Miguel de Unamuno y Jugo (Bilbao 1864 - Salamanca 1936) es más conocido como novelista y ensayista que como poeta; sin embargo, tiene una profunda e incansable obra en verso en en busca de reflexiones existenciales. Como muestra, el último soneto que escribió 3 días antes de morir, cuando estaba en arresto domiciliario por el incidente ocurrido dos meses antes, siendo rector de la Universidad de Salamanca, con el militar fascista Millán Astray.
MORIR SOÑANDO
Morir soñando, sí, mas si se sueña
morir, la muerte es sueño; una ventana
hacia el vacío; no soñar; nirvana;
del tiempo al fin la eternidad se adueña.
Vivir el día de hoy bajo la enseña
del ayer deshaciéndose en mañana;
vivir encadenado a la desgana
¿es acaso vivir? ¿y esto qué enseña?
¿Soñar la muerte no es matar el sueño?
¿Vivir el sueño no es matar la vida?
¿A qué poner en ello tanto empeño?:
¿aprender lo que al punto al fin se olvida
escudriñando el implacable ceño
-cielo desierto- del eterno Dueño?
Miguel de Unamuno. 28.12.1936
Unamuno tenía una particular forma de entender la religiosidad y el siguiente soneto da bastantes pistas. También podemos apreciar los múltiples encabalgamientos que utiliza para intentar romper el sonsonete de la rima.
Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes
a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi ama endulzome noches tristes.
¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande
para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras
existiría yo también de veras.
Miguel de Unamuno.
En el portal A media voz encontraréis una Antología de su obra. Si os interesan datos generales os dirijo a su página en wikipedia.
Tradicionalmente, no se ha adscrito a Unamuno a las corrientes poéticas de la época, considerándolo más un “poeta de ideas”, pero en este interesante análisis de Mª Pilar Celma, se le cataloga como poeta modernista simbolista.
Adenda de diciembre de 2019: A mí me gusta la poesía de Unamuno, aunque si tengo que escoger prefiero sus novelas. Sé que él tuvo mucho interés en sus poemas en cuyos textos reflexiona en profundidad sobre su dudas existenciales y sus conceptos éticos, pero quizá le falta cuidar un poco más la forma o sea la estética. Este en un soneto que le acabo de dedicar en un homenaje colectivo:
A MIGUEL DE UNAMUNO, SU ÉTICA Y ESTÉTICA
cuestionas a tu Dios en tus poemas,
no sé si en busca de ángeles o jueces,
encuentras soluciones o problemas.
Razón te doy, la poesía es ética
indagación, tormento y reflexión,
pero no debe descuidar la estética,
lo que parece el quid de tu cuestión.
En cambio, en tus novelas, allí sí
has roto moldes viejos, con escritos
de contenido nunca baladí,
que logran superar caducos hitos.
Miguel de ti venero integridad,
porque hasta en tus errores hay verdad.
Ricardo Fernández