jueves, 1 de septiembre de 2016

Elvira Sastre

Descubrí a Elvira Sastre (Segovia, 1992) por casualidad al abrir un libro en una librería y encontrame con el poema que os copio. Luego he leído su poemario y he descubierto una poeta de raza con fuerza en sus versos, de la que dice Benjamín Prado que ha enseñado a nuestra poesía el idioma de la juventud. Habrá que ir siguiéndola, porque ya es mucho y promete más.


REINA DE MI CASTILLO DE AIRE

Siento una urgencia extrema
de no decirte nada,
como si en mi pecho
cabalgaran ambulancias en silencio.

Debe ser que a veces
me da por pensar
que este olvido me queda algo grande:
se me cae de los dedos,
empapa mi pelo como una tormenta,
anuda mi estómago y ata mis manos.

Me sobra olvido
por los pies cuando paseo
y llego a tu casa
y observo tu buzón
que me grita todo lo que no nos contamos.

Me sobra olvido
por las manos
cuando se abren para cogerte
y vacío es lo único que encuentran:
nunca imaginé que las mismas alas
que abracé con ternura
te llevarían tan lejos de mí.

Me sobra olvido
cuando duermo
y no pasa nada,
y no suenan pájaros,
y arriba solo hay techo,
y no quedan rastros del huracán:
unas bragas en el suelo o tu pelo durmiendo o tu mano
a un centímetro de la mía
—como si me hubiera buscado en sueños—;
nada,
la sábana en una esquina o la almohada mojada
 o tu calor
dado la vuelta;
nada,
diez llamadas perdidas o una botella de agua vacía o
tu olor empapando mi suerte;
nada,
un disco terminado en el ordenador que aún parpadea,
como si fuera una alarma que avisara
de que hasta lo más bello termina.

Nada:
solo este orden justo y preciso,
este orden que ya es solo mío y no encuentra lugar en el que caerse,
este orden que no se va porque no vienes.
Este orden
que también me sobra.

Me sobra olvido
también
de las canciones que tengo prohibidas,
de esas palabras
que ya no sé pronunciar,
de todos los ángeles
que me abandonan,
de cada día que tropiezo
con la misma pregunta:
¿no es olvido y recuerdo la misma cosa?

Me sobra olvido,
ya ves qué tontería,
cómo puede sobrar algo que no se tiene.

Si pudiera llamarte amor
o si pudiera
tal vez
solo llamarte.

Amor.
Me sobra olvido.


Elvira Sastre



En su página web, podéis encontrar información sobre su biografía, libros publicados, vídeopoemas y una antología de sus poemas que publica en su blog "Relocos y recuerdos". Aquí os dejo un vídeo donde recita "Quiero hacer contigo todo lo que la poesía aún no ha hecho".


Pero como siempre os recomiendo acudir a los libros: Ya nadie baila (2015) es una antología de sus dos primeros poemarios publicados: 43 maneras de soltarse el pelo y Baluarte, más unos cuantos poemas que hasta ahora eran inéditos; Y La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida (2016), prologado por Joan Margarit, que recoge otros 26 poemas.




















Adenda de marzo de 2020: 

Cuando efectué las entrada anterior, Elena Sastre empezaba a darse a conocer, y 
dije "Habrá que ir siguiéndola". Pues ahora ya es un fenómeno mediático en el, normalmente, pequeño mundo de la poesía, que llena teatros y auditorios y que el año pasado saltó a la novela ganado el premio Biblioteca Breve con "Días sin ti".

Aquí tenéis como muestra una entrevista en INFOBAE, otra en Jot Down y una reseña en el Ideal de un acto en Granada. Y aquí unos cuantos poemas suyos. Siempre es bueno que la poesía trascienda de los pequeños espacios y se abra a un público más amplio, y en esta ocasión más, por la calidad de la autora y su visión renovadora.




EL HÁBITO DE HABITARNOS

Me pregunto si es esto:
las palabras encajando en las notas,
la calma del equilibrio minúsculo
y el mínimo sobresalto que sale de dentro,
lo
ajeno
que
ya
es
propio.

Me pregunto si es esto:
el recuerdo en presente,
la mano experta tendida sin rozar apenas,
un silencio cómodo habitando entre miradas,
la
rutina
que
ya
es
perenne.

Cada noche
abrazo la respuesta.

Elvira Sastre

2 comentarios:

Felipe Sérvulo dijo...

Agradecido de que me hayas acercado a esta poeta tan buena

Unknown dijo...

Sí, es una delicia leerla.