sábado, 10 de octubre de 2015

Ana Montojo (act. V-22)

(Entrada actualizada en V-22) Ana Montojo (Madrid, 1949) dice que llegó tarde a la poesía, pero llegó bien, con la experiencia y el buen hacer que dan los años, sabiendo combinar perfectamente texto y ritmo. Yo también he llegado tarde a ella, pero me he convertido en uno de sus admiradores. A entrada entrada que le dediqué hace años, le he añadido un poema y he publicado un artículo en "Las nueve musas" sobre su poética tras leer su antología personal "Por si esto fuera poco"


PERFECCIONISMO

 Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño.
(Joaquín Sabina)
Es enternecedor
ese esmero tan tuyo
en lograr la excelencia del destrozo
sin una concesión a la chapuza;
ese don especial
de llamar a las cosas por su nombre.

Se trata
de no dejar resquicio a la esperanza
ni piedra sobre piedra;
de matar los recuerdos,
no vaya a ser que alguno fuera hermoso
y nos traiga de pronto
un instante de duda inoportuno.

Me lo dijiste
con esa forma tuya de mirarme
y esa necesidad de hacerme daño.

Con ese virtuosismo que despliegas
solo para alcanzar
la máxima expresión de la derrota.

Ana Montojo



LOS VAQUEROS
                 
                 Solo me juzgo por lo que siento,
                     no por lo que razono.
                                        (Montaigne)

Recuerdo aquel verano -el del sesenta y cinco-
cuando eras aquel chico tan guapo que cantaba,
al que mejor sentaban los vaqueros.
Tú eras el capricho de las nenas,
el terror de los novios,
el sueño húmedo de suegras potenciales,
y yo apenas entraba en una adolescencia
boba y muerta de miedo, sin conciencia de mí
ni de que yo pudiera valer algo.

No sé por qué demonios te fijaste
en esa chica tímida
de la pandilla de los más pequeños,
el caso es que cualquier posible contrincante
regresó a sus cuarteles y replegó sus fuerzas
ante un rival con semejante historia.
Me dejaron inerme, teniendo que lidiar
contra todas tus armas.
Dieciséis años contaba por entonces.

No hace falta que cuente lo que vino después
-largo noviazgo de pecados tristes,
muchas visitas al confesonario,
lunas llenas de cuernos,
propósito de enmienda,
dolor de corazón y al fin la boda
con el tul ilusión hecho jirones.

Cuatro hijos contando al que se fue
-revisando las fotos me preguntas
qué niño es cada uno de esos niños
que nos sonríen desde la memoria-,
el oscuro enemigo que se instaló en tu mente
hasta echarme de casa. Y los papeles rotos.

Muchos años perdida en espejismos
queriéndome morir más de mil veces,
pasiones desbordadas y un futuro imperfecto
por no saber cortar el hilo de la culpa
porque estabas ahí, tú siempre estabas,
tú y tu inmisericorde soledad,
la que todas las noches dormía a mi costado.

Pero ya no es cuestión
de andar pidiendo cuentas a la vida.
Ahora que ya no eres
ese chico tan guapo y los vaqueros
no te sientan tan bien, sabrás que existe
otra forma de amar
que no entiende de orgasmos,
que no va a derretirse entre gemidos,
pero que hoy, precisamente ahora
no va a dejarte solo.


Las horas contadas. Ana Montojo


No hay demasiada información de Ana Montojo en las redes. Que yo sepa, ha publicado ocho libros de poemas: La niebla del tiempo (2010), Plantas de Interior (2012), Vivir con lo puesto (2015), “Ese atronador silencio de los pájaros” (2016), “Jaime” (2016), Las horas contadas (2017), Un solo de saxo y Daños colaterales (2019), y una antología personal Por si esto fuera poco (2021) donde recoge sus poemas preferidos que escribió la pasada década.  Aquí tenéis una bio y bibliografía y este es su blog El humo ciega mis ojos , del que he rescatado este otro poema.


MÍRAME

Deja ya de mirar hacia la calle
mientras la camarera nos pregunta
si queremos la leche bien caliente
o si la preferimos más bien tibia.
No me hables más del tiempo, que ya sé
que hace un calor impropio de estas fechas,
ni repitas de nuevo
las sandeces que dicen los políticos,
que ya me tienen harta.
No muevas más las manos en el aire
ni te subas las mangas ni te abroches
por enésima vez
el último botón de la camisa;
déjala un poco abierta, que me ponen
esos vellos rebeldes que se asoman
como pidiendo guerra.
No me cuentes la última película
ni ese libro tan gordo que has leído.
Cállate, por favor, calla un momento,
deja las manos quietas y, de una puta vez,
mírame tres segundos a los ojos.


