Las Joras son las antiguas capitales de las islas del Egeo. Pueblos bancos de intrincadas y escalonadas calles que intentan resistir la llegada del turismo. La de Amorgós, en las Cícladas, es una de mis preferidas y de momento va manteniendo su encanto. ¡Qué dure y qué lo podamos disfrutar!
Otra vez
en la Jora de Amorgós
con
miedo de encontrarla diferente,temiendo que los años transcurridos
la hayan turistizado. Pero no,
subiendo por la calle principal
los bares y tabernas son los mismos,
alguna tienda nueva de artesanos
se integra sin problemas, nada cambia
y lo que cambia no me desentona.
Esa
mezcla en la justa proporción
entre lo
viejo y nuevo, porque el pueblodisfruta de la vida, pocas prisas,
con turismo integrado en sus quehaceres,
con sus flores, sus calles intrincadas,
sus plazas, sus capillas y sus músicas.
La Jora no renuncia a sus costumbres,
mantiene su pasado y no se vende,
vislumbra su futuro y no lo compra.
La Jora nos ofrece, como siempre,
su banderín de enganche, su equilibrio,
¡qué más podemos ser que admiradores
con ganas de pasar a residentes!
Cuadernos de las islas griegas. Ricardo Fernández Esteban ©
ADENDA DE SEPTIEMBRE DE 2020
Escribí este poema 2007, en mi tercera visita a Amorgós. He vuelto después bastantes veces y sigo confirmando lo dicho. Espero hacerlo también la próxima vez, pero cada vez es mayor el peligro de la masificación y mejor evitar las épocas de aglomeraciones. Aquí tenéis unas cuantas fotos de la Jora, y en este enlace otro poema que le dediqué el año pasado ¿Cuántas capillas conviven el la Jora de Amorgós? y los que he dedicado a Nikuria, una pequeña isla su costa norte.
Escribí este poema 2007, en mi tercera visita a Amorgós. He vuelto después bastantes veces y sigo confirmando lo dicho. Espero hacerlo también la próxima vez, pero cada vez es mayor el peligro de la masificación y mejor evitar las épocas de aglomeraciones. Aquí tenéis unas cuantas fotos de la Jora, y en este enlace otro poema que le dediqué el año pasado ¿Cuántas capillas conviven el la Jora de Amorgós? y los que he dedicado a Nikuria, una pequeña isla su costa norte.