principio del confinamiento.

1 comentario:

elguantederita dijo...

El título es justo, porque no todas las décimas son espinelas, aunque sí todas las espinelas son décimas.