Ana Montojo

Por último, acabo de descubrir este poema en su muto de facebook, y no me resisto a copiarlo:

GINTONIC

Hoy, tras mucho pensar, he decidido
inventarme una vida,
dejar de lamentarme por lo que ya no tiene
ninguna solución ni vuelta atrás
y fabricar recuerdos que nunca sucedieron.

A quién va a interesar, al fin y al cabo,
que sea o no verdad lo que yo cuente;
a esta edad lo que importa es tener una historia
que despierte en los otros una pizca de envidia
y una añoranza dulce en nuestras noches.

¿Recuerdas aquel día -¡qué torpeza!-
que se vertió el gin tonic?
Cayó por la abertura de mi escote
y estabas tan sediento que bebiste
las gotas que rodaban por mi pecho.
Era tanto el calor que nos pasábamos
los cubitos de hielo, goteaban
en tu boca y la mía.

Y más tarde encontraste
una piel de limón sobre mi vientre
y algún granito de pimienta rosa.

-Ya no me gusta el whisky -sentenciaste-
quisiera otro gintonic.

-Pero esta vez será con cardamomo...

Ana Montojo










sábado, 3 de octubre de 2015

A Enrique Clarós, in memoriam

El pasado día 29 nos ha dejado repentinamente Enrique Clarós Lloret (Sabadell 1959 - Barcelona 2015) compañero de tertulias y asociaciones literarias. Como suele ocurrir con las pérdidas imprevistas, nos hemos quedado transpuestos dejando pendientes preguntas por hacerle y proyectos por compartir. Nos queda su profunda y compleja palabra escrita y su recuerdo, pero nos falta mucho más. Descanse en paz.




















A ENRIQUE CLARÓS, IN MEMORIAM

La nostalgia es lo único que nos queda a quienes no creemos en el futuro…
E. Clarós
Ya nadie puede preguntarte
por qué no crees en el futuro;
nadie, ni mucho menos yo
que te hablo desde el otro lado del espejo.
Es demasiado tarde,
la noche del no-ser no tiene luz que guíe,
o quizás sí, quizá sí que la tenga, y hasta luna y estrellas,
y el “no” de allí exprese afirmación,
pero mi escasa fe me impide
imaginar el nuevo espacio en el que habitas.  

De ti me quedan tus palabras.
Lo que antes fue materia moldeable
se ha convertido en roca, ya es perenne,
ya no admite matiz, ni un nuevo enfoque.
Ya no podré pedirte que me expliques
el arcano del verso, la razón de la arista, el porqué de la curva.
Ante el arduo trabajo, no me atrevo
a cincelar tu voz escrita en piedra
en busca de la fuente o de la lava;
prefiero que repose en tus escritos
y prometo volver
cuando consiga serenar el alma agnóstica.

Reniego del pasado
por no tratarte más, amigo Enrique,
y niego la mayor
porque quiero creer que esas palabras
eran literatura y nada más.
Adiós, o hasta la vista si hay futuro.


Ricardo Fernández Esteban ©


Tenía prevista dedicar una entrada del blog a Enrique Clarós. Ahora a vuela pluma, como fueron escritos mis versos, cuelgo un poema suyo.


ANÓNIMO IMPALPABLE (a J.A. Valente)

Y tomó la forma del agua,
la invisibilidad líquida
para poder tocarte.

Se convirtió en arena,
disuelta en la infinitud del desierto
para ser tu huella.

Fue aire en el viento caprichoso
envolviendo el espacio
para respirar en ti.

Y es el mismo que ahora
desordena en silencio
las hojas de tu patio solitario,
y las del libro olvidado 
que aún te espera.

Creo en la noche (2014).
Enrique Clarós 

Este fue su primer libro publicado: "Creo en la noche", y póstumamente se publicó "El vértice de cada hora". Aquí tenéis un artículo de Anna Rossell sobre ese último libro. Y este es el obituario que publicó la ACEC de la que era miembro.



Adenda de noviembre de 2024: Reviso periódicamente las entradas del blog para que este archivo no sea un simple depósito, sino que recoja actualizaciones, novedades o asuntos que se nos quedaron en el tintero.

