sábado, 21 de septiembre de 2024

Juan Gil-Albert

Juan Gil-Albert (Alcoy, 1904 - Valencia, 1994), fue poeta y ensayista. Por edad podría haber sido miembro de la generación del 27, pero no comenzó a publicar hasta la guerra civil. Los exilios que sufrió (primero el exterior hasta su regreso en 1947 y luego el interior) hicieron que fuese poco conocido hasta la llegada de la democracia a España a mediados de los 70's.

Juan Gil-Albert. Pintura de Enrique Climent, 1940


EL BUDA

He pedido a los labios de la vida
mutismo más que besos. Me he mirado
en los hondos espejos de la nada
para fijar en ellos la presencia
de mi fugacidad. Rompí las normas
que dóciles legáronme los míos
cual un caudal inerte. Y fui a los montes
a contarles mis cuitas con el pecho
unas veces sumido en su tristeza
otras casi rompiendo en aleluyas
su corazón. La tierra y el silencio
fueron el gran palacio de mi suerte,
rincón en que ignorado pude solo
lograr la paz. La paz, la paz terrible,
la paz que me arrullaba la firmeza
sin fe ni arraigo en nada: la paz pura.

Juan Gil-Albert de "Fuentes de la constancia" (1984)


LA PRIMAVERA (Homenaje a Franz Lehar)
                
¿Quién no se ha puesto un día una guerrera
de húsares, azul, un quepis negro
con un aigret flamante, y las espuelas  (*)
con que el caballo vals galopa firme
dentro de los espejos fugitivos
y cual viento de mayo se ha lanzado
a la ocasión que pasa, al dulce atisbo
de la aventura errante, para luego
llorar amargamente sobre el rastro
de una estrella fugaz?

Juan Gil-Albert 

    (*) Aigret: pluma de ave que se coloca en los sombreros


EL SUICIDA  (Homenaje a Larra)
 
No quería saber que el día largo
acabaría así. Que el día corto,
un largo túnel verde y rumoroso,
bruscamente fallara. Aquellos besos,
aquella entrega entera se ha fundido
con el no ser. Si al menos los amantes
hubieran fracasado al mismo tiempo.
Uno en cambio subsiste aleteando
sobre la tierra muda. Qué impotencia
y qué desolación. Sólo le queda
o desertar los mágicos lugares
donde la imagen plena lo acompaña
vacía de su cuerpo o consumirse
de tristeza pisando los caminos
por donde no se vuelve. Si le dicen,
sólo el tiempo mitiga las desgracias,
eso es lo que le espanta, que un buen día
pueda ser como un nuevo personaje
que ha pasado una página intangible
de un libro fantasmal.


Juan Gil-Albert 


En estos poemas que el poeta corta en endecasílabos, hay unos cuantos versos con encabalgamientos bruscos o sinalefas forzadas. Si esos versos se cortasen de otra forma, se facilitaría la lectura manteniendo el buen ritmo poético que tienen. Ya no podemos preguntar al poeta por qué los cortó así (supongo que por mantener un supuesto poema en endecasílabos), pero creo que es bueno defender que hay que facilitar la lectura de los poemas, y un buen corte versal lo hace.  Por ejemplo:

(...) bruscamente fallara. Aquellos besos,
aquella entrega entera se ha fundido
con el no ser. Si al menos los amantes (...)

Se recita mejor y con más ritmo con estos otros cortes versales:

(...) bruscamente fallara. 
Aquellos besos,
aquella entrega entera se ha fundido
con el no ser. 
Si al menos los amantes (...)

Quede constancia de mi opinión, como siempre abierta a la discusión constructiva. Os dejo, por último, un soneto escrito cuando regresó de su exilio exterior, muestra de su dominio de la expresión poética y del ritmo.


SONETO XXIX

El pulso de mi padre, su esperanza,
tengo en mi mano a punto de extinguirse,
a punto de cesar o de evadirse
a una región más honda... Leve lanza

su apenas perceptible balbuceo,
cual si entre este latir y su morirse
no mediara ya nada, apenas irse.
¡Tan solo!, aunque lo toco y aún lo veo.

En esto vocecillas infantiles
óyense desgranar: sus nietos llegan
cual si una clara fuente en los pretiles

se abriera del ocaso... Estar naciendo
¿es similar latido a estar muriendo?
Y uno y otro se funden y me anegan.

Juan Gil-Albert de Concertar es amor (1951)


En la biblioteca virtual Cervantes, podéis encontrar su bibliografía y una amplia selección de sus poemas. Y en Zenda cinco poemas suyos. Si queréis profundizar en su obra, os dejo acceso a un completo artículo de Francisco Díaz de Castro sobre "La poesía de Juan Gil-Albert, desde su regreso a España" y otro de Manuel Valero Gómez sobre "La presencia de Juan Gil-Albert en la poesía española del siglo XX"




Lamentablemente, parece que este libro está agotado. Este es uno de los problemas de las ediciones de pocos ejemplares que se agotan y a la editorial no le es rentable reimprimir. Esto se solucionaría con la impresión "on line", pero parece que nuestros editores no están por la renovación tecnológica.

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