viernes, 20 de agosto de 2010

Cuadernos de Paros (act. XI-21)

Inicié mis Cuadernos de las islas griegas en Agosto del 2001, en la isla de Paros en el centro del Egeo y concretamente en Lefkes, en el centro de la isla, cuando desde la terraza de mi habitación empecé a describir lo que sentía y lo que veía: Desde la terraza me pongo a escribir / las cosas que veo, las cosas que siento.

Lefkes con la iglesia que lo preside y Naxos al fondo tras el canal

Un gallo canta cuando no es su hora,
es la hora del reinar de las estrellas,
de contemplar la iglesia iluminada
y de oír los sonidos del silencio.


En Lefkes, las calles son casa y las casas son calle.
Flores de todos los colores me acompañan, 
cantan las cigarras
y la gente se sienta frente a puertas azules.
Cada vez que miro descubro algo nuevo:
una tienda, un patio, una reja,
un arco, una escalera,
la plaza, el “kafenío”, 
la vieja barbería,
otra capilla más, azul y blanca,
o la antigua vivienda de la esquina
con la columna jónica en su vértice…
El mundo en una calle, porque en Lefkes 
la calle es una casa y las casas son calle.

Cuadernos de Paros 
Ricardo Fernández Esteban ©




Este que os enlazo es el primero de los poemas que escribí "Lefkes, en mitad del Egeo". Después, muchos otros viajes-cuadernos y muchas islas, recogidos en la trilogía de los: "Cuadernos de las islas Griegas", hasta llegar a octubre de 2021 en que he publicado "Por las islas griegas" una guía poética que recoge mis viajes durante más de 20 años por más de 70 islas griegas con mis recomendaciones personales. Guía que he revisado y ampliado en abril de 2023. Aquí tenéis más información del libro y en este enlace lo podéis conseguir en Amazon.


4 comentarios:

Iris dijo...

La islas griegas son uno de mis mitos, pero desgraciadamente las conozco poco. La lectura de estos versos me está animando a volver.

Yhedra Yhomisma dijo...

Todos, no importa si fuimos hombres o mujeres, quisimos hacer ese viaje alguna vez, perdernos en el mar azul , hacerlo nuestro, persiguiendo la estela de los pasos de Ulises. Convertir el sueño en realidad debió ser una gozada. Y más aún contarlo en verso. Enhorabuena. Besos.

Anónimo dijo...

Es un viaje que queda siempre ahí para hacer, ese misticismo, ese ayer que recrea esas islas, sin duda fueron una fuente de inspiración para tus letras. Besos !!

Fernando dijo...

Felicidades, eres un afortunado, todos desearíamos fondear en una isla griega y vivir un tiempo inmersos en ese entorno azul cobalto intenso.