Han pasado ya nueve años desde la muerte de Enrique. Al reencontrarme con el poema que escribí entonces y con uno de los suyos, he visto que al menos faltaba algún poema de su libro póstumo "El vértice de cada hora"

SENSIBILIDAD INTACTA

Me encuentro hoy
explorando los ondulantes
valles húmedos
que surcan y se arremolinan
en la irrepetible huella 
dactilar de tu tacto,
tiernas yemas que trazan
una caligrafía indescifrable
en el punto de contacto
que une la superficie
de nuestra piel desfallecida.

Enrique Clarós (de "El vértice de cada hora")

sábado, 26 de septiembre de 2015

Manuel Reina

Manuel Reina Montilla (Puente Genil, Córdoba 1856 - 1905) literato y político. Precursor del modernismo, su poesía comenzó influenciada por los románticos españoles y luego derivó más hacia el parnasianismo y simbolismo francés.



CLAVELES ROJOS

Rojo clavel abierto y perfumado
ostentaba su pompa y lozanía
sobre el nítido encaje, que cubría
las gracias de tu seno cincelado.

Aquella flor de pétalo encarnado
-viva llama que aromas esparcía-
deshojéla, gozoso, en la onda fría
del champaña de espuma coronado.

Ciego de amor, la copa reluciente
del áureo vino, que al placer provoca,
apuré con afán y ansia vehemente.

Mas calmada no vi mi fiebre loca,
hasta que deshojó mi labio ardiente
el clavel encendido de tu boca.

La vida inquieta (1894). Manuel Reina


LA ESTATUA

En medio del jardín yérguese altiva,
en riquísimo mármol cincelada,
la figura de un dios de ojos serenos,
cabeza varonil y formas clásicas.
En el invierno, la punzante nieve
y el viento azotan la soberbia estatua;
pero ésta, en su actitud noble y severa,
sigue en el pedestal, augusta, impávida.
En primavera, el aureo sol le ofrece
un manto de brocado; las arpadas
aves con sus endechas la saludan;
los árboles le tejen con sus ramas
verde dosel; el cristalino estanque
la refleja en sus ondas azuladas,
y los astros colocan en su frente
una diadema de bruñida plata.
Mas la estatua impasible está en su puesto
sin cambiar la actitud ni la mirada.
¡Así el genio inmortal, dios de la tierra,
siempre blanco de envidias o alabanzas,
impávido, sereno y arrogante,
sobre las muchedumbres se levanta!


Manuel Reina


En "Poetas andaluces" podréis encontrar información sobre su biografía, y unos cuantos de sus poemas. En wikipedia encontraréis más datos y su bibliografía. En la biblioteca virtual Miguel de Cervantes más poemas suyos. Y en wikisource una antología más completa con 44 poemas.


jueves, 17 de septiembre de 2015

Juan Manuel Romero

Juan Manuel Romero (Sevilla, 1974) es filólogo, profesor y periodista, y ha publicado siete libros de poemas desde 1999: Los ángeles confusos, Invitaciones sospechosas, Casa quemada, Golpes, Las invasiones, Hasta mañana y Desaparecer


Aquí tenéis una reseña de Desaparecer y uno de los poemas de ese libro.

IGUAL QUE QUIEN INJERTA

Igual que quien injerta
sobre la rama abierta el brote nuevo,
así te llevo en brazos al dormirte.
Me ha pesado entender que dando vida
estás atándote a la vida,
y creces cuando ayudas a crecer.
Cada día me ato más a ti
para que corra el tiempo por nosotros.
Te llevo en brazos
pero eres tú quien me sostiene.

Desaparecer (2014). Juan Manuel Romero.


Este otro poema es de su anterior libro Hasta mañana.

BIOPSIA

Espero el resultado
y surge la palabra aceptación.

En ella hay algo lento
que se mueve con fuerza
como savia que alcanza brotes altos.

En ella hay una luz que cuesta comprender,
lo mismo que en la ola que rompe contra el dique
y pese a ello vuelve.

Espero el resultado de la prueba
y pienso en la palabra acptación
como un punto de apoyo
                                o de partida
sin miedo al otro lado de mí mismo.

Hasta mañana (2008). Juan Manuel Romero


No he sabido encontrar, o casi no hay en la red, enlaces a antologías de sus poemas. En este vídeo veréis el resumen de una lectura poética suya en el Ateneo de Granada. Y aquí hay otros poemas que he encontrado de sus anteriores libros: Fragmentos y Sequía y Velocidad.
















Adenda de enero de 2022: En 2020 Juan Manuel Romero publicó un nuevo libro de poesía, Contra en rey, ganador del Premio de Poesía Ciudad de Córdoba. Aquí tenéis una reseña con algunos poemas del libro del también poeta Carlos Alcorta



miércoles, 9 de septiembre de 2015

Izar las velas

(Entrada modificada en 2023) Este poema "Izar las velas" forma parte de mi libro "Islario de pasiones" que contiene poemas sobre mares, de islas y la pasión por navegarlos o habitarlas. Las islas son griegas, como lo son los mares que las circundan. La pasión es de quien escribe, de quien navega y de quien habita, que se intercambian las voces en el relato dudando entre el camino y el destino (aquí lo podéis conseguir en Amazon). Además, he tenido la suerte de que Maira Fournari, me haya traducido al griego bastantes de esos poemas y se hayan publicado en una edición bilingüe "Islario de pasiones/ Νησολόγιο παθών".



IZAR LAS VELAS
para Lluís Ferrés, que inspiró y sabe hacer realidad este poema

Levar el ancla, liberar el barco,
izar las velas, atrapar la brisa
que nos regala impulso. Abrir el rumbo,
liberando la escota, hasta la aleta.
No buscar la ceñida que hoy la caña
quiere servir al viento, no enfrentarse
con él, ¿qué importa el pétalo que escoja
si cualquiera conviene de la rosa?

Dejar que el horizonte difumine
el perfil de los montes de la isla,
otros a proa esperan tu arribada
y a veces el azar y su consejo
es la mejor bitácora del viaje.
Deja en paz la electrónica y verás,
si navegas en busca de experiencias,
que la mejor escuela es la Odisea.

Es tan fértil en islas el Egeo
que breve te será la singladura;
este mar es camino de destinos
aunque dejes al viento de patrón.
Al divisar la costa evita puertos,
busca abrigo, fondea e imagínate
lo que pudo haber sido navegar
sin cartas, GPS, ni compás.

Islario de Pasiones. Ricardo Fernández Esteban ©

Este poema está dedicado a Lluís Ferrés Gurt, conocedor de las artes del navegar y amante del Egeo. Si queréis disfrutar de este Mediterráneo que une tantas culturas os recomiendo cualquiera de sus libros.



Mi poemario Islario de pasiones recorre el círculo virtuoso del navegante, que debe escoger entre el camino y el destino, entre seguir recorriendo islas o residirlas. El mar, el viento, los puertos, las islas y sus perfiles, el recuerdo de lo perdido y la esperanza de recuperarlo, le acompañan en este viaje mítico a través de archipiélagos nítidamente griegos. Aquí lo podéis conseguir en papel o digital en Amazon, si preferís las librerías físicas, hay ejemplares en Altaïr (Gran Vía 616, Barcelona).


Si os interesan las islas griegas, mi libro "Por las islas griegas", ampliado en 2023, recoge más de 25 años y más de 70 islas visitadas, con mis anotaciones sobre mis playas, restaurantes, hoteles y otros lugares preferidos. Aquí lo podéis conseguir en Amazon; si preferís las librerías físicas, hay ejemplares en Altaïr (Gran Vía 616, Barcelona).


martes, 1 de septiembre de 2015

Gutierre de Cetina

Gutierre de Cetina (Sevilla 1520, Puebla - Méjico 1557). Poeta de inspiración petrarquista, también influido por Garcilaso y Ausias March. De familia noble fue militar y uno de los primeros que escribió madrigales en castellano (poemas breves amorosos que combinan endecas y heptasílabos).


Éste es su madrigal más conocido.

OJOS CLAROS SERENOS...

Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.

Gutierre de Cetina

Aquí tenéis este madrigal recitado por el gran actor Luis Prendes.



Y uno de sus sonetos 

AMOR MUEVE MIS ALAS, Y TAN ALTO

Amor mueve mis alas, y tan alto
las lleva el amoroso pensamiento,
que de hora en hora así subiendo siento
quedar mi padecer más corto y falto.

Temo tal vez mientras mi vuelo exalto,
mas llega luego a mí el conocimiento
y pruébase que es poco en tal tormento
por inmortal honor un mortal salto.

Que si otro puso al mar perpetuo nombre
do el soberbio valor le dio la muerte,
presumiendo de sí más que podía,

de mí dirán: Aquí fue muerto un hombre
que si al cielo llegar negó su suerte,
la vida le faltó, no la osadía
.

Gutierre de Cetina

En este enlace podréis encontrar una antología de sus poemas y en este otro una biografía con referencias a su obra poética.

Por si os interesa profundizar en las influencias de la poesía italiana en este poeta, os dirijo a un documentado estudio de Jesús Ponce Cárdenas, Cauces de la imitación en el Renacimiento: Gutierre deCetina y Nicolò Franco.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Ciclando de Barcelona a la Val d'Aran

Otro año más, en el mes de Agosto de 2015 emprendí con un grupo de amigos una ruta de montaña de varios días en bicicleta. Salimos de Barcelona y llegamos hasta el valle de Arán. Seis días, con más de cuatrocientos kilómetros y diez mil metros de desnivel, cruzando unos paisajes preciosos por el Pirineo, muchos de los cuales desconocía. Como el año anterior, quiero dedicarle una vuelapluma al viaje, a mi bici y a los amigos que me acompañaron. Si defiendo que se pueden escribir poemas sobre cualquier tema, cómo no hacérselo a esta travesía, que tuvo mucha "épica" y mucha "lírica".


CICLANDO DE BCN A LA VAL D'ARAN

Vuelvo a coger la bici en plan de travesía
y salgo de mi casa con rumbo al Pirineo;
se trata de cruzar el territorio,
evitando el asfalto en lo posible,
desde mi Barcelona a mi valle de Arán.
Cuatrocientos kilómetros de ruta
y más de diez mil metros de subida
es un buen desafío, si al motor
le sobran temporadas y le falta potencia.

Pistas, senderos, ríos…
montañas que nos crecen cada año,
pendientes que te imponen, descensos que acongojan,
barro, sudor y sed… 
¿Es eso masoquismo o es placer?
Ante todo es pasión: (vehemente apetito o afición);
pero si vas al diccionario encontrarás
que es palabra compleja en sus significados,
como es el ser ciclista de montaña.

Nos entregamos mucho,
pero la bici nos devuelve mucho más:
el ciclar en equipo con amigos,
el dar y el recibir, el compartir…;
el penetrar en la naturaleza, sintiendo los paisajes
porque los ganas lentamente, metro a metro,
cuando te impulsa el combustible propio
y avanzas a tu paso sin más ruido
que el rumor de un arroyo, el silbido del viento,
o el tañer del cencerro de las vacas que pastan.

Nos da mucho el camino, mucho más que las Ítacas
y más que los kilómetros y alturas,
nos da su compañía y nos recuerda
que hemos de ser humildes y aceptar
el ritmo de las piernas y los años;
en bici la potencia no es algo que se compre,
la tienes que ganar aplicando tu esfuerzo.

Ricardo Fernández Esteban ©


Si alguno de vosotros pedalea en BTT os puedo facilitar los 6 "tracks" de esta ruta, con finales de etapa en Santa Mª de Merlès, Bagà, Gramós, Llavorsí, Espot y Viella.

Junto al Llobregat aguas arriba de Navàs 
Cruzando la riera de Merlès
Yendo hacia la Mare de Déu dels Oms
Junto al refugi de Quatrepins 
En Montgarri, entrando en la Val d'Aran
  

Adenda de agosto de 2022: Siete años después he cambiado de bici y ahora me ayuda un motor eléctrico. Me ayuda en parte, porque hay que seguir pedaleando y las subidas cada vez parecen más pendientes. Creo que despúes de más de 30 años, dándole al pedal sin ayuda, ya me lo he ganado. De todas formas, la bici eléctrica tiene mucha menos épica y lírica que la de "pulmón"; por eso no me motiva escribir poemas de mis correrías electrificadas, aunque se siga pasando muy bien en estas excursiones.

sábado, 15 de agosto de 2015

Bárbara Butragueño

Bárbara Butragueño (Madrid, 1985), abogada, ilustradora, poeta y... seguro que más cosas, la he descubierto surfeando por las redes. No he descubierto mucho, os dejo un poema y unos enlaces, pero no he sabido encontrar nada de los últimos meses.



HAS ENTRADO EN MIS CIUDADES ARRASADAS
tanteando los objetos con tu hábil mansedumbre
y me miras como quien grita que viene en legión a hacerse himno
a romper mi fuselaje
a temblar con sus dedos la pureza que me queda.

Como si pudieras volverme cierta
me besas rompes las alambradas quemas la cáscara vacía
y hay algo de lumbre en tu mirada algo de bestia delicada 
                                                         con vocación de jungla.

Y te digo sí porque cercas el origen de las sombras
                                              y me haces agua y no desierto
porque en tu cuerpo la música es hondura
grieta entre la sal
y dices que vienes a hermanarte en mi fervor como un latido
y lo dices sin terror ni trayectoria
sin cemento ni herrumbre ni egoísmo
ni grandeza inventada ni fractura.

Pulsas mi cuerpo en su oscura transparencia
mi cuerpo sin fuego sublevado ni hueco que me nombra
y ahora limpios los establos por fin soy luz desde la luz
cadáver sin urgencia.

Tú me haces hallazgo.

Tú me haces claridad ardiendo el pulso ciego de las cosas.

Bárbara Butragueño


Barbara tenía una web, pero ya no se encuentra operativa. No sé el motivo y su blog tiene muy poca actividad. En fin, quizás vosotros o ella misma, nos pueda explicar los porqués. En este vídeo la podéis escuchar recitando No hay rumboAquí tenéis una reseña suya y aquí otros dos poemas suyos . Como os he dicho no hay nada reciente, ninguna entrada de este año.



Adenda de enero de 2022: Bárbara Butragueño publicó Casa útero en 2016 y aquí tenéis una reseña y uno de los poemas del libro. El enlace a la web da error y su blog no tiene entradas recientes. Tampoco encuentro en internet información de actividades literarias recientes.



domingo, 9 de agosto de 2015

Recordando Andíparos (act. XI-21)

Andíparos es una pequeña isla griega separada de su isla madre, Paros, por un canal de sólo una milla de amplitud. Pero, más que una milla, es (o era, porque todo se va perdiendo) la diferencia entre un lugar turístico y otro que recuerda lo que en nuestras costas perdimos hace mucho. 

Despotikó, Andíparos y Paros

CRUZANDO EL CANAL

Un canal de una milla es más que suficiente
para que aísle —nunca mejor dicho—
Andíparos de su isla madre Paros,
para reencontrar al mundo de otra época
para sentir crecer deseos de quedarse,
para cambiar el transitar por residir

y para  enraizarse contemplando
como atardece el sol frente a Despotikó.


Ricardo Fernández Esteban (2001)©



Al sur de Andíparos hay otra isla, Despotikó, también separada por un canal pero éste sólo de poco más de cien metros, que era un paso más hacia el paraíso. Tanto que en su día no la quise pisar, por aquello de ser pronto para las Ítacas. 

Despotikó al fondo, tras la capilla de Aghios Georgios



PIEDRA Y CONCHA

En el canal de Despotikó
se mecen dos barcos.

Hago saltar piedras sobre el mar
y me guardo una.

Han plantado un par de tamariscos,
la taberna es nueva
y un cartel anuncia travesías.
Recorro la playa
y cojo una concha de la orilla.

Piedra y concha para recordar
que nunca pisé Despotikó.

Ricardo Fernández Esteban (2004) ©



Entre esos dos poemas median pocos años de distancia por los alrededores del cambio de siglo, pero los cambios son rápidos y las oportunidades hay que cogerlas al vuelo. Volví a Andíparos en 2009 y tampoco pisé Despotikó, esperé hasta 2019 para llegar al momento de hollar mi "Ítaca".


PONGO PIE EN DESPOTIKÓ

Devuelvo piedra y concha al mar
en el embarcadero de mi Despotikó.
Dieciocho años después cruzo el canal
y pongo pie en mi Ítaca,
que como todas las islas deseadas
solo ha sido una excusa, que el camino
siempre es más importante que el destino.
Cumplida la promesa, ya es momento
de buscar buen amarre
olvidando el rosario de fondeos,
la rosa de los vientos
y los puentes de plata en el azul.

Ricardo Fernández Esteban (2019) ©


Acabo de publicar en octubre de 2021 "Por las islas griegas", una guía poética por más de 70 islas y sus mares, con mis recomendaciones de los lugares que prefiero, fruto de mis más de 20 años viajando por ese islario. Aquí la tenéis disponible a un clic en varios formatos en Amazon.

Una playa de Andíparos


Andíparos desde el norte